miércoles, 22 de abril de 2015

1896 En el epicentro del terremoto político de la nueva Ciudad de Arucas

Entender todo el conflicto originado en la administración del ayuntamiento de Arucas en este año aciago para la historia municipal, enmarcado en la lucha política entre conservadores y liberales, es difícil y compleja, nos obliga a traer a colación mucha información y noticias cruzadas, y bueno es que conozcamos los actores que están en el escenario de la política local en su inicio a partir del censo publicado por el Boletín Oficial y datado al 28 de enero, con la total relación de concejales y mayores contribuyentes que conforman a los electores municipales, dentro de los cuales están los electos en corporaciones anteriores que fueron nombrados "interinos" por el Gobernador, aunque de forma excepcional por una sola vez nos extendamos en la completa relación de los mismos pues todos componen el poder fáctico de la Ciudad, los primeros ordenados alfabéticamente y los segundos por su tamaño económico y contributivo, siempre que tengan fijada su ciudadanía en Arucas.

Concejales: Francisco Blanco Falcón, Manuel Cabrera Marrero, Antonio González González, José González Martín, Cleto Granado Afonso, Domingo Guerra Marrero, Salvador Hernández González, Valentín Lorenzo Matos, Domingo Marrero Guerra, Manuel F. Marrero Ponce, José Medina Marrero, Juan Medina Marrero, Segundo Ponce Martínez, Basilio Suárez Ojeda y Manuel Suárez Rosales.

Mayores contribuyentes: Ramón Madan Uriondo, Domingo Suárez Guerra, Ricardo Suárez Guerra, Pedro Marichal Álvarez, Rafael Suárez González, Francisco Ponce Martínez, Juan Suárez Guerra, Pedro Castellano Ponce, Pedro Quevedo Espino, Juan R. González Rodriguez, Francisco Marrero Guerra, Carlos Medina Batista, Bartolomé Falcón Jiménez, Francisco Pérez Marrero,  Francisco Dávila Quesada, Manuel Rosales Marrero, Manuel del Toro Sánchez, Vicente Lorenzo Rodríguez, José Guerra Navarro, Norberto Henríquez Hernández, Rafael Ponce Armas, Pedro Sánchez Moreno, José Castellano Lorenzo, Antonio Guerra Navarro, Francisco Rodríguez Rodriguez, Sebastián Hernández González, Juan Blanco García, Antonio Guerra Rodríguez, Rafael González González, Faustino Santana Guerra, José Ferrera González, Francisco Hernández Armas, Domingo Barbosa Pérez, Juan Guerra Navarro, Benigno Rosales Hernández, Juan Hernández Arencibia, Miguel Pérez Pérez, Blas Marrero Pérez, Manuel Guerra Navarro, Francisco Romero Rodríguez, Antonio Quintana Medina, Luis Hernández Déniz, José Suárez Guerra, Francisco Almeda Rosales, Antonio Martín Rodríguez, Ezequiel Hernández Rojas, Martin Afonso González, Juan R. Rodríguez Rodriguez, José Lorenzo Benítez, Juan de la Cruz González Matas, Segundo Cabrera Henríquez, Juan de la Nuez Rodríguez, José Tomás Marrero Suárez, Francisco Hernández González, Demetrio Granado Marrero, Manuel Rodríguez Lorenzo, Andrés Hernández Marrero, Calixto Rosales Marrero, José Henríquez Hernández y Manuel Marrero Rubio.

La administración interina del ayuntamiento se extendió hasta el siguiente año y después de la alcaldía de Antonio González González, se produjo una situación bastante anómala derivada del conflicto jurisdiccional por las competencias en los expedientes abiertos al ayuntamiento, pues el Consejo de Estado las situaba en el ámbito de la administración del Estado, concretamente en la Comisión Provincial Permanente y Gobernador Civil, mientras que la Audiencia entendía era de su competencia. Se produjeron así alternancias en las alcaldías interinas en cortos períodos de Pedro Marichal Álvarez y Francisco Blanco Falcón, quienes resultaban elegidos por los concejales electos el primero o por los nombrados para sustituir a los electos, entre los que se dieron también algunas renuncias.

La Audiencia se declaraba competente para resolver los expedientes sancionadores promovidos por el Gobernador Civil, ratificados por el Ministro de la Gobernación por Real Orden, y los recursos presentados por los concejales cesados contra la resolución, todo ello hasta que la retomó Pedro Marichal Álvarez en febrero de del siguiente año al levantarse por la Audiencia la suspensión municipal.

Intentamos desvelar todo este incidente municipal, producto de las luchas entre liberales y conservadores por el poder municipal, quienes amparados de igual forma por las continuas alternancias en el gobierno del Estado, suscitaron tres expedientes sancionadores por asuntos procedimentales y de régimen administrativo, cuando el verdadero trasfondo era la prevalencia del interés particular sobre el interés general. En un escenario de total manipulación de la verdad por los órganos de difusión de ambos partidos, haciendo muy difícil conocer la auténtica verdad, muy difícil cuando Arucas era un "cantón liberal leonino", gobernado como un auténtico "sultanato" en el que se accedía a la sucesión por los vínculos de sangre en sus ancestros. Más aún cuando de tal condición presumía la familia leonina a nivel insular. En todo esta disputa quedaron marginados los progresistas y republicanos, como había acontecido a nivel del Estado, y los dos bandos que se disputaban el gobierno municipal estaban integrados por personas que antes y después fueron correligionarios en un mismo partido.

La Comisión Provincial Permanente del 24 de enero, después de mucho debate, adoptó conforme a otra propuesta del Gobernador Castañón el siguiente acuerdo: «Imponer al Ayuntamiento de Arucas el máximum de la multa que previene la ley, que deberá hacer efectiva en el término de 10 días, correspondiendo satisfacer la cuarta parte el Secretario del Ayuntamiento, por no haber instruido expedientes de prófugo contra varios mozos de los reemplazos de 1892, 93, 94 y95».

El 6 de febrero el periódico de los conservadores tinerfeños La Opinión daba cuenta de la ratificación ministerial de la sanción impuesta por el Gobernador Civil al ayuntamiento por el control presupuestario: «La Gaceta de hoy publica R.O. de 1.° del actual por la que se confirma la suspensión del Ayuntamiento de Arúcas y se manda pasar los antecedentes á los tribunales de justicia».

Al día siguiente Diario de Las Palmas, órgano de los liberales leoninos, arropa a sus correligionarios y señala en primera plana la defensa política, no sea que la jurídica se tuerza, de cuyo amplio texto destacamos la esencia de sus ideas: «Al Ayuntamiento de la ciudad de Arúcas, que puede servir como modelo entre todos los de España, se le lleva á los tribunales; á los de la isla de Tenerife en los cuales impera la inmoralidad más escandalosa, se les respeta, se les ampara, se les guarda toda clase de consideraciones.

