El sábado 9 de enero fue un día importante en las obras del nuevo templo
cuando se ponía la clave en la bóveda central. En contadas ocasiones del
prácticamente iniciado siglo XX, una sola piedra había tenido tanta importancia
en una obra de construcción, que en nuestro caso del templo, la propia
complejidad de su diseño en vertical en ese gótico tardío, florido o flamígero
con mucha piedra ornamental y decorativa de gran peso. Eran muchos los grandes
palos que hacían de puntales desde el suelo, convenientemente amarrados a
grandes vigas de madera horizontales y a distintas alturas, de una a otra de
las galerías laterales; todo ello formaba una estructura provisional para
soportar la curvatura o cimbra de la gran bóveda central mientras esta no se
cerrara con la clave.
Aquella destreza de siglos atrás se había olvidado, ya no se construían
techos abovedados, y la obra entrañaba grandes riesgos. Esa estructura
provisional de madera debía tener la fortaleza suficiente para no quebrar
ninguno de sus palos repartiendo la carga entre todos ellos, resistiendo el
peso de la bóveda mientras crecía su construcción, y además el de los valientes
hombres que trepaban y se desplazaban por el tabladillo, de uno a otro lado,
consolidando la obra de mampostería, comprobando cada día la resistencia de los
propios palos, el correcto fraguado de la bóveda y su amarre a los capiteles de
las columnas, detectando cualquier extraña fisura y los aplomos. Todo entrañaba
un enorme peligro, y se deseaba cuanto antes la colocación de la clave para
acabar con tanta incertidumbre.
Bóvedas Iglesia de Arucas |
«… se repicaron las campanas y los
mamposteros y trabajadores, que eran unos cincuenta, y demás personas que
subieron al techo de la iglesia quemaron 35 docenas de voladores y se les
obsequió en aquella tarde, que no trabajaron más, con tabacos y una copilla de
aguardiente».
Lo habían logrado un “día de
guardar” y se lo merecían con total orgullo. Sus henchidos pulmones
respiraban grandes momentos de felicidad.
Por desgracia, dos días después, el lunes 11 de enero, cuando se aligeraba
parte de aquella estructura de madera, un palo de la grúa caía sobre la cabeza
del compañero tirajanero Manuel Almeida Suárez. Fue trasladado inmediatamente
al Hospital San Martín, pero el fuerte impacto le había producido el
hundimiento del parietal derecho de su cabeza, y a sus 70 años su corazón se
rindió. Su desconsolada viuda recibió de una sola vez la poca compensación
económica que entonces amparaban las leyes.
A sus compañeros de fatigas que compartieron los peligros y riesgos de
aquella amenazante estructura de madera, les embargó la pena por un accidente
ocurrido cuando ya se habían superado los grandes peligros. Era el primer
finado en la gran obra y todos esperaban que fuera también el último, y
desearon que su nombre fuera allí recordado en la piedra como testimonio del
gran peligro que asumieron. Pero, ni siquiera la crónica parroquial recordó su
nombre, quedando en el anonimato.
En estos días de enero realizaba su primera visita a Arucas el nuevo
Gobernador Civil José Centaño y Anchorena, a quien el ayuntamiento organizó un
recorrido «viendo represa, iglesia y
demás edificios, y siendo obsequiados por el Ayuntamiento con un “lunch”,
siguiendo luego viaje a Moya».
A mediados del mes, como testimonio que hemos de circunscribir al
movimiento asociativo que emergía por aquel entonces con voluntad manifiesta de
introducir mecanismos participativos ajustados a derecho, se producía una
controversia entre socios de la “Sociedad
de Trabajadores” motivada por la expulsión del Jefe de Telégrafos, que
avanza “La Provincia” del sábado 16 «Anoche visitó esta Redacción una comisión de
señores de Arúcas, socios de la “Sociedad de Trabajadores” para entregarnos un
artículo de protesta contra la expulsión injustificada del jefe de Telégrafos D.
Fernando Llanos de dicha sociedad …», y que amplía el martes 19 con la
publicación de la carta remitida por un socio que había sido entregada aquella
noche.
«En el día de ayer le ha sido notificada su expulsión de la
Sociedad de Trabajadores a D. Fernando Llanos, digno funcionario de Telégrafos
y caballero sin tacha. Lector, ¿quieres saber como se ha hecho esa
notificación? Por medio de un oficio redactado, casi en términos telegráficos.
El autor de él sin duda, “hombre experimentado en dar colorido”, de esta vez se
dijo: prescindo de toda forma retórica, para darte en las narices con tu propio
lenguaje... “Ha sido V. excluido de este Centro”.
Nada más, ni siquiera una explicación. Digo, si, a lo transcrito
o anteponga el lector, “por mayoría”, y conocerá integramente el contenido de
dicha comunicación. Es decir, en esas nueve palabras, escritas... como la ignorancia,
va envuelta la honra de un individuo. La dignidad de un hombre no merece más. Con
eso basta. Ni siquiera se le ha permitido el derecho sagrado de defensa. Ha
sido V. excluído. O lo que es lo mismo, ha sido V, lanzado por una ventana. No es
V. digno de más.
Lector amigo, ¿quieres saber lo que de público se dice? Que
ha sido expulsado por que este señor se permitió decir que si dicha Sociedad no
amoldaba sus actos a los preceptos de ley, llegaría hasta buscar los medios de
darle el cerrojazo. Es decir, estas manifestaciones, caso de que fueran verdad,
constituyan, para esa “consciente” mayoría, el delito de atentar contra los intereses
de ese Centro, cosa que castiga el artículo tal... etc. etc.
Y ahora se me ocurre á mí, ¿constituye un delito el que un
miembro de cualquier sociedad haga estas manifestaciones? ¿No le parece al lector
y al dignísimo señor Delegado del Gobierno que ese delito, caso de existir,
sería cuando éste señor no pudiera probar claramente las manifestaciones, que
dicen, hizo, cuando no pudiera probar la especie lanzada?
¡Pena da tanta miseria! Recuerda ésto la expulsión hace más
de un año, de otro señor socio. La noche que cometió los hechos por qué más
tarde es expulsado, no se atreven a tomar providencia contra él por que la junta
está mal constituida, pues hay seis o siete actas que se están leyendo y aprobando,
cuando todavía no están extendidas en el libro, es decir, en borradores; pero llega
el momento de estar todo legalizado, y entonces procede la mayoría de la
Directiva a acordar la expulsión de este señor.
Al anhelo del señor Llanos para que resplandezca la verdad
y el derecho; a sus campañas en contra de lo ilegal y del caciquismo que en esa
Sociedad impera, se le contesta arrojándolo de su seno, amordazándolo de una
manera ridícula, tonta.
¡Cuantos hay que allí han ido, no movidos por el interés
supremo de la Sociedad; no por patriotismo, sino por que han visto una ocasión
preciosa de servir embozadamente y mejor á sus intereses particulares!
Yo quisiera conocer el concepto que esa “consciente”
mayoría tiene formado de la dignidad, del honor. Yo quisiera que esa mayoría me
explicara públicamente, en que se basa para jugar así con la honorabilidad de
una persona. Por que es jugar con lo más sagrado que hay para un hombre, el expulsarlo
así de cualquier parte. Sin permitirle la defensa, sin darle explicaciones.
Ya sé yo que este señor no ha de conformarse con el “fallo”
dictado por la mayoría de la Directiva de esa Sociedad, y que la verdad pronto
ha de resplandecer; pero es sensible que así se juegue con la dignidad de un
caballero, de una persona digna como es el señor Llanos. ¡Es algo aventurado
proceder de ligero! ¡Es una injusticia lo que han hecho con este señor!».
El “Diario Las Palmas” iniciaba este año, en la línea que acabó el
anterior, en su particular campaña de apoyo a Francisco Gourié Marrero y a su
Fábrica Azucarera de San Pedro, aprovechando la difusión de cualquier remitido
o editorial que asociara la crisis agrícola a la “desgravación del azúcar”, siempre argumentando que el
proteccionismo de la industria local se sustentaba en gravar el azúcar
peninsular, aunque la medida comportara un excesivo encarecimiento del azúcar
para alcanzar la calificación de artículo “de
lujo”, eso sí, dejando siempre claro que lo hace en defensa del cultivador
del azúcar y no de la fábrica que la elabora y paga como quiere el cultivador.
En su edición del lunes 25 de enero publicaba una nueva carta remitida por un
desconocido agricultor aruquense, insertada en lugar preferente de la primera
página bajo el titular de “Sigue el
problema agrícola”.
«Sr. Director: desde el 12 de Octubre del año anterior, que
tuvo Vd. la amabilidad de publicar en ese DIARIO un articulito mío, ó cosa parecida,
en que procuré llevar á la opinión el convencimiento del mal que traía para
todos la poco meditada petición de la desgravación del azúcar en estas Islas,
he seguido, por interés propio, la campaña desarrollada en pro y en contra,
leyendo cuanto se ha escrito en ambos sentidos.
Por esta razón supe que estaba pendiente en el Cabildo
Insular la contestación á un informe pedido por el Sr. Gobernador Civil, y
esperé con anhelo y esperanza esa contestación, por que ella, con el informe
solicitado, puede servir de base para la resolución, en Madrid, de cuestión tan
grave como trascendental para el porvenir de nuestra agricultura: con anhelo,
por que, si ese informe nos fuese favorable, sin reservas, podríamos lanzarnos
á extender el cultivo de la caña, hoy que, por desgracia, el de los plátanos
está casi muerto, á causa de la guerra ó de la competencia en los mercados (que
de todo hay); y con esperanza, por que los Sres. que componen este Cabildo,
canarios todos amantes de su pais é interesados en su mayor parte en los
asuntos agrícolas en general, meditando y pesando los perjuicios que, hoy por
hoy, traería al país esa baja de tarifa y el ilusorio ó mezquino beneficio para
el consumidor, no tomarían un acuerdo que nos arruinase, en estos momentos en
que no tenemos el recurso del cultivo de la platanera.
Yo comprendo que debe ser tenido en cuenta el pobre
consumidor, pero no por eso ha de atropellarse al pobre cultivador, que tiene
su dinero y su trabajo sembrado en la tierra y los aun más pobres jornaleros que
hoy viven al amparo del cultivo y de la industria. No creo que á nadie le quepa
duda de que pasará mucho tiempo, para que el cultivo de los plátanos pueda
llegar á normalizarse; pero nunca, creo yo, subirá el valor de la fruta á los
buenos precios que hemos disfrutado.
(Fedac) |
Se vé que en todas las naciones se fomenta la riqueza agrícola,
como base de bienestar y se favorece la instalación de industria ayudando y
beneficiando cada una las suyas con leyes protectoras, llegando (y esto lo sabe
todo el mundo) á conceder enormes primas de exportación, que es el secreto del
abaratamiento de ciertos artículos, que se venden á menos precio fuera, que en
el mismo país productor.
Pues bien, en nuestro país se trata de matar lo poco que
tenemos, para ser luego tributarios de los otros, es decir, para que nuestro dinero
que hoy queda muy repartido en estos agricultores, industriales y jornaleros de
aquí, vaya á enriquecer á otros de fuera de él.
Estas industrias, aquí implantadas al amparo de la Ley y
que han costado enormes desembolsos, son intereses muy respetables que no es
justo destruir en un momento, sin la debida preparación. Es una triste
enseñanza que puede servir de ejemplo á los que traten de implantar alguna
industria.
En el desbarajuste actual de cultivos, nosotros, los
labradores, nos preguntamos los unos á los otros: ¿quitamos algunos terrenos de
plataneras (cuyo fruto tenemos que tirar ó darlo á los animales) para en su
lugar poner caña? Y ¡claro! la contestación no se hace esperar; pero, hecha la
sustitución, si se confirma la desgravación y por consiguiente muere la industria,
¿qué haremos de la caña? Haremos el costoso cambio de cultivo y después …
Esta incertidumbre la tenemos todos, lo mismo los
cultivadores que los industriales, que no pueden contestar á nuestra pregunta; lo
propio sucede, como es natural, á los labradores de Moya y Firgas que no saben
qué hacer de sus terrenos dispuestos para caña, y como se acerca la época de
hacer los nuevos plantíos, es para todos un verdadero conflicto.
Por los periódicos locales sé que el Cabildo insular, ha
dado el informe pedido, discutiéndose en el seno de la Corporación dos
proposiciones: una encaminada á que se pidiese la restitución de los derechos arancelarios,
tanto para los azúcares nacionales como para los extrangeros; y la otra, en que
se solicitaba la total desgravación y, caso de no ser ésta concedida, se restituyera
en todo su vigor la tarifa protectora, conforme á la primera proposición. En
ambas huvo votación, siendo desechada la primera, por mayoría, y aprobada la
segunda; en ambas votaciones, entre otras cosas, hay una que no puedo dejar en
silencio, y es que D. Rafael Mª Suárez, hijo de Arucas (localidad más
perjudicada si se rebaja ó se desgrava el azúcar), haya votado en ambos casos
en contra, es decir, que ha contribuido con su voto para que, si la
desgravación prevalece, nos maten, agrícolamente hablando.
Ya lo saben mis compañeros mártires, los cañeros de Arucas:
el señor Suárez, desde su sitial del Cabildo, nos demuestra “sus buenos deseos”
á los que tenemos que estarle “reconosidícimos”.
Que la resolución del Cabildo sea ó no favorable á nuestros
intereses agrícolas é industriales, no lo vemos tan claro como un periódico
dice. Solo sé que la incertidumbre sigue en pié, que no nos atrevemos á
expansionarnos en el único cultivo para el que poco afectan las desgraciadas
circunstancias de la guerra (aunque algo como es natural le toca), por que se
desarrolla y vive dentro del país y el dinero que produce casi por entero aquí
queda, contribuyendo, por consiguiente, al fomento de la riqueza y de la prosperidad
general.
Esperemos que nuestro Gobierno, comprendiendo el mal que puede
producir á una provincia española, como la que más, respetará tan serios y
legítimos intereses y que tan esenciales factores son de nuestro equilibrio
económico, restableciendo la eficacia de la Ley protectora, la cual, por otra
parte, no puede ser vulnerada por una simple Real Orden.
Concédame, Sr. Director, un huequecito en su acreditado
DIARIO y se lo agradecerá infinito este AGRICULTOR. Arucas, Enero 23 de 1915».
A finales de enero cundió
cierta alarma entre los vecinos cuando se apuntaló la escuela pública, noticia
que llegó al Delegado del Gobierno quien inmediatamente solicitó información al
alcalde.
«Habiendo llegado á conocimiento del Sr. Delegado del
Gobierno, que la casa-escuela de la ciudad de Arucas se encuentra apuntalada,
ha ordenado á la Alcaldía de la misma le informe si es cierto; y de confirmarse
esta noticia adopte las más urgentes medidas en evitación de cualquier
accidente que pueda ocurrir».
Es de suponer que eran
los primeros síntomas arquitectónicos del mal estado de las dos crujías de las
conocidas como “Escuelas del Rey” en
la calle de León y Castillo, las más antiguas que debieran estar reclamando su
pronta reconstrucción.
Crujías de las Escuelas del Rey rehabilitadas en el s. XX (arucasonline.com) |
«Cumpliendo las R.O. sobre teatros y cinematógrafos
dictadas por el Ministerio de la Gobernación, el Delegado ha ordenado se
reconozca por el arquitecto municipal el teatro de Arucas …».
No debió ser
satisfactoria la valoración del arquitecto municipal, que inmediatamente la
máxima autoridad disponía «El Gobernador
Civil de Canarias telegrafía al Delegado del Gobierno lo siguiente: “De acuerdo
con Junta Consultiva teatros está decretada clausura teatro Circo Arucas …”»,
decisión que sólo pudo reconducirse con la realización de obras para obtener la
autorización provisional de apertura.
