viernes, 24 de julio de 2015

1917 La bendición del nuevo templo, la campaña de adulación a Gourié y la falta de dineros

Al iniciar el nuevo año continuaba al frente de la Corporación el alcalde Antonio Codorniú Rodríguez. Nos encontramos en nuevo año electoral y a mitad de año se declararán las vacantes de los concejales que cumplen los dos bienios: Blas Castellano Lorenzo, Julián Caubín García, Constanzo Fuentes González, Juan Marrero Marrero, Pedro Pérez Pérez, Daniel Pérez Suárez, y Basilio Suárez Ojeda. Pocas ilusiones despertaban las elecciones municipales del domingo del 11 de noviembre para los “Jóvenes Turcos”, y no por el poco peso político de los concejales vacantes; se encontraban en un año de boatos y celebraciones con motivo de la esperada bendición del Nuevo Templo, y conocían muy bien del aprovechamiento político que los “leoninos” daban a la exaltación del patriotismo, bandera con la que arrastraban a todo buen vecino.

Conocían que llegado noviembre, su nueva lista de candidatos fuera integrada por los mismo concejales vacantes o sustituidos por otros considerados también “amigos de Gourié”, iban a ser los únicos presentados y proclamados en virtud del art. 29 de la Ley Electoral arrastrados por el éxito de Francisco Gourié Marrero en la terminación del Nuevo Templo, que se había arropado todo el protagonismo.

El viernes 12 de enero visitaba Arucas una comisión del non nato “Sindicato Agrícola y Comercial de Gran Canaria”, cuyas acciones venían siendo suscritas en los últimos días por comerciantes y propietarios, ajenos por completo al negocio de frutos y su exportación, porque se tenía la convicción de que era una empresa que directa o indirectamente a todos interesaba.

«Arucas, cuya jurisdicción es quizás la más perjudicada por su gran producción, y ser la residencia de la mayoría de los más directamente interesados en que se dé solución rápida, al conflicto creado por la falta de vapores, ha respondido como era de esperar. Ayer la visitó una comisión y ante la imposibilidad de reunirlos á todos ó la mayoría, por no haberse podido disponer del tiempo necesario para la citación, se procedió con el mayor entusiasmo, á la elección de comisiones, entre los concurrentes, y las designadas han de estarse ya ocupando de visitar á cada uno, de los que ya han manifestado sus deseos de suscribirse, para recojer los compromisos correspondientes con indicación del número de acciones, y remitirlos antes del martes próximo á esta junta organizadora.

La comisión ha regresado bastante satisfecha haciendo elogios de la actitud del Sr. Marqués de Arúcas, don Ramón Madan, quien, á pesar de tener la mayoría de sus propiedades, dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, no relacionado con tal empresa ni interesarle directamente por tener contrato de venta con una importante casa exportadora; no solo demostró su entusiasmo por todo lo que al bien del pais se refiere suscribiendo desde luego ciento cincuenta acciones, sino que, poniéndose por completo á disposición de la Junta manifestó á los señores de la Comisión, “que si se estimaba necesario, estaba dispuesto á suscribir mucho mayor número de ellas, ofreciendo su más decidida cooperación al más rápido y satisfactorio resultado de la empresa en proyecto”».

Los movimientos para estar presente en todos los ámbitos que pudieran incentivarse la agricultura aruquense y contribuir a la comercialización y exportación de sus productos obligaba. El 23 de enero se incorporaban a la Junta Directiva de la Cámara Agrícola de Las Palmas presidida por el político Carlos Navarro Ruiz, tanto Ramón Madan Uriondo como Francisco Gourié Marrero. Era necesario estar presente en todos los foros donde se tomaban las decisiones e iniciativas de importancia para la agricultura. Allí estaban representadas todas las familias aristocráticas de las isla, propietarios de multitud de tierras: Saturnino Bravo Ponce, Rafael Massieu Falcón, Sixto del Castillo y Manrique de Lara, Agustín Bravo y Joven, Nicolás Manrique de Lara Massieu y otras familias menos aristocráticas pero grandes terratenientes.

Todos los grandes terratenientes, que además ostentaban la condición de “aguatenientes” dentro de la Heredad, estaban moviendo sus estrategias para limitar la competencia de los pequeños agricultores y herederos. Se llevaba a la Junta General de la Heredad del domingo 28 de enero la supresión del Secuestro de aguas destinadas a los remates, esa porción de aguas que cada día era subastada públicamente. Ya no interesaba tanto el negocio del agua, ahora tocaba limitar las cosechas negando el agua a los pequeños.

«hemos consultado a personas ajenas a la entidad, las que también estiman que de llevarse a efecto lo que pretenden unos cuantos, a quienes —nos dicen— no dudan que beneficiará el cambio por ser regantes de la “Presa”, pero, aunque a estos les convenga por la razón expuesta, no creen que sea ello motivo para perjudicar los sagrados intereses de la Heredad.

Nosotros, de nuestra parte, no miramos este asunto si no bajo el siguiente aspecto, y así creemos debe mirarse por los Herederos. ¿Es o no perjudicial a los intereses de la comunidad el suprimir las aguas del Secuestro, y por lo tanto el Remate? Creemos que sí, que el pretender tal cosa y llevarle a efecto sería en perjuicio de los intereses de la Heredad. Pues bien, si en este asunto no se beneficia la Comunidad, no comprendemos como haya quien siendo Heredero pretenda tal cosa. El interés particular es diferente».
Muelle Santa Catalina (Fedac)

No acababan ahí las crudas decisiones donde el grande imponía su criterio sobre el pequeño. Eran tiempos del ¡sálvese quien pueda! «El muelle de Santa Catalina y muchos almacenes batíanse abarrotados de fruta ya empaquetada. En Gáldar, Guía y Arucas se han cerrado los almacenes de empaquetado y han sido despedidos algunos miles de mujeres y hombres que vivían de ese trabajo. De las fincas han sido despedidos los trabajadores y solo se han dejado los empleados y peones estrictamente necesarios pagándoseles medio sueldo. La situación da todas esas miles de familias es tristísima y en breve sobrevendrá la miseria».

Mientras ello ocurría, por primera vez en muchos años, el Ayuntamiento de Arucas salvaba tempranamente el expediente del reparto del déficit y sus presupuestos eran aprobados por la Comisión Permanente del Cabildo del sábado 10 de febrero «De conformidad con dictámenes de contaduría se acuerda informar al Sr. Delegado del Gobierno que proceda la aprobación de los arbitrios extraordinarios que proponen los Ayuntamientos de Arucas y Mogán para cubrir sus déficits».

Han pasado ya muchos años y las obras del templo siguen adelante acercándose a su gran día, a la bendición del Nuevo Templo. Francisco Gourié Marrero no se limitaba exclusivamente al papel de gran protagonista e impulsor de la que consideraba su gran obra por la que ganaría el prestigio social que hiciera olvidar su condición de “cunero”, por su inscripción en la Casa Cuna de la Capilla del Sagrario con la castigada anotación social “De padre desconocido”, que su hermana Rosario no pudo superar. Se había marcado la meta de que algún día se le permitiera formar parte de la “alta sociedad” de la isla, tan excluyente como siempre.

Desde que 15 de noviembre de 1903 el párroco Francisco Cárdenes Herrera de acuerdo con el entonces alcalde Manuel del Toro González para constituir una Comisión para la construcción del nuevo templo parroquial, en invitaran por carta del 29 del mismo mes a Francisco Gourié Marrero, se sucedieron de los hechos de forma natural. El 22 de julio de 1906 se constituía la que sería llamada Junta del Nuevo Templo, presidida por quien ostentaba el más fuerte poder económico de Arucas, Francisco Gourié Marrero.

Los pasos inmediatos sucesivos fueron el 12 de mayo de 1908 con la aprobación del anteproyecto del arquitecto Vega March; el  21 de enero de 1909 cuando se desmontan los retablos del templo viejo; el día 27 del mismo mes y año, cuando se bajaron las tres campanas de la torre para su demolición; el 19 de marzo, en que tiene lugar la colocación de la primera piedra y el 24 de abril al bendecir la capilla provisional de ladrillos construida en el parque de san Juan para suspender el culto religioso en el viejo templo.
 
