lunes, 6 de abril de 2015

1880 La expansión del casco hacia el poniente y la visita del General Weyler

El censo de población de Arucas es de 7.984 vecinos, aproximadamente el diez por ciento de la población de la isla, después de Las Palmas que tiene 17.661 y Telde con 9.263 vecinos.

Ni la renuncia obligada del párroco José Antonio Rivero Mireles por su enfermedad, ni su fallecimiento el 12 de febrero de este año, cicatrizaron las heridas abiertas veintitrés años atrás entre los que habían estado a su favor o en su contra con pensamientos políticos poco distantes entre sí, y todo por si la banda era mía o tuya, espectáculo  que abrió más la fractura social y agrandando aún más las diferencias con el nuevo escenario surgido entre los ideales conservadores y liberales, monárquicos y republicanos, divisionistas y regionalistas, los renovados antagonismos que sobrevolaba la verdadera realidad de la pobreza de los invisibles para la historia, en la que sólo unos pocos reparaban.

La aparición en las islas de los periódicos locales como órganos de difusión de las distintas opciones políticas que ya hemos comentado, favoreció la alineación de la sociedad burguesa, unos pretendiendo conservar aquello que tanta riqueza les reportó, otros tratando de impulsar las reformas liberales para cambiar el escenario; aquellos que defendían con fervor la presencia de un rey como salvaguarda del Estado, frente a los que creían que era una figura obsoleta que amparaba las injusticias; los que propugnaban la división provincial para así obtener mayores cotas de poder político y económico en su esfera insularista, y los que creían que la fuerza de una región unida y fuerte en un Estado federal permitiría acabar con el caciquismo y dar visibilidad a la población más necesitada. 

Manuel González Suárez hijo del alcalde Antonio González González, había sido el primer presidente de la sociedad El Bienestar de la Villa de Arucas fundada en el mes de abril de 1871, pero no tenía voluntad de protagonizar el nacimiento de una nueva "dinastía" iniciando la carrera política.

Es difícil entender como Antonio González González, habiendo tomado la decisión de trasladar el centro urbano de la villa, se mantenía en la alcaldía después de las elecciones del año anterior, si bien se debió probablemente a esa desestructuración orgánica que en aquellos tiempos padecían las distintas familias que conformaron a los “leoninos”, y que de alguna forma le otorgó cierto equilibrio con la incorporación de algunos no adscritos a dicho partido.

Las sesiones plenarias de estos tiempos, además de la aprobación de las cuentas municipales, trataban en gran medida de asuntos de puro trámite, desde la aprobación de las quintas y de los mozos para el ejército, al requerimiento a los que intentaban eludir dicha responsabilidad, la lectura de las disposiciones y acuerdos, en particular las del Gobernador Civil y Comisión Provincial, la aprobación de vecindad a quien la solicitaba, de censos de electores y elegibles, la rectificación de los impuestos sobre la riqueza, y otros pequeños asuntos presentados por los vecinos como algún préstamo del Pósito, denuncias urbanísticas o de actividad.

En este año será importante la expansión del casco urbano hacia el poniente, al igual que el crecimiento urbano en la Costa del Bañadero, como efectos de la aprobación del trazado del 5º Trozo de la Carretera a Agaete, el que une Arucas con la Costa del Bañadero.

Del crecimiento hacia el Poniente del casco de Arucas se otorgan licencias de construcción desde el entorno de la Plaza del Mercado hacia el Camino de El Cerrillo: a Pedro Quevedo Espino para que construya dos casas unidas en un  solar en la calle que acaba de establecerse por la parte lateral izquierda de la plaza de mercado (actual calle Servando Blanco); a Juan Ramos Guerra para una casas entre la carretera del norte de la isla y el camino del Cerrillo (actual calle La Heredad);  a José Rodríguez Navarro para una casa de planta baja en sitio enclavado a la salida de esta población entre la carretera del Norte de la isla y la calle que acaba de establecerse por la parte lateral derecha de la plaza del mercado (actual calle Francisco Gourié).

En la Costa del Bañadero conocemos de la aprobación de la licencia para construir una casa de planta baja o terrera a Juan Anastasio Henríquez, Juan Rafael Rodríguez, Baldomero González, Francisco Rosales González, Aniceto González, Eugenio Quevedo Castellano y José Yánez Aguiar; y para una de dos pisos a Diego Pacheco. Del replanteo de la carretera en la Costa del Bañadero, el ayuntamiento vendió distintos sitios sobrantes de la vía pública: a Eugenio Quevedo Castellano, 150 varas cuadradas por 37,50 pesetas, donde construiría una casa y a Francisco María Rodríguez Rodríguez, 270 varas por 65 pesetas.

