Entender todo el
conflicto originado en la administración del ayuntamiento de Arucas en este año
aciago para la historia municipal, enmarcado en la lucha política entre
conservadores y liberales, es difícil y compleja, nos obliga a traer a colación
mucha información y noticias cruzadas, y bueno es que conozcamos los actores
que están en el escenario de la política local en su inicio a partir del censo
publicado por el Boletín Oficial y datado al 28 de enero, con la total relación
de concejales y mayores contribuyentes que conforman a los electores
municipales, dentro de los cuales están los electos en corporaciones anteriores
que fueron nombrados "interinos"
por el Gobernador, aunque de forma excepcional por una sola vez nos extendamos
en la completa relación de los mismos pues todos componen el poder fáctico de
la Ciudad, los primeros ordenados alfabéticamente y los segundos por su tamaño
económico y contributivo, siempre que tengan fijada su ciudadanía en Arucas.
Concejales: Francisco Blanco Falcón, Manuel Cabrera
Marrero, Antonio González González, José González Martín, Cleto Granado Afonso,
Domingo Guerra Marrero, Salvador Hernández González, Valentín Lorenzo Matos, Domingo
Marrero Guerra, Manuel F. Marrero Ponce, José Medina Marrero, Juan Medina
Marrero, Segundo Ponce Martínez, Basilio Suárez Ojeda y Manuel Suárez Rosales.
Mayores contribuyentes: Ramón Madan Uriondo, Domingo Suárez Guerra, Ricardo
Suárez Guerra, Pedro Marichal Álvarez, Rafael Suárez González, Francisco Ponce
Martínez, Juan Suárez Guerra, Pedro Castellano Ponce, Pedro Quevedo Espino, Juan
R. González Rodriguez, Francisco Marrero Guerra, Carlos Medina Batista, Bartolomé
Falcón Jiménez, Francisco Pérez Marrero, Francisco Dávila Quesada, Manuel Rosales
Marrero, Manuel del Toro Sánchez, Vicente Lorenzo Rodríguez, José Guerra Navarro,
Norberto Henríquez Hernández, Rafael Ponce Armas, Pedro Sánchez Moreno, José
Castellano Lorenzo, Antonio Guerra Navarro, Francisco Rodríguez Rodriguez, Sebastián
Hernández González, Juan Blanco García, Antonio Guerra Rodríguez, Rafael
González González, Faustino Santana Guerra, José Ferrera González, Francisco
Hernández Armas, Domingo Barbosa Pérez, Juan Guerra Navarro, Benigno Rosales
Hernández, Juan Hernández Arencibia, Miguel Pérez Pérez, Blas Marrero Pérez, Manuel
Guerra Navarro, Francisco Romero Rodríguez, Antonio Quintana Medina, Luis
Hernández Déniz, José Suárez Guerra, Francisco Almeda Rosales, Antonio Martín
Rodríguez, Ezequiel Hernández Rojas, Martin Afonso González, Juan R. Rodríguez
Rodriguez, José Lorenzo Benítez, Juan de la Cruz González Matas, Segundo
Cabrera Henríquez, Juan de la Nuez Rodríguez, José Tomás Marrero Suárez, Francisco
Hernández González, Demetrio Granado Marrero, Manuel Rodríguez Lorenzo, Andrés
Hernández Marrero, Calixto Rosales Marrero, José Henríquez Hernández y Manuel Marrero Rubio.
La administración
interina del ayuntamiento se extendió hasta el siguiente año y después de la
alcaldía de Antonio González González, se
produjo una situación bastante anómala derivada del conflicto jurisdiccional
por las competencias en los expedientes abiertos al ayuntamiento, pues el
Consejo de Estado las situaba en el ámbito de la administración del Estado,
concretamente en la Comisión Provincial Permanente y Gobernador Civil, mientras
que la Audiencia entendía era de su competencia. Se produjeron así alternancias
en las alcaldías interinas en cortos períodos de Pedro Marichal Álvarez y Francisco Blanco Falcón, quienes
resultaban elegidos por los concejales electos el primero o por los nombrados
para sustituir a los electos, entre los que se dieron también algunas
renuncias.
La Audiencia se
declaraba competente para resolver los expedientes sancionadores promovidos por
el Gobernador Civil, ratificados por el Ministro de la Gobernación por Real
Orden, y los recursos presentados por los concejales cesados contra la
resolución, todo ello hasta que la retomó Pedro
Marichal Álvarez en febrero de del siguiente año al levantarse por la
Audiencia la suspensión municipal.
Intentamos desvelar todo
este incidente municipal, producto de las luchas entre liberales y conservadores
por el poder municipal, quienes amparados de igual forma por las continuas
alternancias en el gobierno del Estado, suscitaron tres expedientes
sancionadores por asuntos procedimentales y de régimen administrativo, cuando
el verdadero trasfondo era la prevalencia del interés particular sobre el
interés general. En un escenario de total manipulación de la verdad por los
órganos de difusión de ambos partidos, haciendo muy difícil conocer la
auténtica verdad, muy difícil cuando Arucas era un "cantón liberal leonino", gobernado como un auténtico "sultanato" en el que se
accedía a la sucesión por los vínculos de sangre en sus ancestros. Más aún
cuando de tal condición presumía la familia leonina
a nivel insular. En todo esta disputa quedaron marginados los progresistas y republicanos, como había acontecido a nivel del Estado, y los dos
bandos que se disputaban el gobierno municipal estaban integrados por personas
que antes y después fueron correligionarios en un mismo partido.
La Comisión Provincial
Permanente del 24 de enero, después de mucho debate, adoptó conforme a otra
propuesta del Gobernador Castañón el siguiente acuerdo: «Imponer al Ayuntamiento de Arucas el máximum de la multa que previene
la ley, que deberá hacer efectiva en el término de 10 días, correspondiendo
satisfacer la cuarta parte el Secretario del Ayuntamiento, por no haber instruido expedientes de prófugo contra varios
mozos de los reemplazos de 1892, 93, 94 y95».
El 6 de febrero el
periódico de los conservadores
tinerfeños La Opinión daba cuenta de
la ratificación ministerial de la sanción impuesta por el Gobernador Civil al
ayuntamiento por el control presupuestario: «La
Gaceta de hoy publica R.O. de 1.° del actual por la que se confirma la
suspensión del Ayuntamiento de Arúcas y se manda pasar los antecedentes á los
tribunales de justicia».
Al día siguiente Diario de Las Palmas, órgano de los
liberales leoninos, arropa a sus correligionarios y señala en primera plana la
defensa política, no sea que la jurídica se tuerza, de cuyo amplio texto
destacamos la esencia de sus ideas: «Al
Ayuntamiento de la ciudad de Arúcas, que puede servir como modelo entre todos
los de España, se le lleva á los tribunales; á los de la isla de Tenerife en
los cuales impera la inmoralidad más escandalosa, se les respeta, se les
ampara, se les guarda toda clase de consideraciones.
