lunes, 11 de mayo de 2015

1906 El proyecto de alumbrado, el intento de los yanquis por dominar el plátano, el miedo de Alfonso XIII a un atentado, las desavenencias con el proyecto de construcción del templo, la manifestación por la división provincial y el tren del norte.

La ciudad recibe el año ilusionada con la amplia información que sobre el proyecto de alumbrado eléctrico de la “Compañía Canario Bilbaína” aporta la revista del órgano de las Cámaras de la Provincia, en su edición del 3 de  enero, a través de las declaraciones del capitán Luis León Núñez que realizara las pruebas en las fiestas patronales de Arucas del año anterior.

Iglesia antigua (Fedac)
Después de sus conversaciones con la compañía de industrias eléctricas del «acaudalado y activo industrial D. Rafael Picavea», dice haber recogido las mejores impresiones para «la implantación en esta isla de un grandioso centro de distribución de energía» desechándose  el inicial proyecto  de «formación de pequeñas y múltiples empresas para establecer alumbrado eléctrico en las principales poblaciones», vinculadas a los proyectos «para el establecimiento del ferrocarril del Norte y tranvía del Sur, que han de suministrar al Puerto de la Luz la abundante savia que exije la exportación de frutos, y al pueblo de esta isla la facilidad y rapidez en las comunicaciones».

El nuevo proyecto contemplaba «instalar una gran central eléctrica movida por potentes motores de los tipos más económicos, para producir suficiente energía con que dotar á toda la Isla del fluido eléctrico necesario para el alumbrado público y particular en las poblaciones que lo deseen, aún en aquellas que por su pequeñez parecían excluidas de éstos benéficos; distribuir fuerza motriz á todo el que lo solicite para accionar bombas, y demás máquinas dedicadas á explotaciones de aguas ó industrias diversas, y finalmente, adoptar como principal objetivo de la empresa, el de llevar á cabo, con la mayor rapidez posible el tendido de las líneas férreas antes citadas, que serán objeto de un estudio especial, proveyéndose de la potencia necesaria para la tracción de la central única».

Concretaba después que se había considerado conveniente que la central se instalara en Teror «elegido por ser punto céntrico y el mas propio económica y técnicamente para instalar la fábrica generadora», y en relación con los costes de instalación del tendido tras la experiencia tenida en Arucas, manifestaba «hacer las instalaciones gratuitamente, quedando por consiguiente de su propiedad, y no reincidir en los contratos á tanto alzado, que si son contraproducentes para el fabricante que tiene que confiar en la buena fé del consumidor, resultan para este, cuando obra lealmente, en estremo dispendiosos y hasta perjudiciales, efecto que vengo observando en Arucas durante los meses que ha funcionado la instalación provisional, que si no dio lugar á quejas por la calidad, las ocasionó y reiteradas por el precio. El contador será, pues, un aparato de imprescindible necesidad para todos los abonados, y estos dentro de sus fuerzas, podrán hacer el consumo que les parezca mejor».

Y en cuanto a la amplitud y capacidad de la central dijo que llegaría «No solo las ciudades de Las Palmas, Arucas, Telde, Guia y Galdar, podrán, ya, disfrutar de tal beneficio, sino que, villas como Teror, San Lorenzo, San Mateo, Santa Brígida, Moya, Valsequillo etc. etc., tendrán, sin necesidad de hacer desembolsos y solo por su propia voluntad, energía abundante para sus motores y alumbrado electrizo, cuando !o desean».

Rafael Picavea
Se alejaba para algunos leoninos inversores aruquenses la posibilidad de participar en el negocio de la electricidad a través de las pequeñas compañías locales, más aún cuando el capitán despejó toda duda sobre la capacidad inversora de Rafael Picavea Leguía, cuando añadió «bastara que entre otras muchas, cite algunas de las empresas que tiene á su cargo, aparte de ser ya conocidísimo en los centros industriales, por el nombre que le dio la constitución de la Sociedad Alhemeyer de que fué gerente y es principal accionista. Hoy en día, posee en su mayor parte la Hidro-electrica Franco-Española, que utilizando potentes saltos de agua en los Pirineos suministra alumbrado y fuerza motriz á más de 60 pueblos de ambas naciones limítrofes, entre ellos algunos de la importancia de Irun y Bayona y abarcados todos en una transmisión eléctrica de cerca de 200 kilómetros de línea. Posee también el Señor Picavea, los montes de Articutza en Guipúzcoa, esplotándolos la compañía Forestal Española que él preside, y á la inauguración del último trozo de una vía férrea de 30 Km. de longitud que para esta explotación ha construido, (...) la locomotora que condujo á Rentería el primer cargamento de carbón y traviesas que producen los innumerables y corpulentos robles y hayas que en intrincada especies engalanan las 3700 hectáreas que entran en la explotación. Es además fundador de la "Papelera Española" trust de industriales que constituyen hoy una fuerza omnipotente en los mercados, y dispone de importantísimas fábricas en actividad, y en fin, entre los financieros, es de sobra conocido, para que yo continúe haciendo lo que parece una biografía de la persona que tomará á su cargo lo que podríamos para instalar la fábrica generadora».

Lo que para muchos de los que suscribieron aquel telegrama del pasado año de felicitación al profesor José Echegaray Eizaguirre era una gran noticia, a otros, unos pocos, no les agradaría mucho se les privara de participar de un gran negocio, de seguir lucrándose, más aún cuando ya estaban asumiendo la generación de electricidad para su industria azucarera y que podía permitir su diversificación por la distribución y venta a particulares.

En este mismo mes de enero, el alcalde accidental Domingo Barbosa Quesada contestaba al Obispado que había preguntado si existían solares públicos disponibles para la construcción del nuevo templo parroquial trasladando «… que no dispone de ningún sitio aparente al efecto», consulta que nos permite conocer que no estaba decidido aún el lugar donde se construiría el nuevo templo.

Arucas celebró la fiesta de san Sebastián, sacando en procesión al santo acompañado de las imágenes de san Blas y san Antonio. La tradicional verbena de la víspera en la calle Pedro Marichal fue sustituida por un paseo musical en el plaza de san Juan, y los actos más concurridos fueron las grandes peleas de carneros y los juegos de cintas a caballo que tuvieron lugar el domingo siguiente. En aquellos días el Estado anunció la subasta pública del establecimiento y explotación de una red telefónica urbana en Arucas.

Cuando la suscripción pública para la construcción del nuevo templo parroquial alcanzaba la cantidad de 40.000 pesetas, muchos parroquianos decidieron contribuir con la entrega de una cantidad mensual, la Heredad de Aguas presidida por Pedro Castellano Ponce adopta el acuerdo de hacer un donativo de 30.000 pesetas en su junta del mes de enero.

El 9 de febrero se celebra en Las Palmas una asamblea regional de la juventud republicana, a la que asistía por primera vez una representación de Arucas, y a la que acudieron representantes de Fuerteventura y La Palma, además de los anfitriones organizadores. Fue muy advertida la asistencia de una representación de Arucas, dado que era la primera organización municipal que lo hacía, más aún cuando el candidato republicano a Cortes no había obtenido ningún voto en las mesas de Arucas, donde ya contaba con un órgano de difusión "La Voz de Arucas", testimoniando así la denuncia del "pucherazo" leonino pues en el censo de electores habían correligionarios conocidos cuyo voto fue sustituido. Su presencia fue entendida como una señal reivindicativa.

Ese mismo mes se reúnen en Arucas «los señores que componen la Junta para ejecutar el proyectado edificio destinado á Teatro y Circo de gallos. En todos los concurrentes reinó el mayor entusiasmo, acordándose empezar las obras del nuevo edificio la próxima semana. El presupuesto de la obra es el de 90.000 pesetas». El conocido como Teatro Nuevo comenzaba así su obra con el proyecto de estructura de hierro del ingeniero militar José Ángel Rodrigo Vallabriga.  

