Se inicia en Arucas una década de escaso crecimiento, con una
apreciada caída de las tasas de natalidad que el municipio venía registrando en
la anterior y que es muy destacada a partir de 1914, hito que coincide con el
inicio de la Primera Guerra Mundial el
28 de julio de dicho año y que se extendió hasta el 28 de junio de 1919 con la
firma del Tratado de Versalles que daría por terminada la misma de forma
efectiva.
Dos circunstancias debieran analizarse en cuanto a su relación con
este retroceso económico de Arucas, y con la disminución del número de
habitantes. El primero es la caída de la producción de la Azucarera de San
Pedro que en 1910 ya se había apreciado, cuyas causas no sólo debían
sustentarse en la pérdida del llamado régimen “proteccionista”, que tenía
precisamente sus debilidades de éxito en las alineaciones
políticas que lo amparaban.
Cierto es que la situación del mercado de los azúcares fue siempre muy
competitivo, fuera el país origen que fuera, debía conocer a la perfección que
sus reglas para competir eran el precio final ofertado, que debía garantizar el
margen de beneficio para el exportador, que en ocasiones pudieron ser altos, si
bien lo habitual es que se movieran en una determinada banda. Dentro de los
costes de producción y distribución, los aranceles debieron ser siempre
asumidos, pues de su obtención nacen las políticas redistributivas de los
Estados. El factor más determinante es el precio de la materia prima, la caña
de azúcar, y en el caso que comentamos de Arucas, era el comprador quien
controlaba el precio, pues como ya se ha dicho, el principal accionista de la
azucarera Francisco Gourié Marrero no cultivaba sus tierras, sino que las
entregaba a los “colonos” en arrendamiento para que la pusieran en cultivo para
la azucarera, obteniendo así el más bajo precio de la caña de azúcar. La
reducción progresiva de la producción azucarera a partir de 1910 fue una
decisión empresarial más cercana a la pérdida de los grandes márgenes de beneficios
que reportaba, que a la verdadera pérdida de los mercados. Tan poco lo fue la
comercialización del azúcar de remolacha, que lo ha sido más de nuestros
tiempos, manteniéndose a lo largo de la historia en un peso de 70-30 a favor de
la caña, por sus contenidos minerales y tener un punto de fusión bastante más
bajo.
Distinta fue la suerte del cultivo del “plátano”, en esa época más
conocida como “banana”, donde Arucas apostó decididamente y las distintas sagas
de los Suárez de la Cruz de Pineda, tras el cierre de la Azucarera de Nª Sra.
del Rosario, aparecieron como el grupo exportador más potente e innovador a
partir de la “Frutera Hespérides”. El crecimiento progresivo y sostenido del
cultivo y exportación desde el inicio de la década, se vio prácticamente
frenado por el comienzo de la Primera Guerra Mundial, pues se desarrolló en el
territorio geográfico de sus consumidores, además de la disminución del tráfico
de las consignatarias por el hostigamiento recíproco de los países
contendientes desde el convencimiento de que el tráfico comercial permitía la
dualidad con el tráfico militar.
Agregadas ambas situaciones, la gran población rural aruquense se ve
expuesta a subsistir soportando el incremento del coste de vida, el paro
forzoso y la indigencia que le llevará a la recurrente salida hacia la
emigración para obtener el sustento de la familia.
No es normal que la declaración de la guerra en julio de 1914 tenga
que ser coincidente con la decisión de los cabezas de familia de dejar de
procrear, y así resultaba modificado bruscamente a la baja la tasa de
natalidad. Ello sí fue, el resultado que sedimentara durante los años
anteriores inmediatos la preocupación por la pérdida de expectativas económicas
para el sostenimiento de la familia.
De nuestra recurrida bibliografía tenemos la mejor y más acertada
opinión de la radiografía de esta época a la cual remitimos.
«El intervalo 1911-1920 va a contrastar con el período precedente, en
cuanto nos encontramos ahora ante un crecimiento real de la población muy
escaso, de sólo 275 individuos, que viene a suponer un ritmo medio de 0,22 por
100 anual. Se trata, pues, de una década de postergamiento económico motivado
por la primera guerra mundial que repercutirá muy desfavorablemente sobre la
demografía de las islas.
El estancamiento del término, si bien coincide a grandes rasgos con el
del Archipiélago, presenta, sin embargo, caracteres más acentuados en
comparación con los municipios vecinos de Teror y Firgas (con 0,88 y 0,32 por
100 anual, respectivamente), los cuales parecen, pese a todo, menos afectados
por la crisis general.
Las dificultades y estrecheces alimentarias constituyen parte esencial
de la comitiva de la crisis, lo que explica el descenso del saldo vegetativo de
este decenio (20,9 por 1.000). En efecto, el descenso de la natalidad en estos
diez años, particularmente visible en 1914, reducirá el excedente vegetativo,
que si bien no llega a ser nunca negativo se debe a que también la mortalidad
ha descendido por debajo del índice 20 por 1000, con la salvedad de la
sobremortalidad acaecida en los años 1911 y 1920».
Se inicia un año oscuro
que presagia una enorme pérdida del valor de la “joya” de los leoninos y donde
los dineros no caminan como en años anteriores y en el ambiente quedó del año anterior
los oscurantismos de los fondos municipales que tanto pábulo dio a la
rumorología, pues nada fue conocido con certeza.
A mitad del mes de
enero, los ánimos ciudadanos andaban algo crispados y el Delegado del Gobierno
en Las Palmas telegrafiaba al Gobernador Civil: «Acaba de celebrarse Arucas con perfecto orden mitin relativo
suspensión consumos arbitrios extraordinarios derechos de plaza matadero
acordándose promover aquí reunión de delegados pueblos para llegar
convenio que permita gravar con derechos individuos importación y exportación».
Se había escenificado el
problema en uno de alimentos de primera
necesidad donde la fiscalidad que soportaba se trasladaba al ciudadano, pero en
el fondo estaban los debatidos y criticados impuestos al consumo. Días después
Teror emulaba a Arucas y otros municipios como San Mateo y Santa Brígida siguieron
en esa línea. Era la estrategia seguida por los “leoninos” para defenderse de
los ataques a los impuestos al consumo y remitir su solución a establecer una fiscalidad
a la exportación, con claras intenciones políticas y en otro nuevo ataque a los
Suárez de Cruz de Pineda.
Difícil de sostener y
aducir un convenio para gravar “derechos individuos importación y exportación”,
pues aun previéndose en la propuesta son individuales, las materias
arancelarias en tales hechos han perseguido metas diametralmente opuestas. La
primera sobre la importación, aunque su aplicación siempre se ha entendido como
“proteccionista” del mercado propio, colisionaba con el “librecambismo” que
Canarias copió de los británicos por ser puertos de tránsito. Y la segunda
sobre la exportación, porque su efecto no es otro que penalizar la producción
propia, por tanto “antiproteccionista”.
Para más abundar en las
fuertes emociones que entonces se vivían, a la semana siguiente el susto fue
mayúsculo cuando se produjo el incendio de la casa y establecimiento de
comestibles de Pedro Castellano Lorenzo en la calle de León y Castillo, frente
a las casas Consistoriales, quedando todo el inmueble aparentemente inservible.
El ayuntamiento seguía
presidido por el alcalde Manuel del Toro González, de primer teniente de
alcalde Antonio Rodríguez Uribe, completando la lista de concejales Juan Blanco
García, Demetrio Granado Marrero, Constanso Fuentes González, Sinforoso Ferrera
Batista, Blas Rosales Batista, Pedro Pérez Pérez, Blas Castellano Lorenzo, Miguel
Grau Bassas Mas, Juan Ponce Castellano, Antonio Suárez Marrero, Sixto Henríquez
Marrero, Basilio Suárez Ojeda y Juan Marrero y Marrero.