La accidentalidad del
cargo de Secretario Municipal, desde el fallecimiento del anterior secretario
titular, se había extendido cerca de un año, y más allá de lo recomendado en
cumplimiento del art. 122 de la Ley Municipal, el ayuntamiento publicó a
primeros de febrero en el “Boletín
Oficial de Canarias” el concurso para cubrir la vacante de dicha plaza
dotada con el sueldo anual de tres mil seiscientas pesetas.
El ayuntamiento ya había
remitido los presupuestos al Cabildo Insular para su aprobación previa,
cumpliendo con lo establecido en el Reglamento Provisional de dicha
corporación, siendo estudiado por la Comisión Permanente del 12 de febrero, que
adoptó el acuerdo de «Informar al
Delegado del Gobierno, de acuerdo con el dictamen de Contaduría, que deben
aprobarse los presupuestos municipales para 1915 de Arúcas …».
No obstante su
aprobación previa por la Comisión Permanente del Cabildo, la derogación del
Impuesto del Consumo había facultado a los ayuntamientos a un incremento porcentual
de las cargas fiscales aprobadas en agosto del año anterior para cubrir el
déficit presupuestario, pero el reparto del incremento de las cargas fiscales,
van a derivar en un largo debate político, asunto que también afectó a otros
ayuntamientos importantes como el de Telde, dado que se discutían los criterios
seguidos en los “repartos” individualizados a cada uno de los vecinos en
función de su riqueza y actividad, es decir por concepto impositivo, que no fue
considerado del todo equitativo, y del que más adelante nos ocuparemos más
ampliamente, de acuerdo con la cronología de los acontecimientos que se relatan.
Esa interpretada falta
de equidad era más que suficiente para que a mediados de marzo un grupo de
agricultores aruquenses presentaban en el Cabildo Insular su reclamación contra
el acuerdo del “reparto” fiscal, por
considerarlo no ajustado a derecho.
El 19 de marzo, fecha
que rememoraba para Arucas el inicio años atrás de las obras del nuevo templo,
cuando ya se había colocado la clave de la bóveda central y desmontado en parte
el andamiaje que la sostenía, fue algo así como un ensayo anticipado de su “inauguración”, diciendo la misa el
Obispo Marquina y predicando el canónigo Penitenciario Celestino González. No
podía ser su definitiva “inauguración”
porque aún quedaba mucho obra por ejecutar y muchos años por delante, pero se
le quiso dar esa apariencia por lo que suponía la terminación de la fase
segunda de la obra con la colocación de la clave que cerraba la totalidad del
techo con distintas bóvedas.
El cada vez menos “leonino” Partido Liberal Canario, por la pérdida
del liderazgo de Fernando León y Castillo, alejado en París y de paso por
Madrid intentaba resolver la profunda crisis, que como era de costumbre, sólo
era así vista por la prensa no controlada, y de esta forma la refería y resumía
“La Provincia” en su edición del 3 de abril:
«La información publicada por LA PROVINCIA en su último número se ha
confirmado por completo, habiéndose hecho cargo de la reorganización del
maltrecho partido liberal canario, D. Agustín Bravo de Laguna.
Para completo conocimiento, por lo menos de lo que se ha hecho
público, damos a conocer a nuestros lectores los telegramas siguientes
publicados en nuestro colega “Diario de Las Palmas” órgano oficial de dicho
partido.
—Telegrama a D. Felipe Massieu - Madrid 29 — 3'15
Recibida carta, vista tu insistencia retirarte, que deploro
sinceramente, ocupóme dar solución dificultades presentes. Cualquiera sea ésta,
cuento con tu apoyo continuando desempeño Alcaldía. Escribo, pero no quiero
aplazar reconocer patriótico servicio que has prestado al país y agradecerte tu
lealtad y adhesión. —Fernando.
—A D. Agustín Bravo - Madrid 28
En vista retirada Felipe, necesito saber si puedo contar contigo para
dirigir reorganización, restablecer disciplina partido. Deseo espero Felipe
continúe Alcaldía. —Fernando.
—Contestación
Estoy, como siempre, a tus órdenes; pero no debo ocultarle que empresa
es superior a mis fuerzas y circunstancias, por lo cual solo puedo
comprometerme intentar realizar tu propósito con ferviente deseo éxito. Ruégote
indiques si lo crees oportuno líneas generales tu pensamiento para reorganizar
restablecer disciplina partido.
—La contestación de D. Fernando dice así:
Gracias por todo. Tu experiencia, energía y flexibilidad garantizan
mutuo éxito. Lineas generales política partido las mismas que hasta ahora:
ancha base contando con todos los elementos que estén de acuerdo con nosotros
para servir, en estrecha unión, los intereses de Gran Canaria, Lanzarote,
Fuerteventura, sin confundir jamás transacciones necesarias con componendas
circunstanciales que no ofrezcan garantías lealtad para el porvenir de parte de
los que no sientan esa política o con sus actos la contradigan. —Fernando.
Los comentarios a este último telegrama son muchos y variados. Entre
los mismos políticos leonistas hay varios que no lo entienden, en tanto otros
le encuentran clarísimo. Y los más interesados en la alusión a Lanzarote y
Fuerteventura se han convertido en mudas estatuas y no hay manera de hacerles
abrir la boca, ni con necesarias transacciones, ni con circunstanciales
componendas.
De todos modos, querido lector, prometemos contarte cuanto nuestra
“indiscreción” nos permita y a este fin hemos solicitado declaraciones de los
Sres. Don Jacinto Bravo de Laguna y D. Rafael González Hernández. Si acceden a
nuestro ruego, puedes contar con saber cuanto nos digan y es muy posible… que cuanto callen».
Pero aunque la
organizada estructura política de los “leoninos”,
se resquebrajara por el abandono de su hasta este tiempo líder Felipe Massieu
Falcón, alcalde de Las Palmas, otras iniciativas empresariales unían a muchos “leoninos”, en una difícil y delicada
línea divisoria donde no se conocía donde acababa el interés público y
comenzaba el interés privado.
Desde determinados
diputados insulares del Cabildo de Gran Canaria, en propia sede institucional y
en sesiones de sus órganos de gobierno, se apuntó de la necesidad de constituir
una sociedad con capital privado para acudir a los remates de la subastas de la
reparación de las carreteras insulares. Se trataba de constituir una sociedad
anónima bajo la denominación de “Sociedad
de reparaciones de carreteras”.
Y una vez más, como
ocurriera con la privada “Sociedad
Administradora de Puertos Francos”, que tanta riqueza propició a sus
accionistas, a la constitución acudía Francisco Gourié Marrero y “sus amigos de Arucas”, sin poner en
duda que todos eran fieles correligionarios “leoninos”·
Así lo publicaba “Diario de Las Palmas”
en su edición del 4 de abril.
«Por nuestras carreteras. A constituir la sociedad. La
feliz iniciativa de nuestro Cabildo Insular en las gestiones que practica para
la constitución de una Sociedad que acuda á la subasta anunciada de las
carreteras de esta Isla, con objeto de que las importantes mejoras que estas
obras reclaman se realicen, y de proporcionar trabajo á los obreros de toda la
Isla que hoy carecen de él, está obteniendo un éxito lisonjero que permite
fundadamente abrigar la esperanza de que la hermosa idea habrá de ser una
consoladora realidad.
A este llamamiento del Cabildo ha respondido ya la ciudad
de Arucas con un entusiasmo y una generosidad, dignas de toda gratitud. De 200
pasan ya las acciones suscritas en aquella ciudad y si Las Palmas responde en
igual medida y cada pueblo conforme á sus recursos, en lo cual tienen un
ineludible deber moral, es seguro que la suscripción de acciones excederá al
capital necesario para la constitución de la Sociedad.
De esperar es que todos correspondan á esta iniciativa que
tan importantes necesidades viene á remediar. Si esta ocasión llegara á
perderse y después de las insistentes reclamaciones hechas resultara que el
país no corresponde y que relevamos al Gobierno de entregar á esta Isla la
importante cantidad de más de ochocientas mil pesetas que á ella ha dedicado,
no sólo incurriría el país en un vergonzoso ridículo, sino que habría que
renunciar á ver reparadas nuestras carreteras.
La agricultura, el comercio, los transportes, los intereses
generales del país, imponen la obligación de una solicita correspondencia á
aquella acción del gobierno. El esfuerzo de Arucas nos lleva á la segura
esperanza de que la idea del Cabildo será una realidad».
La meditada proclamación
de intenciones en su constitución, en el alegato de que la misma “No ha sido por hacer un negocio. No ha sido
para buscar una ganancia. No. Ha sido ante la perspectiva, ó temor fundado, de
que no haya quien tome parte en las subastas del Ministerio de Fomento”, lo
es enarbolando una vez más la bandera del “patriotismo”
imperante entre los “leoninos”, y más
increíble en los momentos de crisis generados por la “Gran Guerra”,
suponiendo a los accionistas dispuestos a perder su inversión.
Algunas relevantes
figuras políticas quedaron convencidas, probablemente por llevar poco tiempo en
las islas y no conocer de su historia. «El
Gobernador Civil ha dirigido al Presidente del Cabildo de Gran Canaria, el
siguiente despacho: “Me complazco en felicitar á V. S. y al Cabildo que preside
por su acuerdo de promover la concurrencia á las subastas de obras de
carreteras en esa isla, con el cual demuestra una vez más su celo diligente en
»favor de los intereses de ella”».
Carretera de Moya por Azuaje (Fedac) |
El periódico “La Provincia” en su edición del martes
6 de abril, publicaba el orden del día de la Comisión Permanente del Cabildo
que se celebraba ese mismo día en sesión vespertina, para resolver, entre
otros, el «Dictamen del Secretario
Letrado acerca de instancias de varios vecinos de Arucas, formulando recurso de
agrarios contra el reparto general para cubrir el déficit del presupuesto
ordinario corriente del Ayuntamiento de dicha ciudad». Comenzaba así un
nuevo y profundo debate político, con no pocas aristas, protagonizado por el
Ayuntamiento de Arucas, asunto que será conocido por “los repartos”.
Al siguiente día el
mismo periódico informaba de la crónica de lo tratado en la Comisión
Permanente, con un acuerdo a todas luces esperado por lo que suponía de dilatar
la toma de una decisión siguiendo los hábitos ya acostumbrados, sin entrar en
el dictamen del Secretario Letrado.
«De conformidad con el dictamen del secretario se acordó
oficiar al Alcalde de Arúcas acompañándole las instancias de D. Juan Suárez y
Suárez y otros vecinos de dicha ciudad, reclamando contra el reparto acordado
por aquel Ayuntamiento para cubrir el déficit del presupuesto de 1915,
presentadas ante el Cabildo por no haberlas admitido el referido Alcalde
fundado en haber expirado el plazo de reclamaciones, lo cual parte de un
cómputo erróneo, a fin de que el expresado Ayuntamiento resuelva sobre el fondo
de las mismas y proceda con arreglo a derecho».
El 9 de abril se convocaba
por la prensa local a una importante reunión relacionada con la constitución de
la Sociedad de reparaciones de
carreteras. «El Sr. Presidente de la Comisión Gestora para la constitución de
la empresa de remate de reparación extraordinaria de las carreteras de esta
isla, nos ruega que hagamos público que el Lunes 12 del corriente mes y hora de
las tres de la tarde se celebrará una reunión pública de accionistas en el
salón de actos del Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, para tratar y resolver
todo lo relativo a dicha constitución, sirviendo este aviso de citación para
todos, pues no es posible, dada la premura del tiempo, citar individualmente, y
menos aún a los muchos suscriptores que residen en los pueblos de esta isla. Se
encarece la asistencia al acto porque el día 16 de este mes ha de quedar
constituida la fianza para el remate».
De lo tratado en dicha
reunión nos da cuenta “La Provincia”
en su edición del día siguiente a su celebración.
«Ayer se reunieron en el salón principal del Ayuntamiento
los señores futuros accionistas de la Compañía Rematadora de las Obras de
reparación de Carreteras. Los señores presentes representaban cerca de 900
acciones, mas de las dos terceras partes de las que han de constituir el
capital social.
En su vista se acordó facultar a la comisión gestora para
constituir la compañía y depositar en el Gobierno civil de la provincia la
fianza correspondiente, y proseguir las gestiones encaminadas a la suscripción
del total de las acciones para la constitución definitiva de la Compañía. El
buen resultado de esta empresa, hija del entusiasmo despertado en todos los que
han puesto su material concurso para el mejor éxito de ella es digna en la presente
ocasión del mas sincero aplauso y del elogio mas entusiasta, siquiera sea por
el patriotismo mostrado por todos.
Así y no de otra forma se hace Patria. Con hechos como el
presente se consolida un pueblo. Los elementos de Las Palmas que han respondido
al llamamiento hecho a su altruismo han puesto con su conducta muy por alto el
ideal de una raza, generosa siempre, siempre dispuesta al sacrificio. La isla
tendrá carreteras, y no deben regatearse las alabanzas, mejor los justos plácemes».
El sábado 17 de abril, “La Provincia” publicaba la convocatoria
que le había remitido el Presidente del Cabildo Tomás de Zárate.
«Convocatoria. Sociedad de reparaciones de carreteras. Se
convoca a todos los Sres. Suscriptores de acciones para la sociedad anónima que
ha de constituirse a fin de subastar las reparaciones extraordinarias de las
carreteras de Gran Canaria, a una reunión, que se celebrará el jueves, 22 del
corriente, y hora de las tres de la tarde, en el salón de actos públicos del
Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, con el siguiente objeto: 1.º Aprobación
definitiva de los Estatutos por que ha de regirse dicha sociedad. 2.º Elección
del primer Consejo de Administración de la misma. Se hace presente que la
reunión se celebrará cualquiera sea el número de señores suscriptores de
acciones que concurra. Las Palmas, 16 de Abril de 1915. Tomás de Zarate
Morales, Presidente; Salvador Manrique de Lara, Vice-presidente; Gustavo
Bascaran, Santiago Gonzalez Martin, Domingo Rodríguez Quegles, Antonio Cuyas y
G. Corvo, Vocales».
Más significativo y
relevante iba a ser la reproducción que “Diario Las Palmas” en su edición del
lunes 19 de abril, hacía de un artículo de la “Gaceta de Obras Públicas” referido a la reunión anterior de esta
sociedad, como antesala a la reunión convocada para la constitución de la
sociedad, de la que entresacamos los pretendidos argumentos e intenciones.
«Merece consignarse un hecho que debe fijar la atención del
Ministro de Fomento por lo significativo y elocuente. El hecho es que en el
salón de sesiones de las Casas Consistoriales de Las Palmas, se ha celebrado
una sesión importante, presidida nada menos que por el Presidente del Cabildo
insular, á la cual asistieron vocales de dicha Corporación y otras personas.
(…) para estudiar un proyecto de Estatutos de una Sociedad dedicada á tomar
parte en la subasta de las reparaciones extraordinarias de carreteras (…) No ha
sido por hacer un negocio. No ha sido para buscar una ganancia. No. Ha sido
ante la perspectiva, ó temor fundado, de que no haya quien tome parte en las
subastas, á causa de las condiciones impuestas por el Ministerio de Fomento.
(…) si las subastas quedan desiertas las 800.000 y pico de
pesetas destinadas á la Gran Canaria no irán á beneficiar esa isla necesitada
del arreglo de sus carreteras, y que es de rigor y justo que aquel importe vaya
á manos de los jornaleros de esa comarca para el remedio de sus males.
(…) Lo hemos dicho muchas veces, y estimamos un deber de
lealtad repetirlo, por lo mismo que creemos en las inmejorables intenciones del
Ministro de Fomento: Anunciar subastas en condiciones inaceptables, es como no
anunciarlas, y, lo que es peor, dar esperanzas á la masa pública que luego
resultan fallidas y desacreditan á los Gobiernos.
(…) Que tenemos razón en nuestras afirmaciones lo dice la
sesión á que nos hemos referido al principio, la cual viene á ser una protesta
indirecta contra las medidas del Gobierno en materia de subastas de obras públicas».
