lunes, 9 de marzo de 2015

1852 Los inicios de la disputa política entre parientes por la sucesión en el sultanato

En enero de 1852 el alcalde es Juan Ponce Marrero, con buenas propiedades en Arucas y en el pago de Montaña Cardones, donde tiene una casa donde vive junto a la de su hermana, monja exclaustrada por las reformas del ministro Mendizábal, quien al reintegrarse a la vida civil heredó esas propiedades de sus familiares. Es «hombre culto, muy servicial, con mucha "gramática parda"», padre de Rafael Ponce Armas, ambos con parentesco próximo a los ya muy conocidos en la alcaldía hermanos Ponce Ponce.

Casualmente su hijo Rafael Ponce Armas ya aparece en este año presidiendo la Junta pro-construcción del nuevo templo de San Juan que encargó los planos al ingeniero militar José Ángel Rodrigo-Vallabriga, residente en La Laguna y con quien tenía buena amistad. No terminó de gustar el proyecto que más tarde planteaba una obra de hormigón armado, muy novedoso en la época, que se desestimó por la propia Junta.
Detalle de fotografía (Fedac)
Su proximidad al párroco José Antonio Rivero Mireles fue grande, con cierta complicidad en la línea emprendida por el párroco en destinar los fondos de la parroquia a lo suntuario, aunque las penurias de los más humildes se acumulaban sentadas en la puerta de la iglesia.

«El 25 de marzo de 1852 fue expuesta a la veneración pública la efigie de Ntra. Sra. de los Dolores, trabajo de don Silvestre Bello Artiles, costando su hechura dos onzas de oro. El Sr. Beneficiado, en acción de gracias por haber obtenido en propiedad la parroquia de Arucas, regaló a su iglesia un hermoso cáliz de plata dorada, cuyo coste ascendió a 72 pesos, dos reales de plata y seis cuartos. El cáliz fue consagrado por el Obispo Sr. Codina el 12 de agosto 1852 y estrenado por el mismo donante en la función solemne celebrada el día 15 de dicho mes y año».

Es muy probable que estos excedentes económicos que entonces tuvo la parroquia procedían de la redención de los censos perpetuos impuestos por los canónigos Manuel y José Álvarez de Castro Godoy, con un tributo de 525 reales de vellón para el mantenimiento de la capilla de san Nicolás de Bari y la celebración de su onomástica. Al final de este año el que fuera presbítero Pedro Regalado Hernández Armas, en este tiempo cura de la Parroquia de Sto. Domingo, compró a la sucesora Francisca Díaz la finca llamada “El Pino” que tenía dichas cargas, y redimió tales censos a favor de la parroquia de Arucas por imperativo legal, cuestión que debió negociar con el Cabildo Catedralicio, si bien no debió ser difícil pues había sido secretario del obispo en 1851, oficio que alternó con la plaza de maestro de primeras letras, conseguida en 1845 con la recomendación del entonces alcalde Gregorio Domingo Rodríguez Barbosa por su formación de fraile exclaustrado.

El mismo presidente del gobierno Bravo Murillo elaboró un proyecto constitucional en este año, redactando una norma totalmente ultraconservadora, retrocediendo veinte años atrás, que fue rechazado revitalizando de alguna manera al Partido Progresista que se opuso frontalmente y logró la división de opiniones entre los correligionarios del Partido Moderado o Conservador. De alguna forma se estaban distinguiendo dos corrientes dentro de los "moderados", una "moderados conservadores" más cerca de la clase monárquica-nobiliaria y otra "moderados progresistas" más integrada por burgueses, la cual más que ideológica pudiera ser clasista.



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