Vapor Delfín: 11 cajas de vidrieras y 3 de hierros por 1.830 kg. llegadas el 02-mar-1917
Hasta este año 1917 las aportaciones económicas que pudo hacer Francisco Gourié Marrero para financiar las obras del nuevo templo fueron las proporcionales a sus patrimonios económicos, con el mismo sacrificio o menos del que pudo ser para todos los vecinos de Arucas que aún con estrecheces económicas, nunca se negaron.

El sacrificio y aportación económica de los todos los vecinos de Arucas lo reconoció personalmente Francisco Gourié Marrero a Ramón Madan Uriondo, en carta de 14 de marzo de 1909, cinco días antes de la colocación de la primera piedra, sorprendido del apoyo vecinal al nuevo templo «Hay gran entusiasmo en el pueblo acudiendo a la suscripción anual mientras dure las obras, y hasta todos los pobres artesanos y vecinos no falta con sus perritas todos los domingos al salir de misa llegando a tanto el entusiasmo que los maestros que trabajan la cantería para dicha obra, como también los peones que se ocupan de la preparación de los cimientos expontáneamente dejan todos los sábados algo de lo que faenan durante la semana».

Catälogo J. y H. Mauméjeans Fréres
Reconocía de esta forma que el gran financiador y mecenas de la obra de construcción del templo era el vecindario de Arucas, cualquiera que fuera su condición. Empezando por labrantes, canteros y jornaleros, los primeros en distraer parte de sus emolumentos para destinarlos al fin común de la obra. Como también lo fue la aportación en especies de los propietarios de las canteras, suministrando buena parte de la piedra de forma gratuita, o aquellos otros que entregaban los ladrillos de barro al coste, sin margen alguno para ellos, o los que entregaban la cal de igual forma, y muchos más y más que se multiplicaban cediendo a la meta común parte de su beneficio. Otros, que no disponían de especies útiles a la obra, cuando cada semana pasaban los voluntarios a recoger las donaciones, gustosamente aportaban su pequeño recurso.

Es obligado aquí reconocer que Francisco Gourié Marrero desde el primer momento se convirtió en el gran impulsor de la obra, eso sí, desde una posición presidencialista de la Junta cuyas decisiones no podían discutirse, tenían que ser acatadas por todos los miembros de la Junta con el “sí-señor”. Dineros en estas dos primeras fases, poco puso de su peculio personal, entendiéndose como ya se ha dicho que aportaba a la recaudación lo que cualquier vecino, la que le correspondía a su status económico, regla no escrita que siempre fue respetada por todos. Pero hasta este año 1917 no podría considerársele como un auténtico “mecenas” que aportaba el mayor capital al coste de construcción del nuevo templo. A título individual, desde los primeros momentos en que surgió la idea del Nuevo Templo, la posición indiscutible de mayor contribuyente fue ostentada por la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas cuando donó 30.000 pesetas con dicho fin.

Su decisión personal, avalada por la decisión pactada entre el párroco y el alcalde en su momento, le convierte en el protagonista indiscutible de la obra, y asume para sí la responsabilidad de dicho protagonismo hasta las últimas consecuencias. Tanto en el alejamiento de Ramón Madan Uriondo de la Junta de Construcción del Templo. «Tuvo cierta rivalidad, me temo que no solo personal, sino política, con Ramón Madan Uriondo, primer marqués de Arucas a partir de 1911; de tal manera que hay una automarginación del Marqués de todo aquello que fuera del Nuevo Templo». Protagonismo que comportaría también la renuncia del ingeniero Naval Manuel Hernández Pérez como Vicepresidente de dicha Junta de Construcción antes de finalizar el primer año de vida de la misma, como ya se ha contado.

Esa arrogancia, vanidad y protagonismo es la que le obligaría a poner sus verdaderos y cuantioso dineros para el remate de la que consideraba “su gran obra social”, cuando acontece el encargo de las vidrieras. «Francisco Gourié entendió que este asunto de las vidrieras y sus negociaciones, era asunto de alta diplomacia o estrategia, por lo tanto, él, solamente él, en persona, llevaría el tema. Ello se refleja en los mínimos detalles».

Desde el primer contacto escrito que tuvo con el fabricante francés de las vidrieras, la casa J. y H. Mauméjeans Fréres, 25 de julio de 1915, dos años atrás del corriente, toda la correspondencia mantenida está mecanografiada en su máquina de escribir, todos los telegramas son remitidos por él y todas las cartas y telegramas son dirigidos por el fabricante a su persona.

Fue adquiriendo progresivamente tal grado de compromiso para con el fabricante de las vidrieras, en la discusión de los precios, en los tiempos de entrega, que era muy difícil se saliera del asunto airosamente. De la lectura de sus correos, dos conclusiones nos aporta algún estudioso de nuestra bibliografía.

«En la lectura de estas cartas podemos descubrir algunos rasgos de la personalidad de Gourié: su ironía, su cierta rivalidad con Madan; su cierto desprecio por el resto de los contribuyentes; su espíritu comercial; su desinterés económico o se desprendimiento a favor del Nuevo Templo; su deseo de terminar la obra sea como fuere».

 «También de este diálogo escrito se puede conocer la falta e ideología o didáctica de los miembros de la Junta para la construcción del Nuevo Templo. Las vidrieras se colocaron sin previo estudio ni plan, a lo más elemental y, seguidamente, tapar agujeros o vanos de ventanas, prueba de ello es que Gourié solicita a la casa unos bocetos de unas estampas o cuadros famosos para tenerlas en cartera y si salía algún donante, endosárselos».

Pero el acontecimiento de la Gran Guerra (1914-1918) alteró sus planes. «la Guerra había retraído los donativos» para las policromadas vidrieras. Conocía perfectamente que la alta sociedad de la isla era proclive a sentirse admirada como mecenas patrocinadores de vidrieras de grandes monumentos religiosos, donde su nombre como donante quedaba reflejado. Era un gran signo de prestancia social, de presunción de su condición, visible a todo aquel que admirara la belleza de las vidrieras. Pero los tiempos de guerra habían castigado también sus grandes negocios. Muchas de las grandes familias aristocráticas Bravo de Laguna, Manrique, Massieu, del Castillo, etc. estaban muy próximas a los “leoninos”, pero posiblemente no se sentían obligadas por un “cunero” que no gozaba de “limpieza de sangre”. Seguían sin considerarlo de su sangre y clase, aunque ocasionalmente aportaron alguna donación circunstancial por un porcentaje de la liquidación de repartos como partícipes de la Heredad de Aguas, donde todos estaban representados cuando Gourié la presidía.

Distinto hubiera sido el resultado si hubiera acudido a la intermediación de Ramón Madan Uriondo, pues él si tenía “limpieza de sangre” y compartía aficiones y maneras con las grandes familias desde su condición de Marqués y aristocrático anfitrión en Las Hoyas. Pero no quiso hacerlo.

Es esta soledad para afrontar económicamente el pago de las vidrieras que sólo él había negociado, elegido y discutido la que obligará a poner abundantes dineros. Los rosetones se presupuestaban a 2.190 pesetas, sus ventanas bajas a 120 cada una de las ocho, y los rosetones del prebisterio a 340 cada uno de los cinco. Los grandes trípticos de vidrieras iban de las 2.225 pesetas de la “Degollación de san Juan Bautista” a las 2.400 de la “predicación” del mismo santo patrono para el triforio.

Luego sucedería durante los siguientes años al actual que la única donante no residente en Arucas fue Mª del Pino Apolinario Placeres. Por ello tuvo que salvar todas para las que pudo obtener financiación con los donantes de familias aruquenses, empezando por Ramón Madan Uriondo que se limitó a la capilla del Rosario, y siguieron los Rosales, Hernández Pérez,  Ponce, Granado y Del Toro, el párroco y el penitenciario aruquense de la Catedral González Marrero, algunas que colocó colectivamente a la Junta de Construcción, la Hermandad del Carmen, Colegio Sagrado Corazón y dos a grupos de señoras de Arucas.

Resultaba obligado conocer de la verdadera dimensión económica de lo aportado por Francisco Gourié Marrero hasta el año que ahora comentamos, prácticamente como hemos dicho y reiterado insistentemente, lo que correspondía a cualquier contribuyente de su posición. Y ello, para que no se nos tache de mezquinos o de inmerecido trato cuando ahora desarrollamos las actuaciones habidas para su sensiblería y adulación por parte de la clase dirigente de Arucas. Y es obligado porque siempre se ha sostenido interesadamente la falsa teoría que fue un auténtico mecenas económico de toda la construcción del nuevo templo, sustrayendo el protagonismo que corresponde a todos los vecinos de Arucas, sin menospreciar que sí fue el catalizador de muchas voluntades.

