Al iniciar el nuevo año
continuaba al frente de la Corporación el alcalde Antonio Codorniú Rodríguez.
Nos encontramos en nuevo año electoral y a mitad de año se declararán las
vacantes de los concejales que cumplen los dos bienios: Blas Castellano Lorenzo, Julián Caubín García, Constanzo Fuentes
González, Juan Marrero Marrero, Pedro Pérez Pérez, Daniel Pérez Suárez, y Basilio Suárez Ojeda. Pocas ilusiones
despertaban las elecciones municipales del domingo del 11 de noviembre para los
“Jóvenes Turcos”, y no por el poco
peso político de los concejales vacantes; se encontraban en un año de boatos y
celebraciones con motivo de la esperada bendición del Nuevo Templo, y conocían
muy bien del aprovechamiento político que los “leoninos” daban a la exaltación del patriotismo, bandera con la
que arrastraban a todo buen vecino.
Conocían que llegado noviembre,
su nueva lista de candidatos fuera integrada por los mismo concejales vacantes
o sustituidos por otros considerados también “amigos de Gourié”, iban a ser los únicos presentados y proclamados
en virtud del art. 29 de la Ley Electoral arrastrados por el éxito de Francisco
Gourié Marrero en la terminación del Nuevo Templo, que se había arropado todo
el protagonismo.
El viernes 12 de enero
visitaba Arucas una comisión del non nato “Sindicato
Agrícola y Comercial de Gran Canaria”, cuyas acciones venían siendo
suscritas en los últimos días por comerciantes y propietarios, ajenos por
completo al negocio de frutos y su exportación, porque se tenía la convicción
de que era una empresa que directa o indirectamente a todos interesaba.
«Arucas, cuya jurisdicción es quizás la más perjudicada por
su gran producción, y ser la residencia de la mayoría de los más directamente
interesados en que se dé solución rápida, al conflicto creado por la falta de
vapores, ha respondido como era de esperar. Ayer la visitó una comisión y ante
la imposibilidad de reunirlos á todos ó la mayoría, por no haberse podido
disponer del tiempo necesario para la citación, se procedió con el mayor
entusiasmo, á la elección de comisiones, entre los concurrentes, y las
designadas han de estarse ya ocupando de visitar á cada uno, de los que ya han
manifestado sus deseos de suscribirse, para recojer los compromisos
correspondientes con indicación del número de acciones, y remitirlos antes del
martes próximo á esta junta organizadora.
La comisión ha regresado bastante satisfecha haciendo
elogios de la actitud del Sr. Marqués de Arúcas, don Ramón Madan, quien, á
pesar de tener la mayoría de sus propiedades, dedicadas al cultivo de la caña
de azúcar, no relacionado con tal empresa ni interesarle directamente por tener
contrato de venta con una importante casa exportadora; no solo demostró su
entusiasmo por todo lo que al bien del pais se refiere suscribiendo desde luego
ciento cincuenta acciones, sino que, poniéndose por completo á disposición de
la Junta manifestó á los señores de la Comisión, “que si se estimaba necesario,
estaba dispuesto á suscribir mucho mayor número de ellas, ofreciendo su más
decidida cooperación al más rápido y satisfactorio resultado de la empresa en
proyecto”».
Los movimientos para
estar presente en todos los ámbitos que pudieran incentivarse la agricultura
aruquense y contribuir a la comercialización y exportación de sus productos
obligaba. El 23 de enero se incorporaban a la Junta Directiva de la Cámara
Agrícola de Las Palmas presidida por el político Carlos Navarro Ruiz, tanto
Ramón Madan Uriondo como Francisco Gourié Marrero. Era necesario estar presente
en todos los foros donde se tomaban las decisiones e iniciativas de importancia
para la agricultura. Allí estaban representadas todas las familias
aristocráticas de las isla, propietarios de multitud de tierras: Saturnino
Bravo Ponce, Rafael Massieu Falcón, Sixto del Castillo y Manrique de Lara, Agustín
Bravo y Joven, Nicolás Manrique de Lara Massieu y otras familias menos
aristocráticas pero grandes terratenientes.
Todos los grandes
terratenientes, que además ostentaban la condición de “aguatenientes” dentro de
la Heredad, estaban moviendo sus estrategias para limitar la competencia de los
pequeños agricultores y herederos. Se llevaba a la Junta General de la Heredad del
domingo 28 de enero la supresión del Secuestro de aguas destinadas a los
remates, esa porción de aguas que cada día era subastada públicamente. Ya no
interesaba tanto el negocio del agua, ahora tocaba limitar las cosechas negando
el agua a los pequeños.
« … hemos consultado a
personas ajenas a la entidad, las que también estiman que de llevarse a efecto
lo que pretenden unos cuantos, a quienes —nos dicen— no dudan que beneficiará
el cambio por ser regantes de la “Presa”, pero, aunque a estos les convenga por
la razón expuesta, no creen que sea ello motivo para perjudicar los sagrados
intereses de la Heredad.
Nosotros, de nuestra parte, no miramos este asunto si no
bajo el siguiente aspecto, y así creemos debe mirarse por los Herederos. ¿Es o no
perjudicial a los intereses de la comunidad el suprimir las aguas del
Secuestro, y por lo tanto el Remate? Creemos que sí, que el pretender tal cosa
y llevarle a efecto sería en perjuicio de los intereses de la Heredad. Pues
bien, si en este asunto no se beneficia la Comunidad, no comprendemos como haya
quien siendo Heredero pretenda tal cosa. El interés particular es diferente».
Muelle Santa Catalina (Fedac) |
No acababan ahí las
crudas decisiones donde el grande imponía su criterio sobre el pequeño. Eran
tiempos del ¡sálvese quien pueda! «El
muelle de Santa Catalina y muchos almacenes batíanse abarrotados de fruta ya
empaquetada. En Gáldar, Guía y Arucas se han cerrado los almacenes de
empaquetado y han sido despedidos algunos miles de mujeres y hombres que vivían
de ese trabajo. De las fincas han sido despedidos los trabajadores y solo se
han dejado los empleados y peones estrictamente necesarios pagándoseles medio
sueldo. La situación da todas esas miles de familias es tristísima y en breve
sobrevendrá la miseria».
Mientras ello ocurría,
por primera vez en muchos años, el Ayuntamiento de Arucas salvaba tempranamente
el expediente del reparto del déficit y sus presupuestos eran aprobados por la
Comisión Permanente del Cabildo del sábado 10 de febrero «De conformidad con dictámenes de contaduría se acuerda informar al Sr.
Delegado del Gobierno que proceda la aprobación de los arbitrios
extraordinarios que proponen los Ayuntamientos de Arucas y Mogán para cubrir
sus déficits».
Han pasado ya muchos años
y las obras del templo siguen adelante acercándose a su gran día, a la bendición
del Nuevo Templo. Francisco Gourié Marrero no se limitaba exclusivamente al
papel de gran protagonista e impulsor de la que consideraba su gran obra por la
que ganaría el prestigio social que hiciera olvidar su condición de “cunero”, por su inscripción en la Casa
Cuna de la Capilla del Sagrario con la castigada anotación social “De padre desconocido”, que su hermana
Rosario no pudo superar. Se había marcado la meta de que algún día se le
permitiera formar parte de la “alta sociedad” de la isla, tan excluyente como
siempre.
Desde que 15 de
noviembre de 1903 el párroco Francisco Cárdenes Herrera de acuerdo con el
entonces alcalde Manuel del Toro González para constituir una Comisión para la
construcción del nuevo templo parroquial, en invitaran por carta del 29 del
mismo mes a Francisco Gourié Marrero, se sucedieron de los hechos de forma
natural. El 22 de julio de 1906 se constituía la que sería llamada Junta del
Nuevo Templo, presidida por quien ostentaba el más fuerte poder económico de
Arucas, Francisco Gourié Marrero.
Los pasos inmediatos
sucesivos fueron el 12 de mayo de 1908 con la aprobación del anteproyecto del
arquitecto Vega March; el 21 de enero de
1909 cuando se desmontan los retablos del templo viejo; el día 27 del mismo mes
y año, cuando se bajaron las tres campanas de la torre para su demolición; el
19 de marzo, en que tiene lugar la colocación de la primera piedra y el 24 de
abril al bendecir la capilla provisional de ladrillos construida en el parque
de san Juan para suspender el culto religioso en el viejo templo.
Hasta este año 1917 las
aportaciones económicas que pudo hacer Francisco Gourié Marrero para financiar
las obras del nuevo templo fueron las proporcionales a sus patrimonios económicos,
con el mismo sacrificio o menos del que pudo ser para todos los vecinos de
Arucas que aún con estrecheces económicas, nunca se negaron.