Los diez mayores
contribuyentes este año y por el volumen de su cotización eran Ramón Madan Uriondo,
Ricardo Suárez Guerra, José Suárez Suárez cuñado del anterior, Juan Andrés Suárez Guerra, Domingo
Suárez Guerra, Francisco Pérez Marrero, Manuel Fernando Marrero Pérez, Manuel
Rosales Marrero, Pantaleón Quevedo Ferrera y Manuel Marrero Ponce.
Se mantenía presidiendo
la Heredad de Aguas el ingeniero naval Manuel Hernández Pérez y de
vicepresidente José Suárez Suárez, hermano de su suegra Juana casada con Ricardo Suárez
Guerra,quienes habían impulsado la construcción de
su edificio-sede en El Mirón -para algunos también conocido como “el Risco” por
el macizo de piedra de Arucas allí situado al que ya nos hemos referido-, proyectado
por el arquitecto diocesano Fernando Navarro Navarro, y que con un coste total
de 40.000 pesetas avanzaba a buen ritmo pese a
la contrariedad para tan obra singular por el mal tiempo que se daba en
el invierno de aquel año.
La fuerte temperie había
ocasionado serios estragos y la propia Sociedad de Automóviles Canarios de los
“coches de hora” tenía que suspender sus servicios «La Sociedad de Automóviles Canarios nos ruega hagamos público que habiéndose ido al agua, por efecto del mal tiempo, un
cargamento de bencina que venía para dicha sociedad y habiéndose agotados
también todas las existencias en esta y las demás islas, se vé en la necesidad
de suspender los servicios de Telde y Arucas por ser los más cercanos y de más
fácil comunicación, hasta tanto llegue el nuevo cargamento que desde hace días
se embarcó en Alemania».
No pasó desapercibido
para la gran familia Suárez la facilidad y los apoyos “oficiales” que los mitin
de los consumos habían tenido precisamente en municipios gobernados por los
“leoninos”, ni se les había pasado desapercibida la solución que se aportaba «gravar importación y exportación» que
alguna mente diabólica así entendía, más aún cuando el mitin trataba de
trasmitir la falsa idea de que “Arucas
aceptaba” que sorprendió en el entorno de determinados periódicos como “La Mañana” que defendía la “autonomía”,
pudiendo encontrar en ella -por su desconocimiento arancelario- una fórmula del
sostenimiento económico autónomo con respecto a la metrópolis. “La Mañana” había caído también en la
trampa de los “leoninos”.
José Suárez Suárez se
veía así obligado a intervenir para dejar muy clara la posición de los
exportadores especialmente, y no dudó en hacerlo donde más dolía a la otra
parte, en el “Diario de Las Palmas”, al que solicitó amablemente la publicación
de su amplio y documentado escrito, que por su interés histórico reproducimos íntegramente, donde nos hace
un retrato del devenir de la exportación de entonces y nos acerca a los precios
de aquella época.
Huacales en el puerto para la exportación (Fedac) |
La idea de suprimir los consumos es antigua, y es tan
simpática y necesaria, que bulle en la mente de todos, siendo uno de los grandes
empeños del actual gobierno, y particularmente de su jefe el Sr. Canalejas. Pero
“Arucas no acepta”, ni puede aceptar el impuesto de Exportación, (entiéndase
bien, el de exportación), como tampoco pueden aceptarlo los demás pueblos que
exportan sus productos, porque no se concibe nada más gravoso, ni menos
equitativo, ni más perjudicial.
Demostrar que dicha gabela pesaría exclusivamente sobre los
agricultores de artículos de exportación, estará de más, porque todas las que
les vayan imponiendo á los exportadores, se las irán endosando á agricultores bajándole
los precios de los frutos. Es de lo menos equitativo, porque de un impuesto de
que se beneneficiarían todos los pueblos de la Isla, lo irían á pagar unos pocos,
como Galdar, Guía, Arucas y Telde principalmente, y luego en menor escala, San
Lorenzo, Agaete, Las Palmas, Agüimes, Ingenio y Tirajana. Todos los demás no tributarían
con un céntimo. Además, en los citados pueblos, quedarían gravadas las propiedades
dedicadas á plátanos, tomates, patatas, cochinilla y almendras. Y las otras
donde se practican los importantes cultivos de la caña de azúcar, trigo, maíz,
cebada, etc. libres en absoluto. ¿Puede darse nada más injusto?
Para demostrar que es de lo más gravoso que concebirse
pueda, hagamos unos cuantos números. La exportación de la isla se calcula
aproximadamente en 2.000.000 de bultos de frutos de todas clases. El precio
neto (es decir sin envase) de cada bulto será 8 ptas, porque no es de suponer se
pretenda, que los enceres de empaque que pagan todos, derechos de importación, paguen
también á la salida por haber variado de forma.
Algunos creerán, que el precio de 3 ptas, por bulto, es muy
bajo, pero tengan presente, que los corrientes hoy son exageradamente altos, y
obedecen á causas anormales; y que todos los veranos bajan los mercados, resultando
líquidos ruinosos. El promedio anual de los racimos desde el año 1900 fluctúa
entre 3 y 4 ptas. Lo mismo se puede decir de cada bulto de tomates y patatas.
De modo que dos millones por 3 son 6.000.000. Si le
añadimos 2.000.000 más por la cochinilla, (que hace años se está muriendo por
consunción), y algún otro producto que se exporta en menor escala, llegamos á
un total de 8.000.000. El 1 p% de esta suma es poca cosa para el objeto que se
destina; sería necesario llegar al 5 ó 6 p%. Este tanto por ciento
aplicado á cada racimo, aumentaría su costo en 18 céntimos, añadidos á 15
céntimos también por racimo, del impuesto de importación de los enceres, daría
un total de 33 céntimos por racimo. Ahora si multiplicamos por 900, producto de
lo que suele dar de racimos una fanegada al año, queda esta gravada en 300
ptas.
Y esta enormidad no la pagarían los ricos de la Isla, que
viven en su gran mayoría de sus rentas en la Capital, lo que no sería tan
grave, como pedía D. Rafael Ramírez, en su fogoso discurso pronunciado en el teatro
de esta ciudad, ni algunas de las personalidades por él consultadas aquí, todas
muy respetables y de prestigio en este pueblo. No son estos señores, ni otros
pocos vecinos, propietarios más ó menos acaudalados, y que desde luego con gran
sacrificio por su parte, soportarían el impuesto; son los centenares de
pequeños propietarios y arrendatarios agobiados ya con los crecidos valores de las
aguas, cada vez más escasas, y de abonos, pues de ambas cosas se hace mucho
consumo, por exigencias del cultivo. La mitad de la tan ponderada riqueza de
Arucas, es artificial, hecha por sus hijos pobres, que á fuerza de economías y
trabajo constante, han hecho laborables riscos y terrenos incultos. Aunque en
menor escala, igual sucede con Galdar y Guía. Ahora hagamos un poco de
historia.
Viene relatando “La Mañana” el viaje triunfal de su
Director por varios pueblos, y he observado que exagera muchísimo lo sucedido,
en algunos de ellos, y especialmente en esta ciudad de Arucas. Llegó aquí un
domingo y después de lanzarse unos cuantos voladores, aprovechó la hora de la
salida de misa con las puertas del teatro abiertas. Se reunieron 200 personas;
la mitad ó más de niños pequeños y jóvenes, y el resto de todo, menos
labradores. Solo, se situó el Sr. Ramírez, en el escenario; y allí, acompañado de unas pocas sillas vacías, pronunció un vibrante y
retador discurso.
Terminado éste, se dirigió al Ayuntamiento seguido de la
mitad de la concurrencia donde le esperaba el Alcalde para telegrafiar á las
autoridades. ¡Y á esto llama acompañarle un pueblo lleno de entusiasmo, donde hay
9 ó 10 mil habitantes!!... En Galdar y Guía, me dicen ocurrió casi lo mismo. Oremos
que el Sr, Ramírez que tanto se afana por crear su impuesto de exportación,
porque supone que todos los que están dedicados á estos cultivos especiales,
están ricos, no trabajará con igual entusiasmo, para que el Gobierno, al
repetirse una de tantas crisis que hemos sufrido algunos años, conceda primas de
exportación á semejanza de lo que se hace en otros países, en casos análogos con
sus cultivos en quiebra.
