En estos primeros años
del nuevo siglo, en los ambientes del Liceo comienzan a tener cierta notoriedad
un grupo de jóvenes que aun iniciándose en la organización de los Bailes de Reyes, ya se aglutinan como
las juventudes del partido “liberal”: Domingo
Barbosa Quevedo, Julián Caubín García, Tomás Hernández Reyes, José Martin Benítez,
Antonio de Armas Suarez, José García Quevedo, José Hernández Reyes, etc.
En el mes de mayo Ramón Madan Uriondo se relacionó con
algunas figuras del partido liberal, entonces
fieles a su actual jefe insular Juan León
y Castillo, distanciado de su hermano en la embajada española de París. De
esa fidelidad y del tradicional boato leonino,
como el ingeniero algunas décadas atrás había presentado un proyecto para la
construcción de la "Cárcel de
Audiencia y Presidio correccional" en la Plaza de la Feria, que no
terminó por edificarse, se consideró oportuno reconocer los méritos profesionales
a su jefe político con la colocación en este lugar de una placa en homenaje al "Ingeniero León y Castillo". A
tal fin se constituyó una comisión que estuvo presidida por Bartolomé Apolinario,
secundada por Luis Suárez Quesada, nombrándose tesorero a Ramón Mádan Uriondo, secretario Arturo Sarmiento y de vocales Juan
Meló, Francisco González Díaz y Cayetano Inglott.
En el mes de junio es
conocida otra notoriedad más de Ramón
Madan Uriondo, quien alojó en su casa de Las Hoyas al Capitán General de
Canarias «donde fué objeto de delicadas
atenciones por parte de autoridades y pueblo y especialmente de nuestro
respetable amigo D. Ramón Madan, en cuya casa residió durante su breve estancia
en dicha ciudad». Se trataba del general Adolfo Rodríguez Bruxón, que unos
meses antes había detenido a Secundino
Delgado Rodríguez por sus campañas autonomistas e independistas quien «trató de unirse y capitanear a la gente
obrera en sentido socialista» en mítines y en su periódico "Vacaguaré", si bien
legalmente se justificó su detención en cumplimiento de un exhorto por la
colocación de bombas de dinamita a finales de 1896 en La Habana, su rápida huida
a Venezuela, vía EE.UU., hasta su regreso a Tenerife. La detención aquel año de
Secundino Delgado tuvo distintas interpretaciones y suscitó un conflicto con el
Cónsul de Estados Unidos de América, pues el detenido disfrutaba también de tal
ciudadanía, y pudiera que la visita del Capitán General lo fuera para obtener
información de Ramón Madan, quien con el grado de Comandante de Infantería, ya
retirado, había sido condecorado con la medalla de Alfonso XII y la Cruz de S.
Hermenegildo por su participación en la guerra de Cuba.
Esta proyección pública
y social de Ramón Madan Uriondo se
hace necesario seguirla para entender como fue gestándose de alguna forma la
competencia de éste con Francisco Gourié Marrero,
más favorecido este último por el boato que se le tributaba en Arucas, mientras
que el primero ya cultivaba sus propias relaciones personales en razón de sus
antecedentes y carrera profesional con los mandos militares y destacados líderes
del leonismo en la “Capital” insular y en la “Capital” provincial por su origen.
De alguna forma a Francisco Gourié
Marrero el calificativo de “cunero” y de “hijo natural” le seguía
distanciando de la alta clase social, por las propias conductas clasistas de la
época, que tan sólo años después su gran patrimonio económico sería su “puente de plata” para llegar hasta ellas y ser bien
recibido.
Ese mismo mes el leonino “Diario de Las Palmas” daba
cuenta de las presiones que se hacían para desbloquear la carretera a Teror «ha sido aprobado el replanteo de la
carretera de la ciudad de Arúcas á la villa de Teror. Este asunto, de
escepcional interés para dichas localidades, lo recomendó el mes anterior á
nuestro jefe el señor León y Castillo, el presidente de nuestro partido Sr.
Ruano y Urquía. Mucho lo celebramos». Es este tiempo cuando surgieron las
diferencias entre los hermanos Fernando
y Juan León y Castillo, cuando el primero atrajo a algunos patriotas y posibilistas, tras su debacle en las elecciones de 1896, a
integrarse en los liberales leoninos,
entre ellos a Ambrosio Hurtado Mendoza,
que sería alcalde de Las Palmas al siguiente año, y al Dr. Vicente Ruano Urquía, Director del Hospital de San Lázaro, quien
por su prestigio médico llegó a presidir el partido en la capital. En Arucas
esos acercamientos entre leoninos y patriotas nunca se dieron, entre otras
causas por las secuelas de los pleitos
judiciales con el ayuntamiento, y porque no los necesitaban para gobernar.
Coincidiendo con las
fiestas patronales iniciaba en Arucas sus itinerantes conferencias sobre el
arbolado Francisco González Díaz,
quien agradecía la acogida recordando los orígenes de su fallecido padre Manuel González Castellano: «Allí nació, como lo hice constar, el hombre
bueno, generoso, virtuosísimo, á quien debo el don, no sé si envidiable ó
execrable, de la vida. La serie de conferencias que me propongo dar en los
pueblos del interior ha tenido un buen principio. Arúcas le ha puesto un bello
prólogo, aceptando, como buena mi palabra por ser la expresión de ardientes
convicciones, de arraigadas creencias.
