jueves, 14 de mayo de 2015

1908 Los muchos apoyos para el arreglo de las carreteras y la licencia del colegio La Salle

La población de hecho del municipio ascendía ya a 9.367 habitantes, y en función del aumento de población le correspondía un censo de 2.217 electores, frente a los anteriores 1.759, pasando a tener un porcentaje del 23,67% frente al 18,78 anterior. Este incremento obligaba a reestructurar las secciones electorales del municipio al sobrepasarse los 500 electores para las tres que hasta ahora existían: Pueblo, Trapiche y Costa.

Formaban la corporación municipal el alcalde Domingo Barbosa Quesada, el teniente de alcalde Juan Marrero Marrero, Antonio Castellano Pérez, Sinforoso Ferrera Batista, Vicente González Suárez, Demetrio Granado Marrero, Norberto Henríquez Hernández, Cipriano Hernández Armas, Juan Manuel Martin Rodríguez Barbosa, Carlos Medina Batista, Gumersindo Quevedo Martín, José Suárez Suárez y Rafael Mª Suárez Suárez.

Los diez primeros mayores contribuyentes del municipio, ordenados por su volumen que componían el censo electoral eran Ramón Madan Uriondo, Ricardo Suárez Guerra, Manuel del Toro González, Domingo Suárez Guerra, Juan Andrés Suárez Guerra, Francisco Pérez Marrero, Manuel Fernando Marrero Ponce, Manuel Rosales Marrero, Cayo Matos Ponce y Manuel Marrero Ponce.
Detalle fotográfico carretera Arucas- Las Palmas (Fedac)
En el acuerdo de la última sesión plenaria del año anterior se había aprobado la modificación de las Secciones electorales, quedando formadas cinco y de las que damos sus ámbitos geográficos por el interés de conocer el entramado urbano del municipio y sus calles de entonces.

SECCIÓN PRIMERA. Titulada del Este del Pueblo.- Calles de León y Castillo, Canónigos, Gourié, Osario, Plaza de San Juan. Calles de Santa Bárbara, Herrería, Arco, Gloria, Pedro Marichal. Nueva, Terrero, Muñoz, Travieso, San Juan; Alvarez, Cruz, Real, Grangeria. Los Lopez, Las Palmas, La Cruz, Caserío de la Hoya de San Juan, Caserío de la Santidad, Lomo de Arúcas, Barreto, Riquianes y Visvique. Electores de esta Sección, cuatrocientos cuarenta.

SECCIÓN SEGUNDA. Titulada del Oeste del Pueblo.- Plaza de León y Castillo, Calles de San Sebastián, Mateo, Fé, Moreno, Cerera, San Pedro, Rosales, Quintana. Armas, Acequia alta y Tabaibal, Barrio del Cerrillo, Las Hoyas, Caserío del Hinojal, Chorreras, Laguna, Corral de Manuel y Parrales. Electores de esta Sección cuatrocientos cuarenta y uno.

SECCIÓN TERCERA. Titulada de Cardones.- Caserio de Llano Blanco, Ramirez, Guincho, Rosa Silva, Hoya Alta, Tinocas, Perdigón, Barranco de Tenoya, Caserío de San Francisco Javier y Dehesa. Barrio de Cardones, Pozillo, Carril, Meleros, Cercado, Hornillo, Castillejos y Caserío de Trasmontaña. Electores de esta Sección, cuatrocientos cincuenta y ocho.

SECCIÓN CUARTA. Titulada del Trapiche.- Caserío del Trapiche, Palmitos, Barranquillo, Montañeta, Carretera Nueva, Barrio de la Goleta, Palma de Firgas. Cuesta de la Arena, Ingenio, Altabacales. Pedrera y Portales. Electores de esta Sección, cuatrocientos veinte y nueve.

SECCIÓN QUINTA. Titulada de la Costa.- Caserío de San Andrés, Caserío del Peñón, Caserío de Quintanilla, Barrio de la Costa del Bañadero, Caserío del Puerto, Caserío del Cardonal y Caserío de la Cruz de Pineda. Electores de esta Sección, cuatrocientos cuarenta y cinco.

