Es un año de
mucha confusión, mucha expectación de los vecinos por conocer cómo se reflejaba
dentro del país el “pacto de Ostende”
firmado por Demócratas y Progresistas, con muchas diferencias
entre los mismos, y la vida municipal en la villa transcurría sin aparentes
cambios. Muchos defendiendo a la Corona, por lo que suponía de conservadurismo,
y otros esperando que terminara por fraguar la república cansados de los
desmadres que la monarquía borbónica por su propia debilidad y falta de
capacidad institucional ostentaba.
Manteando cochinilla en La Montañeta (Fedac) |
Pero no todos estaban con su
pensamiento puesto en la carretera, otros como el párroco que no cejaba en su
descontento con la instrucción pública, con que su calendario lectivo no
respetara las fiestas de guardar, y ello le animó con el respaldo de algunos
vecinos a promover una escuela privada, libre del control público, pero desde
su condición no podía ser su titular. Todo el expediente se tramitó a nombre
del coadjutor de la parroquia Bernardo Cabrera Marrero «natural de esta Villa, dijo su primera misa en el Seminario Conciliar
el día 3 de Enero de 1864 y la primera en Arucas el 15 del mismo mes y año. Se
graduó de Licenciado en Sagrada Teología el año de 1866 haciendo en el mismo
año oposición con lucidez á la Canongía Magistral».
A mediados de febrero ya era conocida
la noticia «Ha sido competentemente
autorizado el presbítero licenciado D. Bernardo Cabrera para instalar en la
villa de Arúcas de Gran Canaria un colegio privado, cuya enseñanza abrace los tres primeros años ó el primer período de la instrucción secundaria,
conforme á lo prevenido en las últimas reales disposiciones sobre la materia. Lo
celebramos».
Otros que venían obteniendo grandes
beneficios en la cochinilla, atesoraban sus riquezas en los doblones de oro de 20
y 100 reales acuñados con la imagen de Isabel II. Pero no todos eran auténticos
y muchos cifraban la tranquilidad de sus adquisiciones en un Fiel de Contrastes
que determinara la autenticidad de los doblones. Los periódicos se hacían eco
del elevado atesoramiento que venía realizándose en la villa.
«En la villa de Arúcas, por ejemplo, pueden presentarse varios conflictos
sobre la admisión de doblones de á cinco, y á esa industriosa villa interesa,
si no quiere hacer el gasto del sueldo de un Contraste, que haya, á lo menos,
este destino en la ciudad de Las Palmas, á donde pueda ocurrirse para deshacer
las dudas.
Y no se diga que los doblones falsos se distinguen do los legítimos por el
sonido: este es un craso error. Doblones hay que han salido del cuño del
Gobierno, que tienen un sonido tan apagado que apenas se percibe, tan solo por
tener una endeble oja desprendida, no estando en muchos casos al alcance de la
simple vista. Asi se ha observado muchas veces que, después de un prolijo
examen, ha podido venirse en conocimiento de que, á pesar de la falta de
sonido, el doblón era legítimo. Y por el contrario se ha descubierto, que
muchos doblones de bastante vibración y con buen sonido, son realmente falsos,
como formados de cierta combinación de metales que constituyen una mezcla
suficientemente sonora para imitar al oro».
Desde el año anterior ejercía como Secretario del ayuntamiento Idelfonso Pérez, a quien se le había adjudicado la plaza convocada y el ayuntamiento se desenvolvía sin mayores problemas administrativos procediendo a la rectificación de los amillaramientos de la riqueza para actualizar las bases imponibles de la contribución.
La alineación de la calle del Cerrillo, cuyo ancho precisó de un estudio técnico por los intereses encontrados en la misma, donde unos apostaban por mantenerla reducida para no retranquear sus fachadas y otros por su ensanchamiento para facilitar el tránsito de las carretas que iban y venían de Firgas, además de las que transportaban la piedra extraída de la cantera que el municipio había arrendado, fue demorando se compusiera su firme presupuestado en 3.000 reales por el municipio, ya intransitable por el trasiego de carretas de gran peso. Ello motivó en julio la queja de muchos vecinos al subgobernador civil para que solventara tal situación como así lograron «el Sr. Subgobernador accediendo a lo solicitado, ha dispuesto se proceda desde luego á la composición y reparos necesarios, para evitar los peligros que á cada paso ofrece la citada calle».