Anunciada la posible visita del Rey Alfonso XIII a las islas, no pierde la ocasión el periódico "La Mañana" de criticar el programa que se hizo cuando la visita del ministro de Marina Cobián del año anterior, donde se eligieron lugares como Arucas que obedecían a intereses particulares y no generales. Le replica el leonino “Diario de Las Palmas” y al reproducir lo replicado descubre la verdad de aquella visita que tanto sugirió el órgano de difusión leonino al ayuntamiento.

« ... Pero antes de cerrarla, hemos de comentar por encima algunas de sus palabras. Ha dicho ese periódico, después de mucho disparatar, refiriendose al viaje del ex-Ministro de Marina Sr. Cobián, "que el viaje á Arúcas fué un número de propaganda azucarera" y que se realizo la excursión á Gando "el desierto de Canarias para que el ministro compusiese sin duda alguna elegía á la naturaleza, porque allí no hay gente, ni planta, ni nada que revele vida. Fué una expedición trasnochada y ridícula". Respecto al viaje á Arúcas, convínose entonces en que el Ministro visitase el interior de la isla, que este fué también su deseo, y por eso se le llevó á Santa Brígida y á Arúcas, defiriendo á la invitación de esta industriosa ciudad, la cual, diga lo que quiera "La Mañana", no es ningún desierto, y allí hay naturaleza, y plantas, y gente trabajadora, y por todas partes "el canto hermoso de la vida suena". Con este viaje estuvo en un principio conforme "La Mañana", cuando creyó que el ministro bajaría hasta la Costa del Bañadero á ver la máquina de Quintanilla. Y tan estaba el colega conforme, que el Ministro pensó ir, y si no fué, debióse á la premura con que realizó el viaje, pues embarcó la misma noche con toda urgencia ...».

No recoge nada el “Diario de Las Palmas” en su alegato de defensa, que el ministro de Marina además de visitar la azucarera, tuvo un ameno y relajado banquete en Arucas, con discursos, a los que dedicó tiempo más que suficiente, tiempo que pudo haberse empleado en visitar la Costa del Bañadero para conocer del lugar declarado como puerto de interés público, ni de los pozos de agua que podían suministrar a la marina mercante que se avituallaba en el Puerto de La Luz, tan necesitado en aquel entonces del preciado líquido, cuestión que era de interés para sus competencias ministeriales. Ni reparó tampoco en que su hermana se incorporó al Colegio de la congregación a la que pertenecía.

El auge del cultivo del plátano en las islas comenzaba a ser conocido por los grandes inversores norteamericanos y cosechadores de la "banana antillana", cuyos frutos obtenidos en grande plantaciones de forma intensiva eran exportados a Europa. Aun cuando los volúmenes de producción canaria eran relativamente pequeños, la mejor calidad de la fruta era un hecho diferencial en los mercados europeos que podía motivar una pérdida comparativa del producto antillano. La intrusión progresiva del plátano canario debió preocupar en aquel tiempo a los cosecheros norteamericanos que en el mes de marzo desplazaron a la isla a un representante, Juan Vernetta Grech, con el fin de contratar  con los propietarios y cosecheros grancanarios la compra con pago al contado de unos «doce mil racimos cada semana, desde seis manos en adelante, y otra cantidad parecida en Tenerife, con destino al mercado de los Estados Unidos».
 
Plantación banana antillana
Arucas fue el lugar elegido para celebrar una reunión con los cosecheros y exportadores del norte grancanario el día 16, para presentar la deslumbrante y tentadora oferta de máximas facilidades. Se dijo que «El transporte de dichos plátanos, para los Estados Unidos los hará la compañía que se ha formado en la misma forma que se hacen los de Jamaica á las plazas inglesas, cubiertos con mantas, y sin huacales». De alguna manera se estaba fraguando un "dumping" por la empresa mixta, probablemente con posición mayoritaria norteamericana que garantizando la compra masiva de la producción a un precio a la baja establecido por la misma, con el único fin de eliminar la competencia.

A la reunión asistió también Mr. Spada, quien ante los descontentos tuvo que modificar la oferta inicial de precios  para los plátanos con destino al «mercado yanqui», como allí se dijo, que se concretó de la siguiente forma: 0,75 pesetas para los racimos de 6 manos, 1 para los de 7, 2 para los de 8 y 9, 3 para los de 10 y 11, y, 6 para los de 12 o más.

La posición de los cultivadores grancanarios era para las cosechas «de Mayo a Septiembre, en que los precios de nuestros plátanos sufren grandes bajas en los mercados de Inglaterra» y podría ascender a 4.000 racimos, cuestión que pudo ser sensible para los ofertantes norteamericanos.

En los días siguientes los mayores cosecheros se reunieron días después en Las Palmas, en la casa de Adán del Castillo Westerling presidente de la Cámara Agrícola, para seguir tratando de la oferta y formar algunas comisiones que estudiaran más detenidamente los pormenores. Otros como el exportador Luis Ley Arata entendía debiera tomarse el asunto con cierta cautela y «expuso que sería conveniente hacer una buena propaganda para introducir grandes remesas de nuestros frutos en Alemania», proposición que fue acogida con entusiasmo por tratarse de un destino alternativo en las rutas navieras de los ya conocidos Países Bajos, y en la que tenía que trabajarse.

Las singular personalidad del canario de desconfiar de los "cantos de sirena" que llegan por el mar, debió alertar a aquellos primeros cosecheros del plátano que preferían seguir con su artesanal cultivo y sus locales sistemas de exportación a Europa que contaban con la buena colaboración y organización de las compañías anglo-canarias, en las que convergían muchos británicos nacidos en las islas, conocidos de todos. Más aún cuando los precios podrían ser favorables para los grandes cosecheros con racimos de muchas manos, pero muy perjudiciales para los pequeños racimos que obtenían un precio insuficiente. Era una oferta tendente a la concentración de la producción en grandes plantaciones de unos pocos propietarios, imitando el modelo antillano implantado por los "yanquis".

La noticia que la red telefónica de Arucas es adjudicada al hostelero Fermín Castellano Ramos, coincide con el avance del programa de la visita del Rey Alfonso XIII a la isla, ocasión que no pierden los "leoninos" municipales para enmendar las críticas recibidas a cuenta de la visita del ministro Cobián, y el ayuntamiento adopta el acuerdo de «obsequiar á S. M. el Rey si este lo acepta, con un espléndido almuerzo en uno de los jardines de aquella población. La ciudad de Arúcas recibirá al Monarca perfectamente engalanada». Otra acto más que intentaban acaparar para su propaganda los leoninos, acto teatral en el que se apreciará nuevamente la fuerte disputa por el pretendido prestigio social de los eternos socios de la azucarera: «Los Sres. Conde de la Vega Grande, D. Pedro del Castillo, D. Ramón Madan, D. Adán del Castillo y D. Francisco Gourie han ofrecido al Ayuntamiento de Las Palmas cinco mil pesetas cada uno para el recibimiento del Monarca español».

Mientras tanto, seguían dándose auténticas representaciones teatrales en el Viejo Teatro, por pequeños grupos aruquenses o invitando a las compañías que lo hacían en el Teatro Pérez Galdós, como lo fue la compañía dramática riojana de Jiménez-Villagómez, dirigida por Francisco Morano, especializada en las obras de Francisco Calderón de la Barca, cuya obra "El alcalde de Zalamea" contrapone el equilibrio del poder municipal frente al poder estamental. Pudiera ser que algunos jóvenes aruquenses querían ver escenificada en la antigua obra de dos siglos atrás, la propia historia endogámica y “endofóbica” de Arucas, a través del ultraje de la hija de Pedro Crespo por el noble capitán Álvaro de Ataide, alojado en la casa del rico labrador y alcalde, quien para reparar su honor la ofrece en matrimonio con buena dote, siendo rechazada por el "noble capitán" por ser "villana".

La escasa capacidad económica de los republicanos editores del semanario “La voz de Arucas”, aconsejaría su conversión en el nuevo periódico “La tribuna popular”, cambiando su periodicidad bisemanal a dos ejemplares cada mes. Se hacía difícil la captación de suscriptores que garantizaran su estabilidad en los ingresos en un bienio donde eran muchas cabeceras las que compartían el potencial público lector, años en los que el espectro de la izquierda política se compartía entre los tipificados como políticos, republicanos y radicales, los obreros y los satíricos. Entre los primeros, de los editados por los republicanosEl tribuno, semanario republicano-federal” en Gran Canaria y “El Progreso, diario republicano” en Tenerife acaparaban la primacía. En Gran Canaria le acompañaban testimonialmente los mencionados de Arucas y “La Revolución” en Telde.