La definición de las Secciones electorales pudo suponer un cambio importante, que unido a la nueva norma electoral, e iba a propiciar de alguna manera que en algunas de ellas el control que ejercían los “leoninos” con sus “pucherazos” fuera más complicado.

La presión ejercida por los preocupados agricultores ante las Cámaras Agrícolas, de Comercio y de la propia Sociedad Económica, así como la que realizaron los concejales de los Suárez y Henríquez con el alcalde Domingo Barbosa Quesada, requerida por algunos de sus familiares que habían sido comisionados por los agricultores a tal fin, obligaron a que se invitara al Director General de Agricultura a visitar la isla, y en particular, Arucas considerada entonces la comarca agrícola más importante de la isla.

El 25 de enero del año anterior el Presidente del Gobierno Antonio Maura Montanet, del Partido Conservador, formó un nuevo gabinete al que incorporó como Ministro de Fomento a Augusto González Besada Mein, ministerio que en ese tiempo se estructuraba en dos direcciones generales, una de Obras Públicas que administraba gran parte del presupuesto y la otra de Agricultura, Industria y Comercio, considerada la “hermana pobre”, al frente de la cual nombró a Luis de Marichalar y Monreal, vizconde de Eza y marqués de Ciria.

Abogado, aristócrata y gran propietario soriano, era Diputado a Cortes desde 1899 y había sido elegido para el cargo para desarrollar las medidas agrarias diseñadas por el propio ministro, propugnando un Servicio Agronómico y un Servicio Forestal, restando protagonismo a los ingenieros, pues se vinculaban a las grandes organizaciones agrarias. El vizconde de Eza refundó en este año 1908 la Asociación de Agricultores de España, de la que fue su presidente, e hizo de ella un auténtico “lobby de lobbies agrarios”. Es este perfil y protagonismo del Director General el que de alguna manera le llevaría a aceptar de buen agrado la invitación para visitar las Islas a la llamada de las Cámaras insulares que personalizaban el asociacionismo agrario, al margen de la filiación política que liderada en las islas que entonces recaía en los ”liberales leoninos”.


El 14 de enero llegaba a la isla el Director General de Agricultura, dedicando esa jornada a las reuniones con las Cámaras y visitar el Monte y las Vegas de Santa Brígida. Para el día siguiente ya tenía programada su dura visita a Arucas «El director general irá mañana á Arucas y á su regreso á Las Palmas, á las 6, será obsequiado por el Excmo Ayuntamiento con un banquete en el Hotel Santa Catalina al cual han sido invitados el presidente de la Audiencia territorial, el Obispo de Canarias, Gobernador Civil, Presidente de la audiencia provincial, Comandante general de las islas orientales, Fiscal de S. M., comandante de Marina de la provincia y otras autoridades y funcionarios».
Vizconde de Eza

Después de su visita en la jornada siguiente a Telde y dar un mitin por la noche en el Teatro Pérez Galdós, la respuesta del Director General fue inmediata el mismo día 17, cuando remite a su jefe el Ministro de Fomento telegrama cuyo texto reprodujo el “Diario de Las Palmas”.

«Director General de Agricultura á Ministro de Fomento. Habiendo recorrido carretera esta población á Arúcas, he visto su deplorable estado que ha ocasionado lamentables accidentes é imposibilita transporte frutos con gran perjuicio agricultores aquella riquísima comarca. Acopios para reparación están subastados para dentro de tres años plazo imposible esperar. Aunque dentro breves días tendré honor informar á V.E. personalmente, considero caso tanta urgencia que me permito indicar por telégrafo necesidad conceder recursos para reparación provincial inmediata como se ha hecho con la carretera de Telde».