Escalera sacristía (Eliú Pérez)
Personalmente Francisco Gourié Marrero se vio obligado a pagar los tres grandes rosetones, los bajos de los mismos, los dos grandes de tres cuerpos del patrón, los rosetones del presbiterio y posiblemente algunas otras más pequeñas. Pero muchas serían después de la bendición del templo como ahora contaremos. Antes de llegar a ese día, otros trabajos tuvieron que irse terminando sin pausa según nos contó nuestro primer cronista.

El viernes dos de febrero el maestro de obras que estaba al frente de los trabajos de la Iglesia desde sus comienzos, Sebastián Hernández Quesada, trazaba la escalera de la sacristía que quedó terminada en ocho días. El martes día 6 del mismo mes se comenzó a enladrillarse el piso de las galerías del nuevo templo por el maestro de Tenoya Francisco Cabrera Hernández.

El viernes 9 de marzo, el carpintero Bruno Pérez González, mi abuelo paterno, y su consorcio Gabriel Déniz Hernández colocaban las puertas norte de la iglesia que dan hacia la plaza de san Juan y las del sur que dan para la calle de Canónigos, mirando a las Vegas. El siguiente viernes 16 se colocó la hoja izquierda de la puerta principal y al día siguiente la otra hoja.
 
Puerta sur construida por mi abuelo paterno Bruno Pérez González y su socio
En el transcurso de esa misma semana entre viernes, el sábado día 10 se comenzó a poner la vidriera rosetón de la fachada sur que daba también a la calle de Canónigos. El lunes 12 se colocó la gran vidriera detrás del altar mayor que representa la “degollación de san Juan” y el jueves 14 se colocó el rosetón norte que da a la plaza de san Juan, para dos días después colocar las ocho pequeñas que están debajo de los rosetones norte y sur, mirando al parque y a las Vegas. Todas habían sido pagadas a tiempo por Francisco Gourié Marrero, y enviadas con urgencia para que en la bendición del Nuevo Templo estuvieran cerrados los huecos más importantes ante el temor a la temperie.

Como a la bendición asistiría el Marqués de Arucas, el jueves 14 se había hecho el esfuerzo de poner las vidrieras qué éste había comprometido para la capilla del Rosario, dedicadas a los santos de sus suegros y los de los propios marqueses y que pagaría cuando mereciera su conformidad. Estaba aún reciente el fallecimiento de la Marquesa que cada año recordaba con misas dedicadas en toda la isla y así lo había exigido.

Se desconoce en qué días se montaron otras vidrieras como la de San Francisco de Asís, donada por el Cura Párroco, la de San Blas costeada por Blas Rosales, y la del Corazón de Jesús, costeada por los Hernández Pérez, pero allí estaban aguardando el gran día.

Se había trabajado con intensidad y cuidado, ayudados por el montador Manuel González Priones que envió el fabricante de las vidrieras desde su delegación en San Sebastián, con un andamio especial para poder montar la estructura de metal, siempre ayudado por los grandes maestros albañiles que el Nuevo Templo tenía contratados. Se había alcanzado el cerramiento de los grandes huecos de ventanales más visibles y ventosos, mejorando la prestancia de los acabados, aunque quedaban muchos aún por cerrar, pero no había dineros para todos. Se habían labrado todos los capiteles y pilares interiores que habían sido construidos con la piedra bruta, consolidando primero la fortaleza arquitectónica de los mismos para luego rematarlos estéticamente. También quedaban muchos acabados pendientes para mejor momento.

Degollación de san Juan Bautista (arucar.org)
Se había iniciado la primera torre del ángulo norte-oeste, tenía que iniciarse la torre del reloj en el ángulo sur-oeste, y la tercera en el ángulo norte-este. De la torre campanario en el ángulo sur-este, no se tenía ni el proyecto y existían problemas de propiedad con el inmueble colindante. Pero hasta cubierta de bóvedas y clave, todo estaba acabado, pendiente de protecciones, remates y labrados. Quedaban aún muchos años por delante para la conclusión del Nuevo Templo, pero todo estaba a punto para su bendición solemne, cuyos actos comenzarían en la víspera de san José por coincidir en domingo. Reproducimos algunas noticias recogidas por nuestro primer cronista y asistente al acto como coadjutor se la parroquia de San Lorenzo.

El «Domingo 18 de Marzo de 1917 á eso de las cuatro de la tarde llegó á Arucas el Sr. Obispo Marquina; invirtiéndose en esta ceremonia y plática correspondiente una hora y tres cuartos. Asistió un inmenso, el Ayuntamiento, la junta de la construcción del templo, la autoridad militar, la guardia civil y el Sr. Marqués de Arucas», y muchos sacerdotes encabezados por el párroco Francisco Cárdenes Herrera, coadjutores, capellanes, ecónomos, etc.

«Cuando sacaron al Santísimo para transladarlo en dicha tarde, bendecida ya la iglesia, formaban la procesión los siguientes Sres. Cruz parroquial, llevada por Rafael García González, sacristán Ciriales: Pedro Celestino González Armas, monaguillo Ciriales: Francisco Cabrera González, monaguillo. Varas del Palio: D. Teodoro Rosales Quevedo D. Miguel Suárez Hernández D. Agustín Quevedo Pizaca, D. Juan Martín Reyes, D. Alfredo Martín Reyes, D. Domingo González Hernández. Guión: D. Rafael Cáceres Recco. Director de la banda de música: D. Bruno Pérez González».

«Esta banda tocó á la llegada del Sr. Obispo y en la procesión del Santísimo del templo provisional al templo recién bendecido. Terminada esta función hubo refresco en la casa parroquial. Luego el Sr. Obispo se transladó á la casa de D. Francisco Gourié donde se quedó aquella noche. Como preparación para esta fiesta el P. Superior de los misioneros C.M.F. predicó un triduo en las noches de los días 15, 16 y 17 de dicho mes. La gente que comulgó este año en la víspera y día de San José fue muy numerosa».

«No había follista para el órgano, pues desde que se derruyó el antiguo templo parroquial solo teníamos armonium en la parroquia».

Al día siguiente, el señalado día de san José, otro más para la historia «A las nueve de la mañana fue todo el clero que había en la parroquia á buscar al Sr. Obispo casa de D. Francisco Gourié. Al llegar al templo el Sr. Obispo entonó la tercia. Luego comenzó la misa de pontificia, única tal vez que se ha celebrado en Arucas. Además de los sacerdotes que asistieron á la bendición celebrada ayer, vinieron los siguientes: Dr. D. Pedro Jiménez Quintana, Doctoral; Dr. D. Celestino González Marrero, Penitenciario; D. Antonio Álvarez Alemán, Canónigo; D. Anastasio de Simón y de Simón, Provisor; D. Juan Manso Alonso, Cura de Firgas; D. Eusebio Hernández de León, Cura de Bañaderos, Subdiácono de oficio; D. José Martín Morales, Cura de Guía (Subdiácono de oficio); D. Leopoldo Gil Navarro, Beneficiado de la Catedral; D. Manuel Navarro, Capellán del Trapiche; D. Pedro Marcelino Quintana Miranda, Coadjutor de S. Lorenzo».

«El sermón lo predicó dicho Sr. Provisor. Principió a las diez y cinco minutos, invirtiendo media hora exacta. La misa fue tocada y cantada por la orquesta “Euterpe” de esta población. El sochantre (que estaba ronco) solo cantó el intróito y demás cosas que la orquesta no acostumbraba cantar. El gentío que asistió era enorme. Terminada la función se hizo la procesión de S. José alrededor de la plaza, á la que asistió el Sr. Obispo de capa magna; pero antes de la procesión se puso capa negra y se cantó un responso por las benditas ánimas. Terminada la función religiosa el Sr. Obispo fué á casa del Sr. Gourié, luego fue á casa del Sr. Marqués con el Provisor, y allí comió. Luego vino á la parroquia, confirmó tres niños. Fué á casa del Párroco. A las seis de la tarde se volvió á Las Palmas, acompañado del Provisor, el familiar, el Superior de los C.M.F. y de D. Francisco Gourié, en cuyo automóvil regresaron».

De la crónica periodística reproducimos una reseña de las palabras del Obispo Marquina «Cantó en sentidas frases un himno a la religión, describiendo primorosamente la influencia del arte ojival en el progreso de la misma. Recorrió brevemente los diferentes estilos arquitectónicos religiosos, enlazándolos con la historia del cristianismo.