Al margen de sus problemas de subsistencia económica, el periódico aruquense tendría algunos problemas jurídico-penales con el gobierno civil derivados de los artículos publicados, y en particular de las opiniones en él vertidas por el escritor republicano grancanario Juan Santana Padilla, también secretario de la logia masónica La Afortunada, quien defendía a ultranza la autonomía total para las islas, económica, administrativa y política, si bien se oponía al "partido regionalista" entendiendo que estos se inmolaban al perder su esencia cuando sus mandos accedían al poder.

Fue autor de un artículo sobre el regionalismo canario que constituía una síntesis de sus ideas avanzadas que consideraba "la federación universal como superadora de todas las injusticias sociales". Entre sus párrafos más destacados, la descripción que hacía del momento que entonces atravesaban las islas:

«Las Canarias serán feudatarias de capitalistas extranjeros y de caciques españoles y los canarios esclavos serviles de unos y otros. La fisonomía del país isleño va para desaparecida contribuyendo á ello la acción criminal de un individualismo que no tiene nombre».

Su propuesta de futuro es de por sí un ejercicio de premonición de los tiempos que actualmente vivimos y padecemos, descontando los cambios operados en los sectores de producción:

«La cuestión económica en Canarias no tiene solución dentro de las leyes generales del Estado español. Económicamente no vivimos con España. Nuestros intereses están unidos a los de las grandes potencias comerciales y de la mayor intimidad de relaciones con todos los centros mercantiles de Europa, América y Africa depende el porvenir del comercio y de sus fuentes de producción: la agricultura y la industria. La administración pública está en abierta hostilidad con nuestros intereses por su mecanismo, su obligada dependencia de la Metrópoli y los vicios nacionales tan prolijamente difundidos.»

Terminando con su sentencia: «El capitalismo extranjero y el centralismo español han muerto en Canarias el espíritu regional, cuando, precisamente, comenzábamos a jugar un papel importante en las potencias y cuando convencidos de nuestra significación en el mundo mercantil y de nuestra importancia marítima, pudimos haber aprovechado la solicitud por parte de los extranjeros, para asentar sobre un vigoroso espíritu de independencia la personalidad política del archipiélago. ¡Hemos sido cándidos ante el extranjero y demasiado dóciles ante la dominación caciquil y perniciosa de España».

Alfonso XIII (Fedac)
El “Diario de Las Palmas” en su edición del 23 de marzo ya anticipaba un borrador del programa de festejos que se había preparado para la visita del Rey a la isla, incluyendo tan sólo dos desplazamientos al interior de la isla. El primero, el tercer día, una gira organizada por el "comercio" isleño a Santa Brígida consistente en «paseo hasta las Vegas, lunch y tiro de de pichón» y el otro a Arucas, el cuarto y último día de la visita Real, después de la primera piedra de la parroquia del puerto de La Luz, «Gira á la ciudad de Arucas y almuerzo ofrecido por aquel Ayuntamiento», regresando a Las Palmas a partir de las cuatro de la tarde para acudir al Garden Party ofrecido  por la colonia inglesa en los jardines de Santa Catalina.

Ese mismo día el conservador periódico tinerfeño “El Tiempo” en su primera plana incluye una Salutación de recepción al Rey Alfonso XIII a su llegada a Tenerife, que entre otros párrafos recoge su mejor deseo «Quisiéramos en estos momentos gloriosos desplegar todas las galas de una frase brillante y seductora para saludar con toda ella al bizarro Soberano que arriba á nuestras playas, mecido por todas las blandas auras que vivifican el espíritu y halagado con el sincero y frenético aplauso da todos los honrados habitantes de las antiguas afortunadas» y su pensamiento absolutista «Nuestro Monarca excelso, imitando la piedad de Fernando III y siguiendo la huella de su malogrado padre erige catedrales y hace levantar templos al arte, á la ciencia y á la industria».

En su segunda página, junto al texto del telegrama remitido por el Ministro de Marina al Gobernador Civil en relación con la visita del monarca, publica un pequeño suelto que pudo asustar a los consejeros y escoltas Reales «Por el Juzgado de instrucción de Las Palmas se ha dictado auto de prisión con fianza contra nuestro compañero en la prensa D. Juan Santana Padilla, por un artículo publicado en “La Voz de Arucas”».

Tres días después, cuando el leonino “Diario de Las Palmas” anuncia el acuerdo del ayuntamiento de Arucas «El Ayuntamiento de Arúcas ha acordado contribuir con la cantidad de 3.000 pesetas, por lo menos, cada año, para la reedificación de la Iglesia parroquial» e informa que «Hoy ha marchado á la ciudad de Arúcas el Sr. Delegado del Gobierno en este Distrito. Dicho viaje está relacionado con la próxima visita del Rey á aquella ciudad», confirma el programa de la visita real que incluye para la cuarta jornada en la isla «A las 10 gira á Arúcas, donde el Ayuntamiento de aquella población ofrecerá al Rey un almuerzo».
 
Llegada de Alfonso XIII al Puerto de La Luz (Fedac)
Dos días después, el 29 de marzo, el mismo periódico se hace eco de una sensacional noticia dada por el grancanario periódico obrero “La Mañana” que luchaba por las reformas sociales, y no quiso formar parte de la comisión de los festejos a la que fueron invitados «El periódico "La Mañana" dice hoy que se había dicho que el Rey no iría á Arúcas, y no sabemos de donde habrá sacado aquel periódico esa noticia que por ninguna parte ha circulado. Es un decir de “La Mañana” y una invención caprichosa suya, por que á nosotros nos consta que S.M. ha expresado mucha complacencia en visitar aquella ciudad y sabemos que en la misma se le preparan agasajos y un recibimiento tan entusiasta como cariñoso».

Al día siguiente “Diario de Las Palmas” difunde el programa en el que aparece para la cuarta jornada de la visita real, con sensibles variaciones al caerse por sorpresa la primera piedra de la parroquia barrio obrero del puerto de La Luz y el almuerzo en Arucas «Día 2 de Abril.- A las 7 1/2 de la mañana gira á Arucas. A la una regreso á bordo».

Realizada la gira a Santa Brígida y pasado el día anunciado para la visita real a Arucas que no se llevó a cabo, el “Diario de Las Palmas” lo justificó así «La mañana de ayer la dedicó el Monarca á visitar los buques de guerra extranjeros anclados en este puerto. El tiroteo de salvas de ayer fué incesante. Por esta causa manifestó el Monarca que no tenía tiempo de aceptar, como era su deseo, la gira á la ciudad de Arúcas. (...) A la una de ayer obsequió el Rey con un banquete abordo del Alfonso XII á las autoridades y jefes de cuerpos de la plaza».
 
Desfile de Alfonso XIII a su paso por el Gobierno Militar (Fedac)
No dudamos que entre las autoridades invitadas a tal almuerzo estuvieron aquellos que aportaron sus dineros al Ayuntamiento de Las Palmas para sufragar los festejos por la visita real, entre ellos Ramón Mádan Uriondo y Francisco Gourié Marrero. En Arucas se quedaron sin el almuerzo real todos los miembros de su corporación municipal; el alcalde Domingo Barbosa Quesada y los concejales Sinforoso Ferrera Batista, Carlos Medina Batista, Antonio Quintana Medina, Demetrio Granado Marrero, Antonio Castellano Pérez, Gumersindo Quevedo Martin, Juan Marrero Marrero, Rafael M. Suarez Suarez, Cipriano Hernández Armas, Juan M. Martin Rodríguez, Vicente Gonzalez Suarez, José Suarez Suarez y Norberto Henriquez Hernández.