¡Pobre nación aquella donde se castiga la honradez y se ampara la inmoralidad! Nuestros amigos de Arúcas, cuya población se proponen estos patrio-tinerfeños perturbar, saben que aquí tienen el apoyo decidido y entusiasta del partido liberal: si á hombres inocentes se les entrega á los tribunales, la propia defensa exige contestar á la guerra con la guerra, y tomar represalias sin consideraciones á nadie».

La lucha política entre conservadores y liberales, no debía ser interpretada como una lucha de intereses por el gobierno de un ayuntamiento, se situó en el escenario que más voluntades podía sumar, en el insularismo abanderado por León y Castillo, era la lucha de Tenerife contra Gran Canaria, los primeros aprovechándose de la capitalidad de la provincia única de Canaria. En Arucas, unos y otros habían compartido el espacio político para repartirse los beneficios del gobierno municipal, pero cuando los intereses personales se cruzaron, enarbolaron diferentes banderas partidistas.

El 26 de febrero el periódico La Opinión, avanzó otro de los expedientes abiertos al ayuntamiento «Han sido entregados á los Tribunales los concejales del Ayuntamiento de Arucas, que han desempeñado sus cargos en los últimos años, por abusos en la recaudación de consumos y no exigir al Administrador del Impuesto cumpliera con las formalidades legales. Buena andaba la Administración en manos de los fusio-leoninos».

Las entendidas como persecuciones políticas de que era objeto por la incompatibilidad del escaño de Diputado con su condición de Comandante de Milicias Rafael Ponce Armas, el "gallo tapado" de los liberales aruquenses, no vendrían solas. En los primeros días de marzo le acompañaron las desgracias familiares, y así sus amigos y correligionarios de El Diario de Las Palmas daban la triste noticia: «Una nueva desgracia irreparable aflige en estos momentos á nuestro querido y distinguido amigo, D. Rafael Ponce y Armas. La muerte ha vuelto á su hogar, enlutado tantas veces, arrebatándole á su hijo Domingo, joven de veinte años, víctima de la misma enfermedad traidora que llevó á la tumba á varios de sus hermanos. Estas repetidas desgracias de familia abaten y postran el ánimo más firme. Ver desaparecer uno tras otro, heridos del mismo golpe, los seres más queridos, es prueba demasiado dura, aun para los que, como el Sr. Ponce y Armas, tienen entereza de ánimo capaz de afrontar las mayores adversidades de la vida.

El hijo que acaba de perder, en la edad hermosa de las ilusiones y de las esperanzas, merecía por todos conceptos la estimación general, y se habia captado efectivamente el aprecio de todos los que le conocían. No necesitamos esforzarnos en probar á nuestro buen amigo e! Sr. Ponce cuanto nos contrista su desventura; sabe él que siempre hemos tomado parte muy principal en sus penas, y no debe dudar que en ésta, tan amarga, le acompañan nuestro sentimiento y nuestras simpatías, el mismo que á su apreciabilísima familia. Terrible es la herida que acaba de inferirle la contraria suerte, pero á pesar de todo confiamos en que su probada firmeza de espíritu logrará sobreponerse al abatimiento del dolo».

Aún siendo interesada, la versión "leonina" de lo acontecido en el "cantón leonino" de Arucas, así llamado entonces por la oposición "conservadora patriótica", es recogida por su órgano de difusión Diario de Las Palmas el 17 de marzo, que sigue defendiendo a ultranza la persona y obra de Fernando León y Castillo:

«En el nombramiento de concejales interinos, y aquí conviene hacer patente que quince de los mismos han renunciado sus cargos, ha hecho maravillas el Sr. Castañón. En primer lugar nombró el actual alcalde, al síndico y á otros concejales tan responsables, como algunos de los salientes, de las faltas que á estos se imputaba; porque designó á otros que no hacia cuatro años que habían cesado en sus cargos; porque suspende á ocho concejales que tomaron posesión de sus puestos el día 1º de Julio de 1895, fecha muy posterior á las supuestas faltas en que se han fundado las suspensiones; y por que, en suma, ese mismo Gobernador, ese monstruo de moralidad, ese protector de los puertos-francos, nombra concejales interinos para sustituir á aquéllos, á los mismos que cometieron las faltas que imputa á otros. ¿Puede pedirse mayor moralidad?.

Decía hace poco el mismo periódico, que no cuenta á sus lectores más que inexactitudes, que los recibos pendientes de cobro del municipio suspenso eran de personas que gozaban del favoritismo, queriendo demostrar sin duda, que se les cobraba inmediatamente á los contrarios, y con comodidad á los amigos. El alcalde y concejales actuales, sus deudos y amigos, que se hallan entre los deudores, que respondan por nosotros; que conteste á la vez el actual administrador de consumos, sin fianza, D. Pedro Suárez, para que desmientan tanta falsedad; que hable á la vez el primer teniente de Alcalde D. Pedro Blanco, cuando fué rematador de consumos, para que le diga que si no perdió la fianza y algo más, lo debe al favor de nuestros amigos, que vigilando siempre por los intereses del pueblo, no han querido jamás perjudicar á nadie, haciendo servicios á tirios y á troyanos.

Por lo demás, sepa y entienda ese periódico que los concejales suspensos de Arúcas tienen su conciencia tranquila y nada tienen que temer, y en igual caso no están algunos de los actuales mandarines que se creen puros é inmaculados; y conste, por conclusión, que los servicios prestados por el anterior municipio de Arúcas, fueron á todo el pueblo, captándose el aprecio y simpatía de sus administrados, pero nunca apeló á persecuciones injustas, á mezquinas venganzas, ni jamás abandonó los públicos intereses que le estaban encomendados».

No debe sorprendernos que en la lucha política de entonces, cuando se encontraban los políticos de forma presencial, se guardaba entre los contendientes la compostura en el trato y en la palabras, aunque la sangre hirviera, y se trasladaba a lo escrito en los respectivos órganos de difusión de los partidos, todo aquello que se conocía o presumía del personaje, aunque rayara en la falsedad al no estar tipificado el libelo penalmente. Se recurrió mucho al recurso de utilizar los "remitidos" cuyo autor permanecía en el total anonimato, al tiempo que se aludía a personas en sentido figurado, de forma tal que podría ser reconocida exclusivamente por los lectores y correligionarios que seguían la política local, una pequeña minoría de la sociedad de finales del siglo XIX que no llegaba a captar las alusiones. Era el culto a la persona dentro de su pequeño grupo de feligreses, que sustentaba su discurso en su capacidad para burlar al contrario, para sentirse adulado, despreciando así al resto de la sociedad que eran calificados de ignorantes e invisibles.

Era la práctica de la "endofobia", de la aversión a todo lo que estuviera fuera del entorno de la familia, que se extendía a los ámbitos de la política y los negocios a través de las alianzas matrimoniales que favorecían su mayor tamaño, sin romper los atributos de la endogamia, y sobre todo preservando las fronteras clasistas.