Valiéndose de una bellísima imagen y aprovechando la estructura gótica de la nueva Iglesia, afirmaba que así por su elevación la columna gótica rematando en elevadas torres cuyas agujas miraban hacia el cielo, parece como querer escaparse de la tierra que le servía de base, de la misma manera la oración brotaba de los labios del cristiano para elevarse a las inmensidades del cielo.

Terminó enalteciendo la obra meritoria de los patronos artífices y cooperadores en la construcción de la nueva Iglesia, recomendando a los fieles allí congregados que el nuevo templo que su piedad ha levantado, fuera un motivo mas que les moviese al cumplimiento de sus deberes religiosos».

No podemos sustraer para nuestra pequeña historia el editorial que sobre el Nuevo Templo publicaba “La Provincia” en su edición del 21 de marzo.

«Digna por todos conceptos de admiración es la nueva iglesia que la piedad de aquel vecindario ha sabido levantar en honor de San Juan Bautista. Su artística fachada, joya primorosa del estilo gótico florido, ha sido elogiada por cuantos la han contemplado y si bien su interior, todavía incompleto, no tiene la delicada esbeltez y perfeccionado estilo que el amazacotamiento de sus columnas, de grosor algo excesivo, le impide, debe sin duda alguna figurar entre las modernas construcciones de estilo gótico pues es sin disputa una buena muestra de ello. Incompleta todavía admíranse desde luego, recubriendo sus góticos ventanales, primorosas vidrieras entre las que se destacan las del ábside, representación simbólica de la imagen da San Juan predicando en el desierto y de la degollación del mismo Santo.

Vidrieras donadas por el Marqués de Arucas
Dichas vidrieras han sido costeadas por don Francisco Gourié. Junto a éstas y compitiendo con ellas es valor y gusto artístico, destácanse la representativa de San Francisco de Asís, debida a la manificencia del Sr. Cura Párroco de Arúcas D. Francisco Cárdenes. La de San Blas costeada por D Blas Rosales, la del Corazón de Jesús, costeada por los Sres. de Hernández y las de San Bruno, Santa Saturnina, San Ramón y la Virgen del Rosario generosamente donadas por el Excmo. Sr. Marqués de Arúcas.

Completan el decorado del templo dos magníficos rosetones que contienen diez y seis ventanales cada uno, costeados por la Junta Administrativa de las obras del templo y primorosas capillas de acrisolado gusto artístico que una vez terminadas han de hacer de la iglesia de Arúcas una de las mas preciadas joyas del arte religioso en estas islas.

¿A quien se debe? A todos. Sus nombres no deben citarse, seguramente restaríamos méritos a su acción dándolos a la publicidad. Si los unos aportaron sus caudales, los otros emplearon su talento; si los ricos y pudientes costearon la obra, los pobres, los necesitados, las que no cuentan con mas medios de fortuna que su trabajo, gustosos lo aportaron y distrayendo tiempo de sus habituales ocupaciones los unos amontonaron piedra y los otros acarrearon materiales, todos en fin contribuyeron en la medida de sus fuerzas a construir la casa de Dios. Y como siempre en estas cosas, como en todas las de la vida, la mujer toma parte integral en cuanto con la caridad, con la religión y con el amor al prójimo se refiere, también ellas ricas y pobres, de todas las clases sociales contribuyeron con su grano de arena cotidiano y su firme voluntad, a la realización del ensueño de la Ciudad de Arúcas.

A todos nuestra felicitación y especialmente al Sr. Cura Párroco D. Francisco Cárdenes, al clero de aquella localidad y a los Rdos. P. Misioneros Félix Gil y Dámaso Serna, que con sus desvelos han logrado construir en la Ciudad de Arúcas uno de los mejores templos que el Archipiélaqo canario tiene en sus islas».

Pero será una crónica del corresponsal de “La Provincia” publicada en su edición del viernes 23, y especialmente los párrafos que reproducimos, con la que se inicia una campaña a favor de los reconocimientos a la figura de Francisco Gourié Marrero como presidente de la Junta de Construcción y como “contribuyente” importante, probablemente inducida por los ambientes políticos locales, dando continuidad a la adulación y culto a la persona, con la clara pretensión de hagan mella en la vanidad del personaje, y poniendo en boca del Obispo Marquina elogios que a la persona de Francisco Gourié Marrero realizara durante su alocución.

La realidad fue muy distinta y la propia crónica del “Boletín Eclesiástico”, dice del elocuente sermón del Obispo que fue elocuente y emotivo, mostrando su admiración y simpatía por el templo neogótico de Arucas, que le rememora el arte gótico de su tierra natal Castilla, como buen burgalés. Llegando a transcribir parte del sermón recoge el boletín.

«Enalteció en períodos llenos de sinceridad y elocuencia los meritos excelsos de la Junta administrativa, que sin desmayos ni quebrantos ha venido soportando durante siete años la balumba de opiniones y pareceres, contrarrestando con sus entusiasmos y sus esfuerzos los desmayos de los demás, alentando a unos, manteniendo a otros, y en toda ocasión y en todo tiempo dando ejemplo de un tesón y de una constancia en pro de la idea que a medida que tomaba cuerpo con el adosamiento de bloques de piedra pulidos y afiligranados, más pesaban las dificultades para llevarla a feliz término en la administración de la Junta».

Y ello hasta rematar con exquisitez y elegancia el final de dicho párrafo con la aseveración «No es necesario que cite nombres, decía el Prelado, porque grabados  están en vuestros corazones y en la historia heroica de esta noble ciudad».

A continuación el Obispo manifiesta fervientemente donde reside el protagonismo de la gran obra del Nuevo Templo «Y el pueblo todo, agregaba, el pueblo todo que con su óbolo, con su grano de arena los unos, los otros con su aportación personal y con sus desprendimientos considerables; el pueblo que con sus alientos y desmayos, sus dificultades en contra  y sus arranques en pro hicieron  que esta obra monumental fuese rica por el valor invertido en ella, y por el cúmulo de tesón y de energías que su edificación casi heróica supone; a ese pueblo nos dirigimos también, porque es merecedor de cuantas palabras tenga la rica lengua de Castilla para significar heroísmo, gratitud, magnificencia, noble y legítimo orgullo».
 
Conjunto rosetón norte, mirando a la plaza de san Juan
Cuanta verdad y reconocimiento encerraban estas palabras del Obispo Marquina, pero de lo manifestado por el Prelado, a lo que algunos pretendían interpretar de sus palabras, cuanta distancia, cuanta miseria humana puesta al servicio de una campaña de adulación auspiciada con el propósito claro y sensiblero de influir en el ánimo de quien se siente adulado, Francisco Gourié Marrero, para obtener del mismo el premio de que no abandone, pues todavía hay muchas cosas por pagar y se necesitan muchos dineros.

Veamos el contraste de lo dicho por el Obispo y lo oído (¿?) por el corresponsal de “La Provincia”, como un individuo más que se suma a esa campaña de adulación que se retoma desde la sociedad influyente aruquense. Y veámoslo reproduciendo algunos de los párrafos de su crónica para apreciar las grandes diferencias y semánticas.

«Nuestro Prelado, ocupó la cátedra sagrada y con gran condición disertó haciendo después de otras, una extensa y acertada reseña de los méritos adquiridos por las personas que han contribuido, bien sea con su propaganda, bien con sus donativos, a la ejecución de este suntuoso edificio.

Nosotros, a quien todo lo que sea en beneficio de nuestra amada Ciudad nos enorgullece y nos alegra grandemente, nos vamos a permitir el hacer mención en este párrafo de la parte activa y desinteresada, que además todos los demás señores que componen la Junta administrativa de las obras de nuestra Iglesia, ha tomado en este asunto el miembro de la misma, o séase su Presidente, nuestro respetable amigo don Francisco Gourié Marrero, quien desde que se iniciaron las obras viene contribuyendo, bien sea con sus activas gestiones, bien con sus grandes donativos en efectivo a la realización de estas.

Al mismo tiempo, por si nuestra idea merece la aprobación de nuestra muy Ilustre Corporación Municipal, en manos de quien ponemos la tramitación de la misma, proponemos desde estas columnas, se gestione activamente llevándose a efecto los trámites  necesarios a fin de recabar del Gobierno de la Nación un título nobiliario a favor del señor Gourié, título que, obrando todos los hijos de este pueblo en justicia no haríamos más pagar una deuda contraída con el antedicho señor, pues son más que reconocidos sus desvelos a favor de todo lo que se relaciona con el bienestar y prosperidad de éste su pueblo natal.