El jueves y viernes pasados estuvo en esta el Sr. Ramírez
conferenciando con las personas que cita en su artículo, “Arucas acepta”. Al
día siguiente hablé yo con casi todas ellas, y me dicen que el Sr. Ramírez,
apasionado con su ideal, interpretó sus manifestaciones algo equivocadamente. Casi
en general, se limitaron á decirle que estaban conformes con el propósito de
suprimir los consumos y demás arbitrios, pero que veían muchas dificultades
para una sustitución razonable, y dentro de la equidad y la justicia.
Y este es, el común sentir de todos los que tienen por
norma el trabajo constante (no de los zánganos, que aunque pocos, también aquí
los hay), y por ello afirmo que Galdar Guía y Arucas, “no aceptan lo que no
deben aceptar” por ruinoso para su vida.
Y hechas estas breves consideraciones para evitar que se
extravíe la opinión pública con predicaciones muy halagüeñas, pero que si se
llevaran á la práctica ocasionaría la ruina completa de los pueblos más
productores de Gran-Canaria, solo me resta enviarle sr. Director, expresivas gracias,
por la inserción de las presentes líneas. Queda á sus órdenes tto. s. s. y amg.
q. b. s. m. José SUÁREZ y SUÁREZ Ciudad de Arucas 30 de Enero de 1911».
No paró ahí el debate
cuando el Director de “La Mañana” replicó que su máxima era defender la
“autonomía” de las islas. Ante tal planteamiento José Suárez Suárez, remitió al
“Diario de Las Palmas” su segundo escrito sobre el tema planteado que volvemos
a reproducir íntegramente siguiendo los intereses anteriormente manifestados.
«Procuraré ser breve. Yo quisiera que en la prensa de la
Isla, en asambleas ó reuniones, se discutiera sin apasionamientos y en buena
lógica, asuntos de tanta importancia para todos, por las muchas personas
obligadas á ello. Pero discutir con el señor Ramírez, en la forma que él lo
hace, es completamente imposible.
Escribo estas líneas, no para los suscriptores, que
haciéndome un honor que no merezco, se hayan tomado la molestia de leer mi
comunicado, porque seguramente, se habrían quedado tan asombrados como yo, viendo
como refuta el Sr. Ramírez cuanto en aquel, dejé expuesto. Lo hago para los
que, sin conocer dicho escrito han creído lo que el Sr. Ramírez estampa en
letras de molde, atribuyéndome propósitos y aspiraciones, que no puedo tener.
Suplico á estos señores perdonen mi atrevimiento, pero les
ruego que para evitar repeticiones más ó menos latosas, lean á la vez que mi comunicado,
“La Mañana” de hoy, y sino están muy apasionados, comprenderán quien dice
disparates é inexactitudes. Desde el primer párrafo del citado periódico, salta
la primera inexactitud, porque hice constar que solamente combatía el impuesto
de exportación. Paso por alto los cálculos sobre este tema, que el Sr. Ramírez
considera disparates míos. Yo no me atrevo á decir tanto de los suyos, pero
sigo creyendo, que quizá á pesar de su reconocida competencia en todos los asuntos
vitales para el país, esté equivocado.
Segunda inexactitud. No pretendo que graven la propiedad
del pobre, como es la dedicada al maiz. He citado las que no estarían obligadas
á pagar derechos de exportación como las importantes de caña de azúcar, trigo,
maiz etc. Pero por lo visto, el Sr. Ramírez tiene afán de que los cultivadores
de maiz me quieran mal. Y para remache de inexactitudes asegura que yo aspiro á
que el Gobierno subvencione con 100 ó 200 mil duros, á los cultivadores de
plátanos.
Lo que he dicho sobre primas de exportación, no es eso.
Lea, lea bien y con tranquilidad, que la pasión lo ciega completamente. Y
deduce como consecuencia, que yo con un egoísmo sin igual, ambiciono que los
pobres sigan pagando consumos y derechos de plaza. Precisamente es todo lo
contrario. De sus argumentos se desprende, que en esta isla son pobres
únicamente, los jornaleros y obreros de todas clases y los cultivadores de maiz.
No incluye á los arrendatarios y propietarios de pequeñas fincas sea cualquiera
el cultivo á que las dediquen.
Si el Sr. Ramírez, para sus consultas, se dignase descender
un poco en la escala social, palpablemente vería, que estos son muchas veces,
tanto ó más dignos de protección que los obreros, pues apenas alcanzan lo
suficiente para las necesidades más apremiantes de la vida, dándose por satisfechos,
si una mala cosecha ó una depreciación en el valor de sus frutos no los deja
entrampados por mucho tiempo. Y sabría además, que muchos de los emigrantes
jóvenes que abandonan estas peñas en busca de mejor suerte son labradores ó
hijos de labradores. De esta clase figuran en esta jurisdicción más de 400
agricultores dueños de pequeñas fincas sin agua ó con muy poca; porque los que
pueden considerarse más ó menos ricos, por tener agua suficiente para el riego de
ellas, no pasan de 25 ó 30.
Hace años que en esta isla nos quejamos todos de la escasez
de lluvias; y dadas las necesidades cada vez más crecientes de agua, se puede
asegurar que el que no la tenga en propiedad, no tiene nada. El Sr. Ramírez debe
saber que este verano se vendió muy cara el agua, llegando en el mes de
Septiembre á 350 pesetas la asada de 300 m.c. —¡A más de una peseta el m. c. D.
Rafael!— ¿Hay cultivo, incluyendo plátanos á los precios que hoy tienen, que lo
resista? El labrador tiene fé, y espera siempre que la Providencia venga en su
socorro, enviándole agua del cielo. Y si no fuera eso ya hubieran emigrado
todos. Medite el Sr. Ramírez y se convencerá que sería una injusticia tremenda
imponerles más gabelas á los que poco tienen.
Pero á V. Sr. Ramírez, paladín de los grandes proyectos, no
le sera difícil conseguir el que ahora con tanto fervor se propone, para que los
pobres de todas clases queden exceptuados de todo impuesto sea cualquiera su
nombre.
Sostiene V. que D. Ricardo Suárez y su yerno, D. Manuel, están
entusiasmados con su idea de dar las 4.000 ptas. que les corresponde por
derechos de exportación, á los pobres. Si á esta cantidad añade V. lo que
pagarían por los derechos de importación sobre el material de empaque é
ingredientes, sumarían 6 ó 7 mil pesetas. Y como todos los ricos de aquí
hicieran lo mismo, en proporción, le será fácil á este Ayuntamiento reunir 20 ó
30 mil duros, cantidad más que suficiente para que los pobres quedaran libres de
toda clase de impuestos y arbitrios. En todos los pueblos podría V. conseguir
cosa parecida.
Termino, Sr. Director, haciendo constar que no me ocuparé
más de este asunto, pues creo haber cumplido mi deber exponiendo públicamente mi
opinión sobre un proyecto de tanta trascendencia que á todos nos interesa por
igual. Y reiterándole mis más efusivas gracias por sus bondades, me repito á
sus órdenes afmo, S. S. Q. B. S. M. José Suarez y Suarez. Arúcas, 3 de
Febrero de 1911».
Precisamente a primeros
de marzo la gran familia Suárez lamentaba la pérdida de uno de sus más
destacados ancestros, varias veces concejal, gran cultivador y contribuyente,
que se atrevió como sus hermanos a no compartir los criterios de los “leoninos” y apoyar a los
revolucionarios “Jóvenes turcos” para
que algo cambiara. «En Arucas ha dejado
de existir nuestro distinguido amigo D. Juan Andrés Suárez, acaudalada persona
en aquella ciudad, donde era muy estimado. A toda su dolorida familia y en
particular á sus hijos políticos nuestros estimados amigos D. José Suárez
Quesada y D. Manuel González enviamos nuestro pésame».