¡Pobre nación aquella donde se castiga la honradez y se
ampara la inmoralidad! Nuestros amigos de Arúcas, cuya población se proponen
estos patrio-tinerfeños perturbar, saben que aquí tienen el apoyo decidido y
entusiasta del partido liberal: si á hombres inocentes se les entrega á los
tribunales, la propia defensa exige contestar á la guerra con la guerra, y
tomar represalias sin consideraciones á nadie».
La lucha política entre conservadores y liberales, no debía ser interpretada como una lucha de intereses
por el gobierno de un ayuntamiento, se situó en el escenario que más voluntades
podía sumar, en el insularismo
abanderado por León y Castillo, era la lucha de Tenerife contra Gran Canaria,
los primeros aprovechándose de la capitalidad de la provincia única de Canaria.
En Arucas, unos y otros habían compartido el espacio político para repartirse
los beneficios del gobierno municipal, pero cuando los intereses personales se
cruzaron, enarbolaron diferentes banderas partidistas.
El 26 de febrero el
periódico La Opinión, avanzó otro de
los expedientes abiertos al ayuntamiento «Han
sido entregados á los Tribunales los concejales del Ayuntamiento de Arucas, que
han desempeñado sus cargos en los últimos años, por abusos en la recaudación de
consumos y no exigir al Administrador del Impuesto cumpliera con las
formalidades legales. Buena andaba la Administración en manos de los
fusio-leoninos».
Las entendidas como persecuciones
políticas de que era objeto por la incompatibilidad
del escaño de Diputado con su condición de Comandante de Milicias Rafael Ponce Armas, el "gallo tapado" de los liberales aruquenses, no vendrían solas.
En los primeros días de marzo le acompañaron las desgracias familiares, y así
sus amigos y correligionarios de El
Diario de Las Palmas daban la triste noticia: «Una nueva desgracia irreparable aflige en estos momentos á nuestro
querido y distinguido amigo, D. Rafael Ponce y Armas. La muerte ha vuelto á su
hogar, enlutado tantas veces, arrebatándole á su hijo Domingo, joven de veinte
años, víctima de la misma enfermedad traidora que llevó á la tumba á varios de
sus hermanos. Estas repetidas desgracias de familia abaten y postran el ánimo
más firme. Ver desaparecer uno tras otro, heridos del mismo golpe, los seres
más queridos, es prueba demasiado dura, aun para los que, como el Sr. Ponce y
Armas, tienen entereza de ánimo capaz de afrontar las mayores adversidades de
la vida.
El hijo que acaba de perder, en la edad hermosa de las
ilusiones y de las esperanzas, merecía por todos conceptos la estimación
general, y se habia captado efectivamente el aprecio de todos los que le
conocían. No necesitamos esforzarnos en probar á nuestro buen amigo e! Sr.
Ponce cuanto nos contrista su desventura; sabe él que siempre hemos tomado
parte muy principal en sus penas, y no debe dudar que en ésta, tan amarga, le
acompañan nuestro sentimiento y nuestras simpatías, el mismo que á su
apreciabilísima familia. Terrible es la herida que acaba de inferirle la
contraria suerte, pero á pesar de todo confiamos en que su probada firmeza de
espíritu logrará sobreponerse al abatimiento del dolo».
Aún siendo interesada, la
versión "leonina" de lo
acontecido en el "cantón
leonino" de Arucas, así llamado entonces por la oposición "conservadora patriótica", es
recogida por su órgano de difusión Diario
de Las Palmas el 17 de marzo, que sigue defendiendo a ultranza la persona y
obra de Fernando León y Castillo:
«En el nombramiento de concejales interinos, y aquí
conviene hacer patente que quince de los mismos han renunciado sus cargos, ha
hecho maravillas el Sr. Castañón. En primer lugar nombró el actual alcalde, al
síndico y á otros concejales tan responsables, como algunos de los salientes,
de las faltas que á estos se imputaba; porque designó á otros que no hacia
cuatro años que habían cesado en sus cargos; porque suspende á ocho concejales
que tomaron posesión de sus puestos el día 1º de Julio de 1895, fecha muy
posterior á las supuestas faltas en que se han fundado las suspensiones; y por
que, en suma, ese mismo Gobernador, ese monstruo de moralidad, ese protector de
los puertos-francos, nombra concejales interinos para sustituir á aquéllos, á
los mismos que cometieron las faltas que imputa á otros. ¿Puede pedirse mayor
moralidad?.
Decía hace poco el mismo periódico, que no cuenta á sus
lectores más que inexactitudes, que los recibos pendientes de cobro del
municipio suspenso eran de personas que gozaban del favoritismo, queriendo
demostrar sin duda, que se les cobraba inmediatamente á los contrarios, y con
comodidad á los amigos. El alcalde y concejales actuales, sus deudos y amigos,
que se hallan entre los deudores, que respondan por nosotros; que conteste á la
vez el actual administrador de consumos, sin fianza, D. Pedro Suárez, para que
desmientan tanta falsedad; que hable á la vez el primer teniente de Alcalde D.
Pedro Blanco, cuando fué rematador de consumos, para que le diga que si no
perdió la fianza y algo más, lo debe al favor de nuestros amigos, que vigilando
siempre por los intereses del pueblo, no han querido jamás perjudicar á nadie,
haciendo servicios á tirios y á troyanos.
Por lo demás, sepa y entienda ese periódico que los
concejales suspensos de Arúcas tienen su conciencia tranquila y nada tienen que
temer, y en igual caso no están algunos de los actuales mandarines que se creen
puros é inmaculados; y conste, por conclusión, que los servicios prestados por
el anterior municipio de Arúcas, fueron á todo el pueblo, captándose el aprecio
y simpatía de sus administrados, pero nunca apeló á persecuciones injustas, á
mezquinas venganzas, ni jamás abandonó los públicos intereses que le estaban
encomendados».
No debe sorprendernos
que en la lucha política de entonces, cuando se encontraban los políticos de
forma presencial, se guardaba entre los contendientes la compostura en el trato
y en la palabras, aunque la sangre hirviera, y se trasladaba a lo escrito en
los respectivos órganos de difusión de los partidos, todo aquello que se
conocía o presumía del personaje, aunque rayara en la falsedad al no estar
tipificado el libelo penalmente. Se recurrió mucho al recurso de utilizar los "remitidos" cuyo autor
permanecía en el total anonimato, al tiempo que se aludía a personas en sentido
figurado, de forma tal que podría ser reconocida exclusivamente por los
lectores y correligionarios que seguían la política local, una pequeña minoría
de la sociedad de finales del siglo XIX que no llegaba a captar las alusiones.
Era el culto a la persona dentro de su pequeño grupo de feligreses, que
sustentaba su discurso en su capacidad para burlar al contrario, para sentirse
adulado, despreciando así al resto de la sociedad que eran calificados de
ignorantes e invisibles.
Era la práctica de la "endofobia", de la aversión a
todo lo que estuviera fuera del entorno de la familia, que se extendía a los
ámbitos de la política y los negocios a través de las alianzas matrimoniales
que favorecían su mayor tamaño, sin romper los atributos de la endogamia, y
sobre todo preservando las fronteras clasistas.