El sacrificio y
aportación económica de los todos los vecinos de Arucas lo reconoció
personalmente Francisco Gourié Marrero a Ramón Madan Uriondo, en carta de 14 de
marzo de 1909, cinco días antes de la colocación de la primera piedra,
sorprendido del apoyo vecinal al nuevo templo «Hay gran entusiasmo en el pueblo acudiendo a la suscripción anual
mientras dure las obras, y hasta todos los pobres artesanos y vecinos no falta
con sus perritas todos los domingos al salir de misa llegando a tanto el
entusiasmo que los maestros que trabajan la cantería para dicha obra, como
también los peones que se ocupan de la preparación de los cimientos
expontáneamente dejan todos los sábados algo de lo que faenan durante la
semana».
Catälogo J. y H. Mauméjeans Fréres |
Reconocía de esta forma
que el gran financiador y mecenas de la obra de construcción del templo era el
vecindario de Arucas, cualquiera que fuera su condición. Empezando por
labrantes, canteros y jornaleros, los primeros en distraer parte de sus
emolumentos para destinarlos al fin común de la obra. Como también lo fue la
aportación en especies de los propietarios de las canteras, suministrando buena
parte de la piedra de forma gratuita, o aquellos otros que entregaban los
ladrillos de barro al coste, sin margen alguno para ellos, o los que entregaban
la cal de igual forma, y muchos más y más que se multiplicaban cediendo a la
meta común parte de su beneficio. Otros, que no disponían de especies útiles a
la obra, cuando cada semana pasaban los voluntarios a recoger las donaciones,
gustosamente aportaban su pequeño recurso.
Es obligado aquí
reconocer que Francisco Gourié Marrero desde el primer momento se convirtió en
el gran impulsor de la obra, eso sí, desde una posición presidencialista de la
Junta cuyas decisiones no podían discutirse, tenían que ser acatadas por todos
los miembros de la Junta con el “sí-señor”. Dineros en estas dos primeras
fases, poco puso de su peculio personal, entendiéndose como ya se ha dicho que
aportaba a la recaudación lo que cualquier vecino, la que le correspondía a su
status económico, regla no escrita que siempre fue respetada por todos. Pero
hasta este año 1917 no podría considerársele como un auténtico “mecenas” que aportaba el mayor capital
al coste de construcción del nuevo templo. A título individual, desde los
primeros momentos en que surgió la idea del Nuevo Templo, la posición indiscutible
de mayor contribuyente fue ostentada por la Heredad
de Aguas de Arucas y Firgas cuando donó 30.000 pesetas con dicho fin.
Su decisión personal,
avalada por la decisión pactada entre el párroco y el alcalde en su momento, le
convierte en el protagonista indiscutible de la obra, y asume para sí la
responsabilidad de dicho protagonismo hasta las últimas consecuencias. Tanto en
el alejamiento de Ramón Madan Uriondo de la Junta de Construcción del Templo. «Tuvo cierta rivalidad, me temo que no solo
personal, sino política, con Ramón Madan Uriondo, primer marqués de Arucas a
partir de 1911; de tal manera que hay una automarginación del Marqués de todo
aquello que fuera del Nuevo Templo». Protagonismo que comportaría también
la renuncia del ingeniero Naval Manuel Hernández Pérez como Vicepresidente de
dicha Junta de Construcción antes de finalizar el primer año de vida de la
misma, como ya se ha contado.
Esa arrogancia, vanidad
y protagonismo es la que le obligaría a poner sus verdaderos y cuantioso dineros
para el remate de la que consideraba “su
gran obra social”, cuando acontece el encargo de las vidrieras. «Francisco Gourié entendió que este asunto
de las vidrieras y sus negociaciones, era asunto de alta diplomacia o
estrategia, por lo tanto, él, solamente él, en persona, llevaría el tema. Ello
se refleja en los mínimos detalles».
Desde el primer contacto
escrito que tuvo con el fabricante francés de las vidrieras, la casa J. y H. Mauméjeans
Fréres, 25 de julio de 1915, dos años atrás del corriente, toda la
correspondencia mantenida está mecanografiada en su máquina de escribir, todos
los telegramas son remitidos por él y todas las cartas y telegramas son
dirigidos por el fabricante a su persona.
Fue adquiriendo
progresivamente tal grado de compromiso para con el fabricante de las vidrieras,
en la discusión de los precios, en los tiempos de entrega, que era muy difícil
se saliera del asunto airosamente. De la lectura de sus correos, dos conclusiones
nos aporta algún estudioso de nuestra bibliografía.
«En la lectura de estas cartas podemos descubrir algunos
rasgos de la personalidad de Gourié: su ironía, su cierta rivalidad con Madan;
su cierto desprecio por el resto de los contribuyentes; su espíritu comercial;
su desinterés económico o se desprendimiento a favor del Nuevo Templo; su deseo
de terminar la obra sea como fuere».
«También de este
diálogo escrito se puede conocer la falta e ideología o didáctica de los
miembros de la Junta para la construcción del Nuevo Templo. Las vidrieras se
colocaron sin previo estudio ni plan, a lo más elemental y, seguidamente, tapar
agujeros o vanos de ventanas, prueba de ello es que Gourié solicita a la casa
unos bocetos de unas estampas o cuadros famosos para tenerlas en cartera y si
salía algún donante, endosárselos».
Pero el acontecimiento
de la Gran Guerra (1914-1918) alteró sus planes. «la Guerra había retraído los donativos» para las policromadas vidrieras.
Conocía perfectamente que la alta sociedad de la isla era proclive a sentirse
admirada como mecenas patrocinadores de vidrieras de grandes monumentos
religiosos, donde su nombre como donante quedaba reflejado. Era un gran signo
de prestancia social, de presunción de su condición, visible a todo aquel que
admirara la belleza de las vidrieras. Pero los tiempos de guerra habían
castigado también sus grandes negocios. Muchas de las grandes familias
aristocráticas Bravo de Laguna, Manrique, Massieu, del Castillo, etc. estaban
muy próximas a los “leoninos”, pero posiblemente no se sentían obligadas por un
“cunero” que no gozaba de “limpieza de sangre”. Seguían sin
considerarlo de su sangre y clase, aunque ocasionalmente aportaron alguna
donación circunstancial por un porcentaje de la liquidación de repartos como
partícipes de la Heredad de Aguas, donde todos estaban representados cuando
Gourié la presidía.
Distinto hubiera sido el
resultado si hubiera acudido a la intermediación de Ramón Madan Uriondo, pues
él si tenía “limpieza de sangre” y
compartía aficiones y maneras con las grandes familias desde su condición de
Marqués y aristocrático anfitrión en Las Hoyas. Pero no quiso hacerlo.
Es esta soledad para
afrontar económicamente el pago de las vidrieras que sólo él había negociado,
elegido y discutido la que obligará a poner abundantes dineros. Los rosetones
se presupuestaban a 2.190 pesetas, sus ventanas bajas a 120 cada una de las
ocho, y los rosetones del prebisterio a 340 cada uno de los cinco. Los grandes
trípticos de vidrieras iban de las 2.225 pesetas de la “Degollación de san Juan
Bautista” a las 2.400 de la “predicación” del mismo santo patrono para el
triforio.
Luego sucedería durante
los siguientes años al actual que la única donante no residente en Arucas fue
Mª del Pino Apolinario Placeres. Por ello tuvo que salvar todas para las que
pudo obtener financiación con los donantes de familias aruquenses, empezando
por Ramón Madan Uriondo que se limitó a la capilla del Rosario, y siguieron los
Rosales, Hernández Pérez, Ponce, Granado
y Del Toro, el párroco y el penitenciario aruquense de la Catedral González Marrero,
algunas que colocó colectivamente a la Junta de Construcción, la Hermandad del
Carmen, Colegio Sagrado Corazón y dos a grupos de señoras de Arucas.
Resultaba obligado
conocer de la verdadera dimensión económica de lo aportado por Francisco Gourié
Marrero hasta el año que ahora comentamos, prácticamente como hemos dicho y
reiterado insistentemente, lo que correspondía a cualquier contribuyente de su
posición. Y ello, para que no se nos tache de mezquinos o de inmerecido trato
cuando ahora desarrollamos las actuaciones habidas para su sensiblería y adulación
por parte de la clase dirigente de Arucas. Y es obligado porque siempre se ha
sostenido interesadamente la falsa teoría que fue un auténtico mecenas
económico de toda la construcción del nuevo templo, sustrayendo el protagonismo
que corresponde a todos los vecinos de Arucas, sin menospreciar que sí fue el
catalizador de muchas voluntades.