Tanto La Isleta como Arucas habían sido declarados territorios hostiles y entre sus concejales se encontraban algunos favorables al federalismo republicano que de alguna forma “estaban hostigando a las gentes pacíficas”. En el caso de Arucas cabe presuponer que el hecho más significativo para tal valoración lo fue la publicación del artículo de Juan Santana Padilla en “La Voz de Arucas”» y la presencia de un Círculo Republicano con “bandera tricolor”.

Pocos días después fue comentado en la prensa tinerfeña el disgusto que se llevaron los leoninos aruquenses que habían asumido una enorme inversión económica para engalanar la ciudad «Dícese que en Arucas se habían hecho gastos por más de 20.000 pesetas para recibir al rey, causando mal efecto en aquella ciudad que al fin no se efectuara la visita anunciada». En las calles se construyeron arcos florales y la decepción causó impresión grandísima en el vecindario. Al final no se conoció si la decisión real lo fue por temor a su seguridad alertado de la presencia de republicanos, o se utilizó tal argumento para desistir de la visita caprichosamente. A modo de reparación, a  los pocos días se produce una visita para justificar de alguna manera la decisión real cuando «Acompañado del diputado á Cortes por esta Circunscripción ha marchado hoy á la ciudad de Arúcas el Gobernador Civil de esta provincia Sr. Ledesma, al cual cumplimentó anoche una comisión de este Excmo. Ayuntamiento».

Quien de alguna manera no se sintió decepcionado, ni perjudicado en sus intereses por los que velaba sin depender de visitas regias, fue uno de los concejales de Cruz de Pineda no adscrito al grupo leonino «El vecino de Arucas D. José Suarez y Suarez, gerente de la Sociedad "Frutera Hespérides", solicitó permiso para instalar una red telefónica que enlace su casa de dicho pueblo con su almacén del Puerto de la Luz».

Atrás quedaba el fracasado almuerzo con el Rey con el que iniciaban el mes de abril, y casualmente en aquellos tiempos en que la Frutera Hespérides iniciaba el transporte por mar desde el nuevo puerto de Sardina de Gáldar al puerto de La Luz para su exportación, algún político leonino debió recordar aquella ya vieja declaración de interés para el puerto de Bañaderos a construir en el fondeadero de El Portillo junto a las tierras de la familia Gourié, anotada como éxito por el abogado aruquense Tomás García Guerra, que moviendo algunos amigos en las metrópolis logró una nueva declaración de intenciones por parte del ministro de Fomento Rafael Gasset Chinchilla, aunque ella no fuera lo prometido y rebajó la importancia estratégica de tal obra, al incluirlo en el plan general para las islas, dado «se construirán en Canarias diez ó doce desembarcaderos, entre ellos uno en los Bañaderos, de Arucas», salvando así por el momento los compromisos políticos de los leoninos aruquenses.

Como testimoniara el metropolitano “Diario Universal”, no trascendió que la anulación de la visita real a Arucas lo fuera por el desproporcionado miedo que pudo trasladar la existencia de un Círculo Republicano, con bandera tricolor, que editaba un periódico “La Voz de Arucas” que difundía artículos de tintes “independistas” del detenido Juan Santana Padilla. La excusa formal fue el cansancio real «De las dos excursiones que figuraban en el programa de Las Palmas, impidieron entre el cansancio de tanto trajín y el apremio del tiempo hacer la que había en proyecto para Arucas, la ciudad más rica quizás de toda la isla; pero pudimos llegar hasta Santa Brígida y San Mateo seguidos de más de 70 carruajes, escoltados por jinetes del país, presenciando un recibimiento caluroso, entusiasta. La noche que precedió á esta excursión fué la única en que las reales personas, alterando la costumbre inflexiblemente seguida, durmieron en tierra en el palacio episcopal, espléndidamente preparado por las señoras de Las Palmas».

Alfonso XIII y su entorno tenían entonces la convicción que se preparaba un atentado cuya autoría pudiera proceder de los republicanos y anarquistas, lo que motivaba extremar las precauciones, entre ellas dormir en el buque de guerra y abstenerse de visitar lugares presuntamente conflictivos como fue catalogada Arucas. El 31 de mayo de ese año 1906, día de su boda con Victoria Eugenia de Battenberg y poco después de la visita a Canarias, cuando la carroza de los Reyes se dirigía al Palacio Real, el anarquista Mateo Morral Roca tiró una bomba camuflada en un ramo de flores desde el balcón de la pensión donde se alojaba en la calle Mayor de Madrid, que al desviarse cayó sobre la multitud ocasionando veinticinco muertos y un centenar de heridos, si bien los reyes resultaron ilesos.

No hacía distingos entre anarquistas y republicanos, a los que asociaba por su atribuida condición de ateos, por lo que llegó a decir en una visita ante el Papa Pío XI “que no reconocía otros españoles que los católicos”, cuestión que marcó su reinado y que contrasta con el perfil que algunos autores han querido dibujar como hombre de talante liberal, carente de cualquier tipo de puritanismo y con un sentido de la moral bastante abierto.


Después que el pasado año fuera nombrado Capellán de Montaña Cardones el coadjutor de Arucas Juan Francisco González, ya preparaban sus vecinos las fiestas en honor de san Isidro, con fuegos artificiales, función religiosa, procesión, música, carrera de burros, feria de ganados, juegos de cintas y cucañas. Los festejos de san Juan incluían en su programa algunas curiosidades: a las 12 de la mañana de la víspera se izaba en el edificio Consistorial la bandera nacional, circunstancia que trataba de dejar constancia de sus principios monárquicos y despejar toda duda ante la ondeada tricolor del Círculo Republicano. Y además de los típicos actos religiosos y cívicos como verbenas musicales, feria de ganado y otros concursos, para la tarde del día mayor de la fiesta se anunció que «la naciente y entusiasta Sociedad Nueva Casino abrirá por vez primera sus elegantes salones en el que tendrá lugar un baile de etiqueta», y para el siguiente día por la mañana el «reparto de pan á los pobres por cuenta del Ayuntamiento». Estas últimas eran las cuidadas acciones de los leoninos para mejorar su imagen pública: promoviendo la Sociedad Nuevo Casino para contrarrestar la aparición del ya nombrado nuevo Círculo Republicano, y la segunda, acreditando su altruismo ante la crítica habida al fallido suntuoso almuerzo al Rey en los jardines de Gourié, cuando muchos pobres no tenían que llevarse a la boca.

Pero no todo fueron alegrías y propaganda política, dado que lamentaron en ese mes de junio la muerte del ex-­alcalde Manuel del Toro Sánchez, padre de Domingo y Manuel del Toro González, quienes también habían sido regidores municipales; e inesperadamente, la del joven Ezequiel Hernández Reyes, quien años atrás se encargaba de organizar los bailes en El Liceo, hijo del secretario municipal Ezequiel Hernández Rojas que fuera el valedor y gran “fiel de fechos” de los leoninos durante una treintena de años.

También el barrio de los Bañaderos organizó sus fiestas en honor de san Pedro con mucha animación y concurrencia, amenizando la banda de música de Arucas muchos bailes populares.

Terminadas las fiestas, la Junta de la Heredad complementaba su acuerdo anterior relativo a la donación para el nuevo templo parroquial, y donar otras 30.000 pesetas para el Asilo de Niños. Hay que destacar que la propuesta de la Junta del 1º de julio de apoyar «la construcción de un Asilo-Hospital, donde se pudieran albergar obreros imposibilitados para el trabajo, así como también acoger a los niños cuyas madres tienen que abandonarlos durante las horas del día para poder ganar el sustento para ellos» la realiza el heredero José Suárez Suárez, presidente de Frutera Hespérides, que tuvo el apoyo del también heredero Ramón Mádan Uriondo, quien dijo estar dispuesto a donar cualquiera de los sitios que tiene en Arucas.

De la propuesta y apoyo a este acuerdo parece desprenderse algunas convergencias que no deben pasarnos desapercibidas. Por un lado José Suárez Suárez rescata el proyecto de su antepasado Antonio Guerra Rodríguez de 1902, utilizando argumentos textuales recogidos del artículo de Francisco González Diaz de 1904, primo político de Ramón Mádan Uriondo, que confluyen en el momento en que renace el proyecto del nuevo templo parroquial, quien además discrepaba del lugar donde debía edificarse el nuevo templo y no se encontraba entre los miembros de la nueva Junta de Construcción del mismo.  