El propio periódico liberal se sorprendía de la celeridad en la respuesta del Director General Vizconde de Eza, con otras aportaciones que fueron celebradas por las Cámaras, recogiendo efusivamente su comentario:

«Nosotros tenemos la íntima confianza de que será atendida la petición que hace el propio director general de Agricultura en nombre de esta isla. El Vizconde de Eza, dando una hermosa muestra de patriotismo y desprendimiento, á mas de las mil pesetas que dio al Director de la Escuela Superior de Industrias de esta capital para premios á obreros aventajados, de cuyo donativo nos ocupamos en otro lugar de este DIARIO, ha hecho entrega de otras dos mil pesetas, de su bolsillo particular también, al Jefe provincial de Fomento don Adán del Gastillo, para que este señor abra tres concursos con objeto de premiar los tres primeros trabajos que sobre asuntos agrícolas se presenten, y cuyos temas se darán á conocer enseguida.

Estos donativos particulares del señor Vizconde de Eza, son además del que de 5.000 pesetas aparece en el presupuesto del Ministerio de Fomento en el presente año, para premios á ganaderos, agricultores y obreros agrícolas de esta provincia. Grandes deseos animan al Director General de Agricultura en favor de esta región para la cual, su visita confiamos que ha de ser muy provechosa».

La paralización de las obras del Nuevo Teatro no impidió que se habilitara un buen espacio para la celebración de riñas de gallo y competir así con el viejo Teatro Circo, cuando el 24 de enero se anunciaba «El domingo próximo empiezan á celebrarse en el Circo Nuevo de Arúcas, las riñas de gallos concertadas entre los partidos de Arúcas y Cardones».

El 5 de febrero el leonino “Diario de Las Palmas” daba por fin las esperadas y deseadas buenas noticias sobre el arreglo de la carretera, dejando en muy buen lugar a sus correligionarios, con bastante amplitud de detalles.

«Las gestiones que han venido practicándose para poner en condiciones de que pueda utilizarse la carretera de Arúcas, han tenido el éxito que esperábamos. Parece que la solución, por el hecho de estar ya rematada la carretera, consiste en que el Ministro de Fomento accederá á la petición del contratista en reducir mucho el plazo establecido para la ejecución de las obras remitiendo fondos el Ministerio en consonancia con esa modificación.

En este asunto, según cartas que tenemos á la visita, han trabajado con todo interés nuestros celosos representantes en Cortes que han hallado en el Ministro de Fomento los mejores deseos por complacerles en petición tan necesaria como justa.

El Ayuntamiento de la ciudad de Arúcas, de que es digno Alcalde presidente nuestro querido amigo D. Domingo Barbosa, y también los grandes propietarios de aquella comarca, han venido gestionando, por su parte, el pronto remedio á un estado de cosas que perjudica grandemente á aquélla rica comarca agrícola, porque hallándose casi intransitables las vías de comunicación con Las Palmas, con dificultad pueden dar salida á los productos de la tierra por este puerto ni por ninguno otro.

El Alcalde de Arúcas, en nombre de aquella importante ciudad, acudió oportunamente á nuestro ilustre jefe D. Fernando de León y Castillo, incansable defensor de los generales intereses de esta tierra, quien acaba de dirigirle la siguiente carta:

París 23 de Enero de 1908. Sr, D. Domingo Barbosa. Mi querido amigo: En cuanto recibí su telegrama hice con el mayor empeño al Sr. Ministro de Fomento la recomendación que V. me pedía, y tengo el gusto de incluir á V., adjunto, el telegrama que me envía el Sr. Besada, celebrando infinito haber podido complacer á V. y á esa ciudad. Me repito de V. afmo. amigo S. S. q.s.m.b. F. de León y Castillo.

El telegrama original que el ministro de Fomento dirigió á París al señor León y Castillo. Dice así:

Embajador España París. Compláceme en manifestarle que están satisfechos sus deseos respecto carretera de Arucas. Besada.