Nosotros nos honraríamos muchísimo a contribuir a que esto se llevase a efecto. El expediente donde al superior Gobierno se pidiera esta gracia, —que no dudamos concedería— debe a nuestro entender ir firmado por todos los vecinos de esta Ciudad, pues, aseguramos sin temor a equivocarnos que al noventa y nueve por ciento lo harían gustosos llenándoles esto de regocijo.

Conste que al hacer la anterior manifestación, creemos obrar en justicia, y exponer el sentir de todos los hijos de esta Ciudad. Ahora bien, ya expuesto lo que antecede, proseguiremos reseñando los actos celebrados».

En la inducida adulación del corresponsal llegaba a manifestar que Francisco Gourié Marrero era nacido en Arucas y sugería la solicitud de un título nobiliario, cuestión que requería un expediente de limpieza de sangre del que no dispone por haber sido inscrito como “cunero” como ya se ha dicho.

La Junta General de la  Heredad de Aguas celebrada el domingo 25 de marzo, tras los reiterados anuncios que venía dando  su presidente Manuel Hernández Pérez de abandonar la presidencia de la misma y dar paso a una nueva Junta de Gobierno, acuerda nombrar Presidente a Francisco Gourié Marrero, Vicepresidente 1º Manuel del Toro González y Vicepresidente 2º José Suárez Suárez. La Junta de Gobierno resultó muy renovada componiéndola también  Manuel Hernández Pérez, Marqués de Arucas, Juan Ponce Castellano, Pedro Pérez Pérez, Lorenzo Marrero Medina, Blas Rosales Batista, Pedro Suárez Pérez, Demetrio Granado Marrero y José Suárez Quesada.

En la edición del martes 27 de marzo de “La Provincia”, Francisco Gourié Marrero contestaba al corresponsal con un remitido datado en Arucas dos días antes, desde la sinceridad de no aceptar la honra dado que conoce no cumple con la norma reguladora.

«Sr. Director de LA PROVINCIA. Muy considerado Sr. mío: he leído el número del periódico de su digna dirección, corresponde al día 23 del actual, una crónica de Arucas, que firma “El Corresponsal”, en la que se ocupa en una forma excesivamente laudatoria de mi persona, con motivo de la bendición solemne de la iglesia parroquial de dicha Ciudad de Arúcas, haciendo indicaciones a la digna corporación municipal, que, pugnando con mi manera de ser, me obliga pedir a Vd. encarecidamente que interponga su influencia con ese Sr. Corresponsal, para que desista completamente de su idea, por no ser en absoluto ni merecida ni aspirada.

Qué yo, en unión de aquellos buenos amigos de la Junta de la iglesia, y sobre, todo los que conmigo formamos su comisión ejecutiva (el señor Cura y don Blas Rosales) haya contribuido a que sea un hecho esa hermosa iglesia de la que puede enorgullecerse Arucas, no es motivo para tanto extremo, me basta la satisfacción del deber cumplido, y me considero muy pagado con que esa junta y con ella los vecinos de aquella querida Ciudad y los que no lo son y que también han contribuido con sus donativos, aprecien y estimen la labor y el entusiasmo con que he ayudado en esta magna obra.

Que haya procurado solucionar dificultades y conflictos que surgían a cada paso, sostenido luchas para contrarestar la oposición que en principio se hizo (cuando entonces era un proyecto, lo que hoy es una hermosa realidad) por hijos de la misma Ciudad, que en, su mayoría, hoy confiesan su error es de apreciar, es de agradecer, pero nada más.

¿No nos designó para esta empresa, una junta popular que se reunió en el antiguo templo? —Pues hemos correspondido con fé y entusiasta anhelo a la confianza que les inspiramos y de aquí la frase que antes he dicho, que nos queda, y a mi el primero, la íntima satisfacción del deber cumplido, por religiosidad y por patriotismo.

Nada más Sr. Director, yo le ruego la publicación de estas líneas manifestándole a su Sr. Corresponsal mi sincero agradecimiento por sus deseos pero la idea que emite, aunque es muy honrosa para mi, siento mucho no estar yo de acuerdo con ella y por consiguiente, no la acepto. Gracias Sr. Director, y tengo el mayor gusto en ofrecerme de Vd atto, y s.s.q.b.s.m. Fran cisco Gourié».

Dos días después, “La Provincia” publicaba un nuevo remitido desde Arucas, firmado por F. Marrero Castellano, y bajo el determinante titular de “Don Francisco Gourié Marrero”, elegido por el propio periódico y en la primera columna de la primera página, con un párrafo inicial del editor que justifica su redacción.

«Nos honramos al rotular el primer contenido de nuestra edición de hoy, con el nombre tan ejemplar cuán respetable de D. Francisco Gourié, del cuál el prestigio brillantemente se acrisola en la loable labor de engrandecer a un pueblo. Y a la voz de ese pueblo, sonante como un eco, en el artículo que a continuación publicamos, unimos la nuestra, siempre modesta, pero siempre dispuesta a concertarse con cuantas, al llegarse a nosotros, nos traigan resonancias de alta justicia, y merecidos homenajes.

•••

En medio del espíritu de egoísmo y de indiferencia ante los grandes intereses de un pueblo que con tanta frecuencia se lamenta en nuestros días, son altamente consoladores los rasgos explendidos del hijo de esta Ciudad don Francisco Gourié y Marrero cuya altísima acción no solo aplauden las clases menesterosas por él tan favorecidas sino también por los que por su posición social mas o menos acomodada, no han precisado jamás de su filantrópica protección.

Admiro de corazón a este ilustre señor, a este eximio patriota, que ha sacrificado su tranquilidad, su bolsillo y su vida en bien de su pueblo que nunca tiene para sus grandes bienhechores mas que alabanzas y bendiciones; jamás la censura acre y procaz.

Esta afirmación cierta y atestiguada por la boca de la inmensa mayoria de esta población, hará sonreír, quizás, con maliciosa incredulidad, a esos espíritus mezquinos, eternas rémoras y sistemáticos propaladores de la calumnia y el desprestigio de personas que como ésta que nos ocupa solo merecen el aprecio y el aplauso de sus buenas obras. Los hará sonreir, repito, creyéndola nacida al calor de una descocada adulación. Y no es así.

Si aquí pusiéramos mas atención en las entrañas de las cosas, sí llevásemos nuestra mirada a la esencia de los vitales problemas de este pueblo, apartándola de esa frívola superficialidad que solo nos permite conocer de su aspecto exterior, estaríamos penetrados de la honda labor social y transformadora que esta llevando a cabo este hombre extraordinario.

Ahora precisamente y con motivo de haberse llevado a cabo la bendición del nuevo Templo parroquial el día diez y nueve del actual, vienen a nuestra memoria, la parte tan activa, la labor tan grande y los generosos desembolsos que el Sr. Gourié ha tenido en tan magna y costosa obra.

¿Quien sino él y a sus expensas ha levantado en su mayor parte esa joya arquitectónica, no sólo orgullo de Arúcas sino de la provincia entera? Sin su valiosa cooperación este monumento quizás hubiese sido un fracaso. Pero no; el ha sabido desde sus comienzos, desde que fué colocada su primera piedra, darle impulso, alentar a los que en unión de él laboran también por la pronta terminación de ese templo. Y no podía ser menos; hoy ya casi está terminado; muy poco le falta y Dios mediante el Sr. Gourié y sus colaboradores verán coronados por el éxito en plazo no lejano sus esfuerzos y sus desvelos.

iCuántas cosas como éstas pudieran hacerse en Arúcas, si los ricos que aún permanecen sordos al llamamiento del patriotismo, imitaran el ejemplo de don Francisco!

En esta época calamitosa, a compás del tiempo, corriendo los días, la miseria se ha ido manifestando con distintos caracteres. Engendra una inquietud dolorosa de recelo y de temerosos sobresaltos. ¡Es trágico el silencio que acompaña al sufrimiento del hombre. Es un malestar sordo que se advierte, cuya amenaza misteriosa se presiente como la proximidad de la muerte.