En este mismo mes de
marzo, en la edición del día 18 de “La Gaceta” se publicaba el siguiente
decreto: «Deseando dar prueba de Mi Real
aprecio á D. Ramón Madan Uriondo Cambreleng y Dugí, de acuerdo con el parecer
de Mi Consejo de Ministros, Vengo en hacerle merced de Título del Reino, con la
denominación dé Marqués dé Arucas, para sí, sus hijos y sucesores legítimos.
Dado en Palacio á dieciséis de Marzo de mil novecientos once.- Alfonso.- El Ministro de Gracia y Justicia, Trinitario Ruiz y Valarino».
El periódico madrileño “Las Canarias y nuestras posesiones
africanas”, estuvo presto para saludar la noticia que fue silenciada por
muchos de Gran Canaria «Muy justo es que
se premie a ciudadanos que por su inteligencia y trabajo gloria y prestigio a
España, y que la recompensa que se da no sea solo un titulo ú honor, sino que
entrañe el reconocimiento por parte del Poder soberano de los méritos de las
personas á quienes se le otorga.
Podía el Sr. Madan, si su deseo era llevar un título de
Castilla, haber sacado uno de los que por derecho de familia le correspondía;
pero no quiso, prefiriendo poder usar el que por su alta labor patriótica se ha
ganado. Reciba el nuevo Marqués de Arucas nuestra más completa enhorabuena».
Acertaba de alguna forma
en su comentario el periódico en determinado aspecto, pues la noticia en Arucas
fue recibida con cierta frialdad, y en ocasionas solapada con el contrapuesto
título de “Marqués de la Pollina”, aludiendo al nombre del barranco que
atraviesa Las Hoyas. Y todo ello, porque ese título ya había tenido antes otro
pretendiente.
Recurriendo de nuevo a nuestra bibliogragrafía, tal antecedente se recoge textualmente en una información biografíca de Francisco Gourié Marrero, cuando se dice lo siguiente: «Militó en el Partido Liberal de Fernando León y Castillo. Renunció al ofrecimiento del título de marques de Arucas que en primera instancia le ofrecieron. No sé exactamente por qué razón, aunque me temo que por no creerlo ni útil ni especialmente cristiano. Culto, refinado, con buen carácter y una fina ironía», remitiéndonos la fuente a su información complementaria en la nota al pie en la que se dice «Según este autor, parece que Francisco Gourié participó activamente en la obtención del Título de Ciudad para Arucas. Privilegio que concedió la Reina – Regente Mª Cristina de Austria, en nombre de su hijo Alfonso XIII, y avaló el ministro de jornada, Alberto Aguilera, por documento firmado en el palacio de verano de Miramar, San Sebastián, en 9/8/1894.»
Sin desmentir la
veracidad de la noticia que aquí se daba, si conviene dejar despejadas las
causas de su renuncia a la petición del título de “Marqués de Arucas”, cuyo autor manifiesta «No sé exactamente por qué razón, aunque me temo que por no creerlo ni
útil ni especialmente cristiano». Su razón nace en la inscripción de su
nacimiento en la Casa Cuna de la Capilla del Sagrario de la Catedral como “hijo de padre desconocido”, cuestión
que impedía el expediente de “limpieza de
sangre” dentro de las acreditaciones de la nobleza e hidalguía.
Tradicionalmente son los
actos positivos de nobleza los que califican y prueban la posesión de nobleza o
hidalguía de un individuo mediante instrumentos públicos, que acreditan su
calidad, según los fueros, usos y costumbres del derecho nobiliario español. La
Real Pragmática de Felipe IV del 10-II-1623 dispuso que cuando hubiere tres
actos positivos de limpieza y nobleza se tenga por pasada en cosa juzgada y ejecutoriada,
y que en su virtud se adquiera derecho real a los descendientes por línea recta
para quedar calificados por nobles y limpios. El perfecto conocimiento de su
condición de “cunero” probablemente le hiciera desistir de someterse a tal
investigación.
En la segunda quincena
de marzo el Boletín Oficial publicaba el Plan de obras nuevas de carreteras en
la isla, que incluía los enlaces de la carretera de Las Palmas a Arucas con los
pagos de Trasmontaña y Montaña de Cardones.
El periódico madrileño “Las Canarias y nuestras posesiones
africanas”, que se había apresurado a dar la noticia del Marquesado de
Arucas, de alguna forma se vio obligado a informar a sus suscriptores sobre
Arucas, y así en su edición del 1º de abril publicaba un extenso artículo titulado
“La ciudad de Arucas” que
reproducimos por su interés descriptivo.
«La concesión del marquesado de su nombre al opulento
capitalista excelentísimo Sr.D. Ramón Madan, da actualidad á la rica zona de
Gran Canaria, en la cual si él recoge grandes beneficios es porque la siembra
de beneficios por los numerosos jornales que paga, las industrias que posee,
las aguas que ha llevado y los cultivos que fomenta.
En el desenvolvimiento progresivo de la vida nacional,
Arúcas es una de las poblaciones canarias que más se destacan por su actividad. A pesar de la ruina de
la cochinilla, que tan profunda brecha abrió en su riqueza; á pesar de los
errores, de los abandonos, de las corruptelas administrativas y de la falta de
protección oficial que tantas trabas oponen al libre ejercicio de su acción,
Arúcas ha dado siempre pruebas de su vitalidad y de su energía y constantemente
encamina sus esfuerzos en el sentido de su reconstitución, de su progreso y de
su engrandecimiento.
Un pueblo, al cual se ha dejado abandonado á sus propias
iniciativas, y marcha decidida y francamente en la senda de su prosperidad y
desenvolvimiento, y vive y lucha, revelando la enorme cantidad de energía que
acumula, es un pueblo grande, acreedor á seguros y envidiables destinos.
La hermosa población ambiciona obtener los beneficios que le brinda el conjunto de sus grandes condiciones naturales, de su buen clima, de su privilegiado suelo, de su inmensa riqueza agrícola y de su pujante industria.
Es Arúcas centro de la región agrícola más importante de
Gran Canaria. Su riqueza y prosperidad las debe á su actividad, á sus
entusiasmos, á la constancia de su carácter, á sus nobles ambiciones, á su
laboriosidad extraordinaria. Comprendió Arúcas, que la nobleza estaba en su
suelo y realizó, con fe admirable obras pasmosas en favor de la agricultura. Era
el principal elemento las aguas y las aguas abundan hoy en aquellas extensas vegas,
convertidas en jardines. Desde una distancia de 15 kilómetros trajeron por cauces
de argamasa y á través de varios túneles que atraviesan las montañas una enorme
cantidad de agua que hoy riega sus carnes.
La población es pequeña, pero en estos años últimos ha
tenido un notable crecimiento. Cuenta, sin embargo, con numerosos agregados,
pintorescos lugares y hermosos caseríos, extendidos á sus alrededores, como la
Costa del Bañadero, el más importante de todos, Montaña Cardones, el más
poblado; Trapiche, el más industrioso, Cardonal, Cruz de Pineda, Lomo Blanco,
Portales, El Puerto, San Francisco Javier, Santidad, Trasmontaña, el Peñón y
San Andrés, los más distantes de Arúcas, La Goleta y Hoya de S. Juan los más
cercanos, á las puertas mismas de la ciudad y con ella formando ya caserío.
La ciudad de Arúcas sería aún más visitada por los
extranjeros y turistas que llegan á Las Palmas si la carretera estuviera en mejores
condiciones de conservación. El polvo, los baches, el abandono de los caminos
nos mantienen aislados. El dia en que se encuentre un remedio á estos males,
Arúcas, la espléndida y rica Arúcas, será un atractivo para cuantos visiten
esta isla de Gran Canaria. Será un ejemplo que podremos ofrecer á los extraños de
la laboriosidad, inteligencia y trabajo del pueblo canario».
Ese mismo mes de abril
el “Boletín Oficial de Canarias” publicaba la expropiación de las fincas que
han de ser ocupadas en todo ó en parte en el término municipal de Arúcas, con
motivo de la construcción de la carretera de tercer orden de Arúcas á
Teror por el Palmar, recogiendo la resolución declarando la necesidad de la
ocupación de algunas, que venía a desatascar el largo proceso de los trabajos
ya emprendidos.