Un buen ejemplo de este proceder lo encontramos en el mitin celebrado en el Casino el 14 de marzo por los conservadores y la particular crónica que del acto dio el liberal Diario de Las Palmas, con un lenguaje críptico entendible a unos pocos, y firmado por un anónimo "Un patriota de verdad":

«... Arrastrados por tres caballos tordos llegaron á esta ciudad, los tres..! Trataban de representar en Arúcas una comedia y, esta población, que en su casi totalidad condena la anti-patriótica política de la agrupación que en esta isla ha levantado la bandera tinerfeña, ha realizado un acto de protesta que seguramente será imitado por los demás pueblos de la isla, cada vez y cuando esos patrioteros vengan á provocar á sus habitantes con sus ridículas algaradas. La ciudad de Arúcas no está dispuesta á tolerarlas, ni menos á consentirlas; la lección dada ha sido merecida y deben entender esos oradores callejeros que á los pueblos se les respeta cuando se quiere ser respetado.

En el Casino de esta ciudad, una de las dos sociedades que posee, anuncióse al tronar de cohetes voladores, una pantomima, un aquelarre como ustedes dicen ahí. Pero no adelantemos los sucesos.

A las cinco de la tarde llegaron los tres, y tres se acercaron á saludarle. A la llegada de los modernos padres misioneros se retiró uno de los que les esperaban, diciendo que su historia republicana le prohibía oficiar en público de conservador. No opina lo mismo el Sr. Rodríguez Almeida, republicano furibundo, que acepta gustoso la Alcaldía de Guía ofrecida por un Ayuntamiento conservador!.

A las ocho y media de la noche empezó la función. El salón estaba casi desierto, pues solo contenía los diez concejales interinos del Sr. Castañón y cinco más. Estos cinco eran los aspirantes á concejales, pues sabido es que 18 ex-concejales han renunciado sus cargos á la moralizadora autoridad!.

El Alcalde y el Síndico que, en apuestos jumentos habían acudido á cumplimentar á Elena, Melena y Pelona, situáronse junto á la puerta de entrada. Abrió la sesión D. Pedro Suárez Pérez, actual administrador de consumos sin fianza, sin fianza Sr. Castañón, aspirante á Alcalde, y dijo verdaderamente emocionado:

"Señores, ha llegado la comisión para estar todos juntos reunidos, y puesto que ya estamos reunidos todos los que nos debemos reunir, queda presentada la jornada y abierta la reunión". Y cuentan los que vieron, que el verbo reunir lloraba amargamente por la sobadura de que fué objeto.

Dos fueron los oradores encargados de entretener al respetable público y dos los discursos que apenas si duraron diez minutos. Ya sabían ellos que era predicar en desierto! El águila no graznó! Ni aún eso sabe!.

Empezó el liberal disidente, el de mirada recelosa, el que parece que de sí mismo desconfía, diciendo: "Nobles , hijos de esta ciudad, no os dejéis engañar por esos que tratan de dominaros; D. Fernando de León está ya viejo, (el marino que cruza los mares si que es joven) y hay que sustituirlo por otro que no lo sea".

Y aquí fué Troya. Los nobles hijos de esta ciudad, sin poder resistir por más tiempo comedia tan inicua, y de tan ruin calaña, contestaron con una de silbos espantosos, y repetidos gritos de ¡fuera! ¡fuera! los saca-muelas! Fué tan tremendo el escándalo que se armó, amigo Director, que el Alcalde.... por fuerza, á pesar de que la vara de autoridad la dejó olvidada en casa, lanzó á la calle á todos los agentes municipales con orden de apuntar (apunte usted) á todo el que silbase ó protestare del patriótico acto; pero las calles de San Juan y de Muñoz que conducen al Casino estaban tan atestadas de gentes que protestaban, y era tal la silba y tanto la gritería, que los infelices guindillas escaparon aturdidos buscando amparo bajo las alas del águila caudal. No hay que decir que el orador guardó el más absoluto silencio.

El público esperó largo rato á que los predicadores salieran á la calle para dirigirse á la fonda, cuando no tuvieron otro remedio quo verificarlo, fueron acompañados hasta la fonda por inmenso gentío que los gritaba y silbaba estrepitosamente. En la puerta del Hotel los esperaba una charanga de instrumentos nada armoniosos, que rompió con la marcha de infantes!.... ¡Qué caras más compungidas! ¡Qué ridículo más espantoso! ¡Qué lección más merecida! ...».

Alardea mucho el liberal Diario de Las Palmas en "hacer patente" que los concejales nombrados en sustitución han presentado su dimisión, utilizando este dato como argumento manipulador de la infortunada actuación del gobernador Castañón y del general rechazo de la ciudadanía aruquense, cuando la realidad es muy distinta. Tan sencilla como que el gobernador había nombrado para la sustitución de los concejales denunciados, a miembros electos de corporaciones anteriores siguiendo otros precedentes, y así resultaron nombrados correligionarios del Partido Liberal Canario, el mismo que sostenía al repetido periódico. Lo confirma el acta de la Comisión Provincial Permanente del próximo pasado 21 de marzo, cuando adopta el acuerdo de «Remitir al Sr. Gobernador las tres instancias presentadas por D. Francisco Pérez Marrero, D. Rafael Suárez González, D. Pedro Castellano Ponce y D. Rafael Ponce Armas, renunciando los cargos de concejales del Ayuntamiento de Arucas, á los fines que mejor estime, toda vez que no es de la competencia de este centro resolver cosa alguna en el asunto de que se trata». La renuncia obedece a que no pueden prestarse a ser sustitutos de sus multados compañeros de partido, muy lejos de la lectura parcial que hace el órgano de difusión.

En esa interinidad, confusión de competencia jurídica, nombramientos y renuncias, el cargo de alcalde en el mismo mes de abril es desempeñado primero por el liberal Pedro Marichal Álvarez y después por el patriótico Francisco Blanco Falcón.

Otra muestra en la versión contrapuesta la tenemos el 18 de abril, cuando el conservador La Opinión, se hace eco de la convocatoria de un mitin de los liberales leoninos en la gallera de Las Palmas y que iba a significar la vuelta al redil del abogado y político Tomás García Guerra, después de su fracaso con el Partido Sincrético:

«En el Diario de Las Palmas leemos la convocatoria de un meeting que debieron celebrar los leoninos el jueves de esta semana. El meeting debía verificarse en la Gallera. La elección del local, como se vé, no ha podido ser más oportuna. La Gallera, nos cuenta además el colega, que está situada en la calle de Santa Bárbara, situación que también no deja de ser oportuna.

No vaya á creer el suspicaz colega que la oportunidad que encontramos consiste en la palabra bárbara; de eso no nos ocupamos hoy. Consiste en que los leoninos no se acuerdan de Santa Bárbara, sino cuando truena. No se acuerdan el aristocrático D. Felipe y su estado mayor de meetings y de reuniones populares, sino cuando se ven con el agua al cuello.