Escalera sacristía (Eliú Pérez) |
Personalmente Francisco
Gourié Marrero se vio obligado a pagar los tres grandes rosetones, los bajos de
los mismos, los dos grandes de tres cuerpos del patrón, los rosetones del presbiterio y posiblemente
algunas otras más pequeñas. Pero muchas serían después de la bendición del
templo como ahora contaremos. Antes de llegar a ese día, otros trabajos
tuvieron que irse terminando sin pausa según nos contó nuestro primer cronista.
El viernes dos de
febrero el maestro de obras que estaba al frente de los trabajos de la Iglesia
desde sus comienzos, Sebastián Hernández Quesada, trazaba la escalera de la
sacristía que quedó terminada en ocho días. El martes día 6 del mismo mes se
comenzó a enladrillarse el piso de las galerías del nuevo templo por el maestro
de Tenoya Francisco Cabrera Hernández.
El viernes 9 de marzo,
el carpintero Bruno Pérez González, mi abuelo paterno, y su consorcio Gabriel
Déniz Hernández colocaban las puertas norte de la iglesia que dan hacia la
plaza de san Juan y las del sur que dan para la calle de Canónigos, mirando a
las Vegas. El siguiente viernes 16 se colocó la hoja izquierda de la puerta principal
y al día siguiente la otra hoja.
En el transcurso de esa
misma semana entre viernes, el sábado día 10 se comenzó a poner la vidriera
rosetón de la fachada sur que daba también a la calle de Canónigos. El lunes 12
se colocó la gran vidriera detrás del altar mayor que representa la “degollación de san Juan” y el jueves 14
se colocó el rosetón norte que da a la plaza de san Juan, para dos días después
colocar las ocho pequeñas que están debajo de los rosetones norte y sur,
mirando al parque y a las Vegas. Todas habían sido pagadas a tiempo por
Francisco Gourié Marrero, y enviadas con urgencia para que en la bendición del
Nuevo Templo estuvieran cerrados los huecos más importantes ante el temor a la
temperie.
Como a la bendición
asistiría el Marqués de Arucas, el jueves 14 se había hecho el esfuerzo de
poner las vidrieras qué éste había comprometido para la capilla del Rosario,
dedicadas a los santos de sus suegros y los de los propios marqueses y que
pagaría cuando mereciera su conformidad. Estaba aún reciente el fallecimiento
de la Marquesa que cada año recordaba con misas dedicadas en toda la isla y así
lo había exigido.
Se desconoce en qué días
se montaron otras vidrieras como la de San Francisco de Asís, donada por el Cura
Párroco, la de San Blas costeada por Blas Rosales, y la del Corazón de Jesús,
costeada por los Hernández Pérez, pero allí estaban aguardando el gran día.
Se había trabajado con
intensidad y cuidado, ayudados por el montador Manuel González Priones que
envió el fabricante de las vidrieras desde su delegación en San Sebastián, con
un andamio especial para poder montar la estructura de metal, siempre ayudado
por los grandes maestros albañiles que el Nuevo Templo tenía contratados. Se
había alcanzado el cerramiento de los grandes huecos de ventanales más visibles
y ventosos, mejorando la prestancia de los acabados, aunque quedaban muchos aún
por cerrar, pero no había dineros para todos. Se habían labrado todos los
capiteles y pilares interiores que habían sido construidos con la piedra bruta,
consolidando primero la fortaleza arquitectónica de los mismos para luego
rematarlos estéticamente. También quedaban muchos acabados pendientes para
mejor momento.
Degollación de san Juan Bautista (arucar.org) |
Se había iniciado la
primera torre del ángulo norte-oeste, tenía que iniciarse la torre del reloj en
el ángulo sur-oeste, y la tercera en el ángulo norte-este. De la torre
campanario en el ángulo sur-este, no se tenía ni el proyecto y existían
problemas de propiedad con el inmueble colindante. Pero hasta cubierta de
bóvedas y clave, todo estaba acabado, pendiente de protecciones, remates y
labrados. Quedaban aún muchos años por delante para la conclusión del Nuevo
Templo, pero todo estaba a punto para su bendición solemne, cuyos actos
comenzarían en la víspera de san José por coincidir en domingo. Reproducimos
algunas noticias recogidas por nuestro primer cronista y asistente al acto como
coadjutor se la parroquia de San Lorenzo.
El «Domingo 18 de Marzo de 1917 á eso de las cuatro de la tarde
llegó á Arucas el Sr. Obispo Marquina; invirtiéndose en esta ceremonia y
plática correspondiente una hora y tres cuartos. Asistió un inmenso, el
Ayuntamiento, la junta de la construcción del templo, la autoridad militar, la
guardia civil y el Sr. Marqués de Arucas», y muchos sacerdotes encabezados por
el párroco Francisco Cárdenes Herrera, coadjutores, capellanes, ecónomos, etc.
«Cuando sacaron al Santísimo para transladarlo en dicha
tarde, bendecida ya la iglesia, formaban la procesión los siguientes Sres. Cruz
parroquial, llevada por Rafael García González, sacristán Ciriales: Pedro
Celestino González Armas, monaguillo Ciriales: Francisco Cabrera González,
monaguillo. Varas del Palio: D. Teodoro Rosales Quevedo D. Miguel Suárez
Hernández D. Agustín Quevedo Pizaca, D. Juan Martín Reyes, D.
Alfredo Martín Reyes, D. Domingo González Hernández. Guión: D. Rafael Cáceres
Recco. Director de la banda de música: D. Bruno Pérez González».
«Esta banda tocó á la llegada del Sr. Obispo y en la
procesión del Santísimo del templo provisional al templo recién bendecido.
Terminada esta función hubo refresco en la casa parroquial. Luego el Sr. Obispo
se transladó á la casa de D. Francisco Gourié donde se quedó aquella noche.
Como preparación para esta fiesta el P. Superior de los misioneros C.M.F.
predicó un triduo en las noches de los días 15, 16 y 17 de dicho mes. La gente
que comulgó este año en la víspera y día de San José fue muy numerosa».
«No había follista para el órgano, pues desde que se
derruyó el antiguo templo parroquial solo teníamos armonium en la parroquia».
Al día siguiente, el
señalado día de san José, otro más para la historia «A las nueve de la mañana fue todo el clero que había en la parroquia á
buscar al Sr. Obispo casa de D. Francisco Gourié. Al llegar al templo el Sr.
Obispo entonó la tercia. Luego comenzó la misa de pontificia, única tal vez que
se ha celebrado en Arucas. Además de los sacerdotes que asistieron á la
bendición celebrada ayer, vinieron los siguientes: Dr. D. Pedro Jiménez
Quintana, Doctoral; Dr. D. Celestino González Marrero, Penitenciario; D.
Antonio Álvarez Alemán, Canónigo; D. Anastasio de Simón y de Simón, Provisor;
D. Juan Manso Alonso, Cura de Firgas; D. Eusebio Hernández de León, Cura de
Bañaderos, Subdiácono de oficio; D. José Martín Morales, Cura de Guía
(Subdiácono de oficio); D. Leopoldo Gil Navarro, Beneficiado de la Catedral; D.
Manuel Navarro, Capellán del Trapiche; D. Pedro Marcelino Quintana Miranda,
Coadjutor de S. Lorenzo».
«El sermón lo predicó dicho Sr. Provisor. Principió a las
diez y cinco minutos, invirtiendo media hora exacta. La misa fue tocada y
cantada por la orquesta “Euterpe” de esta población. El sochantre (que estaba
ronco) solo cantó el intróito y demás cosas que la orquesta no acostumbraba
cantar. El gentío que asistió era enorme. Terminada la función se hizo la
procesión de S. José alrededor de la plaza, á la que asistió el Sr. Obispo de
capa magna; pero antes de la procesión se puso capa negra y se cantó un
responso por las benditas ánimas. Terminada la función religiosa el Sr. Obispo
fué á casa del Sr. Gourié, luego fue á casa del Sr. Marqués con el Provisor, y
allí comió. Luego vino á la parroquia, confirmó tres niños. Fué á casa del
Párroco. A las seis de la tarde se volvió á Las Palmas, acompañado del
Provisor, el familiar, el Superior de los C.M.F. y de D. Francisco Gourié, en
cuyo automóvil regresaron».
De la crónica
periodística reproducimos una reseña de las palabras del Obispo Marquina «Cantó en sentidas frases un himno a la
religión, describiendo primorosamente la influencia del arte ojival en el
progreso de la misma. Recorrió brevemente los diferentes estilos
arquitectónicos religiosos, enlazándolos con la historia del cristianismo.