El párroco Francisco Cárdenes Herrera que tres años antes había negociado con el alcalde Manuel del Toro González la convocatoria de una nueva Junta de Construcción del Templo, bajo la presidencia de Francisco Gourié Marrero, ya había madurado sus consultas con distintos vecinos para definir los restantes miembros que la compondría.

Párroco Cárdenes (Parroquia Arucas)
Fue así como el 22 de julio convocó la sesión inaugural, produciéndose el cambio importante pactado cuando se había ofrecido la presidencia a Francisco Gourié Marrero, incorporándose como Vicepresidente el ingeniero naval Manuel Hernández Pérez, sobrino del fallecido presbítero Pedro Regalado Hernández Armas, que asumía la presidencia del Concurso de Proyectos. La componen además Blas Rosales Batista como Tesorero, Juan Manuel Martín Rodríguez Barbosa (concejal) como Secretario Primero, Francisco Marrero Yáñez (juez municipal) como Secretario Segundo, y los siguientes vocales: el párroco Francisco Cárdenes Herrera, Norberto Henríquez Hernández (concejal), Sinforoso Ferrera Batista (concejal), Antonio Codorniú Rodríguez (farmacéutico), Adrián Martín Suárez (Secretario de la Heredad de Aguas), Antonio del Toro López, Domingo Barbosa Quesada (alcalde), José Suárez Suárez (concejal y Presidente de la “Frutera Hespérides”), además de los presbíteros Juan Francisco González, Ramón Cirera Cardó y José Espino Moreno, si bien parece eran meros “libre oyentes”. A estos se unió en la siguiente reunión como vocal Antonio Rodríguez Uribe.

Podría entenderse que la sustitución de Rafael Ponce Armas líder local de los leoninos que estuvo al frente de la última Junta de Construcción era consecuencia de su avanzada edad, dado que es suegro del alcalde Domingo Barbosa Quesada, pero posiblemente lo decisivo fue la estrategia seguida por el párroco de situar a Francisco Gourié Marrero por abrazar el árbol que más “sombra” económica proyecta después de la experiencia que la parroquia tuvo con su padre Alfonso Gourié Álvarez-Conde como mecenas del piso del antiguo bautisterio, conociendo probablemente su debilidad por tener una mayor proyección social que le permitiera ser reconocido por la sociedad clasista insular y superar su origen “cunero”.


En el tiempo que ha transcurrido hasta nuestros días, muchas cábalas se han vertido en relación con la construcción del nuevo templo parroquial. Unas en relación con la verdadera necesidad de construcción de un nuevo templo lo fue por el mal estado del viejo, pues ya hemos comentado en estos Anales que se realizaron distintas obras de reparación en su fachada principal y techumbre. Otra también, si el suelo del antiguo templo sobre el que se construyó era el apropiado por su tamaño. Igualmente ha sido atribuida la no presencia de Ramón Madan Uriarte en la Junta de Construcción a su interés porque se le comprara para tal proyecto un solar que tenía en El Pedregal, en la falda de la montaña, habiendo quienes apuntaron que se trataba del solar donde luego se construyó la Casa del Niño.

Entender de las verdades históricas se hace muy difícil cuando las actas de la Junta de Construcción y las propias del Ayuntamiento son “oficialistas”, y, no recogen los debates y discusiones que se plantearon ya en el año 1906. Pero  aún así, ocultándose deliberadamente los mismos, hay indicios más que suficientes para conocer de ellos, sabiendo leer entre líneas aquello que se ha escrito, para llegar a establecer distintas conjeturas que el proyecto de construcción del nuevo templo sustentaba más la vanidad personal de algunos y la presunción por el “orgullo patrio” de otros clasistas por las apariencias de vivir en la “ciudad” más importante de la isla. Tales conjeturas son:

Había un grupo de ciudadanos “progresistas” que consideraban de necesidad más apremiante la construcción de una Asilo-Hospital, para cuyo fin la Heredad de Aguas aprobó, como ya se ha dicho, una donación de igual importe que para el nuevo templo: 30.000 pesetas. La propuesta estaba avalada por José Suárez Suárez y Ramón Madan Uriarte.

El solar del antiguo templo no se consideraba el apropiado. Este argumento podría estar sustentado a su vez por distintas conjeturas. Dos primeras, una que en sí misma podría dilatar en el tiempo la construcción del nuevo templo, y la segunda, que el estado de ruina del viejo templo no lo era y quedaría habilitado con pequeñas reparaciones. Ambas conducirían a dar prioridad al Asilo-Hospital. La tercera, pudo ser que el tamaño del solar del antiguo templo era pequeño, y por tanto inapropiado. Los indicios nos lo aporta el plano confeccionado por Manuel Hernández Pérez, vicepresidente de la Junta de Construcción que dejó de asistir a la misma y del que comentamos más adelante, o su definición en las bases del concurso, o el telegrama cursado por Ramón Madan Uriondo cuando se publicaron dichas bases. De todo ello damos amplios detalles en su momento cronológico, así como de los vínculos y afinidades que hay entre sus actores.

Aunque la Junta de Construcción del nuevo templo estuvo formada por diecisiete personas, puede aventurarse sin riego a error, que la opinión del Presidente Francisco Gourié Marrero es la que prevalecía en los acuerdos que se tomaban, circunstancia que pudo ser suficiente para que el Vicepresidente Manuel Hernández Pérez se apartara de la misma, como puede desprenderse de algunas frases que contiene la carta que a este último le dirigió Blas Rosales Batista cuando le pedía que no abandonara la Junta.

La gran mayoría de las iglesias o ermitas anteriores al siglo XIX que fueron demolidas obedecieron a la decisión de construir un nuevo templo más grande y de mayor aforo, circunstancias que no se cumplen en el caso de Arucas.


Manuel Hernández Pérez
(cit. Sánchez Rodríguez)
A la decisión de situar en la Presidencia de la Junta de Construcción a Francisco Gourié Marrero, habría que contraponer y destacar que en la composición de la misma la ausencia de Ramón Mádan Uriondo, que pudo ser por decisión propia o porque se conocía la pugna que sostenían ambos por el prestigio social y podría ser ingobernable un “gallinero con dos gallos”.

La presencia del ingeniero naval aruquense que vivía en Cruz de Pineda Manuel Hernández Pérez para supervisar un concurso de proyectos es determinante al fin pretendido por su prestigio profesional como Ingeniero Naval, y es imprescindible dejar constancia que tres años atrás había fallecido su mujer Rosario Suárez Guerra, matrimonio que dio lugar a la saga de los Hernández Suárez de la Cruz de Pineda; por tanto el ingeniero naval era cuñado de los hermanos Suárez Guerra, propietarios de la “Azucarera Nª Sra. del Rosario”. También habría que abundar en que su hermano el ingeniero de caminos Orencio Hernández Pérez estaba casado con Isabel González Díaz, hermana por tanto del escritor y periodista Francisco González Díaz, y por consiguiente igualmente prima de Mª Rosario González Fernández Campo, casada con Ramón Madan Uriondo.

Manuel Hernández Pérez proyectó una alternativa para la construcción del nuevo templo parroquial en el solar que ocupa la plaza de san Juan, ocupando una superficie de 1.350 m2 tras el ensanchamiento de las calles perimetrales para darle mejor perspectiva al templo que quedaba orientado de norte a sur, de forma que el solar que ocupaba el viejo templo parroquial de unos 800 m2 se convertiría en plaza pública. En cuanto a la titularidad del suelo de la plaza de san Juan, no parece existiera mayor problema dado que el mismo perteneció a la parroquia. En las notas del ingeniero naval se decía «La iglesia que se haga en ese sitio resultará mucho más capaz que la actual».
 