Por ejemplo, cuando tienen una elección perdida acuden al registro de la patriotería. En los tiempos bonancibles del Poder si se acuerdan del pueblo es para disolver sus manifestaciones á culatazos».

La referencia al "aristocrático D. Felipe" lo es al descabalgado alcalde de Las Palmas Felipe Massieu Falcón en 1895, cuyo sobrino Felipe Massieu de la Rocha se casó con María del Carmen Fernández del Campo y Madán, segunda Marquesa de Arucas y sobrina de Ramón Madán Uriondo. El ex-alcalde de la capital insular era también tío carnal de Leopoldo Matos Massieu, sucesor político de Fernando León y Castillo. La pérdida de dicha alcaldía fue también muy sentida por los liberales-leoninos, quienes no perdían la esperanza que el Gobernador Castañón fuera trasladado, a quien le adjudicaban el éxito de los conservadores en la isla siguiendo el mandato del presidente del Gobierno del Estado Antonio Cánovas del Castillo.

El propio periódico conservador La Opinión, descubrirá en su edición del 2 de mayo cómo "se reviró la panchona" del aludido abogado y político aruquense sometido por la exigencia "clientelar" de los leoninos, cuando lo descubre como orador en el mencionado mitin de la gallera:

«Basta y sobra con recordar que el Sr. García Guerra fué el leader, el alma, por decirlo así, de los sincréticos de 1890, de los progenitores de los actuales patrióticos, de aquellos que inauguraron en Canaria la lucha á muerte contra el caciquismo leonino.

¡Qué cosa más natural, dada la idiosincracia del político que nos ocupa, que de 1890 á 92 fuera el más acérrimo enemigo de León y Castillo, y el autor de aquellos ditirámbicos elogios en la propuesta, designando nada menos que ál Sr. Rodriguez Peraza, como candidato para diputado á Cortes por el distrito de Guía, y que en 1896 sea el jaleador de Don Fernando y el predicador de la cruzada contra el partido que él mismo contribuyó á formar!».

La lucha política por el poder local era poco  seguida por el vecindario, más pendiente de las noticias que llegaban de la capital donde se había trasladado el párroco más entrañable de Arucas en un delicado estado de salud. Manuel Morales Caballero que había venido, como ya se ha dicho, del pueblo majorero de Tetir con su salud muy quebrantada, enfermo de la "médula espinal" por la que tenía que confesar de pié por no poderse sentar, para ocuparse de una conflictiva parroquia, quien supo ganarse el cariño de las clases más necesitadas de Arucas, moría en la calle de Enmedio de Las Palmas el 3 de junio a los 42 años de edad. Hubo un deseo multitudinario de que su cuerpo fuera enterrado en Arucas  y su cuerpo fue trasladado el día 17 en coche fúnebre reuniéndose en El Puente una inmensa multitud para acompañarlo hasta la iglesia parroquial totalmente colmatada, donde se realizaron sus solemnes honras fúnebres y recibió sepultura en el panteón de Sacerdotes junto a sus antecesores José Antonio Rivero Mireles y Pedro Regalado Hernández, acto que fue una auténtica manifestación de tristeza. Para sustituirle al frente de la parroquia fue nombrado después Francisco Cárdenes Herrera, nacido en Valleseco.
Antigua calle Álvarez (Fedac)

En el mes de agosto asumió el cargo de alcalde interino nuevamente el liberal Pedro Marichal Álvarez, aunque seguía instruyéndose el procedimiento administrativo. En el mes de septiembre, el ministro de la gobernación confirma la actuación de la Comisión Provincial Permanente en cuanto a la incompatibilidad de Rafael Ponce Armas «De Madrid nos escriben que se ha declarado por Real orden que el cargo de comandante de milicias que desempeña D. Rafael Ponce y Armas es incompatible con el de diputado provincial. Vése, pues, cuan procedente fué el acuerdo de la Diputación provincial, declarando la incompatibilidad del señor Ponce y contra el que interpuso recurso de apelación este conocido muñidor leonino», noticia que es dada por el conservador La Opinión y silenciada por el liberal Diario de Las Palmas.

El 11 de septiembre tiene lugar la vista judicial para determinar la competencia de la Audiencia en la denuncia presentada por los Concejales cesados contra la resolución del gobernador y Comisión Provincial Permanente. El perfil de los letrados actuantes por cada parte nos acerca a las posiciones políticas enfrentadas, dado que por parte de los concejales aruquenses comparece el todopoderoso Juan Rodríguez Quegles y por parte de la Comisión Provincial Ambrosio Hurtado de Mendoza, unas veces tildado por los liberales de republicano y otras de conservador, en su intento de buscar rupturas dentro de los patrióticos. Era la acostumbrada práctica de la confusión, dado que Hurtado de Mendoza era de los republicanos posibilistas, que se rompieron cuando su líder Emilio Castelar se incorporó al gobierno de Sagasta, quedándose huérfanos en la isla cuando rechazaron incorporarse a los liberales leoninos, franquicia en Gran Canaria de Sagasta.

La resolución de la Audiencia de declararse competente, despejando las vertidas dudas de parcialidad sembradas por los liberales, obliga a su órgano de difusión a celebrar su decisión y congraciarse con el fiscal Melo actuante en la vista que coincidió con el letrado defensor de los concejales, cuestión que no tuvo la oposición del letrado de la Comisión Permanente dado que la Real Orden ministerial del 1º de febrero situaba en dicho ámbito la competencia jurídica.

Menos dudas ofrecía la resolución del recurso de alzada interpuesto por el Comandante de Milicias Rafael Ponce Armas, alegando su abogado que tal cargo no le "incapacitaba" para el escaño de Diputado Provincial para el que resultó elegido por el distrito de Guía. El intento de confusión pretendido por el abogado no alcanzó sus fines, sencillamente porque como ya se había debatido y resuelto en la Comisión Provincial, se le declaró "incompatible" no "incapacitado", conforme con la norma electoral que al mencionar los cargos de Comandante de Milicias y Diputado Provincial, hablaba de "incompatibilidad". La misma norma remitía la declaración de "incapacidad", entendida dentro de las excepciones generales de los electos, a los privados del ejercicio de derechos políticos por sentencia, sujetos a procesos criminales en el período electoral, sentenciados a penas aflictivas o correccionales, carecer de medios de subsistencia o recibir ayuda de establecimientos benéficos. Por consiguiente, el afectado Rafael Ponce Armas tenía que elegir uno u otro cargo en el plazo de ocho días, pues los dos eran incompatibles.