Valiéndose de una bellísima imagen y aprovechando la
estructura gótica de la nueva Iglesia, afirmaba que así por su elevación la
columna gótica rematando en elevadas torres cuyas agujas miraban hacia el
cielo, parece como querer escaparse de la tierra que le servía de base, de la
misma manera la oración brotaba de los labios del cristiano para elevarse a las
inmensidades del cielo.
Terminó enalteciendo la obra meritoria de los patronos
artífices y cooperadores en la construcción de la nueva Iglesia, recomendando a
los fieles allí congregados que el nuevo templo que su piedad ha levantado,
fuera un motivo mas que les moviese al cumplimiento de sus deberes religiosos».
No podemos sustraer para
nuestra pequeña historia el editorial que sobre el Nuevo Templo publicaba “La Provincia” en su edición del 21 de
marzo.
«Digna por todos conceptos de admiración es la nueva
iglesia que la piedad de aquel vecindario ha sabido levantar en honor de San
Juan Bautista. Su artística fachada, joya primorosa del estilo gótico florido,
ha sido elogiada por cuantos la han contemplado y si bien su interior, todavía
incompleto, no tiene la delicada esbeltez y perfeccionado estilo que el
amazacotamiento de sus columnas, de grosor algo excesivo, le impide, debe sin
duda alguna figurar entre las modernas construcciones de estilo gótico pues es
sin disputa una buena muestra de ello. Incompleta todavía admíranse desde
luego, recubriendo sus góticos ventanales, primorosas vidrieras entre las que
se destacan las del ábside, representación simbólica de la imagen da San Juan
predicando en el desierto y de la degollación del mismo Santo.
Vidrieras donadas por el Marqués de Arucas |
Dichas vidrieras han sido costeadas por don Francisco
Gourié. Junto a éstas y compitiendo con ellas es valor y gusto artístico,
destácanse la representativa de San Francisco de Asís, debida a la manificencia
del Sr. Cura Párroco de Arúcas D. Francisco Cárdenes. La de San Blas costeada
por D Blas Rosales, la del Corazón de Jesús, costeada por los Sres. de
Hernández y las de San Bruno, Santa Saturnina, San Ramón y la Virgen del
Rosario generosamente donadas por el Excmo. Sr. Marqués de Arúcas.
Completan el decorado del templo dos magníficos rosetones
que contienen diez y seis ventanales cada uno, costeados por la Junta
Administrativa de las obras del templo y primorosas capillas de acrisolado
gusto artístico que una vez terminadas han de hacer de la iglesia de Arúcas una
de las mas preciadas joyas del arte religioso en estas islas.
¿A quien se debe? A todos. Sus nombres no deben citarse,
seguramente restaríamos méritos a su acción dándolos a la publicidad. Si los
unos aportaron sus caudales, los otros emplearon su talento; si los ricos y
pudientes costearon la obra, los pobres, los necesitados, las que no cuentan
con mas medios de fortuna que su trabajo, gustosos lo aportaron y distrayendo
tiempo de sus habituales ocupaciones los unos amontonaron piedra y los otros
acarrearon materiales, todos en fin contribuyeron en la medida de sus fuerzas a
construir la casa de Dios. Y como siempre en estas cosas, como en todas las de
la vida, la mujer toma parte integral en cuanto con la caridad, con la religión
y con el amor al prójimo se refiere, también ellas ricas y pobres, de todas las
clases sociales contribuyeron con su grano de arena cotidiano y su firme
voluntad, a la realización del ensueño de la Ciudad de Arúcas.
A todos nuestra felicitación y especialmente al Sr. Cura
Párroco D. Francisco Cárdenes, al clero de aquella localidad y a los Rdos. P.
Misioneros Félix Gil y Dámaso Serna, que con sus desvelos han logrado construir
en la Ciudad de Arúcas uno de los mejores templos que el Archipiélaqo canario
tiene en sus islas».
Pero será una crónica
del corresponsal de “La Provincia”
publicada en su edición del viernes 23, y especialmente los párrafos que
reproducimos, con la que se inicia una campaña a favor de los reconocimientos a
la figura de Francisco Gourié Marrero como presidente de la Junta de
Construcción y como “contribuyente”
importante, probablemente inducida por los ambientes políticos locales, dando
continuidad a la adulación y culto a la persona, con la clara pretensión de
hagan mella en la vanidad del personaje, y poniendo en boca del Obispo Marquina
elogios que a la persona de Francisco Gourié Marrero realizara durante su
alocución.
La realidad fue muy
distinta y la propia crónica del “Boletín
Eclesiástico”, dice del elocuente sermón del Obispo que fue elocuente y
emotivo, mostrando su admiración y simpatía por el templo neogótico de Arucas,
que le rememora el arte gótico de su tierra natal Castilla, como buen burgalés.
Llegando a transcribir parte del sermón recoge el boletín.
«Enalteció en períodos llenos de sinceridad y elocuencia
los meritos excelsos de la Junta administrativa, que sin desmayos ni quebrantos
ha venido soportando durante siete años la balumba de opiniones y pareceres,
contrarrestando con sus entusiasmos y sus esfuerzos los desmayos de los demás,
alentando a unos, manteniendo a otros, y en toda ocasión y en todo tiempo dando
ejemplo de un tesón y de una constancia en pro de la idea que a medida que
tomaba cuerpo con el adosamiento de bloques de piedra pulidos y afiligranados,
más pesaban las dificultades para llevarla a feliz término en la administración
de la Junta».
Y ello hasta rematar con
exquisitez y elegancia el final de dicho párrafo con la aseveración «No es necesario que cite nombres, decía el
Prelado, porque grabados están en
vuestros corazones y en la historia heroica de esta noble ciudad».
A continuación el Obispo
manifiesta fervientemente donde reside el protagonismo de la gran obra del
Nuevo Templo «Y el pueblo todo, agregaba,
el pueblo todo que con su óbolo, con su grano de arena los unos, los otros con
su aportación personal y con sus desprendimientos considerables; el pueblo que
con sus alientos y desmayos, sus dificultades en contra y sus arranques en pro hicieron que esta obra monumental fuese rica por el
valor invertido en ella, y por el cúmulo de tesón y de energías que su
edificación casi heróica supone; a ese pueblo nos dirigimos también, porque es
merecedor de cuantas palabras tenga la rica lengua de Castilla para significar
heroísmo, gratitud, magnificencia, noble y legítimo orgullo».
Cuanta verdad y
reconocimiento encerraban estas palabras del Obispo Marquina, pero de lo
manifestado por el Prelado, a lo que algunos pretendían interpretar de sus
palabras, cuanta distancia, cuanta miseria humana puesta al servicio de una
campaña de adulación auspiciada con el propósito claro y sensiblero de influir
en el ánimo de quien se siente adulado, Francisco Gourié Marrero, para obtener
del mismo el premio de que no abandone, pues todavía hay muchas cosas por pagar
y se necesitan muchos dineros.
Veamos el contraste de
lo dicho por el Obispo y lo oído (¿?) por el corresponsal de “La Provincia”, como un individuo más
que se suma a esa campaña de adulación que se retoma desde la sociedad
influyente aruquense. Y veámoslo reproduciendo algunos de los párrafos de su
crónica para apreciar las grandes diferencias y semánticas.
«Nuestro Prelado, ocupó la cátedra sagrada y con gran
condición disertó haciendo después de otras, una extensa y acertada reseña de
los méritos adquiridos por las personas que han contribuido, bien sea con su
propaganda, bien con sus donativos, a la ejecución de este suntuoso edificio.
Nosotros, a quien todo lo que sea en beneficio de nuestra
amada Ciudad nos enorgullece y nos alegra grandemente, nos vamos a permitir el
hacer mención en este párrafo de la parte activa y desinteresada, que además
todos los demás señores que componen la Junta administrativa de las obras de
nuestra Iglesia, ha tomado en este asunto el miembro de la misma, o séase su
Presidente, nuestro respetable amigo don Francisco Gourié Marrero, quien desde
que se iniciaron las obras viene contribuyendo, bien sea con sus activas
gestiones, bien con sus grandes donativos en efectivo a la realización de
estas.
Al mismo tiempo, por si nuestra idea merece la aprobación
de nuestra muy Ilustre Corporación Municipal, en manos de quien ponemos la
tramitación de la misma, proponemos desde estas columnas, se gestione
activamente llevándose a efecto los trámites
necesarios a fin de recabar del Gobierno de la Nación un título
nobiliario a favor del señor Gourié, título que, obrando todos los hijos de
este pueblo en justicia no haríamos más pagar una deuda contraída con el
antedicho señor, pues son más que reconocidos sus desvelos a favor de todo lo
que se relaciona con el bienestar y prosperidad de éste su pueblo natal.