En el consolidado casco urbano las autorizaciones de construcción eran escasas. Encontramos la concedida a Demetria Hernández Marrero, para una casa de dos pisos en la calle de la Escuela; a Rafael Ponce Armas para una casa de dos pisos en la plaza de San Juan, a la que se impone un particular requerimiento estético de «cuidando la comisión de ornato público de que se practique con el acierto debido el replanteo y señalamiento de la linea á que haya de sugetarse la fachada del proyectado edificio»; y a Sebastián González Martin para una casa terrera en la calle del Barranquillo.
Detalle de fotografía (Fedac)
Cuando llega febrero el Presidente de la Heredad de Aguas “de esta villa de Arúcas y pueblo de Firgas” Bruno González Castellano, habiéndose terminado las ordenanzas por las que ha de regirse la entidad, anuncia que «hallándose formadas las Ordenanzas por las que ha de rejirse la Heredad de estas aguas se hallan de manifiesto al público en las Salas del Ilustre Ayuntamiento de esta Villa, por término de treinta dias, para que todos los interesados las examinen y hagan en el mismo plazo las  observaciones ó reclamaciones que estimen convenientes, para que rectificadas en la parte que sea racional, ó aprobadas …», dándose así por terminado el procedimiento de actualización de sus estatutos reguladores conforme a la nueva Ley de Aguas.

En marzo el ayuntamiento tomó el especial acuerdo de «Prestar el más decidido apoyo a la Exposicion Provincial de agricultura, industria, comercio, artes, ciencias y literatura que en el año de mil ochocientos ochenta y tres ha de llevarse á efecto en la ciudad de Las Palmas», aprobando un presupuesto de ciento veinte y cinco pesetas anual.

Importante es la sesión plenaria extraordinaria del 8 de abril donde se trata como único punto la regulación local del más impopular gravamen de la Restauración, el Impuesto sobre el Consumo que penalizaba a la población, observándose del acuerdo tomado que algunas medidas tratan de suavizar su impacto fiscal. Por su curiosidad, conozcamos de algunos detalles de la norma:
  • Se regula un techo máximo de 9.000 pesetas anuales para los tratantes de los líquidos jabón y pastas, quedando la venta libre de gravamen para lo que exceda, lo que supone en la práctica una minoración de la carga al establecer un tope recaudatorio.
  • Para las carnes, además de recordar la exacción de los derechos de dicha especie, establece la venta libre a partir de la cantidad 2.565,88 pesetas como tope recaudatorio.
  • A los comerciantes se les obliga tan sólo a tributar por un solo encabezamiento aunque vendan ultramarinos en general.
  • En atención a «que los cereales constituyen el principal alimento de las clases proletarias, se ha estimado equitativo suprimirlos del presupuesto de que se ha hecho mérito, á fin de que sobre ellos no pese gravamen alguno por razón de consumos».
  • Otro singular es que «el impuesto sobre la sal no se exija del contribuyente bajo forma alguna, puesto que el Ayuntamiento en su deseo de proporcionar algún alivio al vecindario en el pago de los crecidos y diferentes gravámenes que se hallan establecidos, se compromete á cubrir de sus propios fondos y con cargo á su presupuesto el cupo del indicado impuesto consistente en 5.977,70 pesetas».

Esta singular ordenanza aprobada para este ejercicio económico nos descubre el pensamiento político del alcalde Antonio González González que proponía el reparto más justo de la carga tributaria a la que se obligaba al ayuntamiento de Arucas por los repartimientos que hacía la Comisión Provincial, que se contempla inclusive en el literal del acuerdo. Años después cuando se pierde esta especial perspectiva social, la norma tendrá como única finalidad la recaudatoria y vendrá a motivar muchos conflictos políticos y sociales.

El 27 de mayo tiene lugar la importante visita a la villa del Capitán General Valeriano Weyler Nicolau, nombrado dos años antes a la edad de cuarenta  años, de la cual el periódico “El Independiente” dejó una amplia crónica de notable interés.

«… á las ocho de la mañana, llegó á Arúcas el Capitán general del Distrito, y aquella villa, sumamente agradecida á los no acostumbrados beneficios que el Excmo. Sr. D. Valeriano Weyler prodiga á la Provincia, desde que fue sabedora de esta noticia se apresuró á hacerle honroso recibimiento, esforzándose en demostrar á tan digna autoridad el vivo reconocimiento en que hacia S.E. abundan aquellos habitantes.