El 11 de abril el
Gobierno Civil informa que se había presentado para su informe el expediente y
proyecto de un embalse «en el barranquillo El Palmito, término municipal de Arucas,
presentado por D. Agustín Bravo de Laguna», con una capacidad para 121.482 m3.
Se trataba del viejo proyecto que la Heredad de Aguas había negociado con los
propietarios del suelo, situado en la Caldera, la cabecera del barranco de Los
Palmitos, la hoy conocida como Presa de La Umbría. Los propietarios del suelo
observando el acierto que había supuesto la Presa del Pinto de la Heredad, no
dudaron en retomar el viejo proyecto al que tuvieron acceso y que no prosperó
cuando condicionaron a su aprovechamiento comunal.
Seguía el viejo Teatro
Circo con la programación de veladas teatrales, y para el domingo 21 de mayo
con la organización Sociedad del Teatro
“Los Doce” de Las Palmas ponía en escena un nuevo diálogo de Santiago Rusiñol
que tan buena acogida había tenido siempre en Arucas con la obra “La eterna canción”, que completaba con la
hermosa comedia en dos actos y en prosa, original de Miguel Ramos Garrión y
Vital Aza, titulada “Zaragüeta”.
Para las fiestas
patronales de San Juan Bautista, parroquia y ayuntamiento prepararon un
sencillo y económico programa, dado que todas las recolectas de la Fábrica de
san Juan y de cofradías eran destinadas a sufragar las obras del nuevo templo
que marchaban a buen ritmo, si bien
durante el invierno tuvieron que soportar los fuertes aguaceros. La fiesta se
inició la víspera con los tradicionales cohetes y repiques, hasta la llegada de
la noche después del rosario y las pláticas acostumbradas, tuvo lugar una
función de fuegos artificiales con paseo y música en la plaza de san Juan.
Llegado el día 24, a las
nueve y media se celebró la función religiosa con misa cantada por varios
alumnos del Colegio de La Salle, predicando el penitenciario Francisco Vega.
Terminada la función religiosa se inició la tradicional procesión con las
imágenes del santo y de la virgen del Rosario, que concluyó con el canto de
motetes por el grupo de alumnos del Colegio de La Salle en el nuevo templo.
Durante todo el día se celebró la feria de ganado con gran éxito, único acto
cívico, y por la tarde, más paseo con música en la plaza de san Juan.
El 4 de julio murió en
su casa de la Playa de las Canteras de Las Palmas, el abogado y político
aruquense Tomás García Guerra. Doctor en Derecho Civil y Canónico, además de letrado
asesor de la Heredad de Aguas en asuntos de notable interés para la misma,
había sido Diputado a Cortes, Decano del Colegio de Abogados de Las Palmas y
Registrador de la Propiedad. Su carrera política fue muy variable
ideológicamente, correligionario en distintos partidos llegó a constituir y
alentar su opción particular. Su entierro en Las Palmas fue muy concurrido,
trasladándose el cadáver desde su casa hasta los jardines de San Telmo.
El Napier (Abelardo Auyanet Romero) |
Por esa carretera
circularía el nuevo automóvil marca “Napier” núm. 7.327, adquirido por Ricardo
Suarez Guerra, quien había solicitado al Gobernador Civil la correspondiente autorización
para poder circular por las carreteras de la Isla. Adquirido a la marca
británica David Napier & Son Limited, pionera de la industria
automovilística que llevó sus vehículos a la competición deportiva, siendo conocidos como los "verde
Napier" (british racing Green), que debió sorprender a los aruquenses de
aquellos tiempos.
Alguna desavenencia o
cansancio había en la presidencia de la Heredad de Aguas, que el ingeniero
naval Manuel Hernández Pérez presentó su renuncia al cargo en la junta del 30
de julio. De alguna forma debió solventarse el problema existente que continuó
en su cargo algunos años más.
El domingo 13 de agosto
es un día importante para la parroquia y para Arucas. Por tal motivo hay una obligada visita para celebrar la
Eucaristía, que será una acción de gracia porque concluía la primera fase de la
construcción del nuevo templo. Se había llegado a la rasante de la planta del Triforio
o primera donde se formaba una galería perimetral apoyada sobre los arcos. El
antepecho que se iba a construirse en el borde interior de esa galería, sería
el perímetro de un espacio totalmente en el aire que se proyectaría desde el
piso en la planta baja hasta la planta cubierta tras superar el nivel de la
segunda planta, conforme había diseñado el arquitecto Manuel Vega March.
La crónica parroquial lo
cuenta así «La fecha del domingo día 13
de agosto de 1911 fue para los hijos de Arucas un día de gratos recuerdos por
los hechos que en ese día tuvieron lugar. El Excelentístimo e Ilustrísimo señor
Obispo de esta diócesis don Adolfo Pérez Muñoz quiso inaugurar la terminación
de la primera parte de la nueva iglesia con la celebración de la Santa Misa en
ella. Efectivamente, el día manifestado anteriormente, a las siete de la
mañana, llegó su Excelencia Ilustrísima a esta población, acompañado por el
Ilustrísimo señor Penitenciario don Francisco Vega, el presidente de la Junta
don Francisco Gourié Marrero y su paje don Bienvenido Martín. Inmediatamente
empezó la Santa Misa y terminada ésta subió al púlpito predicando con mucha
elocuencia, como acostumbra hacerlo, electrizando con sus palabras de fuego los
corazones de todos los oyentes. Se apoyó en algunos pasajes bíblicos, pero principalmente
en la rotura del tarro de los perfumes
de la Magdalena, para decir a los hijos de Arucas que todos debían de ser muy generosos para con la Casa del
Señor. Después de pasar el día entre nosotros, por la tarde regresó a su
Palacio. El gentío fue muy grande».
La crónica periodística
la dejó como de costumbre el periódico “Diario
de Las Palmas”, a través de un artículo remitido publicado en su edición
del día 19, el cual reproducimos en su totalidad.
«El domingo pasado, 13 del corriente, fué para esta Ciudad
de Arúcas un dia de fiesta, pero fiesta conmovedora y simpática, de la que
conservarán grato recuerdo sus hijos, no solo por que marca la fecha de la primera
misa dicha en la nueva y hermosa iglesia (ya toda ella á la mitad de su altura)
sino también por que esta misa fué dicha por nuestro Excmo é Iltmo Sr. Obispo,
que por su celo evangélico se ha captado el respeto, la consideración y el
cariño de todos sus diocesanos.
En vista de los deseos de S.E.I. la Junta de la construcción
del templo organizó los trabajos de manera que para ese día quedase limpio todo
el perímetro de la iglesia, hasta entonces ocupado con canterías, materiales, etc;
á fin de que pudieran ocuparla en toda su extensión los fieles.
Levantóse sobre un entarimado, cubierto de alfombras, un
artístico altar en donde entre flores y luces se veía la imagen de San Juan Bautista,
Patrono de Arucas, y al lado del Evangelio el sitial para el Sr. Obispo. También
se improvisó un pulpito desde donde dirigiese su elocuente palabra á los que allí
se congregaron. La parte alta hallábase adornada con profusión de banderolas.
La hora fijada para la misa era la de las 7 de la mañana,
por temor de que más tarde pudiese el sol molestar á los que asistiesen al
acto; pues no era posible conseguir un toldo lo suficiente grande para cubrir
toda la iglesia.
Proximamente á las 7 llegó el señor Obispo, acompañado del
Sr. Penitenciario D. Francisco Vega y de D. Bienvenido Morán, en un automóvil
que galantemente puso á disposición de la Junta el Individuo de la misma D.
José Suárez y Suárez, rico propietario de esta Ciudad y patriota de corazón.