Nosotros nos honraríamos muchísimo a contribuir a que esto
se llevase a efecto. El expediente donde al superior Gobierno se pidiera esta
gracia, —que no dudamos concedería— debe a nuestro entender ir firmado por todos
los vecinos de esta Ciudad, pues, aseguramos sin temor a equivocarnos que al
noventa y nueve por ciento lo harían gustosos llenándoles esto de regocijo.
Conste que al hacer la anterior manifestación, creemos
obrar en justicia, y exponer el sentir de todos los hijos de esta Ciudad. Ahora
bien, ya expuesto lo que antecede, proseguiremos reseñando los actos
celebrados».
En la inducida adulación
del corresponsal llegaba a manifestar que Francisco Gourié Marrero era nacido
en Arucas y sugería la solicitud de un título nobiliario, cuestión que requería
un expediente de limpieza de sangre del que no dispone por haber sido inscrito
como “cunero” como ya se ha dicho.
La Junta General de
la Heredad de Aguas celebrada el domingo
25 de marzo, tras los reiterados anuncios que venía dando su presidente Manuel Hernández Pérez de
abandonar la presidencia de la misma y dar paso a una nueva Junta de Gobierno,
acuerda nombrar Presidente a Francisco Gourié Marrero, Vicepresidente 1º Manuel
del Toro González y Vicepresidente 2º José Suárez Suárez. La Junta de Gobierno
resultó muy renovada componiéndola también Manuel Hernández Pérez, Marqués de Arucas, Juan
Ponce Castellano, Pedro Pérez Pérez, Lorenzo Marrero Medina, Blas Rosales
Batista, Pedro Suárez Pérez, Demetrio Granado Marrero y José Suárez Quesada.
En la edición del martes
27 de marzo de “La Provincia”,
Francisco Gourié Marrero contestaba al corresponsal con un remitido datado en
Arucas dos días antes, desde la sinceridad de no aceptar la honra dado que
conoce no cumple con la norma reguladora.
«Sr. Director de LA PROVINCIA. Muy considerado Sr. mío: he
leído el número del periódico de su digna dirección, corresponde al día 23 del
actual, una crónica de Arucas, que firma “El Corresponsal”, en la que se ocupa
en una forma excesivamente laudatoria de mi persona, con motivo de la bendición
solemne de la iglesia parroquial de dicha Ciudad de Arúcas, haciendo
indicaciones a la digna corporación municipal, que, pugnando con mi manera de
ser, me obliga pedir a Vd. encarecidamente que interponga su influencia con ese
Sr. Corresponsal, para que desista completamente de su idea, por no ser en
absoluto ni merecida ni aspirada.
Qué yo, en unión de aquellos buenos amigos de la Junta de
la iglesia, y sobre, todo los que conmigo formamos su comisión ejecutiva (el
señor Cura y don Blas Rosales) haya contribuido a que sea un hecho esa hermosa
iglesia de la que puede enorgullecerse Arucas, no es motivo para tanto extremo,
me basta la satisfacción del deber cumplido, y me considero muy pagado con que
esa junta y con ella los vecinos de aquella querida Ciudad y los que no lo son
y que también han contribuido con sus donativos, aprecien y estimen la labor y
el entusiasmo con que he ayudado en esta magna obra.
Que haya procurado solucionar dificultades y conflictos que
surgían a cada paso, sostenido luchas para contrarestar la oposición que en
principio se hizo (cuando entonces era un proyecto, lo que hoy es una hermosa
realidad) por hijos de la misma Ciudad, que en, su mayoría, hoy confiesan su
error es de apreciar, es de agradecer, pero nada más.
¿No nos designó para esta empresa, una junta popular que se
reunió en el antiguo templo? —Pues hemos correspondido con fé y entusiasta
anhelo a la confianza que les inspiramos y de aquí la frase que antes he dicho,
que nos queda, y a mi el primero, la íntima satisfacción del deber cumplido,
por religiosidad y por patriotismo.
Nada más Sr. Director, yo le ruego la publicación de estas
líneas manifestándole a su Sr. Corresponsal mi sincero agradecimiento por sus
deseos pero la idea que emite, aunque es muy honrosa para mi, siento mucho no
estar yo de acuerdo con ella y por consiguiente, no la acepto. Gracias Sr.
Director, y tengo el mayor gusto en ofrecerme de Vd atto, y s.s.q.b.s.m. Fran cisco Gourié».
Dos días después,
“La Provincia” publicaba un nuevo
remitido desde Arucas, firmado por F. Marrero Castellano, y bajo el
determinante titular de “Don Francisco
Gourié Marrero”, elegido por el propio periódico y en la primera columna de
la primera página, con un párrafo inicial del editor que justifica su redacción.
«Nos honramos al rotular el primer contenido de nuestra
edición de hoy, con el nombre tan ejemplar cuán respetable de D. Francisco Gourié,
del cuál el prestigio brillantemente se acrisola en la loable labor de
engrandecer a un pueblo. Y a la voz de ese pueblo, sonante como un eco, en el
artículo que a continuación publicamos, unimos la nuestra, siempre modesta,
pero siempre dispuesta a concertarse con cuantas, al llegarse a nosotros, nos
traigan resonancias de alta justicia, y merecidos homenajes.
•••
En medio del espíritu de egoísmo y de indiferencia ante
los grandes intereses de un pueblo que con tanta frecuencia se lamenta en
nuestros días, son altamente consoladores los rasgos explendidos del hijo de
esta Ciudad don Francisco Gourié y Marrero cuya altísima acción no solo
aplauden las clases menesterosas por él tan favorecidas sino también por los
que por su posición social mas o menos acomodada, no han precisado jamás de su
filantrópica protección.
Admiro de corazón a este ilustre señor, a este eximio
patriota, que ha sacrificado su tranquilidad, su bolsillo y su vida en bien de
su pueblo que nunca tiene para sus grandes bienhechores mas que alabanzas y
bendiciones; jamás la censura acre y procaz.
Esta afirmación cierta y atestiguada por la boca de la
inmensa mayoria de esta población, hará sonreír, quizás, con maliciosa
incredulidad, a esos espíritus mezquinos, eternas rémoras y sistemáticos propaladores
de la calumnia y el desprestigio de personas que como ésta que nos ocupa solo
merecen el aprecio y el aplauso de sus buenas obras. Los hará sonreir, repito,
creyéndola nacida al calor de una descocada adulación. Y no es así.
Si aquí pusiéramos mas atención en las entrañas de las
cosas, sí llevásemos nuestra mirada a la esencia de los vitales problemas de
este pueblo, apartándola de esa frívola superficialidad que solo nos permite
conocer de su aspecto exterior, estaríamos penetrados de la honda labor social y
transformadora que esta llevando a cabo este hombre extraordinario.
Ahora precisamente y con motivo de haberse llevado a cabo
la bendición del nuevo Templo parroquial el día diez y nueve del actual, vienen
a nuestra memoria, la parte tan activa, la labor tan grande y los generosos
desembolsos que el Sr. Gourié ha tenido en tan magna y costosa obra.
¿Quien sino él y a sus expensas ha levantado en su mayor
parte esa joya arquitectónica, no sólo orgullo de Arúcas sino de la provincia
entera? Sin su valiosa cooperación este monumento quizás hubiese sido un
fracaso. Pero no; el ha sabido desde sus comienzos, desde que fué colocada su
primera piedra, darle impulso, alentar a los que en unión de él laboran también
por la pronta terminación de ese templo. Y no podía ser menos; hoy ya casi está
terminado; muy poco le falta y Dios mediante el Sr. Gourié y sus colaboradores verán
coronados por el éxito en plazo no lejano sus esfuerzos y sus desvelos.
iCuántas cosas como éstas pudieran hacerse en Arúcas, si
los ricos que aún permanecen sordos al llamamiento del patriotismo, imitaran el
ejemplo de don Francisco!
En esta época calamitosa, a compás del tiempo, corriendo
los días, la miseria se ha ido manifestando con distintos caracteres. Engendra
una inquietud dolorosa de recelo y de temerosos sobresaltos. ¡Es trágico el
silencio que acompaña al sufrimiento del hombre. Es un malestar sordo que se
advierte, cuya amenaza misteriosa se presiente como la proximidad de la muerte.