Sin embargo de todo esto, de palpar como lo estamos haciendo la angustiosa situación que atravesamos, sírvenos de consuelo la actitud de D. Francisco Gourié ante el conflicto. Díganlo sino, los ciento de trabajadores que en sus grandes propiedades encuentran el jornal tan deseado en las presentes circunstancias. ¡Cuantos adinerados propietarios de aqui podrían seguir su noble ejemplo! Pero desgraciadamente no es asi.

El solo, arrostrándolo todo puede decirse a grandes voces que es hoy el padre, el ángel bueno de la clase menesterosas de esta Ciudad. Sin él, sin sus filantrópicos rasgos, sin su caridad inagotable, puede decirse, repito, la mayoría de esa clase pobre cuyo único trabajo está en el campo, sabe Dios donde hubiese llegado en estos tristes momentos. El trabajador agradecido lo sabe; lo que muchas veces desde las columnas de un periódico no dudan en censurarle hasta en las insignificancias mas absurdas, lo saben también. Pero está visto; para estas pequeñas almas, la crítica infundamentada y los ataques miserables es su elemento.

¡Quien sabe si esos mismos algún día y como débiles mujeres irán a postrarse a sus plantas en demanda de alguna merced para si o para sus deudos! ¡Esta es la vida! Y esta es la causa de que yo me congratule de los éxitos de tan preclaro señor y escriba en su elogio y me complazca con su alabanza. Don Francisco Gourié ha remediado en Arúcas en esta desgraciada época muchas calamidades, ha enjugado muchas lágrimas. Su casa ha sido y es actualmente el refugio del pobre, aquel que su mala estrella le ha privado del trabajo y se ha quedado sin poder ganar el sustento que llevarle a sus hijos, en esa noble y hospitalaria casa cuyos anchos portales solariegos abiertos están para todo el mundo, encuentra ocupación donde ganar el codiciado sustento para los suyos. ¡Bendito y noble ejemplo el que esta alma grande y elevada dá a muchos de los hijos de este pueblo que como él pudieran en parte remediar los pavorosos momentos, los dias tristes que se avecinan!

Loado sea quien así sabe conducirse; acometiendo empresas que benefician grandemente a este pueblo desprendiéndose con admirable filantropía de su capital, para llevar a feliz término esas obras; abriendo de par en par las puertas de su casa al pobre y dando de comer al trabajador agobiado en esta penosa época Dios seguramente se lo premiará.

La Ciudad de Arúcas no debe olvidar en manera alguna los enormes beneficios que este hombre le hace y es de esperar que nuestra Corporación municipal tome en consideración la idea expuesta por nuestro amigo el Sr. Corresponsal de LA PROVINCIA, con lo cual, no solo harás un acto de justicia sino que también interpretará el unánime sentir de este pueblo que quiere de esta manera, corresponder y demostrar su agradecimiento a los servicios que le ha prestado tan exclarecido y preclaro ciudadano».

Hemos de resaltar y valorar de este remitido, su muy cuidada redacción, acreditando en los merecimientos de Francisco Gourié Marrero, no sólo sus distintas aportaciones a la construcción del Nuevo Templo que debieran ser la causa que los motiva en este tiempo, sino que además los vincula a lo que pudo hacer a favor de la sociedad aruquense, cuestiones que no debieran traerse a colación en el momento de que se trata.

El viernes 13 de abril, en el pleno del Ayuntamiento se da lectura a un escrito firmado por ciento cuarenta y un vecinos que tras afirmar «que cediendo a un impulso expontáneo de reconocimiento hacia el hombre bueno y generoso, caritativo y altruista que se llama D. Francisco Gourié y Marrero, el cual jamás ha omitido sacrificio alguno cuando del bien y de la prosperidad y engrandecimiento de esta población se ha tratado» que da lugar a elevar la siguiente propuesta que es aprobada por el pleno: «se dé el nombre de Francisco Gourié a la calle comprendida entre la esquina norte de la Plaza del Mercado y la cantonera de la Heredad de aguas de Arucas y Firgas».

El “Diario de Las Palmas” del martes 18, ya se da cuenta de tal noticia bajo el titular de “Homenaje merecido”.


«El Ayuntamiento de la vecina ciudad de Arúcas, atendiendo á una instancia suscrita por multitud de vecinos, ha acordado por unanimidad, en su última sesión, conceder el título de hijo predilecto al que lo es muy digno y distinguido, don Francisco Gourié, y dar su nombre á una calle ó plaza de la expresada población.

Tal acuerdo obedece á un expontáneo movimiento de afecto y gratitud del pueblo aruquense hacia el Sr. Gourié y Marrero por los grandes servicios que constantemente presta á aquella ciudad, ora siendo el alma de obras tan hermosas como la construcción del nuevo templo parroquial, ora acudiendo solícito con su caudal, con su hacienda y con su gran corazón á remediar á toda desgracia, y coadyuvando siempre, lleno de entusiasmo y cariño por Arúcas, siguiendo el mismo ejemplo de su padre, tan benemérito patricio, á toda empresa beneficiosa, apoyándola con su influencia, con dinero y con el cariño que tiene aquella población.

Reciente está su última obra benéfica coadyuvando á la instalación de la cocina económica que alivie la miseria de los pobres. Bien merece este hombre modesto y bueno el homenaje cariñoso de su ciudad agradecida».

En el mismo pleno se tomó en consideración otra proposición de que en su día se diera su nombre al parque o plaza que se proyectaba construir al sur del Nuevo Templo.

Francisco Gourié Marrero había rechazado la propuesta del corresponsal de “La Provincia”, pues no se ajustaba al reglamento de las dignidades españolas que se le otorgara un título nobiliario por las causas que ya hemos apuntado de su condición de “cunero”. Pero muy distinto era el título de “Hijo predilecto” y la nominación de una calle, facultades que correspondían exclusivamente al ayuntamiento de Arucas.

Si hemos sostenido que toda esta acción es parte de una campaña sistemática de adulación a la persona, es porque coincidente con cada hito importante y decisivo en la construcción del Nuevo Templo, ha habido una reacción política para sensibilizar la vanidad personal del homenajeado, y lo era siempre desde la interesada y mezquina voluntad de que siguiera contribuyendo con su peculio, poniendo sus dineros a los fines perseguidos, desde el comportamiento y pensamiento inicial que en dicha dirección plasmó el cura párroco Francisco Cárdenes Herrera, al que se sumó toda la fuerza fáctica de Arucas.

Debemos dejar clara constancia, que aunque el templo ya se hubiera bendecido, todavía quedaban por construir las cuatro torres, rematar el cimborrio y los antepechos balaustrados de la cubierta, labrar la totalidad de los capiteles y pilares, la vidriera rosetón principal, las vidrieras del triforio, desmontar la capilla provisional, y otros muchos elementos arquitectónicos previstos en el proyecto de Vega March.

¿Quiénes podrían aportar dineros para tanta obra y complementos? Por la propia nómina de otros donantes de vidrieras que hemos ya incluido, las posibilidades económicas ciertas eran prácticamente inexistentes. La Gran Guerra continuaba y presumimos se temía que con la bendición del templo se iban a contraer las colectas y suscripciones que cotidianamente se realizaban, desde la percepción que la obra estaba acabada, aunque la realidad fuera muy distinta. Tampoco podían esperarse donantes ajenos a Arucas por la experiencia que ya se tenía, y había fracasado toda posibilidad de obtener fondos del Estado que ya habían sido negados.

Si además hemos se sumar todo el mobiliario específico para el culto religioso,  nave central, galerías y absidiolos o capillas absidiales de las que disponía el nuevo templo, los restantes miembros de la Junta de Construcción y el párroco llegarían a la irremediable conclusión que había que mantener y animar a su presidente Francisco Gourié Marrero, más aún cuando solo él conocía de las vidrieras pendientes de encargar y pagar como más adelante se dirá.

Confirma nuestra teoría que la gran preocupación que embargaba a todos los que deseaban comprometer a Francisco Gourié Marrero con estos reconocimientos a su persona, no era otra que la búsqueda de su amparo económico, que a partir de la bendición del templo, y más concretamente cuando el 6 de septiembre el fabricante acusa recibo de la transferencia del Banco de España por 10.000 pesetas a cuenta de las vidrieras puestas, salvo las del Marqués que siguen estando sin pagar, Francisco Gourié Marrero debió verse también afectado por la falta de liquidez económica dado que hasta el 27 de febrero de 1919 no vuelve a iniciar su correspondencia con el fabricante, transcurriendo por tanto “un largo silencio de un año y cinco meses”.