También el Alcalde de Arúcas ha recibido el siguiente despacho del Director General de Agricultura que tanto interés ha demostrado por los asuntos de Canarias, dice así:

Director Agricultura á Alcalde Arúcas: Muy interesado Ministro satisfacer legítimas aspiraciones esa comarca dado órdenes oportunas inmediata reparación carretera de Agaete telegrafiando ayer á jefe de Obras públicas. Reitero á Vds. mis sentimientos, consideración y amistad.

Mucho celebramos el feliz resultado de esos trabajos que pondrán remedio á una situación verdaderamente anormal».

El día 17 volvía al viejo Teatro Circo el teatro con la compañía Borrás: «El miércoles de esta semana dará el teatro de Arúcas otra función la compañía dramática de Borrás. Se pondrá en escena la magnífica obra de Rusiñol, “Buena gente”, donde raya á gran altura el artista catalán».

El 21 del mismo mes de febrero es conocido por el Boletín Oficial de Canarias, el recurso puesto por el alcalde a la anulación del gobernador a una sanción impuesta por el primero, con la que se inicia la “persecución” política a un “revoltoso republicano”, un díscolo dentro de la gran familia que va a tener un largo recorrido como opositor a los “leoninos” y que mucho tiempo después será conocido por la gran familia endogámica de Arucas como “el Ponce malo”.

«Instruido el oportuno expediente en este Ministerio, con motivo del recurso de alzada interpuesto por el Alcalde de Arucas contra la providencia dictada por ese Gobierno anulando la del Alcalde recurrente que impuso á Don Juan Ponce Castellano una multa de 25 pesetas, por negarse á prestar alojamiento á dos soldados; sírvase V. S. ponerlo, de oficio, en conocimiento de las partes interesadas, á fin de que, en el plazo de veinte dias, á contar desde la publicación en el Boletín oficial de esa provincia de la presente orden, puedan alegar y presentar los documentos ó justificantes que consideren conducentes á su derecho».

Tres días después el mismo boletín oficial publica el acuerdo exonerando a un concejal para abandonar su cargo «Que D. Norberto Henríquez Hernández, justifica en legal forma quo su padecimiento físico no le permite ejercer el cargo de concejal interventor del Ayuntamiento de Arúcas» por sufrir una nefritis.

El 4 de marzo fallecía el “jefe” del partido liberal en Arucas y el “Diario de Las Palmas” se hacía eco del triste acontecimiento para los “leoninos”. «En Arúcas ha dejado de existir nuestro querido amigo y correligionario don Rafael Ponce y Armas, persona apreciada y respetada no solo en aquella población donde se le quería entrañablemente, sino en todos los pueblos de Gran Canaria. Puede decirse muy bien que el señor Ponce y Armas pasó la vida haciendo servicios. En esto consistía su mayor placer y á esto obedecía, principalmente, la popularidad y el cariño que tenía y que se le guardaba en la ciudad de Arúcas que hoy llora la pérdida irreparable de uno de sus más predilectos hijos, por que á todas las obras de carácter público que allí se realizaban siempre iba unido el nombre de aquel verdadero patricio.

Fué en vida modelo de esposos, de padre y de amigos, pues hacía un verdadero culto de la amistad. El sentimiento general que ha ocasionada la noticia de su muerte dice más en honor de la memoria del finado que cuantas frases, haciéndole extricta justicia, pudiéramos nosotros consignar en esta columna. El partido liberal canario pierde en Arúcas uno de sus hombres más fieles, leales y consecuentes, pues el Sr. Ponce y Armas fué siempre un admirador y un amigo entusiasta de nuestro ilustre jefe D. Fernando de León y Castillo.

Reciba toda la distinguida familia del finado, y especialmente su hijo el letrado D. Bernardino Ponce é hijo político D. Domingo Barbosa, Alcalde de Arúcas, la sincera expresión de nuestro sentimiento. A las 4 de esta tarde se verificaba en Arúcas el acto de la conducción del cadáver del inolvidable amigo de quien puede decirse que no deja ningún enemigo en la tierra. D. E P.».

