sábado, 14 de febrero de 2015

0. Introducción

La elección de un siglo, bien entendido como un período de 100 años que se corresponde con una centuria de la historia de Arucas que se inicia en el año 1833 y termina en el año 1932, distinto por consiguiente de los siglos que universalmente distingue la historia que comienzan en el año 1 y terminan en el año 100, extendiéndose por tanto en dos tercios del s. XIX y un tercio del s. XX, no obedece a un capricho del autor.

El inicio de esta centuria de años coincide con el establecimiento de la organización provincial del Estado, superando los antiguos ayuntamientos, marcado por la regencia de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias al fallecimiento de Fernando VII el 29 septiembre, que con los apoyos de los liberales durante la minoría de edad de su hija Isabel II, se distinguirá por una voluntad modernizadora del Estado que a partir de ese tiempo irá consolidando los distintos procesos desamortizadores iniciados muchos años atrás, acelerándose progresivamente el tránsito desde el Antiguo Régimen de la propiedad al que la sociedad estamental se oponía con firmeza.

Luis Morote (Fedac)
Esta centuria en Arucas tiene una especial relevancia e importancia para su micro-historia, pues la transferencia de los bienes en tierras y aguas favoreció un notable incremento poblacional en distintos ciclos económicos agrícolas e industriales, tiempo que los herederos de la sociedad estamental de forma natural se convertirán en burgueses, con el claro objetivo de controlar ese irreversible tránsito al que se ven abocados, sucediéndose las generaciones con su presencia en la administración municipal bajo distintas marcas de partidos, como si de un Sultanato se tratara, con tal grado de presencia política, que los distintos intentos de destronarlos llevados a cabo por una minoritaria oposición a sus ideas conservadoras, fue algo así como la bíblica lucha de David contra Goliat. Era meta tan difícil dominar el controlado sistema electoral, que los redactores del periódico "La Mañana, diario de reformas sociales" de Las Palmas de GC en 1909, no dudaron en bautizarlos con el apodo de los "Jóvenes Turcos" de Arucas, pues su ardua tarea recordaba la de aquellos líderes turcos del Comité de Unión y Progreso que se rebelaron contra el sultán Abdul Hamid II en la primera década del siglo XX, mereciendo al siguiente año el elogio y admiración del periodista y político Luis Morote Greus.

Pero esta oposición en las ideas y maneras en el gobierno municipal no lo fue exclusivamente en el primer tercio del s. XX, pues se fueron gestando desde el segundo tercio del s. XIX. Los enfrentamientos no se limitaron exclusivamente a la competencia política, ni obedecían a la distinta clase social en la que se encuadraban. Nacieron desde la olvidada localización de sus pagos de vecindad al noroeste de la jurisdicción municipal; de su negativa a ser dominados e ignorados en sus iniciativas agrícolas e industriales; de las continuas persecuciones de las que fueron objeto; de la forma de entender el bien de la municipalidad, en particular priorizando el interés de los pobres invisibles sobre el interés particular o monumental. A sus antepasados y su tesón se debe el crecimiento del tejido urbano de Arucas, tal cual como lo conocemos hoy. Y algunas buenas iniciativas humanas se quedaron en el camino, porque las circunstancias de cada momento político y económico las hacían difíciles. Bueno es que las conozcamos a través de estos Anales.


En la redacción de sus textos, cuando reproducimos los de cada tiempo respetamos la gramática y vocabulario de entonces, textos extraídos de la abundante bibliografía y fondos documentales consultados sin incluir la acostumbrada “nota al pie”, alejándonos en cierta manera del rigor historicista para que su lectura sea amena. Igualmente, en la mención de los apellidos de las personas prescindimos de preposiciones que les preceden y de las conjunciones copulativas que les unen de antigua usanza, trasponiendo así los hábitos sociales de hoy. Incluimos entre los textos, bloques singulares que se distinguen con distinta fuente tipográfica y color, necesarios para entender el contexto estatal, provincial o insular en el que suceden, o una reseña de los cambios normativos operados. Todo ello con la finalidad de que la micro-historia de Arucas sea entendida dentro de esos contextos, pues sin ellos posiblemente no nos explicaríamos lo suficiente para ser entendidos.

Antes del inicio de los Anales, con las limitaciones que de los más antiguos tenemos por las escasas noticias escritas al optar preferiblemente por la fuente documental de los periódicos de la época, de mayor amplitud que una rigurosa acta municipal que recoge un extracto de acuerdos sin detalle de los debates y circunstancias, iniciamos la descripción del precedente escenario aruquense en tres apartados:  1. Del Antiguo al Nuevo Régimen; 2. Los estamentos en el lugar de Arucas; y 3. Compromisos de sangre: tierras y aguas.

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