Las calles que el General había de recorrer se hallaban enramadas y de las ventanas pendían lujosas colgaduras. En la entrada de la población se elevaba un sencillo pero elegante arco con dedicatoria á S.E. por los socios de aquel Casino; otro se hallaba á la entrada de la plaza, en el que, entre gallardetes banderas, escudos y trofeos se leía una dedicatoria del Ayuntamiento, apareciendo por último un tercer arco al otro extremo de la plaza, dedicado como los anteriores á dicha superior Autoridad militar.
General Weyler (Fedac)

Al entrar en la población S.E, se lanzaron al aire multitud de cohetes, y la banda de música de aficionados de aquella villa le obsequió con sus tocatas. Un gentío inmenso llenaba las calles, plazas y avenidas, siendo saludado al pasar por todos los concurrentes. Apeado que se hubo nuestro joven General, y con la actividad que le caracteriza, se dirigió seguido de los Jefes y oficiales que desde Las Palmas le habían acompañado á la plaza de San Juan, donde fué recibido en orden de parada por las cuatro compañías del Batallón de Guia. Después de ser éstas revistadas se ejercitaron en la instrucción de compañía y guerrilla, quedando S.E. al parecer satisfecho por el adelanto que en ellas se notaba desde su última revista de Julio del año próximo pasado. A las diez concedió una hora de descanso á la tropa, recorrió varias calles de la población y se dirigió luego á la casa que para descansar se le tenia preparada, presentándosele á poco de haber entrado una Comisión del Ayuntamiento á ofrecerle sus respetos.

Los Capitanes de la compañía que dota aquella villa le obsequiaron con un almuerzo que tuvo á bien aceptar, acompañándole en él su Ayudante de Campo D. Ricardo Ruiz, el Capitán de E.M.D.M. Agar, el Comandante de Ingenieros D. Tomás Clavijo, el T.C. Comandante Secretario del G. militar D. Eduardo Farinós, el T.C. del Batallón de Guia D. Jacinto Luque y los dos ya referidos Capitanes. Terminado el almuerzo volvió á salir S. E. y se dirigió á la plaza, donde estuvo presenciando el ejercicio hasta las dos de la tarde, hora en que pasó á las Casas Consistoriales siendo recibido por el Ayuntamiento en corporación en la Sala Capitular y obsequiado con un refresco que se dignó aceptar, pronunciándose durante él algunos brindis y discursos.

A las dos y media salió del edificio Ayuntamiento, y después de estar paseando cortos momentos por la población dispuso el regreso á Las Palmas. Los cohetes y la música anunciaron la salida, y desde los balcones y ventanas el bello sexo de Arúcas arrojaba sobre el carruaje al pasar abundante lluvia de flores. Iba en el coche con S.E. el Sr. Alcalde D. Antonio González, y en otros tres le seguían los concejales, Jefes, oficiales y algunas personas más de aquella localidad, quienes al llegar á Tenoya se despidieron del Sr. Capitán general, no sin haberles antes hecho sus ofrecimientos con la delicadeza que le es propia.

Autoridades como el hoy Capitán general de las Canarias son dignas y acreedoras á que en todas partes se le tributen demostraciones de respetuosa consideración y gratitud».

Los arcos y demás adornos que se montaron para la visita se mantuvieron durante las fiestas patronales de junio dado que se celebraron con mayor esplendor y realce, estando muy animadas y concurridas.

El 7 de agosto Bruno González Castellano realiza una importante operación agrandando el tamaño de sus tierras en Las Hoyas cuando compra a Fernando de La Rocha Fuentecilla, marqués del Buen Suceso, las 79 fanegas de la Hacienda labradía y "arrifes", con casa de planta alta, establo, bodega, tres estanques y trece azadas de agua del Heredamiento de Arucas por 800.000 reales.

En este mismo mes, el alcalde Antonio González González remata el nuevo centro urbano de la villa, presentando el plano de la reforma y mejoramiento de la plaza de san Sebastián. Tras la visita del General Weyler en la que participó una aficionada banda de música, el ayuntamiento consideró conveniente ayudar a la Sociedad Filarmónica con 50 pesetas mensuales para su sostenimiento y poder disponer de una banda que prestigiara a la villa como ya ocurriera años atrás.

Hemos de recordar que en estos tiempos en las sesiones plenarias participaba una Asamblea de Asociados, formada por quince miembros y eran elegidos por sorteo distribuidos por distritos según la ley, aunque imaginamos que tal formalidad se haría exclusivamente entre aquellos que se presentaban voluntarios, dados los individuos que la integraban. En este año la Asamblea de Asociados estaba integrada por los siguientes:

1ª Sección, Casco del pueblo y sus afueras: Pedro Marichal Álvarez, Francisco Hernández Armas, Bruno González Castellano, Tomás Pérez Ponce y Juan González González.

2ª Sección, los barrios de Cerrillo y Goleta: Juan Henríquez González y José Hernández González.

3ª Sección, los barrios de Trapiche y Cruz de Pineda: Agustín Henríquez Guerra y Rafael Marrero Matos.

4ª Sección, los barrios de Costa del Bañadero y San Andrés: Francisco Marrero Guerra y Rafael Rosales Marrero.

5ª Sección, los barrios de Cardonal y Trasmontaña: Domingo Ortiz Marrero y Domingo Suárez Rodríguez.

6ª Sección, los barrios de Montaña de Cardones y Santidad: Manuel Hernández Rodríguez y Tomás Marrero Sánchez.

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