Precisamente en el mes de septiembre salía a concurso la subasta de la ejecución de las obras de construcción de una casa-matadero y despacho de carnes, en el inicio de la calle del Cerrillo, con planos del Maestro Mayor de Obras de Las Palmas Francisco de la Torre y Sarmiento, cuyo presupuesto era de 2.801 escudos de cuya cuantía se deduce que se trataba exclusivamente de construir dos pequeños cuartos para el despacho y despiece de la carne con un tras-patio como matadero cuyo cerramiento pudo realizarse con posterioridad, remate que tuvo que ser aplazado para el mes siguiente por precisar de la autorización del Gobernador Civil conforme a las nuevas normas centralizadoras de la administración local.
Desde el año anterior ejercía como Secretario del ayuntamiento Idelfonso Pérez, a quien se le había adjudicado la plaza convocada y el ayuntamiento se desenvolvía sin mayores problemas administrativos procediendo a la rectificación de los amillaramientos de la riqueza para actualizar las bases imponibles de la contribución.
La alineación de la calle del Cerrillo, cuyo ancho precisó de un estudio técnico por los intereses encontrados en la misma, donde unos apostaban por mantenerla reducida para no retranquear sus fachadas y otros por su ensanchamiento para facilitar el tránsito de las carretas que iban y venían de Firgas, además de las que transportaban la piedra extraída de la cantera que el municipio había arrendado, fue demorando se compusiera su firme presupuestado en 3.000 reales por el municipio, ya intransitable por el trasiego de carretas de gran peso. Ello motivó en julio la queja de muchos vecinos al subgobernador civil para que solventara tal situación como así lograron «el Sr. Subgobernador accediendo a lo solicitado, ha dispuesto se proceda desde luego á la composición y reparos necesarios, para evitar los peligros que á cada paso ofrece la citada calle».
Precisamente en el mes de septiembre salía a concurso la subasta de la ejecución de las obras de construcción de una casa-matadero y despacho de carnes, en el inicio de la calle del Cerrillo, con planos del Maestro Mayor de Obras de Las Palmas Francisco de la Torre y Sarmiento, cuyo presupuesto era de 2.801 escudos de cuya cuantía se deduce que se trataba exclusivamente de construir dos pequeños cuartos para el despacho y despiece de la carne con un tras-patio como matadero cuyo cerramiento pudo realizarse con posterioridad, remate que tuvo que ser aplazado para el mes siguiente por precisar de la autorización del Gobernador Civil conforme a las nuevas normas centralizadoras de la administración local.
(fFedac) |
«Últimamente han abierto un hoyo delante de una de las casas que en dicha
calle se construyen, y en el cual cayeron en la noche del 22, trece vecinos de
aquel barrio sufriendo algunos graves contusiones. Y lo peor del caso es que no
se ha colocado en aquel sitio ni un mal farol que indique el peligro, ni la
autoridad local ha lomado medidas respecto á semejante hecho que raya, y más
que raya, un abuso. ¿Tendrá intenciones el nuevo fosero de enterrar en aquella
zanja á una parte de los vecinos de Arúcas?
Últimamente hemos sabido que el dueño de la fábrica colocó, en la citada
noche, un farol después que cayó el primero de dichos individuos, pero el
haberlo quitado antes de la media hora dio lugar á que cayeran los restantes.
Lo mejor del caso es que al día siguiente pidió cuatro cuartos al Alcalde para
comprar una vela y colocarla en el sitio indicado. ¡Hay cosas que parecen
increibles!».
A mediados de noviembre, se remataba
un año con más desgracias personales y económicas «En la madrugada del miércoles 13 del corriente descargó un fuerte
temporal hacia la parte norte de esta isla, en la zona que comprende los
pueblos de Arucas, Firgas y San Lorenzo, causando gravísimos daños no solo en
la cosecha de la cochinilla que puede decirse destruyó en una mitad, sino
también las tierras, pues la recia lluvia las arrastraba á los barrancos.
Dícese que hay que lamentar la pérdida de un hombre en el pago de Montaña de
Cardones: parece que había caído en una barranquera, las aguas le empujaron
hacia un precipicio y no fué posible salvarle ni aun localizar su cadáver,
según nos han asegurado».
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