Para nuestros Anales,
escaso interés tiene conocer como resultó la adjudicación de las subastas de
carreteras, y si las mismas fueron adjudicadas a esta “patriótica sociedad”. Nos interesaba más conocer de los
comportamientos de entonces, de conocer cómo se dibujaba un falso escenario,
que en su tramoya ocultaba un gran negocio de las personas que participaban en
él, y que en multitud de ocasiones luego comparecían como benefactores de la
isla, entre los que se encontraban muchos de Arucas o con sus negocios aquí.
Ya a finales de abril,
el barrio del Trapiche anunciaba sus ya tradicionales fiestas en honor de san
José de la Montaña. El sábado 24 «víspera
por la noche habrá paseo en la plaza con música y un variado número de fuegos
artificiales confeccionados por un gran pirotécnico y además cínematógrafo al
aire libre, para lo cual están preparadas grandes películas. Al día siguiente
misa rezada á las 7, á las 10 gran función con panegírico a cargo de un gran
orador sagrado. Terminada la función saldrá el santo en procesión con banda de
música. Habrá gran feria de ganado, pues hay mucho entusiasmo en todos los
labradores. A las cuatro habrá carrera de cintas á bicicleta y paseo con música
en la plaza».
Ese sábado día de la
víspera de la fiesta en el Trapiche, “El Diario
Las Palmas” publicaba un remitido desde Arucas firmado por “X”, que extendía el debate sobre los “repartos” a la opinión de los vecinos,
no dudando que alguno de sus autores son personas inducidas o utilizadas por
los políticos locales, cada cual “arrimando
el ascua a su sardina”, sin prejuzgar la de otros que responden a la propia
voluntad personal de participar en el debate y manifestar su opinión.
«LOS REPARTOS. ¡Valganos Dios, y que difícil es contentar á
todos! Suprimidos aquí los consumos y substituidos por un reparto vecinal, todo
eran alabanzas al Ayuntamiento que, prescindiendo en absoluto de conveniencias
políticas y privadas, había hecho desaparecer una forma de tributación reputada
por casi todos, como la más irritante é
injusta. Las operaciones preliminares marcharon
como sobre carriles; nadie protestaba, muy contado fué el número de los que
tuvieron que hacer alguna observación y estos pocos fueron atendidos en todo
cuanto se creyó de justicia y así lo reconocieron. A las sociedades importantes
como la Heredad de aguas de Arucas y Firgas, que no venían contribuyendo con
nada á las cargas del Municipio, se le asignó como cuota unos cuantos miles de
pesetas; á los grandes propietarios, tales como los Señores Marqués do Arucas,
Gourié y otros que, dicho sea en su honor, siempre han mostrado el mayor interés
en que prospere e! nuevo impuesto, también se les señalaron cuotas crecidas, y
á las clases pobres, por último, se les rebajó la cuota, hasta el límite mínimo
que la Ley permite, de tal modo, que los que no cuentan con nada más que su
jornal, sólo tendrán que pagar unas 5 cuantas pesetas y céntimos al año.
Parecía pues, lo natural que, habiéndose reconocido por
todos, la equidad conque se había hecho el reparto, nadie habría de reclamar contra
él, resignándose las personas pudientes á sobrellevar la carga proporcional que
les correspondía, en gracia al enorme beneficio que reportaba á las clases
trabajadoras, que, con los consumos, venían pagando al año de 50 á 60 pesetas
por familia de 5 á 6 individuos. Sin embargo, no ha sido así; á última hora y cuando
menos se esperaba, unos cuantos señores, que sin duda creen más justos y
equitativos los antiguos consumos, han presentado una pro testa, pidiendo la
nulidad de los repartos. Y no se crea que fundamentan su oposición en que el
Ayuntamiento haya cometido arbitrariedades ó injusticias al asignar las
respectivas cuotas, nada de eso; su protesta es porque interpretando á su manera
una R.O. de Gobernación, de Septiembre último, pretenden que las dos terceras
partes del reparto, unas 44.000 pesetas, sólo deben pagarlas los empleados y
jornaleros. ¿Es encantador el altruismo de estos señores!
Y todavía éstos tienen el mérito de la franqueza; ¿pero que
hemos de decir de otros que, no atreviéndose á dar la cara, trabajan
solapadamente para hacer creer á la clase jornalera que las cuatro pesetas que
se les asignan en el reparto, son una especie de robo que ellos, los redentores
no están dispuestos á consentir?
Lamentable es que estos apóstoles se aprovechen de la
ignorancia de algunos infelices, para hacer atmósfera contra un sistema de
tributación que tanto beneficia á los pobres, con el solo fin de eximirse de
pagar un puñado de pesetas; pero confiemos en que el Cabildo, no dejará
prosperar esta pequeña combinación.
Resumen: Que el Ayuntamiento para substituir las 70.000
pesetas que le producían los consumos, ha establecido un reparto de 66.000; que
la inmensa mayoría está conforme con él; que una minoría egoísta protesta para
ahorrarse unos cuartos y por último, que si Dios ó el Cabildo no lo remedian,
el Ayuntamiento tendrá que volver á establecer los consumos para atender sus
gastos. X. Arucas, Abril de 1915».
El periódico “La Provincia”, en su edición del
viernes 30 de abril, publicaba otro escrito remitido desde Arucas y firmado por
Moisés Pérez en relación con los “repartos”.
«El restablecimiento de los consumos. Casi todo el
proletariado de esta ciudad protesta del nuevo impuesto sobre utilidades,
implantado recientemente por este Municipio, y pidieron la vuelta de los
consumos.
Pero el pueblo ha evolucionado. En poco tiempo ha sentido
una reacción saludable. Se ha dado cuenta de que era engañado por sus
incondicionales predicadores, y protesta a las calladitas, pero protesta, de la
vuelta de ese inhumano impuesto. Ha visto que por consumo pagaba un jornalero,
con cinco o seis de familia, de 125 a 150 pesetas anuales, y ahora tan solo
tributa con cuatro.
Ya, como que este impuesto pesaba todo él sobre la clase
pobre y la sufrida clase media, la más castigada de todas, pues las bases inciertas
que la sostienen se tambalean al impulso de las enormes cargas que el Estado
hecha sobre sus doloridas espaldas.
La instancia presentada hace días en este Ayuntamiento por
varios propietarios, en contra de éstos repartos, ha contribuido notablemente a
despertar la opinión. Su argumentación ha sacudido la modorra habitual de este
pueblo.
Cualquiera hubiera supuesto que esa protesta iba concebida
en otros términos, es decir, pidiendo reparaciones, combatiendo abusos. Pero no;
“únicamente” se protestaba da la ilegalidad del reparto para cubrir el déficit.
Este no debía girarse sobre las utilidades de la propiedad, sino sobre las de
sueldos y jornales.
A propósito de este reparto, el trabajo principal de sus
detractores ha consistido en hacer creer al pueblo que el destino que había de
darse al dinero recaudado por este concepto, era el de pagar deudas atrasadas
del municipio.
Aparte de otras cositas mucho más sabrosas y no menos
edificantes. Pues bien; esta justa protesta la basaban en la R.O. del Sr. Bugallal
de 17 de Septiembre da 1914, es decir en una R.O. que deroga la ley del Sr.
Canalejas de 12 de Junio de 1.911, la cual establece el impuesto sobre “todas”
las utilidades.
Y es natural, la mayor parte de los Ayuntamientos de toda
España, al igual que éste, han girada dicho impuesto sobre las utilidades en general,
por que han visto, primero: que una R.O. no puede anular a una ley; y segundo:
que es inocente creer que con las utilidades por jornales y sueldos hay suficiente
para cubrir el déficit da los presupuestos. Las pretensiones de esta clase
privilegiada son un “hermoso ejemplo”.
En alguna parte he leído que estos repartos no se han hecho
equitativamente, que se ha ocultado la riqueza, que se han cometido atropellos.
Yo invito al que quiera a que me lo demuestre públicamente; y con esto no quiero
decir que deje de haber injusticias, pues sinceramente soy de los que creen que
las hay, pero no esas injusticias de que se habla, sino pequeños errores que en
la nueva implantación de estos impuestos, no ha podido ser menos de que
existan; pero esa meditada y enorme ocultación, yo desearía que alguien me lo
demostrara, pues es muy cómodo sostener campañas sin tomarse el trabajo de
estudiar los asuntos y alegando injusticias que no existen más que en las
acaloradas testas de ciertos individuos.
Acabo de ver una instancia con muchos cientos de firmas
dirigida al Ministerio de Hacienda. En ella se le interesa prohiba la vuelta de
los consumos. Ignoro el resultado que dará, pero si puedo asegurar que los
repartos no serán aprobados y si acaso se autorizan, será bajo las bases
establecidas en la Real Orden del Sr. Bugallal. Y viva la democracia....
Moisés Pérez.»
El 7 y 8 de mayo,
viernes y sábado, inserta “La Provincia”
otro remitido desde Bañaderos firmado por José
F. Ardanaz, que por su extensión dividía y publicaba en esos dos días, y
que reproducimos continuados para su mejor lectura, distinguiendo el obligado
corte del periódico.
«El restablecimiento de los consumos. En LA PROVINCIA
correspondiente al 30 del pasado, aparece un artículo de don Moisés Pérez en el
cual trata de defender y justificar la gestión administrativa del Ayuntamiento
de Arucas, en la ya manoseada cuestión de los repartos municipales que ha tratado
de implantar este año.
Como vecino de esta ciudad primero y por que veo o creo
verme aludido veladamente en dicho artículo por el Sr. Pérez, voy a contestarle
tambien públicamente para que dicha señor no llegue a abrigar la errónea creencia
de que con su escrito ha puesto las cosas en su lugar y que yo tal vez no me atreva
a publicar lo que tengo manifestado en forma privada, acaso por haber lanzado acusaciones
inexactas o impulsado por la ciega pasión, sentimiento que a la postre viene a
ser el que falsea todos los juicios. A ninguna de las dos causas obedecen las
determinaciones de mi voluntad en esta cuestión.
Lo que yo he manifestado sobre el asunto por carta particular,
dirigida a quien debía saberlo y podía poner remedio, lo he dicho sin ambas ni
rodeos, sencillamente, como cuadra a mi carácter y sobre todo sin estímulos de
nadie, toda vez que asi obré porque me consideré perjudicado en mis intereses
con las cuotas que me impusieron en los repartos, de compararlos con las de otros
vecinos que cuentan bases de tributación distintas a las mias, y después de que
a dicha correspondencia privada nada se me contestó, hoy se me quiere llevar al
estadio de la prensa por una especie de reto indeterminado, a cuya invitación
acudo dando la cara al sol, porque no me duelan prendas ni he dicho nada que no
se pueda decir. Repetiré, pues, aquellos mismos concretos, aunque la forma de
exponerlos sea distinta.
En la cuestión de que se trata convendrá conmigo mi
preopinante que hay que distinguir dos aspectos o formas de recaudación marcadamente
distintas aunque relacionadas ambas con la Hacienda local del municipio de
Arucas; estos dos aspectos, son: el impuesto sobre las utilidades destinado a cubrir
el déficit del actual Presupuesto municipal y el reparto por consumos.
Dice el articulista a quien contesto que al pueblo se le ha
hecho creer (él sabrá por quien) que el dinero procedente de la recaudación por
el impuesto sobre el déficit será destinado a pagar deudas atrasadas del Municipio.
Me alegro que así no sea, aunque yo tampoco creía tal especie. Pero ¿con que
recursos ha cubierto el Ayuntamiento de Arucas hasta la fecha los gastos
consignados en su Presupuesto, forzosamente nivelado con aquellos ingresos? Yo
espero que me dirá que con los mismos que cuentan otros municipios, esto es,
con lo de bienes de propios, con el 16 por 100 sobre las contribuciones, con el
50 por 100 sobre las cédulas personales, con los remates, los consumos, etc. ¿Y
cual de éstos ha dejado de percibir hasta la fecha? Yo creo que ninguno.
Pues bien; si hoy al suprimir los consumos se ha de ver
precisado el Ayuntamiento a allegar de alguna otra parte el total que su
recaudación le producía y con cuya cantidad nivelaba los Presupuestos,
necesariamente tiene que acudir al pueblo para que le de en una u otra forma
aquellos recursos que le hacen falta. Y suponiendo que sean 70 ú 80.000 pesetas
las necesarias para este caso, tendrá que dividirlas en dos porciones, una para
recaudarla como reparto por consumos y la otra, que constituye el déficit, es
preciso repatirla, acogiendose a lo que determina la ley de 12 de junio de
1911, sobre “todas” las utilidades.
Hasta aquí, supongo yo, estará de acuerdo con lo apuntado. Lo
que sigue es mas “sabroso” y “edificante”.
Para hacer el reparto por ambos conceptos, por déficit y
por consumos, es mi parecer que deben tomarse como bases proporcionales para el
primero la cuantía que se representen las utilidades con que cuenten los vecinos
y no solamente los sueldos y jornales y para los segundos, el consumo probable
de cada familia. Esto último es lo legal, aunque no es mi creencia que sea precisamente
lo justo y equitativo; pero ateniéndonos a lo que está preceptuado legalmente,
voy a seguir discurriendo.
Dice el Sr. Pérez: “En alguna parte he leído que estos
repartos no se han hecho equitativamente, que se ha ocultado la riqueza, que se
han cometido atropellos”.
Y como una cosa parecida a lo transcripto he dicho yo en
carta particular, (la cual según se ve ha sido leída por alguno más que por su
destinatario y eso me place) voy a procurar “demostrarle públicamente” 1º que
los repartos no se han hecho equitativamente 2° que hubo ocultación de riqueza
y 3º que si no hubo “atropellos” al menos se cometieron actos cuya denominación
dejo al buen criterio del Sr. Pérez y del público en general.
En primer lugar en el reparto que se hizo para cubrir el
déficit, a mi que tengo de sueldo oficial al año como Maestro nacional de esta
Escuela 1.100 pesetas con el 1'20 por 100 de descuento por pagos al Estado, me
han impuesto una tributación de 19’44 pesetas y conozco a otro señor que poseyendo
casa propia y terrenos y con sueldo anual efectivo de 960 pesetas que pesan
sobre el Presupuesto municipal soló le han impuesto 13'52 pesetas; se de otro vecino
que teniendo un jornal de tres o mas pesetas le han cargado por dicho concepto
2’86 pesetas y a una señora, hoy cabeza de familia por ausencia de su marido,
que teniendo, ademas de casa propia, una hermosa tienda que le da según confesión
de la interesada mas de mil pesetas al año de utilidad, le han impuesto 3'43
pesetas.
(Continuará) >>>> (Conclusión)
Análogamente ocurre con el reparto de consumos. Ya se sabe
que lo legal es repartirlos á proporsión del consumo probable de cada familia, “el
cual está en razón directa de los individuos que la componen; pues para que se
vea la equidad que ha presidido al repartir las cuotas, citaré estos casos: mi
familia está compuesta de “tres” personas y se me señaló para el pago de consumos
9'28 pesetas; conozco a otra familia compuesta de la madre y tres hijos que le
han echado 1'64 pesetas; otra formada por el matrimonio y cuatro hijos que le impusieron
por igual concepto 3’69 pesetas; otra con ocho individuos (6 hijos y el matrimonio)
que no tiene que pagar más que 1’34 pesetas.
¿Es esto repartir las cantidades equitativamente?
Respecto a la ocultación de la riqueza, es probable, casi seguro,
que el articulista a quien contesto sabrá también o mejor que yo quienes sean
los individuos que, unos más otros menos, han escamoteado en su declaración una
parte de sus bienes, de manera que si de lo que se trata con la invitación que
hace si Sr. Pérez para que se diga quienes son los individuos ocultadores de la
riqueza es armar una zancadilla al manifestante, por ese lado no seré yo la víctima
propiciatoria que tal haga, pues si quiere dicho señor satisfacer su deseo
sobrados serán los datos que hallará en las oficinas donde presta sus servicios
para enterarse de cuanto sobre este particular quiere. Esto no obstante y para
que no se diga que ni botón presento para muestra, voy a relatar un hecho
manifestado en mil presencia por un señor concejal que lo presenció.