Un buen ejemplo de este
proceder lo encontramos en el mitin celebrado en el Casino el 14 de marzo por
los conservadores y la particular
crónica que del acto dio el liberal Diario
de Las Palmas, con un lenguaje críptico entendible a unos pocos, y firmado por
un anónimo "Un patriota de
verdad":
«... Arrastrados por tres caballos tordos llegaron á esta
ciudad, los tres..! Trataban de representar en Arúcas una comedia y, esta
población, que en su casi totalidad condena la anti-patriótica política de la
agrupación que en esta isla ha levantado la bandera tinerfeña, ha realizado un
acto de protesta que seguramente será imitado por los demás pueblos de la isla,
cada vez y cuando esos patrioteros vengan á provocar á sus habitantes con sus
ridículas algaradas. La ciudad de Arúcas no está dispuesta á tolerarlas, ni
menos á consentirlas; la lección dada ha sido merecida y deben entender esos
oradores callejeros que á los pueblos se les respeta cuando se quiere ser
respetado.
En el Casino de esta ciudad, una de las dos sociedades que
posee, anuncióse al tronar de cohetes voladores, una pantomima, un aquelarre
como ustedes dicen ahí. Pero no adelantemos los sucesos.
A las cinco de la tarde llegaron los tres, y tres se
acercaron á saludarle. A la llegada de los modernos padres misioneros se retiró
uno de los que les esperaban, diciendo que su historia republicana le prohibía
oficiar en público de conservador. No opina lo mismo el Sr. Rodríguez Almeida,
republicano furibundo, que acepta gustoso la Alcaldía de Guía ofrecida por un
Ayuntamiento conservador!.
A las ocho y media de la noche empezó la función. El salón
estaba casi desierto, pues solo contenía los diez concejales interinos del Sr.
Castañón y cinco más. Estos cinco eran los aspirantes á concejales, pues sabido
es que 18 ex-concejales han renunciado sus cargos á la moralizadora autoridad!.
El Alcalde y el Síndico que, en apuestos jumentos habían
acudido á cumplimentar á Elena, Melena y Pelona, situáronse junto á la puerta
de entrada. Abrió la sesión D. Pedro Suárez Pérez, actual administrador de
consumos sin fianza, sin fianza Sr. Castañón, aspirante á Alcalde, y dijo verdaderamente
emocionado:
"Señores, ha llegado la comisión para estar todos
juntos reunidos, y puesto que ya estamos reunidos todos los que nos debemos
reunir, queda presentada la jornada y abierta la reunión". Y cuentan los
que vieron, que el verbo reunir lloraba amargamente por la sobadura de que fué
objeto.
Dos fueron los oradores encargados de entretener al
respetable público y dos los discursos que apenas si duraron diez minutos. Ya sabían
ellos que era predicar en desierto! El águila no graznó! Ni aún eso sabe!.
Empezó el liberal disidente, el de mirada recelosa, el que
parece que de sí mismo desconfía, diciendo: "Nobles , hijos de esta
ciudad, no os dejéis engañar por esos que tratan de dominaros; D. Fernando de
León está ya viejo, (el marino que cruza los mares si que es joven) y hay que
sustituirlo por otro que no lo sea".
Y aquí fué Troya. Los nobles hijos de esta ciudad, sin
poder resistir por más tiempo comedia tan inicua, y de tan ruin calaña,
contestaron con una de silbos espantosos, y repetidos gritos de ¡fuera! ¡fuera!
los saca-muelas! Fué tan tremendo el escándalo que se armó, amigo Director, que
el Alcalde.... por fuerza, á pesar de que la vara de autoridad la dejó olvidada
en casa, lanzó á la calle á todos los agentes municipales con orden de apuntar
(apunte usted) á todo el que silbase ó protestare del patriótico acto; pero las
calles de San Juan y de Muñoz que conducen al Casino estaban tan atestadas de
gentes que protestaban, y era tal la silba y tanto la gritería, que los infelices
guindillas escaparon aturdidos buscando amparo bajo las alas del águila caudal.
No hay que decir que el orador guardó el más absoluto silencio.
El público esperó largo rato á que los predicadores
salieran á la calle para dirigirse á la fonda, cuando no tuvieron otro remedio
quo verificarlo, fueron acompañados hasta la fonda por inmenso gentío que los
gritaba y silbaba estrepitosamente. En la puerta del Hotel los esperaba una
charanga de instrumentos nada armoniosos, que rompió con la marcha de infantes!.... ¡Qué caras más compungidas! ¡Qué ridículo más espantoso!
¡Qué lección más merecida! ...».
Alardea mucho el liberal Diario de Las Palmas en "hacer patente" que los concejales
nombrados en sustitución han presentado su dimisión, utilizando este dato como
argumento manipulador de la infortunada actuación del gobernador Castañón y del
general rechazo de la ciudadanía aruquense, cuando la realidad es muy distinta.
Tan sencilla como que el gobernador había nombrado para la sustitución de los
concejales denunciados, a miembros electos de corporaciones anteriores
siguiendo otros precedentes, y así resultaron nombrados correligionarios del Partido Liberal Canario, el mismo que
sostenía al repetido periódico. Lo confirma el acta de la Comisión Provincial
Permanente del próximo pasado 21 de marzo, cuando adopta el acuerdo de «Remitir al Sr. Gobernador las tres
instancias presentadas por D. Francisco Pérez Marrero, D. Rafael Suárez
González, D. Pedro Castellano Ponce y D. Rafael Ponce Armas, renunciando los
cargos de concejales del Ayuntamiento de Arucas, á los fines que mejor estime,
toda vez que no es de la competencia de este centro resolver cosa alguna en el
asunto de que se trata». La renuncia obedece a que no pueden prestarse a
ser sustitutos de sus multados compañeros de partido, muy lejos de la lectura
parcial que hace el órgano de difusión.
En esa interinidad,
confusión de competencia jurídica, nombramientos y renuncias, el cargo de
alcalde en el mismo mes de abril es desempeñado primero por el liberal Pedro Marichal Álvarez y después
por el patriótico Francisco Blanco Falcón.
Otra muestra en la
versión contrapuesta la tenemos el 18 de abril, cuando el conservador La Opinión, se hace eco de la convocatoria de un mitin
de los liberales leoninos en la gallera
de Las Palmas y que iba a significar la vuelta al redil del abogado y político Tomás García Guerra, después de su
fracaso con el Partido Sincrético:
«En el Diario de Las Palmas leemos la convocatoria de un
meeting que debieron celebrar los leoninos el jueves de esta semana. El meeting
debía verificarse en la Gallera. La elección del local, como se vé, no ha
podido ser más oportuna. La Gallera, nos cuenta además el colega, que está
situada en la calle de Santa Bárbara, situación que también no deja de ser
oportuna.
No vaya á creer el suspicaz colega que la oportunidad que
encontramos consiste en la palabra bárbara; de eso no nos ocupamos hoy.
Consiste en que los leoninos no se acuerdan de Santa Bárbara, sino cuando
truena. No se acuerdan el aristocrático D. Felipe y su estado mayor de meetings
y de reuniones populares, sino cuando se ven con el agua al cuello.