Sin embargo de todo esto, de palpar como lo estamos
haciendo la angustiosa situación que atravesamos, sírvenos de consuelo la
actitud de D. Francisco Gourié ante el conflicto. Díganlo sino, los ciento de
trabajadores que en sus grandes propiedades encuentran el jornal tan deseado en
las presentes circunstancias. ¡Cuantos adinerados propietarios de aqui podrían
seguir su noble ejemplo! Pero desgraciadamente no es asi.
El solo, arrostrándolo todo puede decirse a grandes voces
que es hoy el padre, el ángel bueno de la clase menesterosas de esta Ciudad.
Sin él, sin sus filantrópicos rasgos, sin su caridad inagotable, puede decirse,
repito, la mayoría de esa clase pobre cuyo único trabajo está en el campo, sabe
Dios donde hubiese llegado en estos tristes momentos. El trabajador agradecido
lo sabe; lo que muchas veces desde las columnas de un periódico no dudan en
censurarle hasta en las insignificancias mas absurdas, lo saben también. Pero
está visto; para estas pequeñas almas, la crítica infundamentada y los ataques
miserables es su elemento.
¡Quien sabe si esos mismos algún día y como débiles
mujeres irán a postrarse a sus plantas en demanda de alguna merced para si o para
sus deudos! ¡Esta es la vida! Y esta es la causa de que yo me congratule de los
éxitos de tan preclaro señor y escriba en su elogio y me complazca con su
alabanza. Don Francisco Gourié ha remediado en Arúcas en esta desgraciada época
muchas calamidades, ha enjugado muchas lágrimas. Su casa ha sido y es
actualmente el refugio del pobre, aquel que su mala estrella le ha privado del trabajo
y se ha quedado sin poder ganar el sustento que llevarle a sus hijos, en esa
noble y hospitalaria casa cuyos anchos portales solariegos abiertos están para
todo el mundo, encuentra ocupación donde ganar el codiciado sustento para los
suyos. ¡Bendito y noble ejemplo el que esta alma grande y elevada dá a muchos
de los hijos de este pueblo que como él pudieran en parte remediar los
pavorosos momentos, los dias tristes que se avecinan!
Loado sea quien así sabe conducirse; acometiendo empresas
que benefician grandemente a este pueblo desprendiéndose con admirable
filantropía de su capital, para llevar a feliz término esas obras; abriendo de
par en par las puertas de su casa al pobre y dando de comer al trabajador
agobiado en esta penosa época Dios seguramente se lo premiará.
La Ciudad de Arúcas no debe olvidar en manera alguna los
enormes beneficios que este hombre le hace y es de esperar que nuestra
Corporación municipal tome en consideración la idea expuesta por nuestro amigo
el Sr. Corresponsal de LA PROVINCIA, con lo cual, no solo harás un acto de
justicia sino que también interpretará el unánime sentir de este pueblo que
quiere de esta manera, corresponder y demostrar su agradecimiento a los
servicios que le ha prestado tan exclarecido y preclaro ciudadano».
Hemos de resaltar
y valorar de este remitido, su muy cuidada redacción, acreditando en los
merecimientos de Francisco Gourié Marrero, no sólo sus distintas aportaciones a
la construcción del Nuevo Templo que debieran ser la causa que los motiva en
este tiempo, sino que además los vincula a lo que pudo hacer a favor de la
sociedad aruquense, cuestiones que no debieran traerse a colación en el momento
de que se trata.
El viernes 13 de
abril, en el pleno del Ayuntamiento se da lectura a un escrito firmado
por ciento cuarenta y un vecinos que tras afirmar «que cediendo a un impulso
expontáneo de reconocimiento hacia el hombre bueno y generoso, caritativo y
altruista que se llama D. Francisco Gourié y Marrero, el cual jamás ha omitido
sacrificio alguno cuando del bien y de la prosperidad y engrandecimiento de
esta población se ha tratado» que da lugar a elevar la siguiente propuesta
que es aprobada por el pleno: «se dé
el nombre de Francisco Gourié a la calle comprendida entre la esquina
norte de la Plaza del Mercado y la cantonera de la Heredad de aguas de Arucas y
Firgas».
El “Diario de Las Palmas” del martes 18, ya
se da cuenta de tal noticia bajo el titular de “Homenaje merecido”.
«El Ayuntamiento de la vecina ciudad de Arúcas,
atendiendo á una instancia suscrita por multitud de vecinos, ha acordado por unanimidad,
en su última sesión, conceder el título de hijo predilecto al que lo es muy digno
y distinguido, don Francisco Gourié, y dar su nombre á una calle ó plaza de la
expresada población.
Tal acuerdo obedece á un expontáneo movimiento de afecto
y gratitud del pueblo aruquense hacia el Sr. Gourié y Marrero por los grandes servicios
que constantemente presta á aquella ciudad, ora siendo el alma de obras tan
hermosas como la construcción del nuevo templo parroquial, ora acudiendo
solícito con su caudal, con su hacienda y con su gran corazón á remediar á toda
desgracia, y coadyuvando siempre, lleno de entusiasmo y cariño por Arúcas,
siguiendo el mismo ejemplo de su padre, tan benemérito patricio, á toda empresa
beneficiosa, apoyándola con su influencia, con dinero y con el cariño que tiene
aquella población.
Reciente está su última obra benéfica coadyuvando á la
instalación de la cocina económica que alivie la miseria de los pobres. Bien
merece este hombre modesto y bueno el homenaje cariñoso de su ciudad agradecida».
En el mismo pleno se tomó en consideración otra proposición de que en
su día se diera su nombre al parque o plaza que se proyectaba construir al sur
del Nuevo Templo.
Francisco Gourié
Marrero había rechazado la propuesta del corresponsal de “La Provincia”, pues no se ajustaba al reglamento de las dignidades
españolas que se le otorgara un título nobiliario por las causas que ya hemos
apuntado de su condición de “cunero”. Pero muy distinto era el título de “Hijo predilecto” y la nominación de una
calle, facultades que correspondían exclusivamente al ayuntamiento de Arucas.
Si hemos
sostenido que toda esta acción es parte de una campaña sistemática de adulación
a la persona, es porque coincidente con cada hito importante y decisivo en la
construcción del Nuevo Templo, ha habido una reacción política para sensibilizar
la vanidad personal del homenajeado, y lo era siempre desde la interesada y
mezquina voluntad de que siguiera contribuyendo con su peculio, poniendo sus
dineros a los fines perseguidos, desde el comportamiento y pensamiento inicial
que en dicha dirección plasmó el cura párroco Francisco Cárdenes Herrera, al
que se sumó toda la fuerza fáctica de Arucas.
Debemos dejar
clara constancia, que aunque el templo ya se hubiera bendecido, todavía
quedaban por construir las cuatro torres, rematar el cimborrio y los antepechos
balaustrados de la cubierta, labrar la totalidad de los capiteles y pilares, la
vidriera rosetón principal, las vidrieras del triforio, desmontar la capilla
provisional, y otros muchos elementos arquitectónicos previstos en el proyecto
de Vega March.
¿Quiénes podrían
aportar dineros para tanta obra y complementos? Por la propia nómina de otros
donantes de vidrieras que hemos ya incluido, las posibilidades económicas
ciertas eran prácticamente inexistentes. La Gran Guerra continuaba y presumimos
se temía que con la bendición del templo se iban a contraer las colectas y
suscripciones que cotidianamente se realizaban, desde la percepción que la obra
estaba acabada, aunque la realidad fuera muy distinta. Tampoco podían esperarse
donantes ajenos a Arucas por la experiencia que ya se tenía, y había fracasado
toda posibilidad de obtener fondos del Estado que ya habían sido negados.
Si además hemos
se sumar todo el mobiliario específico para el culto religioso, nave central, galerías y absidiolos o capillas
absidiales de las que disponía el nuevo templo, los restantes miembros de la
Junta de Construcción y el párroco llegarían a la irremediable conclusión que
había que mantener y animar a su presidente Francisco Gourié Marrero, más aún
cuando solo él conocía de las vidrieras pendientes de encargar y pagar como más
adelante se dirá.
Confirma nuestra
teoría que la gran preocupación que embargaba a todos los que deseaban
comprometer a Francisco Gourié Marrero con estos reconocimientos a su persona,
no era otra que la búsqueda de su amparo económico, que a partir de la
bendición del templo, y más concretamente cuando el 6 de septiembre el
fabricante acusa recibo de la transferencia del Banco de España por 10.000
pesetas a cuenta de las vidrieras puestas, salvo las del Marqués que siguen
estando sin pagar, Francisco Gourié Marrero debió verse también afectado por la
falta de liquidez económica dado que hasta el 27 de febrero de 1919 no vuelve a
iniciar su correspondencia con el fabricante, transcurriendo por tanto “un largo silencio de un año y cinco meses”.
