La fuerte caída del
cultivo de la uva en Arucas y el aumento de la exportación de la cochinilla,
introducidos en la villa por Domingo
Déniz Grek sobrino del administrador del Mayorazgo de Cerón Pedro Alcántara Déniz y ser plantados en
el año anterior en los tunerales de la Costa del Bañadero, pasan a un segundo
plano cuando en el mes de mayo de este año se declara en la isla una epidemia
de cólera-morbo tras la arribada del buque El
Trueno procedente de Cuba. La isla se quedó aislada del resto del
archipiélago al declararse como "patente
sucia" para la navegación
marítima, y fueron inútiles las medidas sanitarias para que el contagio no
pasara al interior de la isla. La epidemia duró alrededor de dos meses, dejó a
Gran Canaria exhausta: seis mil fallecidos, la agricultura y el comercio
arruinados, y una recuperación lenta y trabajosa.
Como ya se ha dicho, el
23 de mayo, a las 4 de la tarde, tomó posesión del Beneficio de la parroquia el
ecónomo José Antonio Rivero Míreles, otorgamiento
que se hacía en base al Concordato firmado en ese año por el Estado con la
Santa Sede, a propuesta del nuevo Presidente del Gobierno Juan Bravo Murillo,
cumpliendo así la promesa del Partido
Moderado de restablecer las relaciones con la Iglesia.
Pocos días después, el
11 de junio, aconteció el primer fallecimiento en Arucas por el cólera-morbo,
registrándose el último el 5 de agosto, con un nefasto resultado de 392
fallecidos, una cuarta parte niños. A su erradicación en Arucas contribuyeron
de forma destacada los Doctores en Medicina Domingo
Déniz Grek y Manuel González González,
más conocido este último por el apodo de "El
Médico del Carril", y que serían condecorados en 1856 con la Cruz de
Epidemias por los servicios prestados en la Villa de Arucas.
La población de Arucas
entonces era de 3.878 habitantes y los correspondientes a Bañaderos, incluidos
Cruz de Pineda, Llano Blanco, Cardonal, Costa, Quintanilia y San Andrés eran
811, de donde 21 de cada cien lo eran del sector noroeste, a los que tendríamos
que sumar los vecinos del Trapiche para determinar la importancia poblacional
de dicha zona de poniente con respecto al casco urbano, proporción que
aumentaría mucho más si descontáramos los numerosos vecinos de Cerrillo y Lomo
de san Pedro. Este peso poblacional marcará en adelante las actuaciones y
disidencias de los concejales de este lugar.
La celebración en la
función religiosa de la fiestas patronales de san Juan no fueron del esplendor
deseado, pues debido al miedo a los contagios por el cólera-morbo sólo
acudieron cuatro o cinco ancianos según cuentan las crónicas, pues la epidemia
tuvo su mayor incidencia en la villa los días 23, 24 y 25 de junio en que
murieron de 50 a 60 personas cada veinticuatro horas. Días después la máxima
dedicación del párroco y diácono era llevar el viático diariamente a la casa de
los contagiados con la enfermedad para que murieran "en los brazos del Señor".
El presbítero Pedro Regalado Hernández Armas, fraile
exclaustrado, que venía ejerciendo de maestro de primeras letras desde 1846 por
la complacencia de los políticos locales, presentó su dimisión el 19 de octubre
al haber sido denunciado por alternar su puesto de docente con el de Secretario
del Obispado. Le suplía temporalmente el maestro Esteban de Santa Ana, contratado para sustituirlo, que siete años
después fuera nombrado Secretario de La
Heredad.
Las irregularidades en
la instrucción pública de Arucas se daban a todos los niveles en este año, como
lo fue cuando el ayuntamiento presidido por Luis
Ponce Ponce, el repetido fraile exclaustrado, tiene que seleccionar a un
candidato para formarse en La Laguna y llevar la Escuela de Segunda Enseñanza
en Arucas. En la gran lógica de la época, elige a Ramón Ponce que “casualmente”
es hijo del anterior alcalde y hermano del actual alcalde, Antonio José Ponce y Ponce, por tanto, sobrino suyo. Todo quedaba
en casa. No llegó a ocupar su cargo por su repentino fallecimiento.
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