Es el caso que un vecino declaró en su hoja correspondiente
que lo que poseía en fincas urbanas era “media casa”; en la sesión previa que
celebró la Junta municipal antes de proceder al reparto, extrañó y provocó la
hilaridad de los concurrentes la lectura de dicha hoja y entonces uno de los ediles
manifestó que cómo era aquello, cuando el tal individuo poseía una hilera de
casas (y esto es muy cierto) a lo que otro concejal dijo que podian ponerle “una”
casa, y así, sin más reparos de nadie, quedó aceptada la proposición. ¿Y las
demás de la hilera? Y a tenor de este vecino ¿que habrán hecho otros muchos en
toda la jurisdición de Arucas?
¿Y no recuerda tambien el firmante del artículo que contesto,
suponiendo que estuviera presente cuando ocurriera el caso, de haber entregado
un muchacho de esta barrio en las oficinas municipales la hoja declaratoria con
las utilidades de su casa, firmada por su madre (hoy cabeza de familia) y que
alguno de los empleados, pareciéndole excesiva la cantidad declarada rompiese dicha
hoja y llenaran otra en el acto poniendo en ella una partida mucho menor de la
consignada por la propia interesada?
Por otra parte celebro infinito la sinceridad de don Moisés
al afirmar que está conforme en recoger que efectivamente en la aplicación de
los repartos se han cometido injusticias; sólo que, según dice, no son tan
graves como se las quiere representar, sino pequeños errores deslizados inadvertidamente
e inevitables en la implantación de todo nuevo servicio.
Cuando a mi se me demuestre el porqué he de pagar yo con tres
personas de familia 9'28 pesetas por consumos y otra de cuatro personas no ha
de pagar mas que 1'64 pesetas, y otra de seis personas 3’69 pesetas, y otra de ocho
personas 1’34 pesetas y porque a mi con 1086.80 pesetas de sueldo efectivo anual
me cargan 19'44 pesetas por el déficit y a otro vecino con casa propia, tierras
y un sueldo efectivo de 960 pesetas no le cargan mas que 13’52 pesetas, etc.,
etc., créame el Sr. Pérez, cuando todo esto se me aclare o demuestre que es legal,
inmediatamente retiraré hasta la última letra que llevo escrita sobre el
asunto; pero mientras esos datos queden en pié tal como fueron distribuidos,
seguiré sospechando que al repartir las cuotas oontributivas, lejos de aplicar
para ello la regla llamada de distribución proporcional que nos enseñan los tratados
de Aritmética; más parece se ha empleado el sistema del reparto a voleo como quien
distribuye simiente en una parcela de terreno.
Ultimo párrafo para terminar. El Sr. Pérez dice que el pueblo
se ha percatado de la conveniencia de que no vuelva el inhumano impuesto de
consumos, porque, según afirma “ha visto (el pueblo) que por tal concepto
pagaba un jornalero, con cinco o seis de familia, de 125 a 150 pesetas anuales,
y ahora tan sólo tributa con cuatro”. Aquí también mis apreciaciones son contrarias
a las suyas. Soy demócrata por convicción, amo y venero al pueblo como el que más
y precisamente por esos mismos principios democráticos que sustento y porque quisiera
que el elemento trabajador se viera más favorecido y considerado por los legisladores
y clases privilegiadas de nuestra sociedad, por eso mismo acepto desconfiado la
supresión del impuesto de consumos en la forma indirecta como hasta ahora; pues
juzgando “a posteriori” por lo ocurrido en Madrid, Barcelona y otras poblaciones
que hace tiempo los quitaron, abrigo la creencia de que esos mismos jornaleros que
antes pagaban de 125 a 150 pesetas indirectamente hoy pagarán cuando quiten los
fielatos esas mismas pesetas más las cuatro o cinco que el Ayuntamiento les imponga.
¿No lo cree así el Sr. Pérez? Pues pregúnteselo en confianza a los tenderos.
José F. Ardanaz. Bañaderos de Arucas mayo de 1915».
Entre tanto el debate
por “los repartos”, se difundía el
programa de festejos que había preparado el barrio de Montaña de Cardones para
los días 15, 16 y 17 de mayo, de viernes a domingo, en honor de su patrono San
Isidro.
«Día 15 á las 12 repique general de campanas; elevación de
globos aerostáticos y la gran comparsa de gigantes y cabezudos recorriendo las
calles anunciarán la gran fiesta. Por la noche á las 7 y media gran función
religiosa con sermón y á la terminación, paseo y fuegos artificiales de
afamados pirotécnicos.
Día 16 á las 6 de la mañana toque de Diana. A las 9 gran
función religiosa á toda orquesta en la que predicará el M. lltre. Señor
Secretario de cámara y gobierno do éste Obispado Dr. D. Justo Marquina; á las
11 saldrán en procesión las imágenes de S. José, S. Isidro Labrador y Nuestra
Sra. del Carmen estrenándose una preciosa imagen de Santa María de la Cabeza
(esposa de San Isidro) debida á la generosidad y virtudes de la Sra. esposa de
D. Fernando Guerra. A las 2 de la tarde del mismo día gran luchada en la que 18
luchadores de este pago y del Ingenio desafían á todos los luchadores de la
Isla y los de 3 luchas de ventaja serán gratificados con una importante suma en
metálico. A las 4 paseo con música y por la noche verbena.
Día 17 á las 9 de la mañana gran gira á la planicie de
Montaña Blanca y allí grandes sancochos de patatas y salpreso».
Coincidiendo con el día
de San Isidro, el sábado 15 de mayo, “La
Provincia” publicaba en su página 3, una pequeña rectificación del autor
del escrito remitido por el Maestro de Bañaderos.
«Rectificación. En el artículo qua dias pasados escribí en
LA PROVINCIA, contestando a don Moisés Pérez sobre los repartos relativos al
déficit y consumos del Ayuntamiento de Arucas dije que á un señor “con casa
propia, terrenos y 960 pesetas de sueldo oficial efectivo” le habían impuesto
como cuota contributiva por déficit 13'52 pesetas, y hoy, mejor informado,
rectifico que dicho señor a quien me refiero no posee la casa ni los terrenos
en propiedad, sino que los viene usufructuando desde hace años como si fuesen
suyos, lo que para los efectos del reparto en nada disminuye la fuerza de mi
alegato. Pero conste así. José F. Ardanaz. Bañaderos de Arúcas, Mayo de 1915».
Además incluye el
periódico en su primera página la réplica al anterior firmada por el replicado
Moisés Pérez, que por su extensión el periódico la concluye en la edición del
lunes 17 de mayo, y que aquí reproducimos continuadas. Aclaramos previamente
que el término “utilidades”, en el
sentido fiscal de entonces hace referencia a los “rentas o beneficios obtenidos”.
«Incongruencias. Lamento muy de veras que D. José F. Ardanaz
haya tomado como pretesto para contestar a mi escrito anterior, la creencia de
que en él se veía aludido veladamente por mí. En cuanto a hacerlo con su
carácter de vecino lo creo muy justificado, pues está en su derecho.
Procuraré ser lo más breve posible en esta réplica a fin de
no abusar demasiado de la generosa hospitalidad que LA PROVINCIA me ha dispensado,
dando cabida en sus columnas a mis mal zurcidos artículos.
Dice el Sr. Ardanaz en su escrito, “que se le quiere llevar
al estadio de la prensa por una especie de reto indeterminado”. A esta
afirmación opongo una rotunda negativa. Diga el Sr. Ardanaz qua ha visto, en esta,
una ocasión preciosa para atacar una vez más a la autoridad local y lo creeré.
Tenga la seguridad D. José F. que al trazar mi humilde
pluma las líneas de dicho escrito no quiso dejar en pos de ellas la incertidumbre
de que pudieran ser dirigidas a usted. El deseo de hacer resplandecer la
verdad, tan falseada en esta ocasión, fue el único sentimiento que me indujo a
escribirlas. ¿No me creéis? Lo siento.
Habla el Sr. Ardanaz de una correspondencia privada, de la
que, con motivo de su artículo, y por recientes manifestaciones del Sr.
Alcalde, he venido enterarme sostuvo con dicho señor, y de la cual hasta dicho
día no tuve conocimiento, pues aquello de que “en alguna parte había leído”, lo
decia refiriéndose a un artículo publicado en un diario local que no menciono
por no herir susceptibilidades, pero que estoy dispuesto a citar si asi le place
a mi respetable contradictor.
No dudo que en mi escrito haya dicho yo algo igual o
parecido a lo escrito por el señor Ardanaz en su correspondencia privada, pero
¿es esta una razón para creer había sido leída por mi, su ya mencionada carta? Creo
que la imaginación un tanto ofuscada de este señor le hace ver un hecho donde solamente
puede que exista una casualidad.
Hasta aquí el introito de su escrito. Ahora sin cuidarse de
la ropa, se zambulle de golpe en la cuestión legal y me invita a seguirle, cosa
que acepto aunque por distinto camino.
Quiere este señor que convenga con él en que existen “dos
aspectos o formas de recaudación marcadamente distintas, aunque relacionadas
ambas con la hacienda del municipio”, y al efecto dice, que los dos aspectos son:
“el impuesto sobre las utilidades para cubrir el déficit y el reparto por consumos”.
Permítame el señor Ardanaz que le diga, está completamente equivocado. En la
cuestión de que se trata solamente existe una forma de recaudación; el reparto “único”
sobre todas las utilidades.
Enumera los ingresos que el Ayuntamiento ha tenido para
nutrir su presupuesto y termina el párrafo preguntando cual de ellos ha dejado
de percibir hasta la fecha, a lo cual él mismo se contesta que ninguno; pero, a
reglón seguido, se encarga de darse asimismo un completo mentís, pues escribe,
“si hoy al suprimir los consumos”. Claro no podía suceder menos de que viera,
que los ingresos que ha dejado 'de percibir el Ayuntamiento desde primero de
Enero son los que obtenía por este impuesto.
Pero sigue el Sr. Ardanaz y supone, que con él creo yo,
que las 70 u 80.000 pesetas que el municipio necesita para su presupuesto de ingresos,
tendrá que recaudarlas en las distintas formas que ya dejamos enumeradas, por
lo que sostiene que para el repartimiento por el déficit, deben tomarse como
bases proporcionales la cuantía de las utilidades de los vecinos. Conformes; y para
el otro reparto, el consumo probable de cada familia.
Afirmando rotundamente ser esta la legalidad. ¿Quien se
lo ha dicho al Sr. Ardanaz? ¿Ha leido la ley? De forma que la del señor Canalejas
de 12 de Junio de 1911 abole este impuesto, creándose en la misma la sustitución,
y mi distinguido contrincante pretende resucitarlo?
El reparto para cubrir el cupo de consumos y sus
recargos, no es el que se refiere al que autorizaba el Reglamento de 11 de
Octubre de 1898, Sr. Ardanaz, usted involucra; es el “único” reparto de que
habla la mencionada ley, el cual, y por disposiciones ministeriales que la han
adulterado, solo puede girarse como se ha girado, (en general) con las limitaciones
que establece el artículo 14 de la misma, al 0,80 por 100, cuyo gravamen no se
ha utilizado en su grado máximun por no haber sido necesario, de lo que necesariamente
vino a resultar un déficit en el presupuesto, que se cubrió con el segundo
reparto a que se refiere la famosa R.O. del Sr. Bugallal, el que también hubo
que girarlo sobre las mismas utilidades y al 1,86 por 100, (en general). Mejor
dicho, en si estos dos repartos vienen a ser una misma cosa, pues las bases de
imposición para ambos son las utilidades que por todos conceptos obtengan los
vecinos.
He ahi las injusticias que usted cree ver en el
repartimiento sustitutivo. Ha tomado como base para repartir dichas cuotas, el consumo
probable de cada familia y no hay tal, pues su imposición se ajusta a las
utilidades en general. De ahí por lo que resulta que una familia más numerosa
que la vuestra paga menos.
(Continuará) >>>> (Conclusión)
En cuanto a las injusticias que por el repartimiento de déficit
cree ver el Sr. Ardanaz, son igualmente erróneas, pues para probarlas cita
entre otros casos aislados y de ninguna importancia, a un señor anónimo que,
percibiendo un sueldo anual de 960 pesetas que pesa sobre el presupuesto de este
Municipio, y poseyendo además casa propia y terrenos, no se le haya cargado más
que 13,52 pesetas, mientras que a él con un sueldo oficial de 1.100 pesetas se le
ha impuesto la cuota de 19,44 pesetas. Siento decirle, Sr. Ardanaz, que en el
presupuesto de este Municipio no existe partida alguna librada por sueldos de
esa cuantía, cosa que si quiere puede comprobar.
Ahora bien, si ese sueldo se refiere al que se libra al
municipal del barrio del Bañadero, me veo en el caso de decirle que igualmente
está equivocado, pues dicho sueldo no es de 960 pesetas, sino de 750, siendo el
resto hasta completar el total de lo que sobra, la cantidad que para pago de la
casa-habitación le tiene asignado el Ayuntamiento; cantidad sobre la que es imposible
repartir cuota alguno.
El Sr. Ardanaz me prometió probar la enorme ocultación,
que dice, ha habido al confeccionar los repartos, así como los atropellos e injusticias;
pero con asombro veo que termina su artículo sin hacer una ni otra cosa. Únicamente
cita otro caso aislado de usa casa, que por razón formar la “hilera” varios cuartos-habitaciones
se consideró como una sola finca, imponiéndose a todos ellos, en conjunto, la
utilidad que devengaban entonces.
¿Dónde está, pues, la enorme ocultación de que habla el
Sr. Ardanaz, las injusticias y los atropellos? Por que no creo se refiera este
Sr. a la ocultación insignificante que hace un propietario de uno o dos
celemines de tierra, de una habitación etc. etc. o refiriéndose a usted mismo
Sr. Ardanaz, la que V. pudiera hacer, caso de que, suponiendo diera clases particulares,
dejara de relacionar las utilidades que por este concepto percibiera, en su hoja
correspondiente; esto es “pecáta minuta”. Por lo demás, no citando casos concretos
¿como es posible desarrollar la discusión en un terreno firme?
Y por si todo esto fuera poco, el hecho cierto, el dato
más elocuente es el siguiente; la utilidad imponible en los repartos de este
pueblo por contribución territorial, es la de 213.737,47 pesetas: la utilidad
declarada en los nuevos repartimientos es la de 2.856.339,00. ¿Cabe alguna duda
sobre la imaginaria ocultación del Sr. Ardanaz? Si alguna pudiera tener aun
este señor ahí tiene la noble declaración de “El Tribuno” que sin rodeos de ninguna
especie ha dicho, que los repartimientos de Arucas no han podido ser mejor
hechos. Además, para que existiera la completa equidad, sería necesario una revisión
general de la riqueza del término, cosa completamente imposible si se tienen en
cuenta el corto plazo de que disponía la Junta Municipal para realizar dichos trabajos.
Créame el Sr. Ardanaz, quedamos... igual que ayer.
En cuanto a la relación que este señor hace de un
muchacho que presentó una hoja declaratoria y que un empleado de este Municipio
pareciéndole excesiva la cantidad declarada la rompió, debo contestar al señor Ardanaz,
que por gran coincidencia, las relaciones presentadas que hayan sido llenas por
los propios interesados son en corto número, (cuatro o cinco) entre ellas la de
dicho señor; pero aún admitiendo la hipótesis de que dicha hoja venía llena, ha
de saber, que tanto mis compañeros como yo, nos ajustamos en todo servicio a
las instrucciones recibidas, y que si dicha declaración se reformó fué ciñéndonos
precisamente a los tipos que de antemano se nos había dado por la Junta, pues
no es justo que ningún contribuyente por ignorancia resulte perjudicado, y nunca
procediendo, como parece quiere indicar el señor Ardanaz, por voluntad propia.