El 12 de mayo se celebra una reunión de la Junta de Construcción del templo a la que no asiste Manuel Hernández Pérez, y en la que el presidente Francisco Gourié Marrero dio cuenta de la memoria y otros documentos de un anteproyecto. Los vocales, como ya empezaba a ser costumbre dieron el “sí señor”, «… teniendo en cuenta el celo y actividad desplegados por la misma en dicho asunto, acuerda por unanimidad  darle las más expresivas gracias».

Después es leída una carta del vicepresidente el ingeniero naval Manuel Hernández Pérez, quien entonces tenía 53 años, en la que prestaba su conformidad “profesional y técnica” al anteproyecto del arquitecto Vega March que le había remitido el párroco el 10 de marzo, después de haber manifestado «que por circunstancias o fuerza mayor y bien ajenas a su voluntad no le era posible asistir a la Junta», o lo que es lo mismo, que cada miembro de la Junta eligiera el significado de la ambigua excusa dada.

Sí parece claro que el presidente Francisco Gourié Marrero estaba interpretando correctamente su significado cuando ya había incluido un segundo punto de acuerdo por el que «… en vista de ciertas variaciones notadas en la planta de la obra, se comisiona a don Antonio Rodríguez Uribe para que rectifiquen dichas medidas», el “maestro azucarero” de la Fábrica Azucarera de San Pedro quien no debería poner objeción alguna a las decisiones de su jefe que le paga.

El 26 de mayo la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas adquirió a Juan Bethencourt Domínguez, ante el notario José Jaimez Medina, el solar de la finca de "El Mirón" donde proyectaba construir su sede. Medía 559 metros y 35 decímetros, pagando por él 12.865,05 pesetas.
Hermanos de La Salle (Fedac)

El 25 de septiembre la Inspección de los Establecimientos de Enseñanza no Estatal, informaba de la solicitud de autorización realizada por Víctor Castaño Álvarez, maestro de primera enseñanza elemental, para la apertura en Arucas de un colegio de enseñanza primaria de niños, concediendo un plazo de quince días para reclamaciones.

El certificado expedido por el alcalde de Arucas nos descubre quien es el solicitante: «… que Don Víctor Castaño Álvarez, en Religión Hermano Teodomiro, Director de las Escuelas Cristianas de aquella ciudad, de treinta y un años de edad, natural de Siguñuela, provincia de Valladolid, es sujeto de intachable conducta y reside en aquella población» y su cualificación había sido concedida por la Escuela Normal de Maestros de Santander.

El cuadro de enseñanzas era muy amplio: Religión y Moral, Urbanidad, Lectura y dicción, Caligrafía, Gramática castellana, Geografía y Cosmografía, Historia de Canarias, Idem de España, Idem universal, Aritmética y álgebra, Geometría, Cálculos mercantiles, Contabilidad y Teneduría de Libros, y Nociones de Ciencias. El autor de los apuntes de la “Historia de Canarias” era el presbítero Juan Francisco González nacido en El Cardonal. La denominación elegida para el centro era “Colegio de San Juan Bautista de la Salle de Arucas”.

El 30 de octubre se celebraba una nueva reunión de la Junta de Construcción del templo, en la que se aceptará formalmente el proyecto del arquitecto Manuel Vega March, y al final de la misma se da lectura a una carta de Manuel Hernández Pérez «excusando su asistencia por motivos de salud y otros extremos sobre los que no recayó acuerdo, por el carácter extraordinario que esta Junta tiene». En el mes de junio anterior el ingeniero naval había renovado su permiso de armas y su tiempo ocioso lo dedicaba a la caza de conejos y palomas.

El párroco Francisco Cárdenes Herrera nunca ocultó sus preferencias en la elección del mecenas, ni los boatos y “adulamientos” a Francisco Gourié Marrero, pues la obra que iba a emprenderse precisaba de mucho músculo financiero, más aún cuando el diseño del arquitecto catalán Vega March era un capricho del gótico tardío, especialmente florido o flamígero por su exceso decorativo con elementos vegetales tallados en la piedra, para cuya construcción se precisaba lo que se tenía y lo que no se tenía, aunque se limitara el presupuesto inicialmente este quedó totalmente desbordado pese al reducido tamaño del solar.