Alternativa de Manuel Hernández Pérez (cit. Sánchez Rodríguez)
En los acuerdos adoptados en la primera reunión de la Junta de Construcción, la inaugural de 22 de julio, además de darse cuenta de la donación de la Heredad de Aguas, se comenta de la existencia de un ante-proyecto del ingeniero militar José Ángel Rodrigo Vallabriga, a instancias de anterior presidente de la Junta Rafael Ponce Armas, quien también había realizado el proyecto de hierro del Nuevo Teatro Circo, algunos algunos que lo conocían apuntaban que no era del agrado pues estaba concebido para un solar de mayor tamaño, que comportaría incoar un expediente para la adquisición del resto del suelo, y que ello «daría motivo para que la realización del proyecto fuese aplazado por tiempo indeterminado». Como no existía compromiso con el ingeniero militar, de alguna manera se tiene la voluntad y se acepta negociar con el mismo e invitarlo a que participe en el concurso de proyectos que se quería convocar y para el que se aprueba una Comisión formada por Manuel Hernández Pérez y Francisco Cárdenes Herrera.

No consta que en dicha reunión se tratara la alternativa elaborada por Manuel Hernández Pérez, o al menos no se incluyó tal tema en el acta. Imaginamos que a tal propuesta le hubieran surgido muchos opositores entre los propietarios de las casas del perímetro del parque de san Juan, los mismos que en 1875 pidieron al entonces alcalde Antonio González González que construyera el ayuntamiento en su lado norte. No era lo mismo tener una casa dando a una hermosa y gran plaza, que curiosamente había sido remodelada recientemente por el ingeniero naval Manuel Hernández Pérez quien la dotó de un templete o quiosco para la música, que una casa en una calle perimetral de la iglesia.

Volviendo a los políticos locales, estos no dudaron en asistir al mitin y manifestación por la división provincial organizados el 5 de agosto en el Teatro Circo Cuyás de Las Palmas, y convocado por la Asociación de la Prensa, acordando el ayuntamiento llevar banderas y pancartas alusivas al acto.

Mitin por la División Provincial (Fedac)

El “Diario de Las Palmas” publicó una crónica al día siguiente de la celebración del mitin en la que recogía detalles del acontecimiento y de las distintas intervenciones, las cuales resumimos, añadiendo algunos datos de interés para conocer de los oradores.

 En lugar destacado del acto estuvo Luis Millares Cubas, presidente de la Asociación, flanqueado por dos veteranos luchadores por la división provincial, el retirado coronel de artillería y exdiputado a Cortes Antonio Quintana Llarena y el letrado Rafael Lorenzo García, acompañados de la gran mayoría de los alcaldes de las islas orientales entre los que se encontraba el de Arucas, a los que se sumaban políticos significados como Francisco Manrique de Lara, Felipe Massieu Falcón en representación del presidente del Partido Liberal Canario Dr. Ruano Urquía, José Franchy Roca presidente del Partido Republicano Federal, Carlos Navarro Ruiz del Partido Local Canario, el Conde de la Vega Grande, y otros más entre los que se encontraban también Tomás García Guerra y Francisco Gourié Marrero.

Después de las primeras palabras que dirigió a los convocados Luis Millares Cubas, tomó la palabra el escritor Prudencio Morales Martínez de Escobar quien reiteró su discurso en el Museo Canario, cuando el centenario del Quijote dos años atrás, haciendo un paralelismo entre la lucha de Gran Canaria contra el gigante provincial desde 1858, con una cita muy aclamada «… y el Sr. León y Castillo siguiendo el camino de Sancho, el práctico, el de la realidad, y no el de D. Quijote, sentó esa base con la concesión del puerto de Refugio». Aun cuando Prudencio Morales, fuera tiempos atrás secretario del partido “leonino” y su candidato a Cortes, ya en este tiempo mantenía una posición independiente con respecto al gran “cacique”, del que dio su mejor definición como tal en su libro "La política en mi tierra" publicado ese mismo año: «El Sr. León y Castillo ha querido y ha realizado la política del bloque contra toda oposición. Ayer, con unos servidores por la cuenta que les tuvo, y hoy con otros por la misma razón, no consintió ni consiente que se mueva nadie en el país sin su permiso y sin su beneplácito. El es todo y el país es nada».

El mitin tenía por meta sumar voluntades y como tal se expresó el escritor que al término de su discurso motivó a los «… espectadores que, puestos en pié, por impulso espontáneo, comenzaron á dar grandes vivas á León y Castillo y á la división de provincia». De alguna manera Prudencio Morales vino a condicionar la entrada del siguiente orador Carlos Navarro Ruiz, que en nombre de los “locales”, comenzó manifestando que «Hoy es día de paz, de unión, de fraternidad. Aquí se pliegan en este momento todas las banderas para laborar únicamente por el bien y por el engrandecimiento del país».

 Le siguió el abogado José Romero Quevedo, en representación de los “leoninos”, que después de destacar que el lema del mitin coincide con el de su partido, hace una reseña histórica «… de lo que era Gran Canaria en los años de 1852 al 58 en qua surgió el ideal de la división de la provincia y lo que es hoy en 1906. Dijo que entonces, Gran Canaria, con pocos medios de vida, falta de sólidas bases, era un organismo enteco, y que por esta causa la división de provincia no pudo realizarse y la obra, falta de cimientos, se derrumbó. Mas hoy Gran Canaria, contando con base tan firma como esa puerto de refugio emporio del comercio canario, origen de su progreso actual, véase robustecida, grande y fuerte. La importancia de esa grande obra está en la mente de todos».

Intervino a continuación José Franchy Roca, en nombre de los “republicanos federales”, manifestando lo recogido en «e1 programa federal en lo relacionado con la gobernación de los pueblos». Dijo que él desearía ver implantado en toda España dicho programa, y aun cuando él comprendía que con el régimen actual no podía ser, no había que aspirar á desarrollarlo tampoco en Canarias. No siendo esto posible por tal motivo —añadió— los federales aceptan como un gran paso, aparte de1 bien que este grupo de islas recibe, la división de la provincia, y nadie que aquí haya nacido y tenga conciencia de sus deberes cívicos, puede oponerse á ella ni menos combatirla.

Después habló desde el estrado el periodista y escritor Fernando Inglott Navarro, quien nueve años atrás había publicado el libro titulado "La Capital de la Provincia de Canarias. Historia de un escándalo", que volvió también a recordar su discurso en el Museo Canario con motivo del centenario del Quijote, utilizado por algunos interesados para situarlo falsamente como contrario a la división de la provincia, cuando en el mismo hacía un recorrido histórico de los distintos momentos vividos, y por ello manifestaba con nitidez “pueblo de Las Palmas ha llegado la hora de conquistar vuestros derechos”. Dijo que estudió el asunto de la división de provincia en sus tres períodos siendo el primero allá por los años de 1851 y 58, que calificó de los ideales. El segundo que denominó de las ideas prácticas, comenzando con la concesión del puerto de refugio base del engrandecimiento de Gran Canaria. Con esas bases de piedra y cal —dijo—, echaron los cimientos para nuestra independencia verdadera dentro del Archipiélago, por que esa obra y las concesiones que como consecuencia de ella hánse recabado han traído todo lo demás. El tercer período llamó del derecho por virtud de lo que representaba Gran Canaria hoy. Con esas bases estables, inconmovibles, es como yo quiero la división de provincia en la verdadera acepción de la palabra, no distritos administrativos, á fin de que perduren nuestros justos derechos. Quien me atribuya otra cosa —dijo— ó no me conoce, ó si me conoce me calumnia y yo le perdono.

«Con el discurso del Sr. Inglott había terminado e1 meeting, pero el público aludió al Dr. García Guerra que formaba parte de la mesa, para que hablara. El Sr. García pretextó hallarse enfermo, pero fueron tales las insistencias del público que no tuvo otro remedio que complacerle.

Con palabra fogosa y elocuente patentiza las condiciones en que se halla Gran Canaria hoy respecto de anteriores épocas para reclamar sus derechos; manifestó las grandes dificultades que se ponían en otra isla á todo lo que fuera beneficioso para Gran Canaria; aludió al ensanche de poblado de Las Palmas que todavía no ha podido ser aprobado por dificultades puestas en los centros oficiales de la provincia. No quieren —añadió—que nos ensanchemos hacia el puerto, que es la vida, sino hacia San José, es decir, hacia el Cementerio. La división de provincia nadie que quiera á este país puede combatirla —dijo— y no quiero entrar á hablar de esto. Estoy enfermo y exacervaría mi mal combatiendo á quien combatirla osare. El Doctor García Guerra oyó muchos aplausos al terminar su patriótica improvisación».