Termina este señor su escrito haciendo un canto a la
democracia, pero cree que el proletariado se ha perjudicado con la supresión de
los consumos, por cuanto los artículos gravados no serán abaratados por los tenderos.
Creedme, señor Ardanaz, o el afán de contradecirme os
ciega o no sois demócrata.
¿De manera que ponéis en duda la bondad de la ley del Sr.
Canalejas por la sola creencia de que esos artículos no se venderán más
baratos? ¿basado en una hipótesis? Decidme, señor Ardanaz, ¿contra las contravenciones
a las leyes no debe estar la acción fiscalizadora de las autoridades? Que esta
son negligentes ¿es ello motivo para dudar de que esa ley es buena, es
demócrata?
El Ayuntamiento de Arucas percibía por consumos unas 70 u
80.000 pesetas. La población está compuesta de más de 12.000 almas. El 97 por
100 de estos individuos son pobres, luego ¿sobre quien ha pesado siempre ese
impuesto?
Moisés Pérez».
En el transcurso del debate
técnico-político del Oficial Mayor del Ayuntamiento de Arucas, Moisés Pérez, y
del Maestro de Bañaderos, José F. Ardanaz, acontece la convocatoria de la
Comisión Permanente del Cabildo del 19 de mayo, que incluía entre los asuntos a
tratar »(b) Reparto
para cubrir el déficit del presupuesto ordinario de 1915 del Ayuntamiento de
Arucas».
Celebrada la sesión de dicha Permanente se iniciaron las típicas actuaciones
dilatorias, en este caso el acuerdo remite al informe de la Contaduría que era
de suponer fuera preceptivo por ser obligado a un asunto técnico «—Quedó para informe de Contaduría las
reclamaciones contra el reparto para cubrir el déficit del Ayuntamiento de
Arucas».
Por este tiempo la Azucarera de San Pedro ya había reducido
sus volúmenes de elaboración de azúcar, prácticamente para dar salida a la caña
adquirida, consecuencia de una arte a que el precio de venta al público ya no
aportaba los buenos márgenes de beneficios al tener que competir con los
azúcares peninsulares que habían obtenido la “desgravación fiscal” a su entrada en Canarias como parte del
territorio del Estado, y de otra parte la bajada del consumo ante la crisis de
la Gran Guerra. «Con motivo de haberse
terminado la zafra en la fábrica de azúcar de Arúcas han quedado numerosos obreros
sin trabajo».
La reducción de los volúmenes de
elaboración de azúcar comportó la introducción de la contratación de jornaleros
exclusivamente para los tiempos de zafra, quedando la azucarera con una
plantilla mínima que se ocupaban en la elaboración de licores.
Dos días después
de la celebración de la sesión de la Comisión Permanente del Cabildo, viernes
21 de mayo, “La Provincia” incluye un
nuevo escrito remitido por José F. Ardanaz, con contrarréplica.
«Aclarando conceptos. En el artículo que Don Moisés Pérez
publica en los números 15O3 y 15O5 de LA PROVINCIA, contestando a otro mío de
días anteriores, manifiesta que en su primer escrito del 30 de Abril pasado no
hacia alusión a la carta que yo había dirigido antes a otra persona y que por
tanto su invitación tenía carácter general y concluye afirmando que lo que yo
hice en esta ocasión fué aprovechar un “momento precioso” para atacar una vez
más a la Autoridad local de Arúcas.
Cualquiera que lea lo que dice el señor Pérez creerá
cuando menos que yo estoy en acecho, dominado de una pasión agresiva, siempre
dispuesto a exteriorizar esa supuesta animosidad por cualquier pretexto que se presente
por la menor falta ya por comisión u omisión en que puedan incurrir las Autoridades
de este Municipio.
No, Don Moisés; padece V. en este caso una lamentable
equivocación, y si reflexivamente es tal su creencia, yo le envío mi protesta
rechazando el innoble proceder que gratuitamente me atribuye.
Lo que hay es que yo, moralmente hablando, como ciudadano
y como profesional poseo una noción muy clara de mis deberes y derechos, y con
estos reguladores de la vida humana siempre a la vista, me esfuerzo en cuanto
puedo por dejar cumplidos satisfactoriamente los primeros, y como no llega mi virtud
al grado de mostrarme resignado y conforme cuando creo que los segundos no se
me respetan por alguien, sea quien fuese, entonces surge de mi la protesta o
queja, la cual procuro exponer más o menos documentada, pero siempre sincera,
respetuosamente y con nobleza.
¿Ignora acaso el Sr. Pérez que las Autoridades todas
necesitan que se les señalen sus errores cuando los cometen para que los
corrijan una vez advertidos? ¿O es que cree dicho señor que los de Arúcas son
infalibles y que además que sean invulnerables?
En las dos ocasiones que yo me he quejado del proceder de
esta Autoridad local he creído tener perfectísima razón para ello, y por si lo
ignora mi ilustrado impugnador, bueno es que sepa que si la primera vez acudí
con mi queja a región más elevada (y siento mucho haya escocido tanto mi determinación)
fué porque en primera instancia, en el mismo Arúcas donde formulé mi queja
verbal no dieron oído a mi demanda, consintiendo que un enfermo de viruela
denunciado por mí ante el Sr. Inspector de los municipales, siguiera viaje en automóvil
público con los pasajeros que íbamos en el mismo, y en el presente caso he
protestado también porque he creído y aún sigo creyendo que en los nuevos
repartos se me ha cargado cantidad mayor proporcionalmente a lo que tienen
otros muchos en Arúcas. ¿Qué quiere el Sr. Pérez que porque a él se le antoje
hemos desacatar sumisos, cual siervos de la gleva, todo lo que dispongan
nuestras Autoridades locales? Pues por lo que a mi respecta, sus deseos, si
tales son, no se verán jamás cumplidos, porque tropiezan con quien no ha sabido
nunca adular ni menos hacer dejación de sus derechos para obtener una sonrisa
de nadie ni ofrecerse como protegido de quien nada quiere que no sea el producto
o asignación convencional de su trabajo.
Yo bien sé que todos tenemos faltas que reprender, que la
tolerancia mutua es necesaria en muchísimas ocasiones y que resultaría perturbador
llevar todo a punta de lanza; pero cuando son grandes los intereses que
peligran por nuestra poca diligencia en el obrar, es un alto deber de
ciudadanía salir a la defensa de aquellos intereses, y por el contrario
encubrir o callar las falsas o descuidos del negligente es en ocasiones tan
punible como la falta misma.
Por lo demás tenga la seguridad el señor Pérez que yo
estimo y respeto tanto como pueda estimar y respetar él a las Autoridades de
esta Municipio y que la enemiga hacia ellas que tan ligeramente me supone es una
idea localizada sólo en la mente del propio señor a quien contesto.
Y viniendo ahora a la cuestión que ha servido de motivo a
esta polémica y después de leer el último escrito de don Moisés, por mi parte
termino manifestando:
1º. Que yo no me he dado ningún mentís en parte alguna de
lo que llevo escrito, pues al decir que el Ayuntamiento de Arucas no ha dejado
de percibir todos las ingresos para cubrir su presupuesto, me refería cuando
dije “hasta la fecha” a la de 1° del año actual, que es cuando empieza esta cuestión
que nos ocupa.
2º. Que es verdad he incurrido en algunos errores por
estar mal informado, como ha sido en cuanto al sueldo de este Agente municipal
de la Costa.
3º. Que es enteramente cierto doy algunas clases
particulares después de mi servicio oficial y de cuya utilidad que me
proporcionan no declaré en la hoja por inadvertencia primero y después por no
hallar en ella columna alguna que me lo recordara, y a fé que no dejo de
sentirlo; pues debiera haber cumplido con mi requisito y eso es lo que podía hacer
también Arúcas, imponer una fuerte tributación a los que se dedican a dar
clases particulares, ya que en esta materia es una ciudad modelo por el número
de las Escuelas oficiales que sostiene y sus excelentes condiciones
pedagógicas, “razones” por las que no debiera mirar con buenos ojos haya nadie
con carácter no oficial que, como un intruso explotador, se dedique a la
divulgación de conocimientos útiles, pues para eso están las “cuatro Escuelas” que
posee en una población de 12.500 habitantes y de estos 12.125 pobres, según afirma
el señor Pérez.
4º. Que quedo enterado de que en la declaración de las
utilidades, la Junta municipal de presupuestos de Arucas sabe más que los
propios interesados declarantes sobre los beneficios que estos obtienen al año
en sus explotaciones y negocios, y eso no puede ser; pues por mucho que el
señor Pérez se esfuerce en querer demostrarme lo contrario, yo seguiré creyendo
que nadie mejor que el dueño de una especulación sabe lo que le dá durante un
tiempo determinado.
5º. Que la ley del Sr. Canalejas la tengo por muy notable
y una de las más democráticas de toda la Colección legislativa española; pero,
señor mío, cuando se ve que al ponerla en vigor en más de una población ha
carecido de virtualidad y eficacia para el mejoramiento de las clases
trabajadoras después de perturbar las Haciendas municipales, hay qua acogerla
con cierta desconfianza, pues es lógico deducir que aquí ha de pasar lo mismo
que en otras partes, esto es, que los alquileres suban, que la venta de los
géneros al menudeo no esperimenta rebaja alguna en sus precios y la acción fiscalizadora
de las Autoridades, tenida en tan gran predicamento por el señor Perez, sea un mito
y completamente nula cuando llegue el caso, como lo ha sido hasta hoy y es en
este y otros asuntos concernientes a la vida de los pobres.
José F. Ardanaz».
Este debate enriquece
nuestro conocimiento sobre la tributación directa con la que desaparecía el muy
criticado Impuesto al Consumo, el primigenio antecedente del Impuesto sobre la
Renta que hoy conocemos, destacando su debilidad al sustentarse en las “hojas declarativas” que presentaba cada
vecino referidas a las “utilidades” o
rentas de la riqueza que constituían los bienes raíces, casas y terrenos, así
como las del trabajo, sueldos y jornales. Se entenderá que estas “utilidades” debieran ser revisadas por
la Junta municipal, son circunstancias individuales que no siempre eran de
dominio público, y la determinación de si son todas y si su cuantificación es
la correcta, sería en el mejor de los casos una apreciación subjetiva.
Si a ello
añadimos que las “utilidades” o rentas
procedentes de los valores mobiliarios, en tiempos en que la alta clase
invertía en sociedades e inclusive ejercitaba la figura de prestamista; y
también, que muchos propietarios de casas y tierras de todo el territorio
insular, eran vecinos del municipio de Las Palmas, alejándose aún más la
posibilidad del dominio público de la información, hemos de concluir que resultaba
fácil que fuera tachado de “falta de equidad”, dado que cualquiera que
conociera de la ocultación de riquezas de algún vecino, tenía fundamentos
suficientes para así valorarlo, más aún cuando la verificación es totalmente
subjetiva.
Ese mismo día 21
de mayo el Ayuntamiento celebra sesión plenaria y aprueba el proyecto de
división del municipio en distritos y secciones electorales dado el crecimiento
de la población que un año atrás no quiso reconocer, siendo más detallado que
el anterior al especificar las calles que se integran en cada distrito
electoral, y que reproducimos en su integridad por el interés que ofrece para
el conocimiento del entramado urbano en este año, si bien encuadramos las
secciones dentro de cada distrito para evitar la duplicidad en la mención de
calles y pagos.
PRIMER DISTRITO.- Se denomina “Teatro”. Consta de 3.286 residentes y 640 electores, comprendiendo dos Secciones:
Sección Primera.-
Se denomina “Terrero”, consta de 303
electores y comprende: Calles del Arco, de la Gloria, de Muñoz, Nueva, Real, del
Terrero, de Travieso, Tabaibal, Hoya de San Juan, Castillejos, La Cruz, Camino
de la Cruz, Las Palmas, Camino de Las Palmas y Los López.
Sección Segunda.-
Se denomina “Escuela”, consta de 337
electores y comprende: Calles de los Canónigos, de Gourié, de la Herrería, del Osario,
de San Juan, de Santa Bárbara, de Pedro Marichal, de León y Castillo, Plaza de
San Juan, Grangería, Lomo de Arucas, Barreto, Santidad, Riquianes, Pedrera, Portales
y Visvique.
SEGUNDO DISTRITO.- Se denomina “Parque”. Consta de 3.300 residentes y 776 electores, comprendiendo dos Secciones:
SEGUNDO DISTRITO.- Se denomina “Parque”. Consta de 3.300 residentes y 776 electores, comprendiendo dos Secciones:
Sección Primera.- Se denomina “Mercado”, consta de 368 electores y
comprende: Calles de Alvarez, de la Cerera, de Armas, de la Acequia Alta, de la
Cruz, de la Fe, de Mateo, de Moreno, de San Sebastián, de Rosales, de San
Pedro, de Quintana, Plaza de León y Castillo, Mirón, Era de San Pedro y Cerrillo.
Sección Segunda.- Se denomina “Goleta”, consta de 348 electores y
comprende: Altabacales, Palma de Firgas, Cuesta de la Arena, Goleta, Plaza del
Calvario, Callejones, Trasera, Molino, Puerto Escondido, Carretera Nueva y La Fula.
TERCER DISTRITO.-
Se denomina “Montaña de Cardones”. Consta
de 3.021 residentes y 618 electores, comprendiendo dos Secciones:
Sección Primera.- Se denomina “Cardones”, consta de 272 electores y
comprende: Cardones, Perdigón, Dehesa, Rosa Silva, Tinocas, Hoya Alta, San Francisco
Javier y Barranco de Tenoya.
Sección Segunda.- Se denomina “Trasmontaña”, consta de 346 electores y
comprende: Pozillo, Carril, Hornillo, Meleros, Trasmontaña, Cortijo, Pineda, Llano
Blanco, Las Chorreras, Hinojal, Hoyas y Los Palmitos
CUARTO DISTRITO.- Se denomina “Los Bañaderos”. Consta de 2.941 residentes y 638 electores, comprendiendo dos Secciones:
CUARTO DISTRITO.- Se denomina “Los Bañaderos”. Consta de 2.941 residentes y 638 electores, comprendiendo dos Secciones:
Sección Primera.- Se denomina “Costa”, consta de 341 electores y
comprende: Cardonal, Hoyas del Cardonal, Ramírez, Costa, Barranquillo de la Costa,
Risco, Camino del Puerto y Puerto.
Sección Segunda.- Se denomina “Trapiche”, consta de 297 electores y
comprende: Trapiche, Quintanilla, Peñón y San Andrés.
El 25 de mayo
aconteció un suceso que alarmaba aún más los riesgos que comportaba el Teatro
Circo, cuando al siguiente día trascendía la noticia. «Anoche a la salida del Circo Teatro, sito en la calle de Herrería
donde se halla instalado uno de los Cines, ocurrió a nuestro amigo Don Pascual
Salmerón un accidente desgraciado, pues, después de haber estado dirigiendo el
motor que hace funcionar dicho Cine, y por consecuencia de los gases que
despedía la máquina, estubo expuesto a axficiarse; pero seguidamente de salir a
la calle y a poco de caminar sufrió un síncope, cayendo al suelo desplomado,
sin conocimiento, y produciéndose en la caída una pequeña herida en la nariz. Requeridos
que fueron los servicios del Dr. D. José Cuyas, este los prestó cuidadosamente y
quedó fuera de cuidado el señor Salmerón, quien se trasladó a su casa acompañado
de varios amigos. Lamentamos el percance».
Cuando el miércoles
26 de mayo la Comisión Permanente del Cabildo trató el asunto de los “repartos”
de Arucas, adoptó sin debate el siguiente acuerdo: «Dada cuenta del informe de Contaduría en el expediente de reclamaciones
contra el reparto para cubrir el déficit del presupuesto municipal corriente de
Arucas, se acordó convocar al Cabildo en pleno a sesión extraordinaria, el 2 de
Junio próximo, a las dos de la tarde, para resolver la revisión pendiente».