A recibirle, á la entrada de la población, acudieron, además
del señor Cura Párroco, Coadjutor y el capellán Sr. Círera, una comisión nutrida
de la Junta de la iglesia, con su presidente, y otra comisión del Itre. Ayuntamiento,
presidida por el Teniente-alcalde D. Juan Blanco; pues el Sr. Alcalde no pudo
asistir por haber bajado á Las Palmas con motivo del desgraciado accidente ocurrido
á su sobrino político la tarde anterior en la carretera de Teror. A estas comisiones
se unieron muchas personas de significación y multitud de gente que vitorearon
al Prelado, el cual contestó con su afable bondad, en él característica, bendiciendo
á todos.
Entre acordes de la música, entusiastas vivas y revoloteos
de palomas que, desde lo alto de los arcos, levantados en el trayecto,
escapábanse de las manos de pequeñas niñas, penetró el Sr. Obispo en el
interior de aquella mole de piedra labrada, que un día no lejano será el templo
más hermoso de las provincias Canarias por su arte maravilloso.
Todo era allí dentro extraordinario y sublime: el altar,
levantado en el mismo sitio donde en su día será colocado el sagrado tabernáculo;
la techumbre, formada con banderas y gallardetes, por entre los cuales veíanse
pedazos de nuestro cielo; las bóvedas laterales del primer cuerpo, ya cubiertas,
coronadas de multitud de fieles; el piso alfombrado con hojas de laurel... todo
nos olía á gloria. Y cuando llegó el momento solemne de la elevación de la
Santa Hostia, aquel insigne sacerdote, aquel altar, aquella techumbre, aquel
piso y aquellas acordadas notas de la marcha real qué descendían de lo alto y se enlazaban con el murmullo dé la oración que subia al
cielo, nos revelaron toda la poesía de la eternidad.
Terminada la misa, subió al pulpito S.E.I. Empezó
manifestando su agradecimiento á todos y á cada uno do los que han contribuido y
puedan contribuir á la construcción de este magnífico templo: á todos, por que todos
lo merecen: el pobre como pobre, ayudando con su modesto óbolo, y el rico,
ayudando con su riqueza á erigir este monumento á Dios. Difícil resulta hacer
una reseña de este sermón elocuente y persuasivo, como todos los suyos, abundantes
citas de pasages biblicos, como el de la rotura del tarro de perfumes dé la Magdalena
para ungir los pies del Salvador, muy aplicable al caso de nuestra iglesia, en
que, unos pocos, afortunadamente, encuentran un gasto excesivo lo que importará
el templo, sin paramientos en que para Dios todo es poco.
Mucho pudiéramos decir, si nos dejáramos llevar del
entusiasmo, sobre este discurso admirable bajo todos conceptos, por su
profundidad y por su brillante forma, por los variados y hermosos acentos del
respetabilísimo orador, y por el fuego de su expresión; por su difícil sencillez
y por los ingeniosos periodos con que llevaba el movimiento, de su alma al alma
de su auditorio que le escuchó electrizado. Creemos que, si de intento
hubiéramos procurado distraernos durante esta bella oración de nuestro Prelado,
no hubiéramos podido conseguirlo: ¡Tal era la fuerza avasalladora de su
elocuencia!
Cuando en sus últimas reflexiones profirió el Prelado estas
frases: “Mientras los enemigos de Cristo con la rabia en el corazón y la
piqueta demoledora en la mano van gritando ¡Abajo Dios! ¡abajo la Religión!
¡abajo las iglesias!, vosotros con la fé en el alma y el martillo constructor
en la diestra gritáis ¡arriba el templo! ¡arriba la religión! ¡arriba Dios!,
entonces nuestra emoción llegó á su grado más intenso. Parecía como si hubiéramos
sido elevados á una región purísima, alumbrada por sobrenaturales resplandores
y perfumadas por celestiales aromas. No es extraño que al terminar S.E I., el
pueblo en masa, allí congregado, prorrumpiera en ardientes aclamaciones. Es que
había tocado las fibras más delicadas del alma, hablándonos tan bien dé nuestro
templo en el cual tenemos el irado el amor de nuestros amores.
Después de un ligero descanso, visitó la obra detalladamente,
quedando muy satisfecho, no solo de su hermosura y magnificencia sino de sus adelantos
pues la parecía imposible que en tan corto tiempo se hubiera hecho tanto y tan bien
hecho. Inmediatamente marchó de paseo á los jardines de los Sres. Gourié,
visitando más tarde los colegios de niñas y niños que dirigen las Hermanas de la
Caridad y los Hermanos de la Doctrina Cristiana.
Por la tarde, después de recibir numerosas visitas, regresó
S.E.I. á Las Palmas en el mismo automóvil; despidiéndose cariñosamente de todos,
demostrando su satisfacción por el acto del día y dejándonos á todos un delicioso
y grato recuerdo, que será inolvidable para los buenos hijos del Pueblo. Uno DE
TANTOS».
Plano de sección del proyecto Vega March (Parroquia de Arucas) |
Tras la conclusión de la
primera fase del templo, y con la vista puesta en los dineros que se harían
necesarios para continuar con las obras, tenía el ayuntamiento y fuerzas
fácticas de Arucas que incentivar y animar al mecenas para que no decayera en
su empeño de “aflojarse el bolsillo”,
tanto él como la sociedad alta de Las Palmas sus ahora amigos, pues poco más
había de las colectas que todas las cofradías realizaban con dicho fin y el
pueblo no estaba ya tan espléndido económicamente. Así erigiéndose el
Ayuntamiento en representante del pueblo, en el pleno del 25 de agosto de 1911
se presenta una moción «por ser tan notorios y constar a todos, los muchos
beneficios que a este ilustre patricio debe esta población, tanto en el orden
moral como en el material» y acuerda por unanimidad nombrar «Hijo Adoptivo de la Ciudad de Arucas a D.
Francisco Gourié y Marrero». Se fortalecía así la vanidad personal y el
prestigio social del personaje.
Leopoldo Matos Massieu (Fedac) |
Algún defecto jurídico
debió tener la Segunda Capellanía de Juan Mateo de Castro, de la que venían
disfrutando los descendientes de la familia del antiguo alcalde Antonio J. Ponce
Ponce, dado que en este tiempo se interpuso un pleito en reclamación de
propiedad por la vecina de Arucas Rafaela Ortiz Déniz, pariente en línea
directa en la sucesión, por las siguientes propiedades descritas en la
fundación de dicha capellanía «una casa
alta sobrada, con la parte de cocina y corral situada en la plaza de la Villa
de Arúcas; un trozo de tierra labradía y arrifes compuesto de diez fanegadas más
ó menos, situado donde dicen Hoya de Ariñes en la misma jurisdicción; un cercado
con otro pedacillo que está del camino bajo, que está por Tenoya».
Ya en su momento nos
pareció algo sospechoso en su aspecto legal que esta Segunda Capellanía de la
que recibía sus cánones la fábrica de la Parroquia de san Juan, en los años
inmediatos a la desamortización pasara a manos del mencionado alcalde.
En la edición del 13 de
septiembre de “La Provincia”, se
publica una carta del exportador José Suárez Suárez, que sufría en su frutera y
de forma particular en su automóvil, el que había prestado al Obispo para su
desplazamiento a Arucas como ya se ha contado, el mal estado de las carreteras
y su temor a que los dineros aprobados para la subasta de las obras de mejora,
fueran un goteo inacabable que alargara en el tiempo su mal estado,
aprovechando la ocasión para influir en el ánimo de los políticos de la isla en
su rápida consecución, con una dura crítica a los políticos, todo ello a
propósito de uno de los habituales y lamentables accidentes en las carreteras
de la isla.
«Anteayer tarde bajaba yo, dando tumbos en un coche, por la
carretera que parte dé Tamaraceite al Puerto de la Luz, y me tropezé con un
espectáculo que no dudo en calificar de horroroso. A ambos lados de la
carretera había un monton de huacales con plátanos, muchos de ellos
destrozados; un carro roto; seis bestias, más ó menos averiadas, una de ellas
estaba muerta; y un carretero, poco menos que llorando su irreparable
desgracia.