Por ejemplo, cuando tienen una elección perdida acuden al
registro de la patriotería. En los tiempos bonancibles del Poder si se acuerdan
del pueblo es para disolver sus manifestaciones á culatazos».
La referencia al "aristocrático D. Felipe" lo es al
descabalgado alcalde de Las Palmas Felipe
Massieu Falcón en 1895, cuyo sobrino Felipe Massieu de la Rocha se casó con María
del Carmen Fernández del Campo y Madán, segunda Marquesa de Arucas y
sobrina de Ramón Madán Uriondo. El
ex-alcalde de la capital insular era también tío carnal de Leopoldo Matos Massieu, sucesor político de Fernando León y Castillo. La pérdida de dicha alcaldía fue también
muy sentida por los liberales-leoninos, quienes
no perdían la esperanza que el Gobernador Castañón fuera trasladado, a quien le
adjudicaban el éxito de los conservadores
en la isla siguiendo el mandato del presidente del Gobierno del Estado Antonio
Cánovas del Castillo.
El propio periódico conservador La Opinión, descubrirá en su
edición del 2 de mayo cómo "se
reviró la panchona" del aludido abogado y político aruquense sometido
por la exigencia "clientelar" de los leoninos,
cuando lo descubre como orador en el mencionado mitin de la gallera:
«Basta y sobra con recordar que el Sr. García Guerra fué el
leader, el alma, por decirlo así, de los sincréticos de 1890, de los progenitores
de los actuales patrióticos, de aquellos que inauguraron en Canaria la lucha á
muerte contra el caciquismo leonino.
¡Qué cosa más natural, dada la idiosincracia del político
que nos ocupa, que de 1890 á 92 fuera el más acérrimo enemigo de León y
Castillo, y el autor de aquellos ditirámbicos elogios en la propuesta,
designando nada menos que ál Sr. Rodriguez Peraza, como candidato para diputado
á Cortes por el distrito de Guía, y que en 1896 sea el jaleador de Don Fernando
y el predicador de la cruzada contra el partido que él mismo contribuyó á
formar!».
La lucha política por el
poder local era poco seguida por el
vecindario, más pendiente de las noticias que llegaban de la capital donde se
había trasladado el párroco más entrañable de Arucas en un delicado estado de
salud. Manuel Morales Caballero que
había venido, como ya se ha dicho, del pueblo majorero de Tetir con su salud
muy quebrantada, enfermo de la "médula espinal" por la que tenía que confesar de pié por no poderse sentar, para ocuparse de una conflictiva parroquia, quien supo ganarse
el cariño de las clases más necesitadas de Arucas, moría en la calle de Enmedio
de Las Palmas el 3 de junio a los 42 años de edad. Hubo un deseo multitudinario de que su cuerpo
fuera enterrado en Arucas y su cuerpo
fue trasladado el día 17 en coche fúnebre reuniéndose en El Puente una inmensa multitud
para acompañarlo hasta la iglesia parroquial totalmente colmatada, donde se realizaron
sus solemnes honras fúnebres y recibió sepultura en el panteón de Sacerdotes
junto a sus antecesores José Antonio Rivero
Mireles y Pedro Regalado Hernández,
acto que fue una auténtica manifestación de tristeza. Para sustituirle al
frente de la parroquia fue nombrado después Francisco
Cárdenes Herrera, nacido en Valleseco.
En el mes de agosto asumió
el cargo de alcalde interino nuevamente el liberal
Pedro Marichal Álvarez, aunque seguía instruyéndose el procedimiento
administrativo. En el mes de septiembre, el ministro de la gobernación confirma
la actuación de la Comisión Provincial Permanente en cuanto a la
incompatibilidad de Rafael Ponce Armas
«De Madrid nos escriben que se ha
declarado por Real orden que el cargo de comandante de milicias que desempeña
D. Rafael Ponce y Armas es incompatible con el de diputado provincial. Vése,
pues, cuan procedente fué el acuerdo de la Diputación provincial, declarando la
incompatibilidad del señor Ponce y contra el que interpuso recurso de apelación
este conocido muñidor leonino», noticia que es dada por el conservador La Opinión y silenciada por
el liberal Diario de Las Palmas.
El 11 de septiembre
tiene lugar la vista judicial para determinar la competencia de la Audiencia en
la denuncia presentada por los Concejales cesados contra la resolución del
gobernador y Comisión Provincial Permanente. El perfil de los letrados actuantes
por cada parte nos acerca a las posiciones políticas enfrentadas, dado que por
parte de los concejales aruquenses comparece el todopoderoso Juan Rodríguez Quegles y por parte de la
Comisión Provincial Ambrosio Hurtado de
Mendoza, unas veces tildado por los liberales
de republicano y otras de conservador, en su intento de buscar
rupturas dentro de los patrióticos.
Era la acostumbrada práctica de la confusión, dado que Hurtado de Mendoza era de los
republicanos posibilistas, que se rompieron cuando su líder Emilio Castelar
se incorporó al gobierno de Sagasta, quedándose
huérfanos en la isla cuando rechazaron incorporarse a los liberales leoninos, franquicia
en Gran Canaria de Sagasta.
La resolución de la
Audiencia de declararse competente, despejando las vertidas dudas de
parcialidad sembradas por los liberales,
obliga a su órgano de difusión a celebrar su decisión y congraciarse con el
fiscal Melo actuante en la vista que coincidió con el letrado defensor de los
concejales, cuestión que no tuvo la oposición del letrado de la Comisión
Permanente dado que la Real Orden ministerial del 1º de febrero situaba en
dicho ámbito la competencia jurídica.
Menos dudas ofrecía la
resolución del recurso de alzada interpuesto por el Comandante de Milicias Rafael Ponce Armas, alegando su abogado
que tal cargo no le "incapacitaba"
para el escaño de Diputado Provincial para el que resultó elegido por el
distrito de Guía. El intento de confusión pretendido por el abogado no alcanzó
sus fines, sencillamente porque como ya se había debatido y resuelto en la
Comisión Provincial, se le declaró "incompatible"
no "incapacitado", conforme
con la norma electoral que al mencionar los cargos de Comandante de Milicias y
Diputado Provincial, hablaba de "incompatibilidad".
La misma norma remitía la declaración de "incapacidad", entendida dentro de las excepciones
generales de los electos, a los privados del ejercicio de derechos políticos
por sentencia, sujetos a procesos criminales en el período electoral,
sentenciados a penas aflictivas o correccionales, carecer de medios de
subsistencia o recibir ayuda de establecimientos benéficos. Por consiguiente,
el afectado Rafael Ponce Armas tenía
que elegir uno u otro cargo en el plazo de ocho días, pues los dos eran incompatibles.