A partir de esa fecha, cuando se reinician las conversaciones y negociaciones sobre posibles nuevos encargos de vidrieras entre Gourié y el fabricante, éste además de respetar los precios antiguos ofertados incluye  las facilidades de pago. «Y para sosiego de Gourié, reafirma las facilidades de pago especiales, debido a la garantía personal que supone el propio Gourié y que a nuevos encargos, corresponden nuevos  créditos, como también  a más encargos y cuanto antes, más baratos». Se entra además en “un baile de dudas y errores” en cuanto al diseño, a la identificación y a los precios, que pudieran dar a  entender son estrategias de dilación en la asunción de encargos.

En los siguientes meses a marzo se continúan distintas obras por hacer, todas referidas a la propia construcción, y así el lunes 30 de abril por los jornaleros Joaquín Dávila y Juan Quesada se inicia la demolición de la capilla provisional construida en 1909 en la plaza de san Juan, que debería estar terminada el miércoles 6 de junio del mismo año, víspera de Corpus. Ello obligó a que a partir del 17 de mayo se iniciaba el culto en el nuevo templo inacabado y con mucho por hacer. El miércoles 30 del mismo mes los mamposteros Manuel Déniz Medina y Eugenio Cabrera Henríquez comienzan con la construcción de la torre del reloj desde la cubierta de la iglesia.

Cuando termina el mes de mayo, las liberalidades que se tomaba el alcalde con la directiva de la sociedad “Gabinete Recreativo” del barrio de Santidad, termina con una denuncia judicial. «En el Juzgado de Instrucción de Las Palmas, se ha recibido la declaración indagatoria a los procesados D. Antonio Codorniú, (alcalde de Arúcas), y al secretario suplente del Juzgado Municipal, D. Fernando Martin; al primero, por los delitos de usurpación de atribuciones, coacciones, detención ilegal, contra el ejercicio de los derechos individuales sancionados por la constitución, y al señor Martin por el último de estos delitos.

Estos procesamientos han sido motivados por los atropellos cometidos por el Sr. Codorniu y su comparsa política en el pago la Santidad, forzando las puertas del local de la Sociedad "Gabinete Recreativo" y apoderándose de sus documentaciones».

Es significativo también recoger como señal de los acuciantes problemas económicos de la Fábrica de la Iglesia, desde donde se afrontaba todo el pago de la construcción con las suscripciones y donaciones recibidas por la parroquia, las puertas que habían sido colocadas para el día de la bendición del templo en marzo, no se pagan hasta el 16 de mayo.

Los maestros Juan Santana Henríquez, Blas Herrera, Miguel de los Santos Santana y sus dos hijos, Francisco y el aprendiz Ramón Santana Marrero, que habían comenzado a realizar el tallado de los capiteles del interior del templo parroquial daban por terminado el labrado el miércoles 20 de junio.

No todo era el nuevo templo y los homenajes. Arucas recuperaba su cotidiana vida ante la proximidad de las fiestas patronales y para las noches del miércoles 21 y jueves 22 se organizaban algunas actuaciones en el histórico Teatro Circo.

«El célebre ilusionista e hipnotizador Dr. Adryan que tantos éxitos ha alcanzado, en la temporada que recientemente ha hecho en Las Palmas, se presentará ante nuestro público. El espectáculo atrayente y sugestivo que Adryan hará ver al auditorio que presenciare sus experiencias, es a no dudarlo, altamente sensacional, y por ello esperamos que al Teatro acudan en dichas noches un público numeroso».

Detalle capiteles labrados
Pero eran tiempos de gran crisis y el ayuntamiento no estaba para celebrar grandes fiestas patronales y se limita a lo más tradicional, sin dejar de alardear del esplendor siempre lucido «Las fiestas del Patrón de esta Ciudad, San Juan Bautista, que siempre se han celebrado con gran lucimiento, no obstante la horrible crisis por que atraviesa éste pueblo sé verificarán este año con un explendido programa.

El Sábado 23 del corriente habrá paseo con música en la plaza de San Juan a las 9 de la noche. El Domingo 24, dia del Patrono. Función religiosa en la que un afamado orador sagrado hará el panegírico del Santo; por la tarde a las 4 paseo con música en la antedicha plaza de San Juan. La feria de ganados promete estar como en años anteriores muy concurrida. Además, por la noche se celebrarán expléndidos bailes en varias de nuestras Sociedades».

La sobriedad del programa de festejos obligaba de alguna manera a la Sociedad de Trabajadores a intentar animar los festejos con alguna función benéfica, como ya venía siendo su costumbre en años anteriores, esta vez concentrando el esfuerzo en los trabajadores del Nuevo Templo que al estar vacía la caja de la Fábrica Parroquial se venían quedando en paro.

«El día primero del próximo mes de Julio, y por el cuadro lírico-dramático de la Sociedad de Trabajadores, se verificará una función en nuestro Teatro, con el fin de allegar recursos para proseguir dando trabajo en las obras de nuestra nueva Iglesia a los obreros y operarios que en ella han venido ejercitados. El resultado integro que se obtenga en esta función será destinado a tan humanitario fín. Oportunamente, daremos a conocer el programa escogido con que será celebrado este espectáculo, al que creemos, dado el carácter que encierra acudirá un público numerosísimo».

Quizás el acontecimiento más importante vivido en la víspera del santo, posiblemente percibido por pocos ciudadanos, fue la puesta en marcha de un invento canario para el teléfono que se incorporó a la línea que conectaba Arucas con Las Palmas.

«El invento del cual hoy nos vamos a ocupar, y que a nuestro juicio es de una importancia en extremo transcendental es el siguiente: Hace algún tiempo que nuestro particular amigo D. Pascual Salmerón Gómez, vecino de esta Ciudad, nos habia hablado que tenia en estudio y activamente trabajaba a fin de conseguir introducir en la Red Telefónica un invento suyo que firmemente creía de gran utilidad para facilitar con una grande economía las conferencias.

Pues bien; este proyecto del señor Salmerón es hoy una realidad. Ante nuestra vista tenemos el expediente tramitado por el Ministerio de Fomento y aprobado por el Director general de Comercio, Industria y Trabajo.

La Dirección general expide por delegación del Ministro de Fomento, patente de Invención a favor del señor Salmerón de un aparato, al cual este señor ha dado el nombre de “Dúplex Telefónico”, porque con la aplicación del “Dúplex” pueden por una misma línea celebrarse dos conferencias a la vez, sin que los conferenciantes de una se aperciban en lo mas mínimo de lo que los otros hablan. Esto que a primera vista parece imposible lo ha conseguido, después de arduo trabajo y de múltiples contratiempos, el señor Salmerón.

(…) Como lógicamente puede suponerse, a medida que aumenta la longitud y el número de hilos en las líneas telefónicas, aún cuando estos hilos estén soportados por los mismos postes, los gastos de vigilancia para quitar los cruces entre los hilos, el arreglo de roturas de los mismos, y la reposición de los aisladores que por diversas causas se rompan, aumentan considerablemente, constituyendo, por lo tanto, un gasto muy importante.

Con el “Duplex” estos gastos quedan reducidos a la mitad, por cuanto que el número de hilos, y por consiguiente el de aisladores igualmente reducido también queda a la mitad, por que cada grupo de dos hilos, se instalan dos teléfonos que en caso necesario pueden comunicarse entre sí, como frecuentemente pasa en las líneas instaladas con este dispositivo en la Red telefónica de Arúcas. Este dispositivo o “Dúplex” tiene también la ventaja, de que aún cuando se crucen entre sí los dos hilos del mismo grupo, o se rompa uno cualquiera de ellos, la avería no afecta sino a un solo aparato.

Esta cualidad resulta muy importante para las líneas de unión de Centrales a Subcentrales, como por ejemplo, la interurbana de Las Palmas a Arúcas, —que es del Estado— y las que unen las Sub-centrales de Guia y Moya a la Central de Arúcas, que son de dos hilos y requieren un funcionamiento constante».