La crónica de “La Provincia” sobre la sesión plenaria
del Cabildo del miércoles 2 de junio, en relación con este asunto del repartimiento
de Arucas, nos describe un largo debate en el que queda de nuevo patente la
distinta interpretación de la Ley para cada diputado insular, aunque el informe
de la Contaduría lo tache no ajustado a derecho.
«Diose lectura al informe de Contaduría en el expediente
de reclamaciones contra el repartimiento general acordado por el Ayuntamiento
de Arucas, proponiendo a la corporación que se devuelva el reparto al
Ayuntamiento para que lo rehaga, eliminando del mismo a los contribuyentes por
los conceptos de territorial e industrial.
A requerimiento del Sr. GONZALEZ Y GONZÁLEZ la Comisión
Permanente que se había abstenido de dictaminar por deferencia al Cabildo, pues
sustenta opuesto criterio, lo hizo por órgano del señor MELIÁN proponiendo la
aprobación del repartimiento municipal fundándose en que se ajusta a los
preceptos de la ley de supresión de los Consumos.
En esta cuestión se promovió un debate de solemnidad, pronunciando
largos discursos varios señores con profusión de citas de leyes y dé las
innumerables Reales órdenes dictadas en la materia, que resumiremos obligados
por la limitación de espacio.
El Sr. RODRÍGUEZ QUEGLES impugnó el dictamen de la
Comisión Permanente, juzgándolo opuesto a la Real orden de Septiembre último
que prohiba se grave las utilidades de las contribuciones territorial e
industrial y no comprende como puede sostenerse la validez de ese reparto en
tales condiciones.
Criticó el informe del Ayuntamiento de Arucas que sin
negar la vigencia ni la eficacia de la citada Real orden se limita a decir que
el poder ejecutivo ha invadido la jurisdicción del poder legislativo.
Rebatió también la distribución que hace el Ayuntamiento
entre el cupo o la cuota de contribución y la base tributaria para deducir
dicha corporación que aunque no puede recargar ese cupo de contribución, no le
está prohibido gravar la base tributaría, fundándose el señor RODRÍGUEZ en que
prohibido el recargo sobre la contribución máxima de la riqueza, no pueden
imponerse mas tributos a esa misma riqueza.
Recogió la impugnación el Sr. MELIÁN contestando en
nombre de la Comisión.
Entiende que el reparto se ajusta a los artículos 136 y
138 de la Ley municipal y a la ley de sustitutivos de Consumos, en consonancia
con Reales órdenes de Mayo y Diciembre de 1913 que interpretan aquellos cuerpos
legales, contra cuyos preceptos no puede prevalecer una Real Orden.
Apoyó también su opinión en la vaguedad de la contestación
de la dirección general de Administración local a la consulta de la Alcaldía de
Arucas sobre el reparto debatido, cosa que no hubiese sucedido si tan clara
estuviera la Real orden de Septiembre de 1914.
El Sr. del CASTILLO (D. Pedro) fundó su oposición al
dictamen de la Comisión Permanente en la razones aducidas por el Sr. Rodríguez,
agregando que los artículos citados de la ley municipal fueron derogados por
las leyes de Presupuestos del 76 y del 78 y que la Real orden de Septiembre de
1915 era la posterior y derogatoria de todas las disposiciones ministeriales en
la materia.
Considera muy justa la Real orden que salvaguarda los
intereses de los propietarios forasteros de la capacidad de los caciques
rurales árbitros de los Ayuntamientos, corporaciones estas en las que los
propietarios forasteros no tienen intervención.
El Sr. RAMÍREZ manifestó que habiendo el Cabildo sentado
su opinión en este asunto, al tratar de otro expediente análogo, debe estarse a
lo acordado, exigiendo la aplicación de la Real orden de Septiembre puesto que
está vigente y sin entrar a discutida por no ser la corporación insular cámara
legislativa.
No admite las excusas alegadas por la Comisión Permanente
para eximirse de dictaminar; entiende que bajar la cabeza al criterio del
Cabildo o presentar la dimisión, nunca dejar de cumplir el obligatorio precepto
de emitir dictamen. No puede consentir que la Comisión Permanente trate de
imponerse al Cabildo.
Rectificó el Sr. MELIAN diciendo que si Cabildo debe
rectificar sus errores, no insistir en ellos. Entiende que los artículos 136 y
138 de la ley municipal están en vigor por cuanto son citados como vigentes en
las Reales órdenes de Mayo y Diciembre de 1913, y siendo esto asi está bien
hecho el reparto de Arucas.
El Sr. del CASTILLO rectificó al Sr. Melián citando otras
Reales órdenes que los dan por derogados y afirmándose en que la única Real
orden vigente es la últimamente dictada, de 17 de Septiembre de 1914.
Puesto a votación el dictamen resultó empate.
Los señores González Martin y Ramírez solicitaron que se
repitiera la votación, teniendo en cuenta la urgencia. Se puso a votación la
declaración de urgencia, con la protesta de los señores González Martin,
Ramírez, Rodríguez y Saavedra, que entendían innecesaria tal declaración, por
haberse hecho constar en la convocatoria la urgencia del asunto.
De la votación resultó por diez votos contra ocho que no
era urgente el asunto y, en su vista, los señores González Martin, Ramírez,
Saavedra y Rodríguez abandonaron el salón».
La referencia de
uno de los diputados a la “salvaguarda
los intereses de los propietarios forasteros de la capacidad de los caciques
rurales árbitros de los Ayuntamientos”, es directamente al nombramiento por
el Ayuntamiento de Arucas de Francisco Gourié Marrero para la Junta de
arbitraje.
El abandono de la
sesión por los diputados insulares recogidos por la crónica periodística, sin
haber adoptado un acuerdo sobre este asunto, obligó a la convocatoria de un
Pleno Extraordinario en sesión vespertina ese mismo día, con ese único punto en
el orden del día.
Los diputados discrepantes
siguieron en su posición y no comparecieron a la sesión extraordinaria. «Ayer no pudo reunirse en sesión
extraordinaria al Cabildo Insular convocado para resolver el empate de la
votación sobre el reparto de Arucas, por continuar subsistente la retirada de
varios señores, y ser necesaria la asistencia de algunos para dar el número».
En estos primeros años de vida del Cabildo de Gran Canaria, los
debates en sus órganos de gobierno, Pleno y Comisión Permanente, de alguna
manera habían sido contagiados por los hábitos políticos heredados del pasado,
en gran medida debida a la fuerte presencia y dominio que el “leonino” Partido
Liberal Canario imponía en la política de la isla.
Al otorgar el Reglamento Provisional de la Ley de Cabildos a esta
institución la facultad de supervisión de los acuerdos municipales, la defensa
de las decisiones adoptadas por sus correligionarios en ayuntamientos de las
islas, sin valorar si se ajustaba o no a derecho, se convertía en principio de supervivencia, y para alcanzar
su ratificación o aprobación por el Cabildo se ponían a su disposición todo
tipo de estrategias, subterfugios y habilidades para alcanzar el fin deseado, y
lo encontraron en la interpretación abusiva del párrafo segundo del art. 39.
La sola presencia en los órganos de gobierno de personas que
representaban a otras opciones políticas, estas eran de por sí definidas como
oposición, y en cada sesión se contaban previamente los asistentes de cada cual
para conocer si disponían o no de la mayoría presencial. Conocida que fuera que
no se disponía de la mayoría de los votos, se recurría al subterfugio o ardid,
para su calificación como “no urgente”, al objeto de que quedara sobre la mesa
para otra sesión o mejor ocasión en que se dispusiera de la mayoría. O era
calificada conforme al citado párrafo segundo del art. 39 para elevar el
acuerdo al Pleno.
Esta práctica exacerbaba al subtitulado periódico independiente “La
Provincia”, que en las primeras décadas del siglo XX presumía de tal condición,
y en su edición del 19 de enero de 1915 nos daba un lujo de detalles de dichos
comportamientos, de donde sostenía que la Comisión Permanente dominaba al Pleno
del Cabildo.
«La Comisión Permanente ha resuelto el problema de mandar en el
Cabildo, salvando las apariencias; ha convertido en lema el párrafo segundo del
artículo 39 del Reglamento de Cabildos. El párrafo segundo del artículo 39,
dice “La Comisión Permanente está facultada para resolver los asuntos urgentes,
de trámite o escasa importancia”. Nada hay que escape a ese precepto. Todo es
de urgencia, de tramitación o de escasa importancia. Y si no lo es se fabrica. La
Permanente gasta también “urgencia fabricada”.
(…) Resulta, pues, siempre, que lo que no es de trámite, ni de escasa
importancia, es urgente; que lo que no es urgente, es de trámite, o de escasa
importancia, etc. Aquí de las combinaciones y permutaciones matemáticas.
Y si no concurre ninguna de dichas circunstancias se fabrica. En la
alzada contra la aprobación del proyecto reformado de la obra del
abastecimiento de aguas no concurría la urgencia, no iba a expirar ningún plazo,
no había dado prisas la Delegación del Gobierno. Sin embargo, por razón de Urgencia,
se acordó informar. La razón de urgencia les valió para justificar el acuerdo.
Pero la razón de la urgencia, los justificantes de la urgencia, no han aparecido
ni hacen falta. La Comisión Permanente consideró el asunto urgente porque sí y
la urgencia quedó “fabricada”.
Con este párrafo segundo y la facultad discrecional de considerar las
cosas como convenga mejor, de fabricar una de las tres condiciones que
autoricen el acuerdo, no hay nada que quede fuera de la jurisdicción de la
Permanente. Todo cuanto pudiera decírsele se estrella contra el apartado
segundo del artículo 39. Su lema lo abarca todo. La Permanente manda el
Cabildo.
Las disposiciones especiales, las excepciones de la generalidad, al
revés que en todas partes, no tienen en el Cabildo mas fuerza que las reglas
generales; tienen menos. Si contradicen al lema, no se aplican, porque el
párrafo segundo al artículo 39 autoriza a la Comisión Permanente para resolver
los asuntos urgentes, de trámite y de escasa importancia. No importa que sea una
facultad privativa del pleno; encajando dentro del precepto citado que todo
encaja de grado o por fuerza la Permanente lo invoca y al que chista se le lee.
El Cabildo ha quedado anulado. Ni dar un voto de censura a la
Permanente puede. El sábado trataron de dárselo los diputados insulares, en un
asunto que logró escapar del repetido párrafo segundo y no pudieron. La
censuraron y censurada quedó por el voto de los consejeros extraños a la Comisión,
pero el voto de censura no pudieron acordarlo».
Esta anómala
situación, derivada del ardid “leonino”
de pretender la declaración previa “de urgencia”,
con la única finalidad de que fuera denegada y así condicionar su resolución,
para un asunto incluido en una sesión convocada “de urgencia”, motivó el abandono del pleno y posterior incomparecencia,
y tuvo distinta opinión para los periódicos.
“La Provincia” en su edición del viernes 4 de junio,
recogía a modo de editorial en primera página y bajo el titular de “Lo del Cabildo” su opinión y crítica
como sigue:
«En la última sesión del Cabildo insular, con motivo del
empate de la votación recaída en el expediente de revisión del acuerdo del
Ayuntamiento de Arúcas, ocurrieron hechos, ya publicados, que merecen
comentarios.
En la convocatoria de la sesión, suscripta por el Sr.
Zarate, se dice textualmente: <Se encarece la asistencia por la importancia y
“urgencia” de estos asuntos se advierte que, de no poderse resolver y tratar en
esta sesión, se seguirá en sesión del día siguiente inmediato.>
Además el presidente del Cabildo dirigió una carta
circular a los consejeros insulares, diciéndoles: <Le suplico
encarecidamente se sirva asistir a la sesión extraordinaria convocada por
tratarse de “asuntos urgentes”. A la vez le ruego que procure concurrir a las
dos para ver si en una sola sesión despachamos los tres particulares que responden
a la convocatoria.>
Después de hacer esto, el propio presidente del Cabildo,
rehuyendo el cumplimiento de sus obligaciones, propuso se declarara que “no era
urgente” el asunto, y asi se acordó. La retirada de varios diputados insulares estuvo
muy justificada ante la falta de seriedad de la presidencia, que debe mayores
respetos a la corporación por el solo hecho de presidirla.
Lo ocurrido ha hecho incompatible con su cargo al Sr.
Zarate. Pruébalo la retirada de varios diputados insulares, las dificultades
que se tropezarán para reunir a la corporación. Ya se vio el miércoles.
Caricatura de León y Castillo (Fedac) |
También la Comisión permanente se ha hecho incompatible con
el pleno del Cabildo por divergencias de criterio en materia de Haciendas
municipales, bien públicas y notorias.
No hay otra salida decorosa, políticamente hablando, que
presentar la dimisión. No cabe pensar que el Cabildo esté dispuesto a tolerar
esos procedimientos.
Una manifestación se lanzó en dicha sesión del Cabildo, que
según referencias es exacta.
El Jefe político local, según se asegura, recorrió a gran
número de diputados insulares interesándoles votaran en cierto sentido en esta
cuestión de Arúcas. Mal síntoma es este.
Tratar de convertir al Cabildo en organismo político, desencajándolo
de sus funciones administrativas, es matarlo, es quitarle la cantidad de
prestigio que aun le quede.
No ha tardado mucho la hora de los aplausos al Sr.
Massieu y Falcón por el ejercicio de la jefatura leonista. Durante el tiempo
que la ejerció, respetó siempre la libertad del Cabildo insular. Nos
complacemos en hacerle la justicia declarar esta verdad, que todo cuanto tiene
de honrosa para él, redunda en desprestigio del nuevo tinglado leonista».
Por su parte, “Diario de Las Palmas”, en su edición
del día siguiente sábado 5 de junio, en su segunda página incluye dos sueltos
distintos, ambos relacionados con los acontecimientos habidos en la sesión
plenaria del Cabildo.
«En algunos de nuestros colegas locales, hoy unos, y
mañana otros, por si se aprobó ó no el reparto del Ayuntamiento de Arucas, y
por si se declaró ó no urgente el asunto, se ha venido corriendo estos días la
pólvora.
Si cuando se hacen estos manejos en la sombra, para que
el público no vea que todo ello no es más que la mano de una ó dos personas que
se mueve por interés político ó particular, y nunca el eco de la opinión, fuera
posible descorrer la cortina, se vería la verdad de lo que decimos, y acaso se
convencerían sus autores de que es cosa ya desacreditada el sistema establecido
“de que le hagan la opinión”, gratis en la generalidad de los casos, y luego convertirse
el autor de la farsa, en apologista de su propia obra. Cosas muy propias de
almas “pueriles”!
Son éstas habilidades rurales, porque por mucho que se
oculten los que la practican, siempre descubren las oreja, ó se les conoce por
la voz ó por la planta... Deben variar de disco porque está muy estropeado el
que vienen empleando, y hace mal efecto su vibración».
El segundo
suelto, bajo el titular de “En el
Cabildo”, reinterpreta a su manera como órgano de difusión del “leonismo” lo acontecido en la sesión
plenaria del Cabildo, en el que incluso llega a decir que es “el déficit de su
presupuesto del año anterior”, cuando lo es del presupuesto del año corriente
1915.
«Sin mayores comentarios porque no debemos hacer el juego
á los que buscan ó aprovechan cualquiera coyuntura favorable á sus propósitos de
disolución y exterminio, vamos á referir lo ocurrido en la última sesión del
Cabildo.
Se convocó á sesión extraordinaria, entre otras cosas,
para resolver ciertos recursos interpuestos contra un reparto extraordinaria
del Ayuntamiento de Arucas para cubrir el déficit de su presupuesto del año anterior,
y en la convocatoria se dijo que en el caso de no quedar resueltos todos los
asuntos comprendidos en la misma, se celebraría otra al día siguiente.