En el mes de octubre
asume la alcaldía interina el patriota
Francisco Blanco Falcón, y desde el
inicio su interinidad el liberal leonino
Diario de Las Palmas del día 9
inserta un remitido de "Varios
vecinos", que comentaban asuntos tan dispares como que «...en la plaza de San Juan: ordena V. que
no se enciendan los faroles porque allí no viven ni se pasean sino gentes que á
V. no le agradan (...) el teniente Alcalde parece traía la consigna de
avasallar á toda costa á algunos, atraviesa toda la plaza y se dirige con la
fuerza armada al vecino D. Francisco García Bolaños que se hallaba sentado en
una acera y no había ni chistado, y le detiene y le lleva entre municipales al
cuarto de las cachuchas (...) el que se permita á un municipal haga la
presentación de reses postergando al regidor que le compete y no dando entrada
sino á los suyos sean á no matriculados haciendo comer al vecindario carne
carísima y mala (...) el que se haya multado y traído preso á un maestro
barbero para administrar le vacuna, en tanto se autoriza á otro de igual clase
y se pone á su disposición un municipal para que ejérza la misma industria; el
que ese mismo municipal, que paga el municipio, sirva de carpintero semanas y
semanas con abandono del servicio, á ese mismo barbero protegido; el que las
calles y plazas estén rebozando basura por todas partes, sirviendo de
admiración al transeúnte el triste contraste que hoy presentan con la proverbial
limpieza que hasta su interinidad les distinguía; el que no se vea una calle en
composición ni un camino en reforma, á pesar de necesitarlo urgentemente unos y
otros. ¿Para qué reserva V. esa arca tan repleta de que blasona? ... ».
El año ya estaba siendo
bastante movido en Arucas, y desconocemos si tuvo relación con el lugar de
origen del nuevo alcalde interino, pues aconteció que el 15 de este mismo mes
hubo una peregrinación de la isla a Teror para rogar a la Virgen del Pino de
Teror por la terminación de la guerra de Cuba, siendo la más numerosa la de
Arucas, a la que concurrieron juntas las parroquias del Bañadero y Arucas que
salieron a las siete de la mañana y llegaron a la villa mariana a las nueve y media.
Pero no todo era
peregrinación y rosario, dado que la acción acometida por la alcaldía interina
del apagado de alguno de los faroles de la plaza de san Juan, siempre
reivindicada como el centro de la ciudad por aquellos correligionarios del
desaparecido Partido Viejo que
reclamaron la construcción junto a ella de las nuevas Casas Consistoriales en
1875, y donde en esos tiempos se encontraba la sede del leonino Liceo en la casa propiedad de Rafael Ponce Armas en la esquina de la calle de La Herrería, frente
a la plaza de san Juan que su padre Juan Ponce Marrero había arreglado durante
su mandato en la alcaldía en 1852.
Era el inicio de la
madeja de argumentos que intentaban restar apoyo popular a la interinidad de
los correligionarios patriotas que
retomaban la alcaldía relevando a los liberales
leoninos, en un tiempo muy próximo a que se emitan resoluciones judiciales
o administrativas a las distintas denuncias presentadas, de donde se infiere
que estaba abierta la expectativa de recuperar el gobierno del ayuntamiento y aun
así querían ganarse la confianza perdida por los hechos denunciados desde la
práctica de ventilar que los "desmadres"
eran comunes a todos, pues conocían que los hechos denunciados aun siendo
ciertos correspondían a mandatos anteriores, en los que otros liberales leoninos y los ahora patriotas habían compartido gobierno
municipal y partido, y más aún cuando podría darse el acontecimiento de que se
convocaran elecciones bienales para la reposición de los concejales de Arucas.
Esta intencionalidad,
por si no quedó definida para algún lector, la manifestaron abiertamente en el
cierre del remitido que no dudamos se debiera al puño y letra de algún leonino: «Comprendemos que no pasando V. de interino y debiendo su puesto
solamente á una genialidad del Sr. Castañón, esté violento en él sospechando si
el pueblo le mira como intruso; pero ese no es motivo, Sr. Alcalde, para que V.
haga sufrir á los subordinados, que por chiripa le han caído, las consecuencias
de su ignorancia en la administración de un pueblo, y las de su mal humor por
que le consideren como extraño. Debiera V. tener en cuenta que si sigue
portándose asi, como interino, le van á negar sus sufragios para cuando
pretenda V. representarles legítimamente; y es muy triste no poder ostentar la
representación de un pueblo saliendo de la urna electoral, sino regirlo
"per salíum", entrando por la gatera».
No deja de ser curiosa y
creativa para aquellos tiempos la serie de cuestionarios simulados que bajo el
título genérico de Declaraciones íntimas
de los Cabecillas Liberales del conservador
La Opinión (aunque se subtitule Diario
Liberal-Conservador, para que pueda ser correctamente ubicado lo
recalificamos para no confundir con los llamados liberales, si bien ambos compartían ideología conservadora), en su edición del día 31 la dedicaban al aruquense Tomás García Guerra, que describe en
sátira su perfil político:
«¿Qué flores le agradan más á V.?: Las prohibidas.
¿Cuál es su dulce predilecto?: Los rosquetes de las taifas.
¿Qué ideas políticas tiene V. en el presente?: Repórter eso es una estocada a fondo;
déjeme V. recapacitar porque tengo tal "lío", que ni yo mismo sé lo
que pienso (un cuarto de hora de pausa, después nerviosamente) «¡en el presente,
no soy más que "leonino"!
¿Recuerda V, aquellos tiempos en que le decía á D.
Feliciano que lo quería como á un padre?: Si,
perfectamente.
¿Y entonces porque quemó V. un retrato del veterano de la
política tinerfeña, en Arucas, y le ha atacado furiosamente en la prensa?: Velay, cosas de mi yo metafísico, que es
más veleidoso que mujer coqueta».
Conviene situarnos en el escenario de finales del siglo XIX
en las islas, primero y en cuanto a los periódicos, donde el periódico La
Opinión que calificamos como "conservador" desde la visión
grancanaria (se subtitulaba asimismo "Diario Liberal-Conservador")
para no ser confundido con los autoproclamados "liberales" o
generalmente "leoninos", que se arroparon tal ese espectro político,
si bien ambos partidos compartían la ideología "conservadora"
imponiendo las diferencias los liderazgos, dentro de la que basculaban muchos
políticos como Tomás García Guerra y en función de sus expectativas personales
de alcanzar poder o cuotas de las prácticas "clientelares".
En cuanto al cuestionario simulado, los recursos satíricos
de la época elegantes y peyorativos al tiempo son muy ilustrativos. El recurso
de "los rosquetes de taifas", lo es por el cambio de parejas que
regula el mandador en los bailes de taifas, en similitud con los cambios de
partidos que ha tenido Tomás García Guerra. Y la referencia a "D.
Feliciano", no es otra que al abogado y Diputado a Cortes tinerfeño
Feliciano Pérez Zamora (1819-1900), quien en 1882 presentó proposiciones que
tendían a favorecer a Santa Cruz de Tenerife en el proyecto del trazado del
cable telegráfico submarino, para que el primer punto de amarre fuera la playa
de Antequera junto al puerto de Santa Cruz de Tenerife.