Ramón Madan Uriondo, quien también participaba con Francisco Gourié Marrero y José Suárez Suárez en la aportación de alimentos y dineros de la llamada “cocina económica” comedor social que se ocupaba de dar comidas a los muchos parados que habían en Arucas no cejaba en su empeño de construir su asilo-hospital en Arucas, pero quería ir despejando las dudas sobre el apoyo oficial que para dicha obra social podía conseguir, y no dudó en plantear una solicitud al Cabildo de Gran Canaria que ya había iniciado la construcción del hospital de Guía y había asumido otros centros benéficos en la isla. Pero el apoyo dado por el Cabildo no colmaba sus aspiraciones. No pretendía la financiación de su construcción que ya tenía asumida el Marqués, sino su participación económica en la gestión a su terminación, dado que conocía perfectamente que las arcas municipales estaban prácticamente en déficit, aun cuando los munícipes manifestaban su buena voluntad pero sin adoptar acuerdos en firme.

El acuerdo del Cabildo en su sesión plenaria del jueves 19 de julio decía  «Se acordó consignar cantidad para sostener 6 camas á 1'50 pesetas cada una, en el hospital que se fundará en Arucas, á condición de que se reserven dos camas para enfermos de los pueblos Firgas, Teror y otros cercanos».

No pasaba desapercibida para los periódicos la perseverancia del Marqués de Arucas en su meta, que en este tiempo ya quería materializar, y así destacaban los “rasgos del Marqués” sin pedir para el mismo otros boatos.

«En breve se realizará una hermosa idea de nuestro querido amigo D. Ramón Madan y Uriondo inspirada en un alto espíritu de caridad y en un gran amor á la industriosa y bella ciudad cuyo título lleva y que tantos recuerdos y cosas queridas encierra para él.

En la casa donada por el marqués á aquella población para un hospital, quedará muy pronto instalado tan benéfico y necesario establecimiento que tendrá 16 camas: diez, costeadas por el Ayuntamiento de Arúcas, que además sufragará otros gastos, y seis por el Cabildo insular de Gran Canaria.

Es posible que la Hermana de la Caridad natural de Arúcas, Sor Cándida Suárez, que tiene un colegio establecido en dicha población, sea nombrada superiora del hospital. El rasgo del Marqués da Arúcas digno de todo elogio merece ser imitado. En todas partes, donde se sabe ser rico, las personas adineradas destinan grandes sumas á obras de beneficencia y cultura, y sostienen escuelas, hospitales y asilos. Puede decirse que la gente adinerada es la que sostiene á los establecimientos benéficos...

Aquí, descontando los legados digamos de eterna gratitud de los patricios canarios Doctor Chil, por la ciencia, y D. Luis Antunez, por la educación, poco se ha hecho… Que el ejemplo del Marqués de Arúcas cunda, y los ricos le imiten. La patria agradecida sabría premiarles el bien que hagan».

Pero no que quedaban aquí las buenas acciones que se le adjudicaban al Marqués, con quien siempre intentaba la competencia Francisco Gourié Marrero por la proyección social, en este caso apoyando económicamente al Cabildo de Gran Canaria presidido por José Mesa y López que había emitido un gran empréstito cuya cuantía destinada a un programa de gran interés social para la isla.

«Nuestro querido amigo D. Ramón Madan, Marqués de Arúcas, que siempre asocia su nombre todos los asuntos de carácter patriótico en Gran Canaria, se ha suscripto al empréstito que tiene anunciado el Cabildo insular de esta isla, con la suma de 20.000 pesetas. Demuestra esto el patriotismo del Sr. Madan prestando su valiosa cooperación á los proyectos del Cabildo insular, en favor de la beneficencia é instrucción pública y de la clase obrera, pues el empréstito se destina á la construcción de obras, al sostenimiento de hospitales y del Instituto de 2ª.' enseñanza, al mismo tiempo que revela la plena confianza que inspira la operación que habrá de realizar nuestro Cabildo Insular.

Seguramente el Marqués de Arúcas tendrá muchos imitadores en Gran Canaria, pues afortunadamente hay en este país un alto concepto de civismo y la llama del patriotismo jamás se extingue en el pecho de los buenos canarios ni en el de aquellas otras personas que aquí tienen importantes intereses».

El miércoles 12 de septiembre comenzaba por fin a construirse el trozo de carretera de Teror á Arucas, «desde el puente de las Vegas, á donde  llaman “el pino”», cuyo desmonte terminaría prácticamente dos meses después, el viernes 9 de noviembre.

Acabando septiembre, el pago de El Trapiche celebraba días festivos cuando se convertía en anfitrión de la nueva imaginería de su ermita. «El próximo Domingo día 30 celebrarán los vecinos del barrio del Trapiche de Arúcas gran fiesta con motivo de la traslación desde la casa del Capellán a la ermita del citado barrio, de tres hermosas imágenes recientemente adquiridas y son, Santa Teresa de Jesús, San Luis Gonzaga y San Juan de la Cruz.

La hora fijada para la traslación será a las 4 de la tarde y colocadas que sean las imágenes en la ermita, habrá paseo con música en la plaza, rifándose al mismo tiempo entre los concurrentes un magnífico ejemplar de carnero. Por la índole de la fiesta y por la animación que se nota en los hijos de Arúcas, la procesión y paseo prometen, estar muy concurridas».

Convocadas que estaban las elecciones municipales para el domingo 11 de noviembre, aunque el momento no pintaba bien para los “republicanos” por todo el boato público que estaba recibiendo el “mandamás” de los “leoninos” en Arucas Francisco Gourié Marrero, habían pasado una decena de años de aquellos “Jóvenes turcos”, que ya no eran tan jóvenes y su propio líder Juan Ponce Castellano se había concentrado en su actividad agrícola dada la fuerte crisis del sector, éstos decidieron proceder a la renovación de sus cuadros y proponer a sus candidatos a la cita electoral.

«Al verificarse en Arúcas la renovación del Comité del partido republicano federal, éste ha quedado constituido como sigue: Presidente honorario.- Don José Franchy Roca. Presidente.- Don Francisco González. Vice-presidente.-  Don Rafael Díaz Batista. Secretario.- D. José Pérez Betancor. Vocales.- Don José Santana Déniz, don Agustín María Santana, don Juan González Medina, don Juan Díaz Batista, don Antonio González Casañas, don Antonio González Medina, don Enrique Gutiérrez.

Para las próximas elecciones municipales se acordó proclamar como candidatos a concejales, a los estimados correligionarios don Rafael Díaz Batista y don José Pérez Betancor. El nuevo Comité republicano federal de Arúcas ha decidido intervenir todas las mesas a fin de evitar en lo posible los bodrios electorales a que tan acostumbrados están los amigos y partidarios del cacique allí imperante.

Sabemos que reina verdadero entusiasmo entre los elementos que en Arúcas se rebelan contra los viejos procedimientos inmorales de los mangoneadores y de los “influyentes”; y aunque sin probabilidades de éxito lucharán en pro de una candidatura que ofrezca al pueblo las garantías y validez de una gestión honrada en la corporación municipal».

Como ya hemos comentado, toda la correspondencia que mantenía Francisco Gourié Marrero con la fábrica de vidrieras Mauméjeans había entrado un profundo silencio desde el 6 de septiembre pasado, y no dudamos que sus razones fueron que tras el pago de las 10.000 pesetas de las ya montadas, precisaba reponerse económicamente, coincidiendo además con el retraimiento de los posibles donantes. Se atravesaba un momento muy delicado económicamente, que afectaban también a los recursos de la Fábrica de la Parroquia, con cierto desasosiego por la fuerte caída de las suscripciones y donaciones destinadas a cubrir los gastos de canteros, labrantes, mamposteros.

Detalle puertas norte y cuadraditos labrados
Se intentaba en estos últimos meses del año con los jornaleros que disponía la Parroquia realizar los pequeños trabajos de acabados y algún que otro tallado de las piedras puestas en bruto en el Nuevo Templo. Se aprovechaba para ello de los pocos maestros canteros muy vinculados a la obra desde sus inicios y que no habían sido parados en atención a su dedicación y especialidad.

El 9 de noviembre se terminaron de labrar en la fachada norte que da a la plaza de san Juan los "cuadritos" de cantería a ambos lados de las puertas. Poco a poco se terminaban estos pequeños remates y se ganaba tiempo para intentar obtener dineros suficientes para afrontar la construcción de las torres, pero las expectativas no eran buenas y el “gran impulsor de la obra” Francisco Gourié Marrero guardaba un sorprendente silencio que contagiaba a los miembros de la Junta de Construcción, si bien todos presuponían de sus propios problemas económicos y tocaba esperar llegaran mejores oportunidades con el inicio del nuevo año.



No hay comentarios:

Publicar un comentario