Vamos á ver si los pueblos de Gran Canaria se convierten en
plantadores. Y, para concluir, conste mi eterno agradecimiento por las muchas
atenciones recibidas de parte de aquella simpática población, cuyas distintas
clases sociales se esforzaron en hacerme grata mi breve permanencia. Recíbanlas
especialmente el Sr. Ponce (don Rafael), persona distinguidísima, el señor
Marichal, modelo de alcaldes populares y entusiastas, el Sr. Grau (don Miguel)
y tantos otros».
Fueron las últimas
fiestas patronales vividas por el alcalde Pedro
Marichal Álvarez que falleció el 9 de julio y mereció una especial mención
de sus amigos del Diario de Las Palmas
«La ciudad de Arúcas está hoy de duelo,
porque D. Pedro Marichal á pesar de ser figura muy sobresaliente en la política
de aquella localidad, no ha dejado un enemigo, por que, hombre de recta
conciencia y de intachable conducta, era incapaz de realizar una mala acción ni
de perjudicar los intereses de nadie. Por eso, y además por su bello carácter,
franco y leal, por que las puertas de su casa estaban abiertas de par en par
para todo el mundo, D. Pedro Marichal fué hasta ayer un hombre de influencia
poderosa en la ciudad de Arúcas, y su voluntad, que era la de todos, acatada y
respetada fué siempre por sus convecinos. A la prosperidad de Arúcas, va unido
indefectiblemente el nombre de D. Pedro Marichal.
Aquí, en Las Palmas, también contaba con muchas amistades y
simpatías. El duelo de Arúcas se extiende á la mayoría de los pueblos de la
isla porque en todas partes era conocido el nombre del Señor Marichal. Su
fortuna la compartía con los necesitados. Este es el mayor elogio que podemos
hacer del amigo inolvidable.
Fué en vida un defensor decidido del partido liberal y un
admirador de nuestro ilustre jefe, y jamás le dolían los sacrificios que la
política le ocasionaba porque asi entendía él que servía los intereses de su
país».
A su fallecimiento asume
accidentalmente la alcaldía el Teniente de Alcalde Manuel del Toro González, casado con Dominga Marichal Martín hija del finado. Inmediatamente el
ayuntamiento decide celebrar solemnes funerales y en el siguiente pleno se
adopta el acuerdo de nominar a la entonces calle El Sol donde vivía el alcalde
fallecido con el nombre de "Pedro
Marichal". Paralelamente se adoptó el acuerdo de nominar a la entonces
calle El Terrero con el nombre de "Juan
de Dios Martín", fallecido el 23 de agosto de 1900, suegro de Pedro Marichal Álvarez, padre de su
mujer Francisca Martín Jiménez, y por
tanto abuelo de la mujer del alcalde accidental.
Por «muchas amistades y simpatías» que
tuviera en la isla decía el “Diario de Las Palmas”, y aun siendo una "figura muy sobresaliente en la
política", aunque a él se debiera la construcción y pavimentación
total de la Plaza de San Juan junto a su casa, parece que el alcalde accidental
tenía muy claro el reconocimiento a sus allegados, más aún cuando el cambio de
nominación de la entonces calle El Terrero parece extemporáneo. Al menos por su
afinidad fue políticamente incorrecto.
El 11 de diciembre los
hermanos Rosario y Francisco Gourié Marrero ceden por una
cantidad simbólica las aguas de la fuente del Norado, para satisfacer las necesidades por el
aumento de la población, con lo que se aumenta el caudal del Pilar de San
Pedro.
La inmediatez en la
nominación y rotulación de las calles anteriormente mencionadas fue muy rápida,
pues a los pocos meses cuando se conoce el programa para la celebración de las
fiestas en honor de santa Lucía ya eran así llamadas oficialmente, dado que en
su víspera del día 12 de diciembre se anunció en el programa «con repique general y multitud de
voladores», para después del tradicional toque de oración «tendrá lugar la verbena en la calle de
Pedro Marichal, á cuyo efecto se hallará convenientemente adornada, durante
ella se quemarán varios fuegos de artificio confeccionados por varios
pirotécnicos; este acto será amenizado por la banda "Unión
filarmónica", organizadora de la fiesta», y que debió durar bastante
pues «Al amanecer, la referida banda
recorrerá las principales calles de la población, tocando diana».
Alguna alternancia
pactada pudo darse en la accidentalidad del cargo de alcalde, pues se ejerce
por los dos Tenientes de Alcalde, el mencionado Manuel del Toro González y Pantaleón
Quevedo Ferrera, si bien es más frecuente el primero que en el mes de
diciembre ejecuta el reparto de la contribución territorial, pues la
accidentalidad del segundo lo fue para el pleno del mes de agosto, posiblemente
para guardar la compostura en la nominación de la calle al fallecido alcalde.
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