Ello originó un sonado debate con el Diputado Pedro Bravo
de Laguna y Joven, celoso guardián de los intereses grancanarios del que era en
ese tiempo su mentor Fernando León y Castillo, que redactó una nota que
firmaron los también diputados de muy distantes lugares y poco significativos
como Víctor Balaguer Cirera, Ramón Barrio Ruiz Vidal, Adolfo Merelles Caula,
Bernardo Portuondo Barceló, Francisco Romero Robledo y Jaime Nuet Minguell,
Conde de Torregrosa, pidiendo la reforma del trazado del cable submarino. El 6
de diciembre de 1883 el cable amarraría en Tenerife y fue celebrado con campanas
echadas al vuelo, centenares de cohetes y vítores de la multitud en el momento
de poner en marcha el cable por ser la primera isla unida por el cable a la
península. La después llamada "fiesta del cable" fue muy dolorosa
entonces para los intereses de los liberales leoninos grancanarios.
Ese mismo día, el
periódico Diario de Las Palmas
publica un segundo remitido de los "Varios
vecinos", que tras reconocer que ya los faroles de la plaza de san
Juan están encendidos manifiestan sarcásticamente «nos permitimos en la presente ocasión volver á distraer su atención,
fija siempre en hondos y complejos problemas, para darle gracias por su fina
galantería, todo lo cual nos alienta á exponer á su elevado criterio algunas
consideraciones, las cuales, como siempre, serán tenidas en estima por la superior
é interina autoridad de V. E.
Satisfecho V. E. por haber complacido á estos vecinos que
el Sr. Castañón tuvo la inspiración divina de colocar bajo su siempre celosa y
nunca bien encomiada administración, vamos á proporcionar á V. E. el placer de
aumentar su júbilo indicándole abusos, que de seguro V. E, ignora, cometidos en las mismas barbas de su autoridad interina».
Grupo de personas delante de la torre norte de la iglesia (Fedac) |
En noviembre se conoció
que Rafael Ponce Armas había optado
por el cargo de Diputado Provincial de gran importancia para los liberales
leoninos, renunciando al cargo de Comandante de Milicias dada la
incompatibilidad, cuestión que había un nuevo frente de lucha por la elección
de quien sería elegido para este último cargo de no menos importancia en la
política local aruquense. Tampoco la presencia del ahora Diputado Provincial
iba a permitir equilibrar los votos, dado que la mayoría conservadora de la Comisión Permanente Provincial aprobó que
ascendían a 2.000 pesetas las costas por la
la demanda interpuesta a la Comisión por los concejales del Ayuntamiento
de Arucas en relación con las multas impuestas.
Y así se llega al
esperado mes de diciembre en el que se van a conocer las distintas resoluciones
administrativas y judiciales en relación con los distintos expedientes abiertos
al ayuntamiento de Arucas y sus concejales, conforme a los plazos previstos
legalmente. La primera en llegar corresponde a la resolución del Consejo de
Estado, que dictaminó en favor de la Administración civil la competencia
promovida por el Gobernador a la Audiencia de Las Palmas en la demanda
ordinaria entablada por los concejales suspensos de Arucas contra la Comisión
Provincial que lo había ratificado e impuestos máximas multas, resolución que
no liberales no dudaron en achacar a la presión ejercida por el presidente del
Gobierno Cánovas del Castillo, con el precedente del sobreseimiento del caso de
corrupción de los concejales del Ayuntamiento de Madrid acaecido en 1892 y del
que hemos dado una pequeña referencia.
Inserta en la cronología
de estas resoluciones, el día 14 de diciembre el liberal Diario de Las Palmas publica el tercer remitido de Varios
Vecinos, que después pedirle al alcalde
abandone su refugio en la Costa del Bañadero con el alegato textual de «regrese de su Tablada y que abandonando
salinas y fielatos», y de iniciar queriendo no entrar, aunque meten el dedo
en la herida «No nos quejaremos más del
pésimo alumbrado, ni de la mala carne, por más que uno y otro artículo sigan
siendo de lo peorcito en su clase», ocupan su nuevo ataque a aquellas obras
que de alguna forma van a suponer el desplazamiento del centro de la Ciudad y
la postergación de la plaza de san Juan.
Inician primero atacando
el techo del edificio del mercado municipal «¿Por
qué ese Ayuntamiento que ha sacado á pública subasta aún lo que no es
obligatorio, ha prescindido de dicho requisito, ejecutando por administración
la composición de los techos de la plaza de mercado, que, por su entidad,
debieron haber sido hechos por remate?».
Para a continuación
ocuparse de los primeros trabajos de urbanización del solar donde estuvo la
ermita de san Sebastián, conocido popularmente como plaza de san Sebastián, a
la que como buenos liberales leoninos
llaman por su nombre oficial «¿Por qué se
ha permitido ese municipio interino, sin poner al público el proyecto y seguirlos
demás trámites legales, empezar también por administración, obras en la plaza
de León y Castillo?».
Y como era ya de su
costumbre, justifican que toda la denuncia se hace por el bien del pueblo,
escondiendo que sus preferencias para el epicentro de la ciudad es la plaza de
san Juan. «Con la realización de tan
descabellado proyecto, (y conste no hablamos del trazado que suponemos bueno)
se causan al vecindario muchos y graves perjuicios como son: Quitar el único
desahogo que hasta ahora tenia la plaza de mercado y que le era por demás
necesario. Estrechar y casi imposibilitar una de las calles más concurridas pues
á penas le han dejado ancho para un carro. (...) Y todo para qué? Para
construir un reducido aprisco, donde acaso intente, encerrar su mermado rebaño».
Esta última frase hemos
de entenderla bastante peyorativa y podría acercarnos a quiénes fueron los
autores de aquel nombre popular con el que después se conoció dicho espacio
urbano "Plaza de los gansos",
pues no hemos de olvidar que muchos de los motes y "nombretes" de esta ciudad de Arucas nacieron con igual
desprecio "endofóbico", por
mucho que se utilice la voz bíblica de "rebaño"
al referirse a personas, en sustitución de "ganado"
más del reino animal.
Desde aquel escrito de
1875 en que demandaban al entonces alcalde Antonio
González González, en este tiempo Concejal, que las nuevas Casas
Consistoriales se construyeran en la plaza de san Juan, en tantos años pasado
no habían cedido en su empeño de poner palos en las ruedas para que no avanzara
el tejido urbano de Arucas en dirección al poniente, probablemente porque todos
aquellos nacidos de aquel Partido Viejo,
familias enhebradas, tenía en el entorno de la plaza de san Juan sus
propiedades que ganarían en valor. Aunque nos anticipemos en los tiempos, vale
la pena conocer desde este tiempo que las iniciativas urbanísticas de los
mandatos municipales siguientes irán en esa línea de protección de sus bienes
raíces.
El 21 de diciembre
publica Diario de Las Palmas una
larga carta de réplica firmada por el secretario municipal Francisco Ojeda, a los tres remitidos de los anónimos "Varios Vecinos", datada el
día 16 de donde se presume que el periódico liberal
se tomó cinco días antes de su inserción. Aunque pueda ser parcial y obedecer a
los intereses de los llamados "patriotas", la información que aporta
son detalles de interés para recomponer la historia municipal, y por tanto es
un documento complementario de sumo interés para reproducirse en su totalidad,
sin desperdicio alguno.