A partir de esa
fecha, cuando se reinician las conversaciones y negociaciones sobre posibles
nuevos encargos de vidrieras entre Gourié y el fabricante, éste además de
respetar los precios antiguos ofertados incluye
las facilidades de pago. «Y para
sosiego de Gourié, reafirma las facilidades de pago especiales, debido a la garantía
personal que supone el propio Gourié y que a nuevos encargos, corresponden
nuevos créditos, como también a más encargos y cuanto antes, más baratos». Se
entra además en “un baile de dudas y
errores” en cuanto al diseño, a la identificación y a los precios, que
pudieran dar a entender son estrategias
de dilación en la asunción de encargos.
En los siguientes
meses a marzo se continúan distintas obras por hacer, todas referidas a la
propia construcción, y así el lunes 30 de abril por los jornaleros Joaquín
Dávila y Juan Quesada se inicia la demolición de la capilla provisional
construida en 1909 en la plaza de san Juan, que debería estar terminada el
miércoles 6 de junio del mismo año, víspera de Corpus. Ello obligó a que a
partir del 17 de mayo se iniciaba el culto en el nuevo templo inacabado y con
mucho por hacer. El miércoles 30 del mismo mes los mamposteros
Manuel Déniz Medina y Eugenio Cabrera Henríquez comienzan con la construcción
de la torre del reloj desde la cubierta de la iglesia.
Cuando termina el mes de
mayo, las liberalidades que se tomaba el alcalde con la directiva de la
sociedad “Gabinete Recreativo” del
barrio de Santidad, termina con una denuncia judicial. «En el Juzgado de Instrucción de Las Palmas, se ha recibido la
declaración indagatoria a los procesados D. Antonio Codorniú, (alcalde de
Arúcas), y al secretario suplente del Juzgado Municipal, D. Fernando Martin; al
primero, por los delitos de usurpación de atribuciones, coacciones, detención
ilegal, contra el ejercicio de los derechos individuales sancionados por la
constitución, y al señor Martin por el último de estos delitos.
Estos procesamientos han sido motivados por los atropellos
cometidos por el Sr. Codorniu y su comparsa política en el pago la Santidad,
forzando las puertas del local de la Sociedad "Gabinete Recreativo" y
apoderándose de sus documentaciones».
Es significativo también
recoger como señal de los acuciantes problemas económicos de la Fábrica de la
Iglesia, desde donde se afrontaba todo el pago de la construcción con las
suscripciones y donaciones recibidas por la parroquia, las puertas que habían
sido colocadas para el día de la bendición del templo en marzo, no se pagan
hasta el 16 de mayo.
Los maestros Juan
Santana Henríquez, Blas Herrera, Miguel de los Santos Santana y sus dos hijos,
Francisco y el aprendiz Ramón Santana Marrero, que habían comenzado a realizar
el tallado de los capiteles del interior del templo parroquial daban por terminado
el labrado el miércoles 20 de junio.
No todo era el nuevo templo
y los homenajes. Arucas recuperaba su cotidiana vida ante la proximidad de las
fiestas patronales y para las noches del miércoles 21 y jueves 22 se
organizaban algunas actuaciones en el histórico Teatro Circo.
«El célebre ilusionista e hipnotizador Dr. Adryan que
tantos éxitos ha alcanzado, en la temporada que recientemente ha hecho en Las
Palmas, se presentará ante nuestro público. El espectáculo atrayente y
sugestivo que Adryan hará ver al auditorio que presenciare sus experiencias, es
a no dudarlo, altamente sensacional, y por ello esperamos que al Teatro acudan
en dichas noches un público numeroso».
Detalle capiteles labrados |
Pero eran tiempos de
gran crisis y el ayuntamiento no estaba para celebrar grandes fiestas
patronales y se limita a lo más tradicional, sin dejar de alardear del
esplendor siempre lucido «Las fiestas del
Patrón de esta Ciudad, San Juan Bautista, que siempre se han celebrado con gran
lucimiento, no obstante la horrible crisis por que atraviesa éste pueblo sé
verificarán este año con un explendido programa.
El Sábado 23 del corriente habrá paseo con música en la plaza
de San Juan a las 9 de la noche. El Domingo 24, dia del Patrono. Función religiosa
en la que un afamado orador sagrado hará el panegírico del Santo; por la tarde
a las 4 paseo con música en la antedicha plaza de San Juan. La feria de ganados
promete estar como en años anteriores muy concurrida. Además, por la noche se
celebrarán expléndidos bailes en varias de nuestras Sociedades».
La sobriedad del
programa de festejos obligaba de alguna manera a la Sociedad de Trabajadores a
intentar animar los festejos con alguna función benéfica, como ya venía siendo
su costumbre en años anteriores, esta vez concentrando el esfuerzo en los
trabajadores del Nuevo Templo que al estar vacía la caja de la Fábrica
Parroquial se venían quedando en paro.
«El día primero del próximo mes de Julio, y por el cuadro
lírico-dramático de la Sociedad de Trabajadores, se verificará una función en
nuestro Teatro, con el fin de allegar recursos para proseguir dando trabajo en
las obras de nuestra nueva Iglesia a los obreros y operarios que en ella han
venido ejercitados. El resultado integro que se obtenga en esta función será
destinado a tan humanitario fín. Oportunamente, daremos a conocer el programa
escogido con que será celebrado este espectáculo, al que creemos, dado el
carácter que encierra acudirá un público numerosísimo».
Quizás el acontecimiento
más importante vivido en la víspera del santo, posiblemente percibido por pocos
ciudadanos, fue la puesta en marcha de un invento canario para el teléfono que
se incorporó a la línea que conectaba Arucas con Las Palmas.
«El invento del cual hoy nos vamos a ocupar, y que a
nuestro juicio es de una importancia en extremo transcendental es el siguiente:
Hace algún tiempo que nuestro particular amigo D. Pascual Salmerón Gómez,
vecino de esta Ciudad, nos habia hablado que tenia en estudio y activamente
trabajaba a fin de conseguir introducir en la Red Telefónica un invento suyo
que firmemente creía de gran utilidad para facilitar con una grande economía
las conferencias.
Pues bien; este proyecto del señor Salmerón es hoy una
realidad. Ante nuestra vista tenemos el expediente tramitado por el Ministerio
de Fomento y aprobado por el Director general de Comercio, Industria y Trabajo.
La Dirección general expide por delegación del Ministro de
Fomento, patente de Invención a favor del señor Salmerón de un aparato, al cual
este señor ha dado el nombre de “Dúplex Telefónico”, porque con la aplicación
del “Dúplex” pueden por una misma línea celebrarse dos conferencias a la vez,
sin que los conferenciantes de una se aperciban en lo mas mínimo de lo que los
otros hablan. Esto que a primera vista parece imposible lo ha conseguido,
después de arduo trabajo y de múltiples contratiempos, el señor Salmerón.
(…) Como lógicamente puede suponerse, a medida que aumenta
la longitud y el número de hilos en las líneas telefónicas, aún cuando estos
hilos estén soportados por los mismos postes, los gastos de vigilancia para
quitar los cruces entre los hilos, el arreglo de roturas de los mismos, y la
reposición de los aisladores que por diversas causas se rompan, aumentan
considerablemente, constituyendo, por lo tanto, un gasto muy importante.
Con el “Duplex” estos gastos quedan reducidos a la mitad,
por cuanto que el número de hilos, y por consiguiente el de aisladores
igualmente reducido también queda a la mitad, por que cada grupo de dos hilos,
se instalan dos teléfonos que en caso necesario pueden comunicarse entre sí,
como frecuentemente pasa en las líneas instaladas con este dispositivo en la
Red telefónica de Arúcas. Este dispositivo o “Dúplex” tiene también la ventaja,
de que aún cuando se crucen entre sí los dos hilos del mismo grupo, o se rompa
uno cualquiera de ellos, la avería no afecta sino a un solo aparato.
Esta cualidad resulta muy importante para las líneas de
unión de Centrales a Subcentrales, como por ejemplo, la interurbana de Las
Palmas a Arúcas, —que es del Estado— y las que unen las Sub-centrales de Guia y
Moya a la Central de Arúcas, que son de dos hilos y requieren un funcionamiento
constante».