En el mes de octubre asume la alcaldía interina el patriota Francisco Blanco Falcón, y desde el inicio su interinidad el liberal leonino Diario de Las Palmas del día 9 inserta un remitido de "Varios vecinos", que comentaban asuntos tan dispares como que «...en la plaza de San Juan: ordena V. que no se enciendan los faroles porque allí no viven ni se pasean sino gentes que á V. no le agradan (...) el teniente Alcalde parece traía la consigna de avasallar á toda costa á algunos, atraviesa toda la plaza y se dirige con la fuerza armada al vecino D. Francisco García Bolaños que se hallaba sentado en una acera y no había ni chistado, y le detiene y le lleva entre municipales al cuarto de las cachuchas (...) el que se permita á un municipal haga la presentación de reses postergando al regidor que le compete y no dando entrada sino á los suyos sean á no matriculados haciendo comer al vecindario carne carísima y mala (...) el que se haya multado y traído preso á un maestro barbero para administrar le vacuna, en tanto se autoriza á otro de igual clase y se pone á su disposición un municipal para que ejérza la misma industria; el que ese mismo municipal, que paga el municipio, sirva de carpintero semanas y semanas con abandono del servicio, á ese mismo barbero protegido; el que las calles y plazas estén rebozando basura por todas partes, sirviendo de admiración al transeúnte el triste contraste que hoy presentan con la proverbial limpieza que hasta su interinidad les distinguía; el que no se vea una calle en composición ni un camino en reforma, á pesar de necesitarlo urgentemente unos y otros. ¿Para qué reserva V. esa arca tan repleta de que blasona? ... ».

El año ya estaba siendo bastante movido en Arucas, y desconocemos si tuvo relación con el lugar de origen del nuevo alcalde interino, pues aconteció que el 15 de este mismo mes hubo una peregrinación de la isla a Teror para rogar a la Virgen del Pino de Teror por la terminación de la guerra de Cuba, siendo la más numerosa la de Arucas, a la que concurrieron juntas las parroquias del Bañadero y Arucas que salieron a las siete de la mañana y llegaron a la villa mariana a las nueve y media.

Pero no todo era peregrinación y rosario, dado que la acción acometida por la alcaldía interina del apagado de alguno de los faroles de la plaza de san Juan, siempre reivindicada como el centro de la ciudad por aquellos correligionarios del desaparecido Partido Viejo que reclamaron la construcción junto a ella de las nuevas Casas Consistoriales en 1875, y donde en esos tiempos se encontraba la sede del leonino Liceo en la casa propiedad de Rafael Ponce Armas en la esquina de la calle de La Herrería, frente a la plaza de san Juan que su padre Juan Ponce Marrero había arreglado durante su mandato en la alcaldía en 1852.

Era el inicio de la madeja de argumentos que intentaban restar apoyo popular a la interinidad de los correligionarios patriotas que retomaban la alcaldía relevando a los liberales leoninos, en un tiempo muy próximo a que se emitan resoluciones judiciales o administrativas a las distintas denuncias presentadas, de donde se infiere que estaba abierta la expectativa de recuperar el gobierno del ayuntamiento y aun así querían ganarse la confianza perdida por los hechos denunciados desde la práctica de ventilar que los "desmadres" eran comunes a todos, pues conocían que los hechos denunciados aun siendo ciertos correspondían a mandatos anteriores, en los que otros liberales leoninos y los ahora patriotas habían compartido gobierno municipal y partido, y más aún cuando podría darse el acontecimiento de que se convocaran elecciones bienales para la reposición de los concejales de Arucas.

Esta intencionalidad, por si no quedó definida para algún lector, la manifestaron abiertamente en el cierre del remitido que no dudamos se debiera al puño y letra de algún leonino: «Comprendemos que no pasando V. de interino y debiendo su puesto solamente á una genialidad del Sr. Castañón, esté violento en él sospechando si el pueblo le mira como intruso; pero ese no es motivo, Sr. Alcalde, para que V. haga sufrir á los subordinados, que por chiripa le han caído, las consecuencias de su ignorancia en la administración de un pueblo, y las de su mal humor por que le consideren como extraño. Debiera V. tener en cuenta que si sigue portándose asi, como interino, le van á negar sus sufragios para cuando pretenda V. representarles legítimamente; y es muy triste no poder ostentar la representación de un pueblo saliendo de la urna electoral, sino regirlo "per salíum", entrando por la gatera».

No deja de ser curiosa y creativa para aquellos tiempos la serie de cuestionarios simulados que bajo el título genérico de Declaraciones íntimas de los Cabecillas Liberales del conservador La Opinión (aunque se subtitule Diario Liberal-Conservador, para que pueda ser correctamente ubicado lo recalificamos para no confundir con los llamados liberales, si bien ambos compartían ideología conservadora), en su edición del día 31 la dedicaban al aruquense Tomás García Guerra, que describe en sátira su perfil político:

«¿Qué flores le agradan más á V.?: Las prohibidas.
¿Cuál es su dulce predilecto?: Los rosquetes de las taifas.
¿Qué ideas políticas tiene V. en el presente?: Repórter eso es una estocada a fondo; déjeme V. recapacitar porque tengo tal "lío", que ni yo mismo sé lo que pienso (un cuarto de hora de pausa, después nerviosamente) «¡en el presente, no soy más que "leonino"!
¿Recuerda V, aquellos tiempos en que le decía á D. Feliciano que lo quería como á un padre?: Si, perfectamente.
¿Y entonces porque quemó V. un retrato del veterano de la política tinerfeña, en Arucas, y le ha atacado furiosamente en la prensa?: Velay, cosas de mi yo metafísico, que es más veleidoso que mujer coqueta».

Conviene situarnos en el escenario de finales del siglo XIX en las islas, primero y en cuanto a los periódicos, donde el periódico La Opinión que calificamos como "conservador" desde la visión grancanaria (se subtitulaba asimismo "Diario Liberal-Conservador") para no ser confundido con los autoproclamados "liberales" o generalmente "leoninos", que se arroparon tal ese espectro político, si bien ambos partidos compartían la ideología "conservadora" imponiendo las diferencias los liderazgos, dentro de la que basculaban muchos políticos como Tomás García Guerra y en función de sus expectativas personales de alcanzar poder o cuotas de las prácticas "clientelares".

En cuanto al cuestionario simulado, los recursos satíricos de la época elegantes y peyorativos al tiempo son muy ilustrativos. El recurso de "los rosquetes de taifas", lo es por el cambio de parejas que regula el mandador en los bailes de taifas, en similitud con los cambios de partidos que ha tenido Tomás García Guerra. Y la referencia a "D. Feliciano", no es otra que al abogado y Diputado a Cortes tinerfeño Feliciano Pérez Zamora (1819-1900), quien en 1882 presentó proposiciones que tendían a favorecer a Santa Cruz de Tenerife en el proyecto del trazado del cable telegráfico submarino, para que el primer punto de amarre fuera la playa de Antequera junto al puerto de Santa Cruz de Tenerife.