«Sin duda el silencio que se ha venido guardando respecto á
las precocidades y embustes del autor de la Carta, que se escuda con el pseudónimo
VARIOS VECINOS, ha hecho que fuera creciendo de punto sus atrevimientos, hasta
rebasar los límites de toda conveniencia. Su eterna pesadilla es el dignísimo
Alcalde interino de este Ayuntamiento, y á él suelen ir dirigidos todos los
cargos que su fantasía forja los cuales lanza á los vientos de la publicidad
como efervescente escoria eruptada al calor de su innoble pasión política.
Ahora la emprende también con la mencionada autoridad, con
el Ayuntamiento que preside y con las Oficinas municipales, pensando el
flamante campeón estadista, que este conjunto había de ofrecerle más ancho campo
á sus algaradas por los espigados trigos de la prensa.
Comienza sus cargos concretos por lo pésimo del alumbrado
público y la mala calidad de la carne que se expende, disgustado tal vez de que
no permanezca
encendido la mayor parte de la noche el farol que había de
servir para el uso particular de alguno de sus amigos, y de que hoy se reparta
en el despacho por igual la carne entre todo el vecindario, sin destinar la
masa para los elegidos, dejando las piltrafas y los huesos para el resto de la
población, como venía sucediendo.
Es claro que el alumbrado público está desatendido, cuando
precisamente durante la interinidad de este Ayuntamiento se han dotado de
faroles á los populosos barrios del Cerrillo, Goleta y Costa del Bañadero, que
carecían en absoluto de ellos. Es evidente que las carnes que se expenden son
de mala calidad, como lo acredita el hecho de haberse sacrificado desde Enero hasta
Junio de 1896, 207 reses vacunas y desde Julio hasta el día de hoy 206, tiempo que
ha estado funcionando el Ayuntamiento interino; mientras que á partir de Junio
hasta Diciembre de 1895, solo se despacharon 188 reses. Consecuencia: á mayor
consumo por calidad de la carne.
Ni puede tolerar tampoco que las oficinas municipales se
hallen dotadas con un Secretario, un Oficial y un Escribiente. ¡Qué lujo de
empleados! De seguro que en Mogán no hay tantos.
Lamenta con llanto de cocodrilo que las calles se hallen
abandonadas, é impugna la reforma que se está llevando á efecto en la Plaza de
León y Castillo, mejora que embellece notablemente á esta población y que desde
hace años viene reclamando el vecindario. El proyecto de la Plaza lo considera descabellado,
pero el trazado lo supone bueno. —Aquí podríamos decir que la lógica está de
duelo.
Y por no ser consecuente con nada, ni siquiera tolera que
la plaza á que dá nombre el esclarecido hijo de Canarias D. Fernando de León y
Castillo, sea embellecida; prefiriendo que la adornen gánigos y esteras, tostadores
y serones en los días de feria.
Tampoco le cabe en el caletre que la reparación de los
techos dé la Plaza de Mercado, se haya realizado sin las formalidades de
subasta. Es lamentable que no se hubiese sabido á tiempo su disgusto, porque
todo pudo haberse arreglado en forma legal.
Como quiera que los techos amenazaban desplomarse, y las
habitaciones estaban ocupadas por las personas que las remataron en renta,
mientras se tramitaba el oportuno expediente para la subasta de las obras, y á
fin de evitar una desgracia, se hubiera acudido á Vd. para que desempeñara el
papel de puntal de aquellos, servicio que nunca le pagaría el vecindario en obsequio
á la buena administración municipal.
Tócale el turno á las cédulas personales: el conspicuo
moralizador arremete al Alcalde, al Ayuntamiento, á los empleados de Secretaria
y hasta arremetería al Verbo, si el verbo pudiese formar parte del personal con
que funciona el actual Municipio.
Si el padrón tiene adefesios, no es culpa del rematador que
lo confeccionó: han de ser responsables precisamente el Alcalde y los
Concejales, los cuales debieron estarlo examinando sin interrupción media
docena de días, sacar seguidamente listas de todos aquellos contribuyentes á
quienes considerasen injustamente clasificados, despachar sin perder momento á
los agentes municipales para que citaran á los agraviados; y ya reunidos éstos,
decirles que se hallaban en el caso de reclamar contra la negrada que con ellos
trataba de cometer el arrendatario, al cual se trataría de pícaro y judío para
que el pueblo viese que se tomaba con calor su defensa. Al mismo tiempo,
hubiera convenido también que las campanas se echasen á vuelo y dar algunos mueras,
á fin de que el acto resultase más imponente. Entonces si que hubiera estado en
carácter el Ayuntamiento de Árticas, sirviendo de cabeza de motín.
Ya lo saben los Alcaldes de otras poblaciones, para cuando
el caso se presente: no basta disponer se fijen al público los edictos que envía
el arrendatario, anunciando que por término de 15 días pueden los vecinos examinar
el padrón de cédulas y deducir las oportunas reclamaciones; no llena tampoco el
objeto hacerle saber además por medio de Pregón á la salida de misa; no es suficiente
que los empleados de Secretaría expliquen á los contribuyentes lo que importa cada
clase de cédula, y cuales son las bases de clasificación para que comprendan si
tienen derecho ó no á reclamar; no vale tampoco el que se les advierta que la
reclamación ha de ser para ante el señor Delegado de Hacienda de la Provincia
en un pliego de papel notarial de á peseta. Nada de esto es pertinente: el
alcalde debe ordenar se toque á somatén, convocar á cada une de los cabezas de
familia que le parezca subido en la clasificación y arengarles para que
reclamen, en medio de apostrofes al arrendatario.
Y no para aquí lo de las cédulas: el autor de la Carta,
tiene la osadía de afirmar mintiendo como un bellaco, que en las oficinas municipales
se ha hecho la defensa de los manifiestos errores que el padrón contiene; deslizando
al propio tiempo la especie, de si en ellas se había tenido parte en su
confección y si hay en las mismas alguien directamente interesado. Está equivocado
por completo el perspicaz; en estas oficinas no existe sociedad alguna en
comandita para explotar en beneficio propio los servicios públicos.
Después de tanto bregar, concluye el consabido autor
revolviendo entre cerdos y estercoleros, y como quiera que la pestilencia no
nos permite penetrar en tan peligroso terreno, sobre todo hoy que es necesario tomar
algunas precauciones con motivo de los casos de viruela que por desgracia se
han presentado en esta población, le dejamos en aquellos linderos para su
recreo y solaz.
Hasta aquí lo de la Carta: pasemos á otros particulares.
Ya que tan arrebatado se ha venido sintiendo por fiebre de
justicia, ¿por qué no clamó indignado en los momentos en que palpitaba el
hecho, contra los infames incendiarios que, ocultos en las sombras de la noche,
rociaron con petróleo y pegaron fuego á las casas de dos vecinos honrados de
esta Ciudad.
¿Por qué no ha protestado de los escándalos nocturnos que
se han venido sucediendo en la población, cada vez que el Ayuntamiento
propietario volvía al Municipio con motivo de las elecciones para Diputados á Cortes
y Provinciales últimamente celebradas, escándalos que no reprimía la autoridad
ni sus agentes? Es qué los miraba con fruición el comunicante?