En el acto se organizó la manifestación de más de 6.000 personas, que recorrió, abriendo la marcha una banda de música, las calles de Viera y Clavijo, Buenos Aires, Triana, General Bravo, Plaza de Cairasco, calle de Muro, Obispo Codina y Plaza de Santa Ana. Todas las casas de las calles del tránsito lucían colgaduras. Desde que se salió del Circo de Cuyas hasta la plaza de Santa Ana se dieron vivas á la división de provincia. Los balcones y ventanas estaban llenos de gente. El alcalde Ambrosio Hurtado de Mendoza desde el  balcón central de las Casas Consistoriales manifestó que haría llegar hasta el Gobierno las fervientes aspiraciones del grupo oriental de estas islas.


El 12 de agosto tiene lugar la segunda reunión de la Junta de Construcción del templo parroquial en la que el Presidente dio cuenta del escrito recibido del ingeniero militar José Ángel Rodrigo Vallabriga, en la que propone dos opciones para resolver su situación. La primera se fundamentaba en que se le encargara la redacción del proyecto con las rectificaciones pertinentes que estimara la Junta, y la segunda que se le paguen las 2.000 pesetas por su trabajo y concursar, aceptándose esta última oferta encomendándole a dicho ingeniero la realización de distintos trabajos previos para la convocatoria del concurso público.

En la segunda mitad del mes de septiembre son conocidos los “premios” otorgados por el Gobierno del Estado a los alcaldes de los ayuntamientos que se significaron en el programa de la visita de Alfonso XIII a las islas, concediéndose por el Presidente del Consejo de Ministros a Domingo Barbosa Quesada, como alcalde de Arucas,  el título de Comendadores con Placa de la R. O. de Isabel la Católica, al igual que los alcaldes de La Laguna, La Orotava, Santa Cruz de la Palma, Puerto de la Cruz; y de Arrecife.

Un mayor reconocimiento recibieron los alcaldes de Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas, San Sebastián de La Gomera y Puerto de Cabras que fueron distinguidos como Caballeros Gran Cruz de Isabel La Católica los dos primeros, y Caballeros de la R.O. de Isabel la Católica los dos restantes.

De las mismas daba cuenta el periódico republicano “El Progreso”, que significaba así el izado de las banderas monárquicas «Si; ya llegaron las cruces, las encomiendas, las bandas, las placas y demás chirimbolos con que nuestro paternal gobierno ha querido dar á Canarias una prueba de su gran estimación. Por ahora, la remesa no ha sido tan crecida como se esperaba, pero ya es algo para calmar impaciencias y poder vivir tranquilos en esta tierra».

Otras noticias que se daban en ese tiempo buscaban alternativas al transporte de fruta y mercancía al puerto y daba cuenta de ellas “El Progreso” «Los señores representantes de la Compañía Anglo-Vasca regresaron de su expedición á los pueblos del Norte de Gran Canaria muy bien impresionados. Han hecho elogios de la riqueza agrícola de Arúcas, Guía y Gáldar. En Arúcas fueron obsequiados por el Sr. Madan, acompañados de los Sres. Don Adán del Castillo, don Orencio Hernández, Delegado del Gobierno, el Marqués de Guisla, don Francisco Gourié y don Rafael Ponce».

Se buscaba con los mismos promotores de los proyectos de alumbrado público la posibilidad de estudiar un proyecto de ferrocarril en el norte de la isla. La ya referida compañía “Bilbaíno Canariense” que estudiaba los proyectos de alumbrado que en prueba realizó capitán León Núñez, tomaba ahora otra denominación societaria para el proyecto del tranvía al que también está vinculado Francisco Santomé.

Mientras en Arucas avanzaban las obras del Nuevo Teatro que construye la Sociedad Cultura y Progreso donde se unen las calles de Pedro Marichal y de Juan de Dios Martín, frente a la calle Muñoz, el Teatro Viejo continuaba con su programa cultura y desplazaba a Arucas a la compañía de ópera que se encontraba en Las Palmas dando una función de la zarzuela “El Barbero de Sevilla” que fue muy aplaudida y días después se representaron las óperas “Rigoletto” Giuseppe Verdi, “Marina” de Emilio Arrieta y “Los hugonotes” de Giacomo Meyerbeer con igual éxito de público.

En el mes de septiembre, en la casa de Ramón Mádan Uriondo en Las Hoyas, se celebró una importante reunión para hablar del “tren del norte”, en la que estuvieron presentes además del Delegado del Gobierno, potenciales inversores como el mismo anfitrión grancanario, así como su posible anfitrión en Tenerife Luis Van de Walle y Quintana (IV Marqués de Guisla Ghiselín), además de Adán del Castillo Westerling y su mujer María Dolores Manrique de Lara y Bravo de Laguna, Francisco Gourié Marrero y Rafael Ponce de Armas, contando todos con el asesoramiento técnico del ingeniero Orencio Hernández Pérez, autor del proyecto y director de las obras de la Presa del Pinto de la Heredad de Aguas.

Se presentó un proyecto bastante definido por los detalles que del mismo se daban en la prensa «La obra, que es colosal, comprende por ahora los ferrocarriles que una á los pueblos de San Lorenzo, Arúcas, Gáldar, Guía y Agaete con un ramal, terminando el puerto de Sardina, por el norte, y el sur hasta junto al puente de Telde donde está proyectada la estación. Construida esta obra se hará entonces la segunda parte del proyecto para unir á todos los pueblos del norte, del centro y del sur de la isla.

El presupuesto de la primera parte del proyecto con material móvil, está calculado en siete millones y medio de pesetas, y se cree que en dos años puede hallarse terminada estando en condiciones de funcionar los ferrocarriles.

Los ferrocarriles del norte y sur de Gran Canaria partirán del puerto de La Luz donde se levantará una espaciosa estación. Ambos, según el trazado, siguen hacia el pago de Tamaraceite, donde se levantará también una estación, así como en todos los demás pueblos. El del norte sigue hasta el puerto de Sardina atravesando Arúcas, Guía, Gáldar y uniendo á otros pueblos cercanos por líneas transversales.

El ferrocarril de Telde, sigue desde Tamaraceite hacia el sur, atraviesa el Guiniguada por medio de un extenso puente de hierro, continúa hacia arriba hasta Santa Brígida y quizá hasta San Mateo si es factible modificar el proyecto en este punto, desde aquí se dirige á Telde. En este trazado figura un gran viaducto, que es una obra muy costosa y en todo él varios túneles y puentes».

El 23 de septiembre se reúne de nuevo la Junta de Construcción, en la que se trata de los avances técnicos del ingeniero José Ángel Rodrigo Vallabriga para la convocatoria del concurso y se aprobó la concesión de tres premios para el mismo

Después de que a primeros de octubre el ayuntamiento tomó el acuerdo de conceder la jubilación solicitada por el ya “decano” secretario municipal Ezequiel Hernández Rojas, con un haber anual de 1.800 pesetas por los derechos contraídos, y en el mismo pleno municipal se acordó convocar tres plazas de farmacéuticos con un haber anual de 500 pesetas cada una, el “Diario de Las Palmas” se hace eco de la noticia del “Diario de Cádiz”, dando cuenta del regreso de Canarias del Sr. Picavea, noticia relacionada con la reunión que mantuvo en Arucas la “Compañía Anglo-Vasca” celebrada en septiembre y que se ha mantenido con cierta reserva por los asistentes.

«Procedente de Ganarías y de paso para Madrid, se encuentra en ésta el Sr. D. Rafael Picavea, Diputado á Cortes por San Sebastián, propietario del periódico “El Pueblo Vasco”, y personalidad de reconocido nombre y prestigio en el mundo de los negocios. Su viaje reciente obedece á la práctica de estudios para la explotación de grandes proyectos en aquellas islas, para los cuales constituyó el Sr. Picavea un sindicato con capitales vascos e ingleses, y cuya resultante será la formación de sociedad para abordar los proyectos que ya se han aceptado después de prolijos y consumados estudios.