Discutióse ampliamente, en tono solemne y levantado, el
asunto principal de la convocatoria, el reparto de Arucas, y al someterlo á
votación resultó empate, nueve votos en pro y nueve en contra, entre éstos el
del Presidente.
Hasta ese punto nada anormal ocurrió en la reunión; pero
como el Reglamento dispone que en caso de empate se repetirá la votación en la misma
sesión si el asunto fuere urgente, “á juicio de la mayoría”, y si no se
repetirá en la sesión inmediata, el Presidente, cumpliendo estrictamente su
deber, sometió á votación el punto de si era ó no urgente el caso, ó lo que es
lo mismo, si debía resolverse en la misma sesión ó diferirse para el día siguiente;
y el juicio de la mayoría fué favorable al aplazamiento.
Esto dio lugar á que cuatro señores consejeros se
retiraran protestando, y ha traído más tarde ciertos sueltos malévolos y hasta
una insinuación, grave por parte de algún colega. La de que hubo consejero que
votó como tal lo que había dirigido como abogado. Esto es lo más que se destaca
en la crítica de este asunto y lo que merece, aunque no parezca verosímil,
especial esclarecimiento. Lo demás, lo de si los políticos hicieron
determinadas gestiones (refiriéndonos al hablar de políticos lo mismo á los
afecto que á los adversarios del Ayuntamiento de Arucas) nos parece muy natural
y muy debido. En eso consiste precisamente la política en que cada cual procure
el triunfo de sus opiniones en la gestión de los intereses públicos.
Se puede, y aún se debe discutir, si esas opiniones son
buenas ó malas; pero negar á los hombres y á los partidos políticos el derecho
á trabajar por el triunfo de sus ideales en toda gestión de intereses públicos,
invocando el patriotismo ó esgrimiendo la amenaza de la maledicencia ó de
cualquiera otro mal, sería pretender un imposible: que las personas y los
partidos políticos declaren su incapacidad, dejen de ser conscientes y
directores para convertirse en ciegos instrumentos.
Esto no puede afirmarlo nadie seriamente hablando».
El martes 8 de
junio, “La Provincia” en el editorial titulado “Lo del Cabildo”, comenta de la
situación peligrosa en la que puede entrar la institución cuando ésta se negara
a resolver una petición, en aplicación del art. 50 del Reglamento Provisional
puede acudirse en recurso ante la Comisión Provincial, y lo manifiesta en
relación con el asunto de los repartos de Arucas.
«Léanlos los señores presidente del Cabildo insular y
jefe actual del leonismo; vean a donde se va a parar por el camino emprendido.
Recordemos lo ocurrido en la última sesión del Cabildo
insular y lo que después ha pasado; fijémonos en la situación del Cabildo,
relacionándola con lo preceptuado en el repetido artículo 50. Se citó a la
corporación a sesión extraordinaria para tratar de asuntos urgentes; se
encareció en cartas circulares a los miembros del Cabildo la necesidad de
resolver con urgencia y a ser posible en una sola sesión los tres particulares de
la convocatoria, lográndose reunir nada menos que a diez y nueve diputados insulares;
vino el empate en la resolución sobre la revisión del acuerdo municipal de Arúcas,
y el autor de todas estas citaciones, a quien los consejeros del Cabildo
guardaron la deferencia de concurrir, cambió de opinión en cuanto a la urgencia
del asunto, se contradijo.
Fuese por delicadeza o debiérase al temor de desafiar las
iras leonistas, el hecho fué que el presidente del Cabildo, señor de Zarate,
con su voto “desautorizó las circulares que llevaban su firma” —Perdónesenos la
crudeza de la expresión en gracia a la claridad—. Después de esto no vemos otra
solución delicada, para salvar el error, que la dimisión.
Al jefe local del leonismo, señor Bravo de Laguna, —una
nota oficiosa publicada en el “Diario de Las Palmas” envuelve implícitamente la
confesión de la presión política ejercida— le cabe otra grave responsabilidad
en el conflicto surgido en el seno del Cabildo. El, y solo él, al hacer
cuestión política un asunto en que sus huestes —demos porque le sigan— estaban
divididas, al apelar a la disciplina de los “amigos” de don Fernando, tópico
este que obliga muchas veces a proceder contra las propias convicciones cuando
se tiene la cobardía política de someterse incondicionalmente al jefe, es el
responsable político de lo ocurrido, el causante del empate. Según se dice,
hubo vocal de la Permanente que colaboró o prestó su conformidad a la redacción
del dictamen de Contaduría y luego, en la sesión, cediendo a determinadas
imposiciones, votó a favor del Ayuntamiento de Arúcas. A no ser esto, no
hubiera habido empate.
Se ha tratado de sojuzgar al Cabildo, de malearlo, —eso
es política, según la nota oficiosa— y ha sobrevenido la grave excisión. ¿Esto
no es política?
Y ahora ocurre que ocho diputados insulares contrarios al
acuerdo del Ayuntamiento de Arúcas, se niegan a asistir a sesión para no perder
la votación que tenían ganada con el voto de calidad de la presidencia. De
pasar algún tiempo así el incidente se traducirá para los reclamantes en que el
Cabildo desatiende su petición, no quiere resolverla, y tendrán que recurrir en
queja ante la Comisión provincial.
Si esto sucediera, si los habitantes de Gran Canaria se
quejaran de los Cabildos insulares y acudieran a la Comisión provincial ¿que
mayor descrédito para el régimen insular? La enorme lucha de este pueblo por la
conquista de su libertad y las reformas autonómicas alcanzadas, quedarían desvanecidas,
destruidas por la farsa política que nos engañó; quedarían virtualmente muertos
los Cabildos insulares en los que estos pueblos alimentaron sus ilusiones,
entrevieron la posibilidad de obras fundamente progresivas.
De lo que pueda suceder caiga por entero la
responsabilidad en los creadores de la perniciosa anormalidad actual».
Al siguiente día
9 de junio, “La Provincia” publicaba
la “convocatoria” que circulaba la
presidencia del Cabildo insular, que es difundida en la edición vespertina del
mismo día de “Diario de Las Palmas” como “Edicto”.
«Estando pendiente la resolución reglamentaria del empate
producido en la sesión extraordinaria del primero del actual, al votarse el
dictamen de la Comisión Permanente sobre el reparto del Ayuntamiento de Arucas
para cubrir el déficit de su presupuesto ordinario vigente, y no habiéndose
podido celebrar la sesión señalada para el siguiente día por falta de numero,
se convoca al Cabildo Insular a sesión extraordinaria para el Jueves, diez del
corriente, y hora de las tres de la tarde, en el salón de actos públicos del
Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, con el solo objeto de resolver el empate
referido».
Con el “edicto” de la Presidencia del Cabildo,
queda claro que el asunto del reparto de Arucas fue calificado como “no urgente” y pasaba a ser debatido
para un nuevo pleno convocado para el día siguiente, donde suponían los
“leoninos” iban a tener mayoría de votos, pero aconteció lo contrario para
disgusto del alcalde de Arucas.
«Bajo la presidencia del Sr. Zarate, celebró ayer sesión
extraordinaria el Cabildo Insular para resolver sobre la revisión del acuerdo
del Ayuntamiento de Arúcas en el expediente de reparto municipal.
Puesto a votación el dictamen de la Comisión Permanente,
favorable al acuerdo municipal de referencia, fué desechado por los votos de
¡os señores Aguilar, del Castillo (D. Pedro), González Martin, Saavedra,
Ramírez, González y González, Rodríguez, Manrique y Zárate.
Votaron con la Comisión Permanente los Sres. Bethencourt
Armas, Cuyas, Melián, Bertrana, Massieu (D. Nicolás y D. Antonio), y Castillo.
Resuelto el objeto de la convocatoria fue levantada la sesión».
Con esta crónica,
a modo de epitafio, “La Provincia” en
su edición del 11 de junio daba cuenta de la misma y su resultado, que
acompañaba con un suelto junto a la misma.
«Como no podía menos de suceder, la situación arbitraria
promovida por el presidente del Cabildo, Sr. de Zárate, en ocasión del asunto
de Arúcas, ha quedado resuelto como en justicia merecía.
No podemos tampoco dejar de aplaudir esta decisiva
sustentación del orden y buen ejemplo, con lo que dejaron de alterarse las
irritabilidades que nos suponían faltos de razón al señalar el peligro, actitud
la nuestra de verdadero y único patriotismo. Era el solo camino a seguir el que
han tomado los perturbadores, y su decisión en bien de los intereses generales,
vuelve por los fueros de la razón y la justicia. Asi se hace y que sirva de
lección».
Muy distinta fue
la crónica de la sesión en la que no se menciona que el dictamen de la
Contaduría es contrario al acuerdo del Ayuntamiento y la opinión del “Diario de Las Palmas” en su edición
vespertina de ese mismo día, llegando a sostener una formada oposición a todo
acuerdo del Ayuntamiento de Arucas, ignorando que el fondo de la cuestión más
debatida es el continuo recursos a la utilización de la calificación o no de
urgencia de un asunto, en función del interés de los “leoninos”, y que “todos” los asuntos de Arucas llegados a
competencia del Cabildo lo ha sido por reclamaciones de vecinos por defectos de
forma o vulneración de ley en sus acuerdos plenarios. Reproducimos primero la
crónica y a continuación dicha opinión que alardea del “patriotismo histórico” de Arucas, como si ello fuera suficiente
para vulnerar las leyes.
«Ayer celebró sesión extraordinaria el Cabildo insular
para resolver sobre la revisión del acuerdo del Ayuntamiento de Arúcas en el
expediente de reparto para cubrir el déficit de su presupuesto ordinario.
Puesto á votación el dictamen de la Comisión Permanente
favorable al acuerdo del Municipio fué desechado por nueve votos contra siete.
En vista del resultado de la votación quedó desechado el dictamen de la
Permanente estimándose que no procede la aprobación de los repartos municipales
de Arúcas».
«No queremos poner punto á la materia de esta crónica sin
expresar el desagrado con que vemos la actitud hostil que desde un principio se
viene observando en el Cabildo por ciertos elementos en contra de todo lo que
signifique mayoría ó representación de Arúcas.
Conste que al decir esto en ninguna forma tratamos de
aludir á respetabilísimos amigos nuestros que votaron en contra del dictamen de
la Permanente, pues conocidas eran sus opiniones en la materia.
Lo que queremos puntualizar es, que Arúcas, su
Ayuntamiento ó legítima representación, y la gran mayoría de sus electores,
están huérfanos de representación directa en el Cabildo, por circunstancias que
no es del caso analizar. Y debido á eso, cuantos asuntos allí se han
presentado, ó han sido materia de enconada lucha, ó resueltos en contra del
criterio de aquella mayoría.
Arúcas, que en lo de las carreteras y en otras muchas
ocasiones, ha dado altos ejemplos de patriotismo; que por su riqueza,
consecuencia y laboriosidad y por otros muchos títulos, debe ser considerada,
no merece que se la trate de ese modo, y no habrá de tratársela, seguramente,
cuando venga la reacción saludable y necesaria, que se impone dentro del
Cabildo, para que este sea lo que realmente debe ser. Genuina representación de
la voluntad de la isla».
En esa misma
edición de “La Provincia”, bajo el
titular de “ARUCAS, en súplica” se
recordaba por el corresponsal del periódico el viejo proyecto social del
asilo-hospital.
«Tiempo hace, circuló por ésta población la noticia de
que el Exmo. señor D. Ramón Madan Uriondo marqués de Arúcas, tenía en proyecto
la construcción en ésta de una casa asilo Hospital, cuyo coste sería
exclusivamente de su cuenta.
Esta gran idea que se trataba de realizar fué acogida por
todos los hijos de esta Ciudad con grandes muestras de regocijo, pues, la obra
que se pensaba construir era de las más necesarias y de mayor utilidad para
esta población.
¡Un Hospital! decían todos. ¡Que hermosa idea! Dios
bendiga a quien tan sublime y caritativa empresa trata de llevar a cabo. El
tiempo va pasando y poco a poco, se ha olvidado y va borrándose de la mente de
todos ésta ilusión que se habían formado. No fué más que un proyecto, decían
unos; nó, contestan otros, el Sr. Marqués es muy bueno y si él lo ha dicho la
cumplirá, ¿pues que? ¿No ha demostrado ya en otras ocaciones que posee un
corazón magnánimo y generoso? ¿No ha estado siempre dispuesto a contribuir para
cualquier obra benéfica en todos los casos en que se le ha requerido, como el
que más? No ha enjugado muchas lágrimas? Creemos seguramente que cumplirá su
palabra, no solamente construyendo el Asilo Hospital si no que a su cargo
estará la subsistencia y sostenimiento del mismo. Esto último lo hemos oído de
labios de muchos y también lo creemos nosotros.
Hoy que la clase trabajadora de este pueblo atraviesa por
una de las situaciones más críticas, y que en parte la resolvería la
construcción de obras, nos decide, y así nos permitimos rogar al señor Marqués
que lleve a cabo su hermosísimo y humanitario proyecto, en la seguridad de que
mitigaría muchas de las penas que sufren tantos y tantos desamparados de la fortuna
que por falta de trabajo, se ven obligados a cometer actos reprobados por la
sociedad y castigados por el Códigos penal.
Al mismo tiempo, el beneficio que reportaría a esta
ciudad la construcción de un Asilo Hospital sería incalculable, en una población
de quince mil habitantes; pues parece mentira, pero, es verdad, que no existe
aquí ni un local malo, donde puedan albergarse tantos pobres como pululan por
estas calles implorando la caridad.
Reciente está aún la sesión del Cabildo donde acordó la
implantación de una Casa de ésta naturaleza en la ciudad de Guia; determinación
que ha sido aplaudida por toda la Isla, pues, el pobre necesitado bendecirá en
todas las horas del día a los hombres que patrocinan y realzan tan hermosas y
caritativas y sublimes obras.
Aminorar las penas del desamparado, amortiguarlas en lo
posible, es una obligación que tenemos, ya que la desgracia les obliga a tener
que concluir sus días en un Hospital; a esto entendemos que principalmente están
llamados los mimados por la fortuna, y las personas de buenos y nobles
sentimientos.
Por ello nos dirigimos al Sr. Marqués suplicándole
realice su pensamiento, llevando a la ejecución tan alta y humanitaria empresa
que sabrán agradecer en lo mucho que vale Dios, los corazones buenos, y todos
los habitantes de esta ciudad. ¡Caridad que hermosa eres! Bendita seas, una y
mil veces».
Ya avanzado junio
empezaba a conocerse el programa de las fiestas patronales que había retomado
la juventud aruquense a la vista de los continuados fracasos en las anteriores,
pese al alto presupuesto del que dispusieron en el último año, y en ellas
aparece por primera vez el copatrocinio de los comerciantes.
«Un grupo de jóvenes entusiastas
nos han manifestado, que aunque modestamente,
pues, las circunstancias no están para otra cosa; que las fiestas del patrono esta
ciudad San Juan Bautista estarán este año a su cargo y tratarán de darles todo
el explendor posible.
Oportunamente publicaremos el programa donde según tenemos
entendido, tratan de incluir varios números nuevos en esta localidad. La feria
de ganados promete estar éste año expléndida, y muy animada con exposición de
buenos ejemplares, superando a la de años anteriores.
Ei Comercio, que tanto se beneficia, pues la atracción de
forasteros constituye uno de los mayores ingresos para el mismo, somos de
parecer que está en el deber de contribuir, cooperando a dar impulso a dichas fiestas».
Con un limitado
presupuesto se confeccionó un programa de fiestas al que luego se le fueron
incorporando nuevos actos cuando se encontraba más apoyo económico, y aquellos
que al margen del mismo se sumaron en esos días por motivos altruistas.
«DÍA 23.- A las 12 de este día las campanas del nuevo y
hermoso templo anunciarán al vecindario el comienzo de las fiestas del Patrono.