¿Por qué ha pasado en silencio el hecho, que implica una
grave falta administrativa, de no haber sabido defender el Ayuntamiento propietario
los intereses que le estaban confiados, dando lugar á que se declarase por
Hacienda definitiva la liquidación del débito que le figuraba para con el Tesoro
público, consistente en 15.037'67 pesetas, que hoy tiene que pagar el
Municipio, cuando es así que á lo sumo adeudarla 700 pesetas? No son
responsables moral y materialmente los individuos que componen dicha Corporación?.
Siguiendo en este último terreno ¿quién ha hecho mejor
administración, el Ayuntamiento propietario dejando en arcas 2.416 pesetas 33
céntimos al terminar el mes de Junio de 1895 ó el interino que en igual mes del
96 cerró sus operaciones con una existencia en metálico de 18.805'65 pesetas?
¿El primero, que solamente recaudó por Consumos durante el
año económico de 1894 á 95, 43.805'94 pesetas, ó el segundo que en el ejercicio
de 1895 á 96 la recaudación con 55.195'26 pesetas aparte de lo que quedaba
pendiente de cobro?.
¿El primero que no encontraba puesto para la subasta de los
Consumos, sin embargo de que el hilo solo ascendía á 2(ilegible) pesetas 70
céntimos, ó el segundo que se bastó la cobranza de los mencionados derechos en
53.111 pesetas?
¿El primero que solo sacaba por rentas de la Plaza de
Mercado 4.144'57 pesetas ó el segundo que por medio de arriendos a hecho elevar
dicho producto á 7.000 pesetas?
¿El primero que no recaudaba por arbitrio dé la matazón,
sin embargo dedicarse la cobranza sin gastos, unas 3.746'25 pesetas, ó el
segundo que por medio de subasta ha obtenido 4,200 pesetas?
Ahora sí que el público puede juzgar la gestión
administrativa del Ayuntamiento interino durante su difícil marcha al frente
del Municipio, que han tratado de obstaculizar en todos los terrenos los que se
dijeron defensores de los intereses comunes.
Si no satisface lo consignado, estén dispuestos á hacer más
luz».
En contenido de lo que
expone este largo escrito, que aún de reciente nombramiento el secretario
municipal interino, acredita conocer perfectamente las interioridades de la
administración del municipio, además de destacar el olvido y abandono padecido
por los distintos barrios del municipio durante el larguísimo mandato de
aquellos que centraron su dedicación y esfuerzo en el casco urbano, va
desgranando una serie de datos económicos que apuntan a la deficiente e
interesada gestión fiscal realizada por un recaudador que lo sitúa en el
entorno de los afines o amigos de los autores de las tres cartas firmadas por
los "Varios Vecinos".
Aun cuando las denuncias presentadas
contra el ayuntamiento y concejales lo eran por asuntos procedimentales y otros
incumplimientos de las normas administrativas, y del resultado judicial de las
mismas pues pudieran ser sobreseídas o no, esta carta nos apunta un pequeño
esbozo de la tramoya que había tras el escenario del "cantón leonino" de Arucas que empezó a construirse bajo distintas marcas políticas a
lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, sustentado en la trasmisión
familiar del poder para primar los intereses particulares sobre los comunes del
vecindario.
No se hace esperar la respuesta de los "Varios Vecinos" en remitido publicado por el Diario de Las Palmas del día 29 de diciembre, quienes pretendiendo dar por finalizado el debate lo encabezan con el título de "Conclusión", en un largo y abrumador recuento de cifras trata de rebatir las cifras dadas por el secretario municipal en su réplica, desde su criterio que no ha sabido elegir bien los períodos comparados, pero sin entrar en aclarar las pistas que dio sobre la actuación del recaudador fiscal y de las abandonos de los barrios.
No se hace esperar la respuesta de los "Varios Vecinos" en remitido publicado por el Diario de Las Palmas del día 29 de diciembre, quienes pretendiendo dar por finalizado el debate lo encabezan con el título de "Conclusión", en un largo y abrumador recuento de cifras trata de rebatir las cifras dadas por el secretario municipal en su réplica, desde su criterio que no ha sabido elegir bien los períodos comparados, pero sin entrar en aclarar las pistas que dio sobre la actuación del recaudador fiscal y de las abandonos de los barrios.
Curiosamente acaban el
escrito fijando otras tareas investigadores al secretario municipal para que le
sirvan de distracción, desde la teoría de que los hechos que le encarga
investigar son de la autoría del mandato de Antonio
González González, en que quedaron a la luz los mismos, y no cuando los
dineros municipales faltantes se "evaporaron".
Lo recogen así como pretendiendo una gran cortina de humo:
«En cuanto á historia un poquito más atrasada, tome V. del
archivo el espediente del cementerio y quizá en alguno de sus pliegos se
encuentre 34.000 rvon. que andan perdidos; también los espedientes de la casa
panera, ermita de S. Sebastian, casas de la Escuela y alguno otro pueden
suministrar á V. preciosos datos, para la luz ofrecida y acaso á sus
resplandores encontremos los productos que hasta ahora nadie que sepamos, ha
visto. Anímelo V. Sr. Alcalde que buen campo se le presenta para hacer estudios
comparativos, y deberemos á V. Sr. Alcalde un favor más á que le quedaran obligados
los firmantes».
Probablemente quisieron
dar por concluido el debate público los liberales
leoninos, pues conocerían de la información dada por el conservador La Opinión seis días antes
sobre la competencia de los expedientes al ayuntamiento, que decía así:
«De alguna, que causará sorpresa á esas gentes
acostumbradas á fáciles triunfos, cuando León y Castillo tenía influencia,
mandara el partido que mandase, no hablaremos, sino en sazón oportuna. Otras
hay, sin embargo, que merecen ser conocidas desde luego.
En la ruidosa demanda ordinaria de los concejales suspensos
de Arúcas contra la Comisión provincial, á propósito de varias multas que ésta
les había impuesto con toda justicia, por no haber rendido oportunamente unas
cuentas, saben nuestros lectores que se entabló competencia, por parte del Sr.
Gobernador civil, á la Audiencia Territorial de Las Palmas que conocía en el
asunto. A pesar de lo claro del caso, la Sala presidida por el Sr. Heredia y
Mora, se declaró competente y remitidos los autos á la Presidencia del Consejo
de Ministros, pasaron á informe del Consejo de Estado.
Nombrado ponente el consejero D. Tiburcio Rodríguez,
acometióle súbita desazón y de carácter tan pertinaz, que iba á transcurrir el
plazo que tiene ese alto Cuerpo para emitir su informe, sin que llegara á
darlo. Advertido á tiempo el Presidente de la Sección de Gracia y Justicia, se
nombró otro ponente que dictaminó en sentido favorable á la Administración,
mereciendo que la referida Sección lo aprobase por unanimidad. De ello habíamos
dado cuenta á nuestros lectores; mas no de que reunido en pleno el Consejo de
Estado, aprobó también ese dictamen y lo ha pasado á la Presidencia del
Consejo, esperándose salga de un momento á otro la Real orden resolviendo la
competencia á favor de la administración civil. (...) Persuádanse los leoninos de que los tiempos han
cambiado».
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