Son esos proyectos uno la perforación por su base del famoso pico de Teide, que según geólogos ingleses y españoles suministrará el agua de que tanta carencia hay en la Isla para el abastecimiento de todas las necesidades de ella. Otro es la implantación del ferrocarril desde Arúcas en todo el Norte de Gran Canaria, y el tercero se refiere á un empréstito para obras públicas importante cuatro millones y medio de pesetas, que realiza el Ayuntamiento de Sta. Cruz, y para el que apronta sus capitales el Sindicato del señor Picavea. Entre otros proyectos que están en gestación para desarrollarlos en las citadas Islas, cuéntase el de un tranvía eléctrico de Orotava á Tacoronte.

(…) al estudio ó iniciativa de estos negocios ha contribuido con su actividad é inteligencia nuestro paisano y antiguo compañero Sr. Santomé, que lleva hechos cinco viajes por el archipiélago canario, donde tanta riqueza, producción y porvenir hay en beneficio de aquella provincia y de la madre patria.

(…) El Sr. Picavea que como ya decimos tiene legítima fama en el mundo financiero es fundador en España y entre otros importantes negocios, de La Papelera Española, Banco de Vizcaya, Compañía Anónima Artiensa para la explotación de bosques, 28 kilómetros de ferrocarril, Sociedad Hidroeléctrica franco española que suministra fluido eléctrico á más de 200 pueblos en Francia y otras muchas».

Rafael Picavea y Leguía nacido en 1867, después de estudiar comercio en Francia e Inglaterra, pasó a trabajar en Bilbao con Federico Echevarría propietario de una importante empresa de laminados industriales, casándose con su hija. Con su suegro fundó las mencionadas empresas, la Cooperativa Eléctrica Donostiarra, Saltos de Agua de Valcarlos y la Sociedad General de Obras de Saneamiento. Después de este año sería Senador por la provincia de Guipúzcoa (1907-1910), siempre adherido a la política de Antonio Maura.


El ayuntamiento se había empeñado en recuperar los suntuosos actos protocolarios que tanto caracterizó el mandato del  alcalde Pedro Marichal Álvarez, en línea con el reciente título de “Comendador” que había recibido, no desaprovechando cualquier visita a la Ciudad, incluido el paso del Regimiento militar durante sus maniobras, y a la que se sumaban los dos grandes competidores por el prestigio social «Tanto el coronel como la oficialidad del Ejército están muy satisfechos de la acogida que han obsequiado en los pueblos de esta isla que el Regimiento ha visitado especialmente en Arucas y Teror. Dichos alcaldes han hecho lo indecible por atenderles y obsequiarles.

En Arucas el Ayuntamiento mostrose también muy obsequioso; los señores Mádan y Gourié brindaron con champagne y el jóven D. Luís Marrero atendió también a toda la oficialidad. Hemos oído hacer elogios a favor del Coronel de este Regimiento por el cariño con que distingue á la oficialidad y soldados …».

En el Teatro Nuevo que venía construyéndose por la Sociedad Cultura y Recreo de estructura y cerramiento de hierro, con proyecto del ingeniero José Ángel Rodrigo-Vallabriga, hay que reseñar la muerte de un joven obrero en el último día de octubre, cuando al saltar de un andamio a otro en el teatro circo en construcción cayó desde una altura de diecisiete metros, falleciendo a las pocas horas. Este hecho ralentizaba de alguna manera la ejecución de las obras de su construcción que se encontraban en los niveles inferiores a la cota de la calle realizados con mampuestos que soportarían las estructuras superiores de hierro, si bien la verdadera paralización de las obras llegaba cuando la Junta de Construcción del nuevo templo demandó que todos tenían que empujar en la misma dirección y no distraer los dineros y suscripciones populares para otros fines distintos.

Tras la celebración de la cuarta reunión de la Junta de Construcción el 4 de noviembre, finalizando el mes, concretamente el día 29, es anunciado en los periódicos “Diario de Las Palmas”,El Tiempo” y otros de mayor ámbito, el concurso público aprobado por la Junta de Construcción del nuevo Templo parroquial, dando cuenta de las condiciones a las que tienen que sujetarse los proyectos que se presenten al mismo. Se exige la presentación de una Memoria descriptiva con todos los cálculos, los Planos de conjunto con secciones y detalles, el pliego de condiciones facultativas y el Presupuesto de las obras. Se establece un límite máximo presupuestario de 400.000 pesetas, sin incluir altares, retablos, pulpitos y otras complementarias para el culto.

Francisco Gourié Marrero (Fedac)
Se define que el templo deberá tener cuatro fachadas, con una orientación determinada, entregándose a cada concursante un plano de la planta del solar y alrededores al que deberá sujetarse el proyecto. Esta definición cerraba el debate abierto entre Francisco Gourié Marrero y Ramón Mádan Uriondo, defendiendo el primero el solar de la antigua iglesia y se dijo a modo de justificación que el segundo recomendaba otro solar para un mayor aforo situado en el entorno de El Pedregal, donde se venían haciendo las ferias de ganado en el camino hacia la montaña. Al conocer este último de la publicación del concurso le envió a Francisco Gourié desde el Hotel París en Madrid un telegrama que decía: «Tengo vivo interés saber sitio va a construirse iglesia. Contésteme. Madan». Como bien decía, tras reiterar su “vivo interés” y acabar en imperativo su respuesta, habría que interpretarse que este fue el gran motivo que terminaría por definir las voluntades siguientes de Ramón Mádan Uriondo y su alejamiento progresivo de la construcción del nuevo templo. En el verdadero fondo de la cuestión estaba el interés social por darle prioridad a la construcción del “Asilo Hospital” en el suelo que estaba dispuesto a donar Ramón Madan Uriondo.

En el propio concurso se reconocían las limitaciones del solar y su menor aforo, dado que se requería «deberá procurarse que el espacio destinado á los fieles con vista al altar mayor sea lo más amplio posible, sin que por eso resulten mezquinas las demás dependencias del edificio. El Templo deberá contener: Salón para orar con vista al Altar Mayor, propio á contener el mayor número de fíeles. Capillas las que convengan, pero de la menor profundidad, casi paramentadas á objeto de no mermar el espacio del salón. Baptisterio, sacristía, camerín, tribuna para órgano y cantores».

Al margen de que Ramón Mádan Uriondo ya había manifestado que era más necesario y prioritario a la construcción del templo, la construcción de un Asilo-Hospital que atendiera a los necesitados, jornaleros y sus hijos que en aquellos tiempos no contaban con ningún tipo de protección social, y a cuyo fin la Heredad de Aguas había aprobado una donación de 30.000 pesetas. Como la voluntad del Presidente de la Junta de Construcción y del párroco se impuso, entendió y trató de defender su criterio de mantener en pie el viejo templo cuya fachada había sido reparada por el anterior párroco y que la torre del reloj construida por La Heredad pocos años atrás se conservaba en buen estado, cumpliendo su función de regular las horas de azadas, de donde estimaba más adecuado construir un nuevo templo en un solar mayor, ganando así en aforo conforme al crecimiento de la población, que permitiera acompasar en el tiempo las dos construcciones. De alguna forma se estaba anticipando al resultado final de una gran construcción en vertical de difícil y compleja solución.

El deseado mayor esplendor de la nueva construcción venía definido en el concurso cuando se decía «En la construcción solo se emplearán materiales pétreos, debiendo ser precisamente de sillería toda la parte de decoración interior y exterior del edificio, y de mampostería y ladrillos las partes restantes», exigencia como se alcanzaba así la mayor monumentalidad. El concurso establecía tres premios: un primero, consistente en los honorarios y 6.000 pesetas, el segundo 4.000 y el tercero 2.000 pesetas, según fallo emitido por un jurado de cuatro técnicos ingenieros y arquitectos, reservándose la Junta de Construcción el derecho de contratar la dirección de obra con quien le convenga, desempeño que se guardaba para el arquitecto de la diócesis. 

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