Ello originó un sonado debate con el Diputado Pedro Bravo de Laguna y Joven, celoso guardián de los intereses grancanarios del que era en ese tiempo su mentor Fernando León y Castillo, que redactó una nota que firmaron los también diputados de muy distantes lugares y poco significativos como Víctor Balaguer Cirera, Ramón Barrio Ruiz Vidal, Adolfo Merelles Caula, Bernardo Portuondo Barceló, Francisco Romero Robledo y Jaime Nuet Minguell, Conde de Torregrosa, pidiendo la reforma del trazado del cable submarino. El 6 de diciembre de 1883 el cable amarraría en Tenerife y fue celebrado con campanas echadas al vuelo, centenares de cohetes y vítores de la multitud en el momento de poner en marcha el cable por ser la primera isla unida por el cable a la península. La después llamada "fiesta del cable" fue muy dolorosa entonces para los intereses de los liberales leoninos grancanarios.


Ese mismo día, el periódico Diario de Las Palmas publica un segundo remitido de los "Varios vecinos", que tras reconocer que ya los faroles de la plaza de san Juan están encendidos manifiestan sarcásticamente «nos permitimos en la presente ocasión volver á distraer su atención, fija siempre en hondos y complejos problemas, para darle gracias por su fina galantería, todo lo cual nos alienta á exponer á su elevado criterio algunas consideraciones, las cuales, como siempre, serán tenidas en estima por la superior é interina autoridad de V. E.

Satisfecho V. E. por haber complacido á estos vecinos que el Sr. Castañón tuvo la inspiración divina de colocar bajo su siempre celosa y nunca bien encomiada administración, vamos á proporcionar á V. E. el placer de aumentar su júbilo indicándole abusos, que de seguro V. E, ignora, cometidos en las mismas barbas de su autoridad interina».
Grupo de personas delante de la torre norte de la iglesia (Fedac)
Relata y reproduce la conversación sostenida por el dueño no matriculado de una vaca negra, flaca por más señas, quien regatea con el cabo de la policía local el precio al matadero. Sin restar la importancia o la legalidad que se imponía en aquella época, remite a la discriminación de que han sido objeto dos matriculados, Pedro Sánchez Moreno y Diego Alfonso Marrero, y aprovechan el argumento para continuar en su línea sarcástica hacia la persona del alcalde interino, en un escrito muy bien documentado y muy bien estructurado gramaticalmente. Como hemos dicho, acredita el cuidado estilo de la época de la utilización de los órganos de difusión de los partidos como parapetos donde esconder los insultos y libelos.

En noviembre se conoció que Rafael Ponce Armas había optado por el cargo de Diputado Provincial de gran importancia para los liberales leoninos, renunciando al cargo de Comandante de Milicias dada la incompatibilidad, cuestión que había un nuevo frente de lucha por la elección de quien sería elegido para este último cargo de no menos importancia en la política local aruquense. Tampoco la presencia del ahora Diputado Provincial iba a permitir equilibrar los votos, dado que la mayoría conservadora de la Comisión Permanente Provincial aprobó que ascendían a 2.000 pesetas las costas por la  la demanda interpuesta a la Comisión por los concejales del Ayuntamiento de Arucas en relación con las multas impuestas.

Y así se llega al esperado mes de diciembre en el que se van a conocer las distintas resoluciones administrativas y judiciales en relación con los distintos expedientes abiertos al ayuntamiento de Arucas y sus concejales, conforme a los plazos previstos legalmente. La primera en llegar corresponde a la resolución del Consejo de Estado, que dictaminó en favor de la Administración civil la competencia promovida por el Gobernador a la Audiencia de Las Palmas en la demanda ordinaria entablada por los concejales suspensos de Arucas contra la Comisión Provincial que lo había ratificado e impuestos máximas multas, resolución que no liberales no dudaron en achacar a la presión ejercida por el presidente del Gobierno Cánovas del Castillo, con el precedente del sobreseimiento del caso de corrupción de los concejales del Ayuntamiento de Madrid acaecido en 1892 y del que hemos dado una pequeña referencia.

Inserta en la cronología de estas resoluciones, el día 14 de diciembre el liberal Diario de Las Palmas publica el tercer remitido de Varios Vecinos, que después  pedirle al alcalde abandone su refugio en la Costa del Bañadero con el alegato textual de «regrese de su Tablada y que abandonando salinas y fielatos», y de iniciar queriendo no entrar, aunque meten el dedo en la herida «No nos quejaremos más del pésimo alumbrado, ni de la mala carne, por más que uno y otro artículo sigan siendo de lo peorcito en su clase», ocupan su nuevo ataque a aquellas obras que de alguna forma van a suponer el desplazamiento del centro de la Ciudad y la postergación de la plaza de san Juan.

Inician primero atacando el techo del edificio del mercado municipal «¿Por qué ese Ayuntamiento que ha sacado á pública subasta aún lo que no es obligatorio, ha prescindido de dicho requisito, ejecutando por administración la composición de los techos de la plaza de mercado, que, por su entidad, debieron haber sido hechos por remate?».

Para a continuación ocuparse de los primeros trabajos de urbanización del solar donde estuvo la ermita de san Sebastián, conocido popularmente como plaza de san Sebastián, a la que como buenos liberales leoninos llaman por su nombre oficial «¿Por qué se ha permitido ese municipio interino, sin poner al público el proyecto y seguirlos demás trámites legales, empezar también por administración, obras en la plaza de León y Castillo?».

Y como era ya de su costumbre, justifican que toda la denuncia se hace por el bien del pueblo, escondiendo que sus preferencias para el epicentro de la ciudad es la plaza de san Juan. «Con la realización de tan descabellado proyecto, (y conste no hablamos del trazado que suponemos bueno) se causan al vecindario muchos y graves perjuicios como son: Quitar el único desahogo que hasta ahora tenia la plaza de mercado y que le era por demás necesario. Estrechar y casi imposibilitar una de las calles más concurridas pues á penas le han dejado ancho para un carro. (...) Y todo para qué? Para construir un reducido aprisco, donde acaso intente, encerrar su mermado rebaño».

Esta última frase hemos de entenderla bastante peyorativa y podría acercarnos a quiénes fueron los autores de aquel nombre popular con el que después se conoció dicho espacio urbano "Plaza de los gansos", pues no hemos de olvidar que muchos de los motes y "nombretes" de esta ciudad de Arucas nacieron con igual desprecio "endofóbico", por mucho que se utilice la voz bíblica de "rebaño" al referirse a personas, en sustitución de "ganado" más del reino animal.

Desde aquel escrito de 1875 en que demandaban al entonces alcalde Antonio González González, en este tiempo Concejal, que las nuevas Casas Consistoriales se construyeran en la plaza de san Juan, en tantos años pasado no habían cedido en su empeño de poner palos en las ruedas para que no avanzara el tejido urbano de Arucas en dirección al poniente, probablemente porque todos aquellos nacidos de aquel Partido Viejo, familias enhebradas, tenía en el entorno de la plaza de san Juan sus propiedades que ganarían en valor. Aunque nos anticipemos en los tiempos, vale la pena conocer desde este tiempo que las iniciativas urbanísticas de los mandatos municipales siguientes irán en esa línea de protección de sus bienes raíces.