Detalle fotográfico Carretera Arucas-Teror (Fedac)
Después del fallecimiento de Rafael Ponce Armas, los “leoninos” responsables del “Liceo Casino”, verdadera sede del partido donde se forjaban los jóvenes correligionarios organizando bailes y actos culturales en un claro ejercicio de proselitismo, se habían olvidado de pagar las cuotas fiscales de casino por 72 y 24 pesetas, apareciendo entre los deudores de Hacienda que declaraba fallidos por incobrables en el mes de octubre.

A finales de noviembre Obras Públicas convocaba para el 28 de diciembre el concurso de adjudicación de las obras de construcción de la carretera de Arucas a Teror por el Palmar. Las obras que deberían comenzar en febrero de 1909 deberían terminar en el plazo de 3 años, y establecía un coste más por anualidad de 60.207,02 pesetas.

Terminando el año malas noticias se tienen de las inversiones que con capitales vascos se iban a realizar en los temas de electricidad y en el llamado Tren del Norte, cuando se conoce que las posiciones enfrentadas entre Santomé y Picavea en cuanto al concurso para las aguas de Tenerife, en la traída y canalización de las aguas de Roque Negro, parecen estar en que el primero prefiere la adjudicación directa sin concurso por el Ayuntamiento y el segundo prefiere la adjudicación por concurso.

Esta aparente pequeña diferencia, terminará por “espantar” a Rafael Picavea Leguía, que por su convicción política no quiere arriesgar capitales en operaciones que pueden tener “mala prensa” por su adjudicación directa, sin olvidar tampoco que la concesión del “Ferrocarril de Gran Canaria” había sido otorgada por el ministerio de Fomento a Francisco Santomé Andrade que no disponía de los siete millones y medio de pesetas necesarios para la primera fase.

Tampoco agradaría a los inversores grancanarios verse solos con Francisco Santomé, además de la presencia en el proyecto de Tomás Miller Wilson, por considerarlo competitivo a sus intereses o por la sumisión a la actividad portuaria del mismo. Aunque siempre prestó su incondicional apoyo a la benéfica política de Fernando de León y Castillo para las islas que auspició el poder local, el negocio naviero de la familia había sido el cabotaje con la Cuba azucarera, competidor de los azucareros locales. De otra parte, la guerra comercial por las concesiones a las carboneras en el puerto había fracturado de alguna forma las relaciones en la burguesía comercial. Se respetaban las históricas buenas relaciones familiares, pero, sobre todo, se salvaguardaban los intereses de los negocios de cada familia.
Hacienda de Las Hoyas (Fedac)
El poder local que se había reunido en Las Hoyas el año anterior con los representantes de la anónima compañía Anglo Vasca, posiblemente lamentó la retirada del financiero vasco Picavea para el proyectado ferrocarril. No parece alejado que meditaran que la especial orografía del Norte de la isla demandaría mucha obra civil en la construcción de las vías, y que el coste de la opción de su construcción paralela a las carreteras iba a ser superior a lo presupuestado. Estaba acreditado que el equipo de Santomé tenía experiencia en temas de aguas. Pero de ferrocarriles para salvar las famosas "cuestas" de la isla quien sabía era Rafael Picavea.

Se estaba alejando una oportunidad histórica de que el Norte de la isla dispusiera de un transporte colectivo de personas y mercancías, que tanto ayer como hoy, hubiera dispensado enormes ventajas comparativas en consumo de combustible e impacto ambiental, sin despreciar las horas invertidas en los desplazamientos por carretera. Muchos eran los interrogantes sin respuesta y los apoyos económicos eran probablemente inexistentes. Tampoco se esperaba nada de la inversión pública a la que se le echó de menos en la construcción de las presas de la Heredad de Aguas.


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