Se lanzarán al mismo tiempo multitud de cohetes voladores. A las nueve de la
noche en la Plaza de San Juan, habrá paseo con música, y en los intermedios se
quemarán bonitos y variados fuegos de artificio confeccionados por un afamado
pirotécnico.
DÍA 24.- Desde las cinco de la mañana darán principio los
oficios divinos. A las diez gran función religiosa en la que tocarán los
aficionados del cuarteto filarmónico “Enterpe”, y predicará un notable orador sagrado.
A las doce procesión del Santo Patrono que recorrerá las principales calles de
la población, las cuales se hallarán engalanadas al efecto. A la una, en la
casa Ayuntamiento reparto de pan a los pobres, por una Comisión del Municipio,
a las tres de la tarde, carreras de bicicletas. Los victoriosos serán premiados
con preciosas cintas pintadas y bordadas por distinguidas señoritas de ésta Ciudad.
A las 4 y media y en la plaza de San Juan, paseo, donde tocará la banda
municipal que tan acertadamente dirije nuestro amigo D. Bruno Pérez González. A
las 9 de la noche gran cabalgata por el elemento joven que recorrerá con antorchas
y bengalas las calles da la población. A las 11 y como fin de fiestas, bailes en
las sociedades “Círculo Agrícola” y de “Trabajadores”».
Con posterioridad se
añadió al programa la celebración de una gran luchada y la tradicional feria de
ganado.
«A fin de dar más explendor a las fiestas con que ésta
ciudad honrará a su Patrono, se ha ampliado el programa, con una gran luchada,
la que se verificará el día veinticuatro a las dos de la tarde en el
Teatro-Circo, en la cual, además de tomar parte afamados luchadores, tendrá
lugar un desafío a cinco luchas entre los acreditados atletas Mandarrias, y el
pastor de Agüimes.
Además, la feria de ganados promete estar expléndida, pues,
según hemos oído, son muchos los agricultores que presentarán buenos ejemplares».
Fuera del programa y en
la proximidad de las fiestas se organizó una función teatral para el domingo 20
de junio al objeto de recaudar fondos para las jóvenes huérfanas Elisa y Clara
Batista.
«El Domingo por la noche, en el “Circo Teatro” tendrá lugar
la que unos jóvenes aficionados tratan de celebrar con el fin de ayudar a una
honrada familia que se halla en situación precaria por desgracias de la vida. En
ella tomará también parte el señor don Francisco Acosta Yanes, quien pondrá en
escena el precioso monologo «La huelga de los herreros».
Teniendo en cuenta lo módico del precio de la entrada y el
hermoso fin a que se destina el producto, creemos y esperamos, que todo el
vecindario concurrirá esa noche al acto de practicar la caridad, y enjugar en
parte las lágrimas de inocentes criaturas castigadas por la fatalidad».
Pero ni siquiera la
difusión del programa de festejos distraía la atención de los periódicos en
cuanto a su opinión de todo lo acontecido en el Cabildo con el asunto de los
repartos de Arucas. Y así, “La Provincia”,
en su edición del lunes 14 de junio, publicaba dos sueltos.
El primero en réplica a
la opinión vertida por el “Diario Las
Palmas” el día 11, en el que remite a la renuncia a su escaño insular de
Francisco Gourié Marrero por la aprobación de la desgravación del azúcar
peninsular.
«Con motivo de un pequeño comentario hecho por otros,
alrededor de la solución que se le dio a cierto empate muy parado, se ha
querido dejar en buen lugar a determinados señores de la minoría, con perjuicio
de los demás consejeros que la componen, y según nuestro leal saber y entender
eso es tirar piedras al tejado.
También se dijo que Arucas estaba huérfana de representación
política en el seno del Cabildo y creemos es torcer un poco la realidad, porque
nos consta que tienen sus representantes, no tan influyente como otro que tuvo
en tiempos, señor que todos sabemos por qué dejó de serlo. Claro que esto de
las cantidades de influencia nada tiene de extraño, pero vamos, tampoco es
ocasión de recordar lo que por olvidado se tiene muy sabido».
Y el segundo, bajo el
interrogante titular de “¿Una dimisión?”,
comenta sobre las secuelas habidas tras la resolución del asunto.
«La calma chicha aparente en el seno corporativo del
Cabildo, no tiene validez ninguna. De público se dice que D. Antonio Massieu y
Falcón, consejero de la insular institución, ha presentado la renuncia de su
cargo con carácter irrevocable.
Fúndase la renuncia en motivos de salud, que a ello le
obligan, pero la creencia generalizada discrepa un tanto de esta versión y si
solo a divergencias surgidas con el asunto de Arucas lo relacionan. De lamentar
sería esta revolución si se realizara.
Motivos hay, con lo sucedido días pasados, para señalar
ciertamente a los causantes de la situación actual, y aún que sintamos decirlo,
no tenemos noticias de que su tranquilidad está alterada por la mas ligera
contrariedad.
¿Que dicen a esto dichos señores? ¿Pueden —sin una
justificación airosa— salir bien parados de sus respectivos errores... algo
así, poco claros?
Hay quien por su significación dentro del Cabildo debía
haberse conducido mas lealmente a los intereses a él encomendados y existe
quien rebazó los limites de su autoridad, confundiendo sus atribuciones, y esto
que decimos, a todo el mundo se le alcanza, y a ellos, seguramente no les ha
pasado desapercibido tampoco.
¿Que opinan dichos señores de la renuncia del señor Massieu
y Falcón? ¿Podemos esperar que sacrifiquen su estemporánea conducta?
¿No es la única esperanza de redención moral y material la
reforma independencia del Cabildo?
Otra vez tendremos que recordar el tacto y autonomía
seguido y practicado por D. Felipe Massieu en este asunto, y elogios y no otra
cosa merece su recuerdo».
El domingo 20 “La Provincia” publicaba un nuevo suelto
donde venía a completar la información dada sobre la supuesta dimisión de Antonio
Massieu y Falcón, hermano del alcalde de Las Palmas.
«Vivir para ver. Ayer circuló la noticia de que se ha logrado
hacer retirar su dimisión del cargo de consejero insular a don Antonio Massieu y
Falcón y que, como este señor se niega a continuar en activo dentro del Cabildo,
se le presentó la fórmula, que ha aceptado, de solicitar licencia por enfermo y
dimitir si persiste en su actitud pasiva más adelante, con el fin de que tal
resolución no aparezca como en realidad se asegura que lo está, relacionada con
las incidencias surgidas en el Cabildo con el asunto de Arucas.
No creemos que el Sr. Massieu y Falcón, en quien siempre
habíamos observado seriedad política, haya desistido de la actitud que adoptó
ante la situación ridícula que crearon sus amigos; pero como este es el país de
las cosas raras y como el Sr. Zarate, según se afirma, exige que se aclare la
situación, no tendría nada de particular que el peso muerto del atascado carro leonista
haya influido poderosamente en el ánimo del consejero dimisionario».
En la antevíspera de la
fiesta del patrón, no todo son alegrías, más cuando las noticias hablan de que «En Arucas hay cerca de mil trabajadores
parados forzosamente. De no conseguirse que den pronto comienzo las obras públicas
aprobadas, la situación va á ser muy crítica en esta Isla». Aprovechando la
celebración del día del patrono San Juan, el obispo Marquina se desplazaba a
Arucas para administrar el sacramento de la confirmación.
Tras el rechazo del
Cabildo al reparto fiscal aprobado por el Ayuntamiento de Arucas, los últimos
coletazos periodísticos sobre el asunto se comentaron por “La Provincia” el 12 de julio, que aprovechaba para desdecir muchos
de los argumentos que sobre este tema mantuvo “Diario de Las Palmas” en su defensa de los “leoninos” que se enmarcaba en su condición de órgano de difusión
del partido, mientras que “La Provincia” hizo honor a su mayor y pregonado atributo
de “periódico independiente”.
«En cuanto a lo de mayorías y minorías, por si no lo
supiéramos, lo habríamos aprendido en “Diario de Las Palmas” Recuerde el colega
sus palabras en la cuestión del reparto de Arucas: para eso son las mayorías,
para gobernar; no podrían vivir de otro modo los partidos políticos. ¿No nos dió
a entender “Diario”, entonces, que eso de la independencia y de la
imparcialidad eran unas zarandajas? ¿A que salirse ahora con eso? Somos
nosotros los que podemos hablar así.
Nos aplica el “Diario”, por muy peregrina deducción, haber
dado a entender que está prejuzgada la cuestión de la incompatibilidad. Debía
de saber ya el colega que nosotros no somos órgano político ni recibimos
inspiraciones de jefes más o menos ilustres. No sabemos si está prejuzgado el
caso; pero es de suponer que esté juzgado en el fuero particular de cada
diputado insular.
Entre los vecinos de
Arucas, no todo eran estrecheces económicas, y cuando se acercaba la fiesta del
Carmen, la virgen iba a lucir su nueva corona de plata. «Hemos tenido ocasión de ver una artística corona de plata guarnecida de
piedras, que ha sido dedicada á la imagen de Ntra. Sra. del Carmen que se
venera en la ciudad de Arúcas. La obra que es notable, acredita una vez más al artista
y artífice nuestro paisano D. Casimiro Pérez Márquez á quien esta clase de
obras le han dado merecido nombre. Sea enhorabuena».
Cuando la situación bélica
por la Gran Guerra venía produciendo auténticos estragos entre los exportadores
canarios, derivados en gran medida además por el fuerte descenso del consumo de
los frutos, por las mermas derivadas de las pérdidas consecuencia de la mayor
duración de las travesías marítimas para salvar el hostigamiento de los
adversarios contendientes, a principios de septiembre concluían las
conversaciones mantenidas por José Suárez Suárez y su Frutera Hespérides con las
consignatarios británicos, con la finalidad de obtener una rebaja en los fletes
que compensara de alguna manera las mermas en destino.
«Nuestro distinguido amigo el importante exportador canario
D. José Suárez Suárez, nos remite la siguiente copia de la carta que le dirige
el Cónsul inglés en esta plaza:
“Las Palmas, Agosto 28 de 1915. Sr. D. José Suárez y Suárez,
Cosechero y Exportador de frutos. Arucas.
Muy Sr. mío: Tengo el gusto de informarle que he recibido
el siguiente telegrama que sin duda alguna es de interés general á los
Exportadores:
<Como acto de gracia y en simpatía con la posición de
los exportadores hemos acordado poner en vigor la devolución de la prima del 10
por 100 sj bananas. ¡Celebraríamos si hiciese comprender á los exportadores que
cualquier aumento es inevitable si abusan de la tasa por bulto embarcando dobles
grandes.
Unión Castle Line, Royal Mail Co., Nelson
Line, Thoresjn Line>.
A mi ves le agradecería tuviese la bondad de hacer llegar
el contenido de este telegrama á todos los interesados.
Sin otro particular quedo de Ud., muy
atto. y affmo. Q.
B. S. M. Cónsul de S.M. Británica”.
Las compañías navieras que firman el anterior telegrama han
realizado un acto de justicia atendiendo las reclamaciones de los Exportadores canarios,
siendo este acto digno de general agradecimiento por el bien que se hace á los
frutos canarios».
Desgraciadamente para
José Suárez Suárez, sus alegrías por este éxito empresarial no le duraron
muchos días. El viernes 10 de septiembre moría inesperadamente su hija María de
los Dolores Suárez Ponce a los 16 años de edad.
El domingo 12 de
septiembre, en las proximidades de las fiestas del barrio de Santidad, sus
vecinos tomaron la iniciativa de celebrar el día del árbol y plantar árboles en la plaza de dicho barrio. «Dícennos que el domingo anterior fueron
plantados en la plaza del barrio La Santidad, de Arúcas, unos cien árboles de diversas
especies. El acto se verificó por iniciativa de don Manuel López, con
asistencia de gran número de vecinos, y con el mayor entusiasmo».
El pleno celebrado por
el Ayuntamiento el viernes 8 de octubre aprobaba las vacantes ordinarias de
Concejales que han debían cesar y ser sometidas a la próxima renovación
conforme a la normativa municipal. Eran las siguientes:
«Primer Distrito: Don Antonio Codorniu y Rodríguez, D.
Francisco Marrero Yanez.
Segundo Distrito: Don Demetrio Granado Marrero, D. Antonio
Rodríguez Uribe, D, Isidro Suárez Rodríguez.
Tercer Distrito: Don Vicente Castellano Lorenzo, D. José
Juan Mejías y Fernández, D. Juan Ponce Castellano».
Pero si hay algo que
llama la atención del acta de dicha sesión plenaria, es la manifestación del
alcalde Antonio Codorniú Rodríguez, dando la impresión que tuvo una pérdida
transitoria de memoria en la justificación que entrecomillamos, más cuando el
asunto fue objeto de recurso que resolvió el Cabildo con el voto de calidad de
su Presidente, cuando decía:
«Seguidamente expuso la Presidencia que “por motivos que
desconoce”, este Ayuntamiento ha venido componiéndose de quince Concejales en
vez de diecisiete que es el número que le correspondía conforme a la población
que arrojó el Censo anterior y al art. 35 de la Ley Municipal, reformado por el
art. 12 del R.D. de 5 de Noviembre de 1890, estándose en el caso de subsanar
aquel error determinando los Distritos que han de elegir los dos nuevos
Concejales.
La Sala, en vista de lo expuesto y de lo que previenen los
artículos de la Ley Orgánica aplicables al caso, y considerando que los
Distritos primero y segundo son los que cuentan mayor número de habitantes, acordó
por unanimidad que en la próxima renovación bienal de Ayuntamientos corresponde
elegir tres concejales al primer Distrito, cuatro al segundo y tres al tercero».
Celebradas las
elecciones el viernes 5 de noviembre, al presentarse igual número de candidatos
que los puestos a cubrir, en aplicación del ya comentado con anterioridad art.
29 de la ley electoral, son proclamados como concejales los siguientes:
«Distrito 1."Pueblo”: Don Antonio Codorniú Rodríguez, D.
Domingo Barbosa Quesada, D. Francisco Marrero Yanez.
Distrito 2."Afueras”: D. Ruperto Hernández Perera, D.
Emilio de Armas Suárez, D. Manuel Rosales Batista, D. Lorenzo Marrero Medina.
Distrito 3."Goleta-Costa”: D. Rogelio Hernández Armas,
D. Pedro Marrero Martín y D. Graciliano Guerra Ramos».
El lunes 6 de diciembre eran
designados los vocales y suplentes de la Junta Municipal del Censo para el
bienio de 1915 a 1916:
«Vocal, Don Basilio Suárez Ojeda, Concejal de mayor número
de votos en elección popular; Suplente, Don Pedro Pérez y Pérez, Concejal que
sigue al anterior en número de votos.
Vocal, Don Miguel Pérez y Pérez, por el concepto de ex Juez
Municipal; Suplente, Don Francisco Marrero Yanez, por el mismo concepto que el
anterior».
Aburridos terminaban el
año los republicanos “Jóvenes turcos”,
que agotados de presentarse a las elecciones y no ganarlas, ya no se
presentaban, pues conocían que cuando recurrían, los recursos eran rechazados
por el poder de la maquinaria “leonina”
en los órganos insulares y provinciales. Ni siquiera le recordaron al “desmemoriado”
alcalde Antonio Codorniú Rodríguez que ellos ya habían sustentado su recurso al
mayor número de concejales precisamente avalados por la misma legislación que
ahora sí reconocieron.
En este año ya estaba preparándose el futuro nuevo líder del “leonismo”:
José Mesa y López. Fue elegido diputado provincial por Guía, y en septiembre aceptó
el ofrecimiento que le hiciera su amigo Bernardino Ponce Martín, hijo de Rafael
Ponce Armas, de ser elegido consejero del Cabildo Insular de Gran Canaria,
puesto que desempañaría desde noviembre de 1915, al contar con el apoyo de Francisco
Gourié y Agustín Bravo de Laguna, jefes del “leonismo” en Arucas y en Gran
Canaria, respectivamente.
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