El 21 de diciembre publica Diario de Las Palmas una larga carta de réplica firmada por el secretario municipal Francisco Ojeda, a los tres remitidos de los anónimos "Varios Vecinos", datada el día 16 de donde se presume que el periódico liberal se tomó cinco días antes de su inserción. Aunque pueda ser parcial y obedecer a los intereses de los llamados "patriotas", la información que aporta son detalles de interés para recomponer la historia municipal, y por tanto es un documento complementario de sumo interés para reproducirse en su totalidad, sin desperdicio alguno.

«Sin duda el silencio que se ha venido guardando respecto á las precocidades y embustes del autor de la Carta, que se escuda con el pseudónimo VARIOS VECINOS, ha hecho que fuera creciendo de punto sus atrevimientos, hasta rebasar los límites de toda conveniencia. Su eterna pesadilla es el dignísimo Alcalde interino de este Ayuntamiento, y á él suelen ir dirigidos todos los cargos que su fantasía forja los cuales lanza á los vientos de la publicidad como efervescente escoria eruptada al calor de su innoble pasión política.

Ahora la emprende también con la mencionada autoridad, con el Ayuntamiento que preside y con las Oficinas municipales, pensando el flamante campeón estadista, que este conjunto había de ofrecerle más ancho campo á sus algaradas por los espigados trigos de la prensa.

Comienza sus cargos concretos por lo pésimo del alumbrado público y la mala calidad de la carne que se expende, disgustado tal vez de que no permanezca
encendido la mayor parte de la noche el farol que había de servir para el uso particular de alguno de sus amigos, y de que hoy se reparta en el despacho por igual la carne entre todo el vecindario, sin destinar la masa para los elegidos, dejando las piltrafas y los huesos para el resto de la población, como venía sucediendo.

Es claro que el alumbrado público está desatendido, cuando precisamente durante la interinidad de este Ayuntamiento se han dotado de faroles á los populosos barrios del Cerrillo, Goleta y Costa del Bañadero, que carecían en absoluto de ellos. Es evidente que las carnes que se expenden son de mala calidad, como lo acredita el hecho de haberse sacrificado desde Enero hasta Junio de 1896, 207 reses vacunas y desde Julio hasta el día de hoy 206, tiempo que ha estado funcionando el Ayuntamiento interino; mientras que á partir de Junio hasta Diciembre de 1895, solo se despacharon 188 reses. Consecuencia: á mayor consumo por calidad de la carne.

Ni puede tolerar tampoco que las oficinas municipales se hallen dotadas con un Secretario, un Oficial y un Escribiente. ¡Qué lujo de empleados! De seguro que en Mogán no hay tantos.

Lamenta con llanto de cocodrilo que las calles se hallen abandonadas, é impugna la reforma que se está llevando á efecto en la Plaza de León y Castillo, mejora que embellece notablemente á esta población y que desde hace años viene reclamando el vecindario. El proyecto de la Plaza lo considera descabellado, pero el trazado lo supone bueno. —Aquí podríamos decir que la lógica está de duelo.

Y por no ser consecuente con nada, ni siquiera tolera que la plaza á que dá nombre el esclarecido hijo de Canarias D. Fernando de León y Castillo, sea embellecida; prefiriendo que la adornen gánigos y esteras, tostadores y serones en los días de feria.

Tampoco le cabe en el caletre que la reparación de los techos dé la Plaza de Mercado, se haya realizado sin las formalidades de subasta. Es lamentable que no se hubiese sabido á tiempo su disgusto, porque todo pudo haberse arreglado en forma legal.

Como quiera que los techos amenazaban desplomarse, y las habitaciones estaban ocupadas por las personas que las remataron en renta, mientras se tramitaba el oportuno expediente para la subasta de las obras, y á fin de evitar una desgracia, se hubiera acudido á Vd. para que desempeñara el papel de puntal de aquellos, servicio que nunca le pagaría el vecindario en obsequio á la buena administración municipal.

Tócale el turno á las cédulas personales: el conspicuo moralizador arremete al Alcalde, al Ayuntamiento, á los empleados de Secretaria y hasta arremetería al Verbo, si el verbo pudiese formar parte del personal con que funciona el actual Municipio.

Si el padrón tiene adefesios, no es culpa del rematador que lo confeccionó: han de ser responsables precisamente el Alcalde y los Concejales, los cuales debieron estarlo examinando sin interrupción media docena de días, sacar seguidamente listas de todos aquellos contribuyentes á quienes considerasen injustamente clasificados, despachar sin perder momento á los agentes municipales para que citaran á los agraviados; y ya reunidos éstos, decirles que se hallaban en el caso de reclamar contra la negrada que con ellos trataba de cometer el arrendatario, al cual se trataría de pícaro y judío para que el pueblo viese que se tomaba con calor su defensa. Al mismo tiempo, hubiera convenido también que las campanas se echasen á vuelo y dar algunos mueras, á fin de que el acto resultase más imponente. Entonces si que hubiera estado en carácter el Ayuntamiento de Árticas, sirviendo de cabeza de motín.

Ya lo saben los Alcaldes de otras poblaciones, para cuando el caso se presente: no basta disponer se fijen al público los edictos que envía el arrendatario, anunciando que por término de 15 días pueden los vecinos examinar el padrón de cédulas y deducir las oportunas reclamaciones; no llena tampoco el objeto hacerle saber además por medio de Pregón á la salida de misa; no es suficiente que los empleados de Secretaría expliquen á los contribuyentes lo que importa cada clase de cédula, y cuales son las bases de clasificación para que comprendan si tienen derecho ó no á reclamar; no vale tampoco el que se les advierta que la reclamación ha de ser para ante el señor Delegado de Hacienda de la Provincia en un pliego de papel notarial de á peseta. Nada de esto es pertinente: el alcalde debe ordenar se toque á somatén, convocar á cada une de los cabezas de familia que le parezca subido en la clasificación y arengarles para que reclamen, en medio de apostrofes al arrendatario.

Y no para aquí lo de las cédulas: el autor de la Carta, tiene la osadía de afirmar mintiendo como un bellaco, que en las oficinas municipales se ha hecho la defensa de los manifiestos errores que el padrón contiene; deslizando al propio tiempo la especie, de si en ellas se había tenido parte en su confección y si hay en las mismas alguien directamente interesado. Está equivocado por completo el perspicaz; en estas oficinas no existe sociedad alguna en comandita para explotar en beneficio propio los servicios públicos.

Después de tanto bregar, concluye el consabido autor revolviendo entre cerdos y estercoleros, y como quiera que la pestilencia no nos permite penetrar en tan peligroso terreno, sobre todo hoy que es necesario tomar algunas precauciones con motivo de los casos de viruela que por desgracia se han presentado en esta población, le dejamos en aquellos linderos para su recreo y solaz.

Hasta aquí lo de la Carta: pasemos á otros particulares.

Ya que tan arrebatado se ha venido sintiendo por fiebre de justicia, ¿por qué no clamó indignado en los momentos en que palpitaba el hecho, contra los infames incendiarios que, ocultos en las sombras de la noche, rociaron con petróleo y pegaron fuego á las casas de dos vecinos honrados de esta Ciudad.