Ramón Madan Uriondo,
quien también participaba con Francisco Gourié Marrero y José Suárez Suárez en
la aportación de alimentos y dineros de la llamada “cocina económica” —comedor social que se
ocupaba de dar comidas a los muchos parados que habían en Arucas— no cejaba en su empeño
de construir su asilo-hospital en Arucas, pero quería ir despejando las dudas
sobre el apoyo oficial que para dicha obra social podía conseguir, y no dudó en
plantear una solicitud al Cabildo de Gran Canaria que ya había iniciado la
construcción del hospital de Guía y había asumido otros centros benéficos en la
isla. Pero el apoyo dado por el Cabildo no colmaba sus aspiraciones. No
pretendía la financiación de su construcción que ya tenía asumida el Marqués,
sino su participación económica en la gestión a su terminación, dado que
conocía perfectamente que las arcas municipales estaban prácticamente en
déficit, aun cuando los munícipes manifestaban su buena voluntad pero sin
adoptar acuerdos en firme.
El acuerdo del Cabildo
en su sesión plenaria del jueves 19 de julio decía «Se
acordó consignar cantidad para sostener 6 camas á 1'50 pesetas cada una, en el
hospital que se fundará en Arucas, á condición de que se reserven dos camas
para enfermos de los pueblos Firgas, Teror y otros cercanos».
No pasaba desapercibida
para los periódicos la perseverancia del Marqués de Arucas en su meta, que en
este tiempo ya quería materializar, y así destacaban los “rasgos del Marqués” sin pedir para el mismo otros boatos.
«En breve se realizará una hermosa idea de nuestro querido
amigo D. Ramón Madan y Uriondo inspirada en un alto espíritu de caridad y en un
gran amor á la industriosa y bella ciudad cuyo título lleva y que tantos recuerdos
y cosas queridas encierra para él.
En la casa donada por el marqués á aquella población para
un hospital, quedará muy pronto instalado tan benéfico y necesario establecimiento
que tendrá 16 camas: diez, costeadas por el Ayuntamiento de Arúcas, que además
sufragará otros gastos, y seis por el Cabildo insular de Gran Canaria.
Es posible que la Hermana de la Caridad natural de Arúcas,
Sor Cándida Suárez, que tiene un colegio establecido en dicha población, sea
nombrada superiora del hospital. El rasgo del Marqués da Arúcas digno de todo
elogio merece ser imitado. En todas partes, donde se sabe ser rico, las
personas adineradas destinan grandes sumas á obras de beneficencia y cultura, y
sostienen escuelas, hospitales y asilos. Puede decirse que la gente adinerada
es la que sostiene á los establecimientos benéficos...
Aquí, descontando los legados digamos de eterna gratitud de
los patricios canarios Doctor Chil, por la ciencia, y D. Luis Antunez, por la
educación, poco se ha hecho… Que el ejemplo del Marqués de Arúcas cunda, y los
ricos le imiten. La patria agradecida sabría premiarles el bien que hagan».
Pero no que quedaban
aquí las buenas acciones que se le adjudicaban al Marqués, con quien siempre
intentaba la competencia Francisco Gourié Marrero por la proyección social, en
este caso apoyando económicamente al Cabildo de Gran Canaria presidido por José
Mesa y López que había emitido un gran empréstito cuya cuantía destinada a un
programa de gran interés social para la isla.
«Nuestro querido amigo D. Ramón Madan, Marqués de Arúcas,
que siempre asocia su nombre todos los asuntos de carácter patriótico en Gran
Canaria, se ha suscripto al empréstito que tiene anunciado el Cabildo insular
de esta isla, con la suma de 20.000 pesetas. Demuestra esto el patriotismo del
Sr. Madan prestando su valiosa cooperación á los proyectos del Cabildo insular,
en favor de la beneficencia é instrucción pública y de la clase obrera, pues el
empréstito se destina á la construcción de obras, al sostenimiento de
hospitales y del Instituto de 2ª.' enseñanza, al mismo tiempo que revela la
plena confianza que inspira la operación que habrá de realizar nuestro Cabildo
Insular.
Seguramente el Marqués de Arúcas tendrá muchos imitadores
en Gran Canaria, pues afortunadamente hay en este país un alto concepto de
civismo y la llama del patriotismo jamás se extingue en el pecho de los buenos
canarios ni en el de aquellas otras personas que aquí tienen importantes
intereses».
El miércoles 12 de septiembre
comenzaba por fin a construirse el trozo de carretera de Teror á Arucas, «desde el puente de las Vegas, á donde llaman “el pino”», cuyo desmonte
terminaría prácticamente dos meses después, el viernes 9 de noviembre.
Acabando septiembre, el
pago de El Trapiche celebraba días festivos cuando se convertía en anfitrión de
la nueva imaginería de su ermita. «El
próximo Domingo día 30 celebrarán los vecinos del barrio del Trapiche de Arúcas
gran fiesta con motivo de la traslación desde la casa del Capellán a la ermita
del citado barrio, de tres hermosas imágenes recientemente adquiridas y son, Santa
Teresa de Jesús, San Luis Gonzaga y San Juan de la Cruz.
La hora fijada para la traslación será a las 4 de la tarde
y colocadas que sean las imágenes en la ermita, habrá paseo con música en la
plaza, rifándose al mismo tiempo entre los concurrentes un magnífico ejemplar
de carnero. Por la índole de la fiesta y por la animación que se nota en los
hijos de Arúcas, la procesión y paseo prometen, estar muy concurridas».
Convocadas que estaban
las elecciones municipales para el domingo 11 de noviembre, aunque el momento
no pintaba bien para los “republicanos”
por todo el boato público que estaba recibiendo el “mandamás” de los “leoninos”
en Arucas Francisco Gourié Marrero, habían pasado una decena de años de
aquellos “Jóvenes turcos”, que ya no
eran tan jóvenes y su propio líder Juan Ponce Castellano se había concentrado
en su actividad agrícola dada la fuerte crisis del sector, éstos decidieron
proceder a la renovación de sus cuadros y proponer a sus candidatos a la cita
electoral.
«Al verificarse en Arúcas la renovación del Comité del
partido republicano federal, éste ha quedado constituido como sigue: Presidente
honorario.- Don José Franchy Roca. Presidente.- Don Francisco González.
Vice-presidente.- Don Rafael Díaz
Batista. Secretario.- D. José Pérez Betancor. Vocales.- Don José Santana Déniz,
don Agustín María Santana, don Juan González Medina, don Juan Díaz Batista, don
Antonio González Casañas, don Antonio González Medina, don Enrique Gutiérrez.
Para las próximas elecciones municipales se acordó
proclamar como candidatos a concejales, a los estimados correligionarios don
Rafael Díaz Batista y don José Pérez Betancor. El nuevo Comité republicano
federal de Arúcas ha decidido intervenir todas las mesas a fin de evitar en lo
posible los bodrios electorales a que tan acostumbrados están los amigos y
partidarios del cacique allí imperante.
Sabemos que reina verdadero entusiasmo entre los elementos
que en Arúcas se rebelan contra los viejos procedimientos inmorales de los
mangoneadores y de los “influyentes”; y aunque sin probabilidades de éxito
lucharán en pro de una candidatura que ofrezca al pueblo las garantías y
validez de una gestión honrada en la corporación municipal».
Como ya hemos comentado,
toda la correspondencia que mantenía Francisco Gourié Marrero con la fábrica de
vidrieras Mauméjeans había entrado un profundo silencio desde el 6 de
septiembre pasado, y no dudamos que sus razones fueron que tras el pago de las
10.000 pesetas de las ya montadas, precisaba reponerse económicamente,
coincidiendo además con el retraimiento de los posibles donantes. Se atravesaba
un momento muy delicado económicamente, que afectaban también a los recursos de
la Fábrica de la Parroquia, con cierto desasosiego por la fuerte caída de las
suscripciones y donaciones destinadas a cubrir los gastos de canteros,
labrantes, mamposteros.
Detalle puertas norte y cuadraditos labrados |
Se intentaba en estos últimos
meses del año con los jornaleros que disponía la Parroquia realizar los
pequeños trabajos de acabados y algún que otro tallado de las piedras puestas
en bruto en el Nuevo Templo. Se aprovechaba para ello de los pocos maestros
canteros muy vinculados a la obra desde sus inicios y que no habían sido
parados en atención a su dedicación y especialidad.
El 9 de noviembre se terminaron
de labrar en la fachada norte que da a la plaza de san Juan los "cuadritos" de
cantería a ambos lados de las puertas. Poco a poco se terminaban estos pequeños
remates y se ganaba tiempo para intentar obtener dineros suficientes para
afrontar la construcción de las torres, pero las expectativas no eran buenas y
el “gran impulsor de la obra” Francisco Gourié Marrero guardaba un sorprendente
silencio que contagiaba a los miembros de la Junta de Construcción, si bien
todos presuponían de sus propios problemas económicos y tocaba esperar llegaran
mejores oportunidades con el inicio del nuevo año.
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