Le pregunté lo sucedido, y me contestó, que se había fijado
en un bache grande, que allí me señaló, para sortearlo, pero no vió el que al
lado estaba y como se metió de golpe en él, se volcó el carro. La fruta era
"de D. Juan Marrero. y el carro de Adrián Medina. Es de lamentar la
pérdida del señor exportador, pero no le afectará grandemente. La sufrida por
el pobre carretero, que no baja de mil pesetas ó sea la 3ª parte de su fortuna,
si que es tremenda. ¡Que cargo de conciencia (si la tuvieran) para los
causantes de este ó parecidos percances que son frecuentes en dicha carretera!
íSi hubiera justicia, ó un poco de humanidad, el Estado ó quien sea, debían
abonar á este infeliz las expresadas mil pesetas, ya que le obliga á pagar una
contribución crecidísima para ganarse la vida con su trabajo!.
Lo que se pueda decir para describir el estado de esta
carretera, es poco siempre. Todo el que
la conoce pasa con miedo por ella. Hay muchos carreteros que prefieren ir por
Las Palmas (5 kilómetros más lejos) aunque también está mal como todas las de
esta isla. El que se aventura tiene que ser hombre sereno y hábil para sortear
los innumerables baches, porque al más pequeño descuido, vuelca. Y esta es una
carretera nueva, de reciente construcción, que materialmente se está
desmoronando, porque no tiene, ni piedra de caja, ni china, ni nada; a pesar de
ser de un interés capitalísimo para todos los pueblos del norte.
Si yo tuviera la honra de ser amigo de nuestro distinguido
diputado D. Leopoldo Matos, le suplicaría se tomase la molestia de visitarla
con detenimiento. Llamarles la atención á nuestros políticos es tontería porque
solo saben odiarse, socavarse los cimientos y pedir votos en tiempo de
elecciones.
Un Maura ó un Moret se quedan satisfechos con pronunciar
frases, que se hacen célebres, como las que, á propósito de caminos vecinales
recuerda ahora el dignísimo Sr. Ministro de Fomento (única esperanza de la
España que trabaja) en su última notable circular á los alcaldes de la Nación.
“El país y los gobiernos se detestan cordialmente”, frase
del Sr. Maura. “El labrador de hoy pasa peor vida que el siervo de la gleba: no
conoce dé la civilización más que sus cargas y sus corrupciones” dijo el Sr.
Moret.
Antes de terminar he de manifestar que parece increíble que
haya rematador que se atreva á construir una carretera, esta que cito, y más
increíble, aún, que los Ingenieros lo consientan. Un país donde estas cosas se
puedan hacer impunemente, no podrá prosperar de ningún modo.
Muchas gracias anticipadas. Sr. Director, de su afmo. s. s.
q. b. s. m. J. Suárez y Súarez.»
Convocadas las elecciones municipales para el 5 de
septiembre, el asunto de la composición de las mesas en Arucas, siempre el más
polémico, quedaban constituidas de la siguiente forma:
- Distrito 1.º Pueblo.- Sección 1ª Este del Pueblo.- Presidente, Agustín L. de Matos y Matos; Suplente, Tomás Lantigua Quintana.
- Sección 2.ª Oeste del Pueblo.- Presidente, Juan Ramos Guerra; Suplente, Antonio Herrera Batista.
- Distrito 2.º Afueras.- Sección 1ª Cardones.- Presidente, Fernando Marrero Pérez; Suplente, Tomás Henríquez Marrero.
- Sección 2ª Trasmontaña.- Presidente, Juan Suárez Guerra; Suplente, Antonio López Cruz.
- Distrito 3º. Goleta-Costa.- Sección 1ª Goleta.- Presidente, Antonio Martín Pérez; Suplente, Santiago Hernández García.
- Sección 2ª.- Costa.- Presidente, Atanasio Medina Rodríguez; Suplente, Antonio Guerra Navarro.
El avance de los resultados de las Elecciones del día
siguiente, en la versión dada por “La
Provincia” era como sigue: «La
mayoría, de los amigos del Sr. Gourié. A los “jóvenes turcos” se les ha dado
tres puestos para los Sres. D. Miguel Gran Bassas, D. Juan Marrero y Marrero y
D. Juan Ponce Castellano».
En su edición del día 11, el mismo periódico profundiza más
en la información dada anticipadamente, no desaprovechando la oportunidad para
disparar contra todos aquellos que protagonizan la gran rotura de los “leoninos” por la avanzada edad de
Fernando de León y Castillo, aquellos que en un momento fueron traídos a la
“casa común” por el propio “gran
cacique” y que ahora huyen en estampida, información que nos permite conocer el
escenario político traicionero de estos tiempos en que acontecen las elecciones
municipales, que remata y adorna el periódico que abandera la separación
provincial con una estrofa de isa muy apropiada para el momento y a modo de
moraleja.
«Completando nuestra
información de la elección municipal de Arucas, hecha el Domingo 5 del actual
en la Junta Municipal del Censo, al amparo del artículo 29 de la Ley electoral,
damos la lista de la totalidad de los electos.
Amigos del Sr. Gourié: D.
Antonio Codorníu, que se cree será el Alcalde. D. Antonio Rodríguez Uribe, D.
Demetrio Granados Marrero, D. Pedro Pérez y Pérez, D. Vicente Castellano y
Lorenzo, D. José I. Mejías y Fernández.
“Jóvenes turcos”: D. Juan
Ponce y Castellano, D. Francisco Marrero Yanes, D. Isidro Suárez Rodríguez.
A nuestro carísimo cofrade
“La Defensa”. Nos dice, en su numero de anteayer, después de tratar de
justificar la conducta, en esto de las elecciones, de la comunidad gobernante,
que ya pasará el Domingo y cada cual sabrá en su momento oportuno, lo que tiene
que hacer en orden al problema vital de la emancipación de Gran Canaria. Con
estas ó parecidas palabras. De acuerdo... Y nosotros, para entonces, Dios
mediante, contestaremos al colega, en lo que siempre tenemos especial gusto. No
queremos apartarle ahora un momento de la gratísima tarea de
éstas elecciones... que de seguro no faltará quien estime de vida ó muerte.
Pero permítanos, ya que
tan recio y solemne dogmatiza y lanza epítetos de anatema, en su papel de
órgano mayor de la comunidad gobernante, que le recordamos pasados tiempos de
mala andanzas por los desiertos de la oposición. Que le recordamos aquellas
elecciones municipales de 1903 cuando el Sr. Ruano, con la sartén por el mango,
creía tener para siempre la confianza de D. Fernando. Que le recordemos con
cuanto razón el colega fustigaba aquellos desplantes de poder, no por suaves y
melifluos, monos insoportables. Que le recordemos como no pasó mucho tiempo sin
que el cacique de la calle del Cano empezara á sentir, cabe el mismo expléndido
retrato de D. Fernando, la tormenta de abajo y la orfandad de arriba. Que le
recordemos como a pesar de sus buenas prendas de administrador de los intereses
comunales y de su altura cívica, el Sr. Hurtado de Mendoza, al igual que Ruano,
pagado de su poder, llegó asentir entorno suyo un vacío de simpatías que ni sus
insignes méritos en memorable campaña sanitaria fueron bastantes á llenar.
Y que todo ello, como le
consta al colega, no tuvo otra razón de ser que el tono doctoral, el aire
enfático, la facha, la detestable facha del poder que solo puede pasar en los
caciquillos de aldea, ¿Estamos? Suponemos que no molestaran al colega estos
recuerdos aún no marchitos. Y también suponemos que habrá oído alguna vez, al
son de templada vihuela, en noche ideal de luna, junto a los quejidos del mar
en Melenara, este cantarero;
Anda, vé y dile á tu madre
Que me desprecia por pobre,
Que el mundo dá muchas vueltas
Y ayer se cayó una torre».
El sobrenombre dado por “La Mañana” a los republicanos de
Arucas seguía estando vigente en toda su extensión: “Jóvenes turcos”. Así se
recoge también en nuestra bibliografía.