¿Por qué no ha protestado de los escándalos nocturnos que se han venido sucediendo en la población, cada vez que el Ayuntamiento propietario volvía al Municipio con motivo de las elecciones para Diputados á Cortes y Provinciales últimamente celebradas, escándalos que no reprimía la autoridad ni sus agentes? Es qué los miraba con fruición el comunicante?

¿Por qué ha pasado en silencio el hecho, que implica una grave falta administrativa, de no haber sabido defender el Ayuntamiento propietario los intereses que le estaban confiados, dando lugar á que se declarase por Hacienda definitiva la liquidación del débito que le figuraba para con el Tesoro público, consistente en 15.037'67 pesetas, que hoy tiene que pagar el Municipio, cuando es así que á lo sumo adeudarla 700 pesetas? No son responsables moral y materialmente los individuos que componen dicha Corporación?.

Siguiendo en este último terreno ¿quién ha hecho mejor administración, el Ayuntamiento propietario dejando en arcas 2.416 pesetas 33 céntimos al terminar el mes de Junio de 1895 ó el interino que en igual mes del 96 cerró sus operaciones con una existencia en metálico de 18.805'65 pesetas?

¿El primero, que solamente recaudó por Consumos durante el año económico de 1894 á 95, 43.805'94 pesetas, ó el segundo que en el ejercicio de 1895 á 96 la recaudación con 55.195'26 pesetas aparte de lo que quedaba pendiente de cobro?.

¿El primero que no encontraba puesto para la subasta de los Consumos, sin embargo de que el hilo solo ascendía á 2(ilegible) pesetas 70 céntimos, ó el segundo que se bastó la cobranza de los mencionados derechos en 53.111 pesetas?

¿El primero que solo sacaba por rentas de la Plaza de Mercado 4.144'57 pesetas ó el segundo que por medio de arriendos a hecho elevar dicho producto á 7.000 pesetas?

¿El primero que no recaudaba por arbitrio dé la matazón, sin embargo dedicarse la cobranza sin gastos, unas 3.746'25 pesetas, ó el segundo que por medio de subasta ha obtenido 4,200 pesetas?

Ahora sí que el público puede juzgar la gestión administrativa del Ayuntamiento interino durante su difícil marcha al frente del Municipio, que han tratado de obstaculizar en todos los terrenos los que se dijeron defensores de los intereses comunes.

Si no satisface lo consignado, estén dispuestos á hacer más luz».

En contenido de lo que expone este largo escrito, que aún de reciente nombramiento el secretario municipal interino, acredita conocer perfectamente las interioridades de la administración del municipio, además de destacar el olvido y abandono padecido por los distintos barrios del municipio durante el larguísimo mandato de aquellos que centraron su dedicación y esfuerzo en el casco urbano, va desgranando una serie de datos económicos que apuntan a la deficiente e interesada gestión fiscal realizada por un recaudador que lo sitúa en el entorno de los afines o amigos de los autores de las tres cartas firmadas por los "Varios Vecinos".

Aun cuando las denuncias presentadas contra el ayuntamiento y concejales lo eran por asuntos procedimentales y otros incumplimientos de las normas administrativas, y del resultado judicial de las mismas pues pudieran ser sobreseídas o no, esta carta nos apunta un pequeño esbozo de la tramoya que había tras el escenario del "cantón leonino" de Arucas que empezó a  construirse bajo distintas marcas políticas a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, sustentado en la trasmisión familiar del poder para primar los intereses particulares sobre los comunes del vecindario.

No se hace esperar la respuesta de los "Varios Vecinos" en remitido publicado por el Diario de Las Palmas del día 29 de diciembre, quienes pretendiendo dar por finalizado el debate lo encabezan con el título de "Conclusión", en un largo y abrumador recuento de cifras trata de rebatir las cifras dadas por el secretario municipal en su réplica, desde su criterio que no ha sabido elegir bien los períodos comparados, pero sin entrar en aclarar las pistas que dio sobre la actuación del recaudador fiscal y de las abandonos de los barrios.

Curiosamente acaban el escrito fijando otras tareas investigadores al secretario municipal para que le sirvan de distracción, desde la teoría de que los hechos que le encarga investigar son de la autoría del mandato de Antonio González González, en que quedaron a la luz los mismos, y no cuando los dineros municipales faltantes se "evaporaron". Lo recogen así como pretendiendo una gran cortina de humo:

«En cuanto á historia un poquito más atrasada, tome V. del archivo el espediente del cementerio y quizá en alguno de sus pliegos se encuentre 34.000 rvon. que andan perdidos; también los espedientes de la casa panera, ermita de S. Sebastian, casas de la Escuela y alguno otro pueden suministrar á V. preciosos datos, para la luz ofrecida y acaso á sus resplandores encontremos los productos que hasta ahora nadie que sepamos, ha visto. Anímelo V. Sr. Alcalde que buen campo se le presenta para hacer estudios comparativos, y deberemos á V. Sr. Alcalde un favor más á que le quedaran obligados los firmantes».

Probablemente quisieron dar por concluido el debate público los liberales leoninos, pues conocerían de la información dada por el conservador La Opinión seis días antes sobre la competencia de los expedientes al ayuntamiento, que decía así:

«De alguna, que causará sorpresa á esas gentes acostumbradas á fáciles triunfos, cuando León y Castillo tenía influencia, mandara el partido que mandase, no hablaremos, sino en sazón oportuna. Otras hay, sin embargo, que merecen ser conocidas desde luego.

En la ruidosa demanda ordinaria de los concejales suspensos de Arúcas contra la Comisión provincial, á propósito de varias multas que ésta les había impuesto con toda justicia, por no haber rendido oportunamente unas cuentas, saben nuestros lectores que se entabló competencia, por parte del Sr. Gobernador civil, á la Audiencia Territorial de Las Palmas que conocía en el asunto. A pesar de lo claro del caso, la Sala presidida por el Sr. Heredia y Mora, se declaró competente y remitidos los autos á la Presidencia del Consejo de Ministros, pasaron á informe del Consejo de Estado.

Nombrado ponente el consejero D. Tiburcio Rodríguez, acometióle súbita desazón y de carácter tan pertinaz, que iba á transcurrir el plazo que tiene ese alto Cuerpo para emitir su informe, sin que llegara á darlo. Advertido á tiempo el Presidente de la Sección de Gracia y Justicia, se nombró otro ponente que dictaminó en sentido favorable á la Administración, mereciendo que la referida Sección lo aprobase por unanimidad. De ello habíamos dado cuenta á nuestros lectores; mas no de que reunido en pleno el Consejo de Estado, aprobó también ese dictamen y lo ha pasado á la Presidencia del Consejo, esperándose salga de un momento á otro la Real orden resolviendo la competencia á favor de la administración civil. (...) Persuádanse los leoninos de que los tiempos han cambiado».

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