«En Arucas hubo asimismo peñas contrarias a los liberales en
el tramo final de la Regencia, y con el reinado de Alfonso XIII llegarían las
colisiones entre el leonismo irreductible de los "amigos" del
empresario Francisco Gourié Marrero y los “Jóvenes Turcos” de Juan Ponce
Castellano. La sociabilidad burguesa, destapó, como en Arrecife, las tirrias
entre los cenáculos: frente a la sociedad “El Liceo” que monopolizaban los
leonistas históricos, los Jóvenes Turcos organizaron “El Progreso”».
La
junta de la sociedad republicana “El
Progreso” estaba formada por las siguientes: Presidente Juan Ponce
Castellano, Vicepresidente Francisco Marrero Yánez, Presidente de Recreo Rafael
Mª Suárez, Secretario Valentín Zamora Hernández, Tesorero Norberto Henríquez, Bibliotecario
Miguel Grau Bassas, y Vocales Pedro Guerra, Manuel López Guerra, Tomás García e
Isidro Suárez.
La
consecución de los tres asientos le había costado mucho a Juan Ponce Castellano
después de muchos años de lucha política, de soportar persecuciones como cuando
el alcalde le impuso una multa de 25
pesetas por negarse a dar alojamiento a dos soldados, sanción que sería
revocada por providencia del gobierno en 1908.
Eran
tiempos de hábitos caciquiles para adaptar los censos electorales a su antojo y
obtener así los resultados apetecidos. Por estas prácticas los Jóvenes Turcos presentaron la oportuna
querella criminal contra los infractores de la Ley Electoral en 1909, que fue
sobreseída por esa interpretación torcida de los derechos. Ahora tocaba
discutir la legalidad de la incompatibilidad del candidato “leonino” a alcalde.
La
reclamación presentada por el vecino y elector de Arucas Agustín Leocadio
Matos, interesaba «se declare incapacitado para el ejercicio del cargo, de Concejal de dicho Ayuntamiento, al
electo don Antonio Codorniú Rodriguez (…) en la que se sostiene que el Sr.
Codorniú está incapacitado por comprenderle los casos 3º y 4º del art 43 de la
Ley municipal, toda vez que es farmacéutico titular del Municipio de Arúcas,
con sueldo del Ayuntamiento y sujeto á cierta contrata para la expedición de medicamentos
á los pobres».
En esta ocasión los “leoninos” movieron con prontitud toda
su maquinaria política, en evitación de que la demanda se trasladara a la
Audiencia, y en la sesión de la Comisión Provincial del 19 de diciembre, antes
de la llegada de la Navidad, ya tenían el regalo de la resolución favorable.
«Resultando que por el mencionado Concejal electo, se
impugna la reclamación presentada en contra de su capacidad y se pide se
declare desestimada, en razón á que, al presente ya no ejerce el cargo de
farmacéutico titular por haberlo renunciado ante el Ayuntamiento,
admitiéndoselo por éste su renuncia.
Considerándose que no habiéndose presentado más
reclamaciones que la de que queda hecho mérito, contra la elección de
Concejales celebrada últimamente en Arúcas, sólo compete a esta corporación conocer
y resolver los extremos á que la misma se contrae, sin tener para nada que
aquilatar las demás incidencias de la elección.
Considerando que es doctrina constante contenida en Reales
órdenes de 13 de diciembre de 1887 y 11 de Febrero de 1885, la de que, los
motivos de incapacidad deben de referirse al tiempo del ejercicio del cargo de
Concejal y no al de las elecciones, y que en tal sentido, desde que en el
expediente está acreditado que el Sr Codorniu ya no es farmacéutico titular de
Arúcas, hay que reconocer su capacidad para ejercer el cargo de Concejal de su
Ayuntamiento en 1.° de Enero próximo.
Este Cuerpo en vista de ello ha acordado: Primero:
Desestimar la reclamación formulada por D. Agustín Leocadio de Matos contra la
capacidad del Concejal electo del Ayuntamiento de Arúcas, D. Antonio Codorniu
Rodríguez y declarar capacitado á éste para desempeñar dicho cargo».
Como quiera que el cargo
se desempeñaba a partir del 1º de enero del siguiente, cualquier día antes de
la resolución era válido para la renuncia del farmacéutico, así se hizo para
resolver su incapacidad.
Pero ya Arucas había
tenido el día 12 de diciembre un especial aguinaldo navideño: trillizos, cuya
noticia fue así recogida por el periódico “La
Provincia” algunos días después en una sentida crónica de su corresponsal.
Los trillizos de Arucas (Fedac) |
A la madre le sorprende el parto teniendo á mano solamente
los limitados recursos de una mujer pobre obligada al trabajo para mantenerse y
sin la ayuda de su marido que paga corporalmente el tributo á la Patria. Ahora,
tres recién nacidos han de conformarse con las escasas prendas de ajuar que su madre
había preparado para el único fruto que naturalmente esperaba, incapaz de
reparar con la comida ordinaria que pueda procurarse la madre en la actual
situación los gastos fisiológicos y pérdidas orgánicas consecuentes á la sobrealimentación
que necesitan las parturientas.
Este matrimonio encontrará en la cuna en lugar de tres
hijos con una libra de pan liado el brazo, tres boquitas más que le demandan alimento
que ellos no traen, tres nuevos compromisos que los tengan amarrados más fuertemente á la dura necesidad de ganarse la vida por medio del
trabajo. Porqué, entre los braceros de este país al igual de los de otras
partes, el trabajo corporal es una esclavitud penosa, ingrata, degradadora y
mal retribuida, de la que quisiera librarse para siempre: escasos jornales que
apenas si bastan para las necesidades más apremiantes de la existencia, dado el
enorme precio de los artículos de primera necesidad; imposibilidad del ahorro
como medio de cambiar algún día de posición; falta absoluta de esperanza de
mejoramiento; largas temporadas de famélico descanso, por lo poco exijente en
fuerzas de los cultivos actuales, y que en cambio enriquecen grandemente á los afortunados
labradores de bananas en esta región, y por encima de todo esto el fatalismo social
en que nos movemos, que marca al pobre desde que nace condenándolo á permanecer
eternamente abajo, sin una sola ilusión, sin un rayo de esperanza de que pueda
algún día encontrarse arriba.
Unos ángeles buenos, las señoras y señoritas de Arucas,
conmovidas ante este cuadro de miseria han hecho cosa propia remediar en lo que
de ellas dependa la falta de ajuar en estas pobres tres criaturas; y han pedido
una limosna, por amor de Dios, tendiendo la mano á todas y cada una de las
clases de la sociedad, ricos y pobres, para alimentar á la debilitada y heroica
madre que cuida y que nutre á sus solos pechos tres hijos, en lugar de uno.
Pensamiento altruista noble y generoso, y tan adecuado al
fin. que se ha hecho enseguida altamente popular: los hombres con el mayor entusiasmo
colectan fondos de casa en casa; y el bello sexo corta, hilvana y cose la ropa
de una canastilla, modesta, si pero abundante para que dure algún tiempo, con
la cual se cubran y abriguen las rosadas carnes de aquellos tres angelitos. Y,
si sobra dinero, dar socorros á la fecunda madre, en proporción de la cantidad
recaudada.
Haremos, desde estas columna, un llamamiento á los
sentimientos caritativos de todas las personas que se interesen por la suerte
de esta familia necesitada; y si quieren contribuir con una limosna recibirán
en cambio un Dios se lo pague nacido de lo más hondo del corazón de los
socorridos, tan espontáneo y vehemente como el que hoy envían, por conducto de
nosotros, á todas las almas buenas que están endulzando las horas de
preocupación de una madre cariñosa por la vida de sus bajitos de sus entrañas».
Mientras, el
ayuntamiento remataba el año con la compra del solar para el grupo escolar «El Sr. Gobernador Civil ha recibido el
siguiente telegrama del Alcalde de Arucas: Arucas 23 (12'00). Acaba de firmarse
escritura compra del solar para construcción del grupo escolar».
No hay comentarios:
Publicar un comentario