miércoles, 18 de marzo de 2015

1861 El párroco contra la laica instrucción pública y los problemas de la carretera

Pero los nuevos aires políticos del Estado y la verdadera autoría de la iniciativa del puente era ya conocida por todos. Es así como tras las elecciones municipales, gana en este año la alcaldía Miguel Suárez Ponce, que aún siendo sobrino de los hermanos Ponce Ponce, es correligionario del Partido Nuevo que mandaba Juan Ponce Marrero. Era aquel heredero que había propuesto en junta de La Heredad la construcción de la torre para la instalación de un reloj que arbitrara el tiempo de las azadas, hecho que motivó un enfrentamiento con los ilustres "aguatenientes", aquellos a quien practicaba pleitesía Luis Ponce Ponce, al menos, siendo cortés y pasando de puntillas para no disgustarlos. Es con este alcalde constitucional con el que su figura vuelve a recuperar la presidencia de La Heredad, que durante el mandato del alcalde Luis Ponce Ponce mantuvo el anterior alcalde Juan Ponce Marrero.

Hemos de entender que la posición a favor de la torre del reloj de Miguel Suárez Ponce, le alineó frente a los “aguatenientes” con los que se postulaba Luis Ponce Ponce y su Partido Viejo, y así más cerca de Juan Ponce Marrero y su Partido Nuevo. Nótese que ser portador del apellido Ponce, con un origen común en ancestros, no comportaba obediencia entre ellos y se distanciaron en función de los intereses particulares que cada cual defendía. Este hecho que se dio en estos años, volverá a darse en los primeros años del siglo XX.

Muchos conocían en que bando estaba Germán Mujica Aguilar y los apoyos que venía prestando al Partido Nuevo. Era hijo de Cristóbal Antonio de Mujica Benítez de Quintana y Antonia de Aguilar Zapata, y junto con su hermana Amara Josefa eran los herederos y poseedores del vínculo de la Hacienda de El Mirón. Pero el único que vivía en la hacienda era él, pues su hermana se casó con el lanzaroteño José Luis de Bethencourt Perdomo, convirtiéndose así en el cercano vendedor de dichas tierras que estaban llamadas a ser el futuro urbano de la Villa de Arucas cuando se terminara la carretera, más aún cuando tenía poder de su sobrino Andrés Luis de Bethencourt Mujica, a favor de quien sus padres habían testado para cuando se dividiera el vínculo de las  tierras del Mirón.
Detalle del lugar de la Hacienda El Mirón (Amigos de Montaña Cardones)
Un acontecimiento de especial relevancia para la villa fue que la Junta Provincial concedió autorización en el mes de enero para la instalación de una escuela nocturna para los jóvenes que faenaban en la agricultura, en un horario vespertino que iba desde las cuatro de la tarde a las diez de la noche, figurando como director de la misma el profesor de la pública Pantaleón Díaz Suárez de forma  gratuita, dado que la misma fue regentada por el Profesor de Caligrafía Manuel María Sabater, con una dotación de 3.000 reales de vellón anuales. Era un formato totalmente novedoso para aquellos tiempos, obligado por las circunstancias de conciliar la imprescindible función del jornalero del campo con el conocimiento de las primeras letras. La actuación en la villa de Manuel María Sabater no fue bien aceptada por el párroco, pues le consideraba defensor de la “revolución”, algo lejano de la religión y atrevido por las sesiones de teatro que promovía.

Era un año delicado para Arucas, pues se apuntaban dos alternativas para la llamada carretera del Norte de la isla, una pasando por Arucas y la otra que bajara a la costa hasta llegar a Bañaderos, y se sumaban todos los intereses locales para que prosperara la primera opción sobre el viejo camino que venía por Tenoya hasta Arucas, pasando cerca de donde estuvo la ermita de san Francisco Javier hasta el Lomo del Albercón.

Se quería hacer notar en la isla la importancia de la Villa de Arucas cuando su burguesía encabezó una suscripción pública con donativos para colaborar con las secuelas que venía ocasionando la Guerra de África, por el conflicto que enfrentaba a España con el sultanato de Marruecos y que el gobierno de la Unión Liberal afrontaba con decisión, si bien la adhesión de los aruquenses se remitía a la reina Isabel II. Fue una auténtica campaña de prestigio pretendiendo influir en la decisión final en cuanto al trazado de la carretera del Norte y su paso por Arucas.

Otros influyentes personajes reductos de la sociedad estamental como lo era el párroco José Antonio Rivero Mireles, que pertenecía por su empleo a la Junta Local de Instrucción, comenzaba a sacarle punta a los lápices de la instrucción pública y sus educandos tratando de imponer su jerarquía eclesiástica sobre la civil.

«El 1º de Junio, segundo dia de la Pascua de Pentescostés, despidieron de las escuelas públicas de primeras letras de la villa de Arúcas, los niños que se presentaron á recibir la instrucción. Llamamos sobre esto la atencion de la Comisión provincial del ramo, á fin de que se sirva prevenir á los maestros de las escuelas de ambos sexos de aquella villa, que guarden más respeto á la moral pública. La suprema potestad eclesiástica y secular, han suprimido el precepto de oir misa y cesación del trabajo en ese dia, y en los restantes del año que se han publicado oficialmente, por mutuo convenio entre ambas potestades.

Es, pues, justo obedecer á lo mandado. Conducirse de otra manera es dar pruebas de crasa ignorancia a la disciplina eclesiástica y legislación patria; ó de un público deseo de fomentar la holgazanería.

Los funcionarios públicos deben enseñar con su ejemplo el respeto y veneración que merecen las disposiciones emanadas del jefe ó soberano del Estado: los que no obren así, se hacen acreedores á que se las separe de sus destinos públicos, por no saber su verdadera misión en la sociedad. Parece que en otras poblaciones que no son Arúcas ha sucedido lo mismo. Asi como siempre estamos dispuestos á defender al magisterio prudente y sensato que sabe cumplir con su deber, estamos prontos á censurarle cuando desatienda de el cumplimiento de obligaciones más sagradas».

La Junta Local de Instrucción Pública nombrada por el ayuntamiento en estos tiempos “gloriosos” estaba formada por: «D. José Antonio Rivero y Míreles, párroco; D. Juan de Dios Martin Jiménez, síndico; D. Domingo Barbosa y Pérez, concejal; D. Rafael Ponce de Armas, idem; D. Fernando Cabrera Ferrera, padre de familia; D. Cleto de Matos Afonso, idem, y D. Juan Guerra y Ponce».

La ingerencia de un extraño, increpa tanto al párroco, antiguo maestro de primeras letras, que incluso llega a complicar al alcalde del Partido Nuevo de sus fervientes amigos, pero lo primero para el párroco es la instrucción pública, su obligado respeto a las fiestas de guardar y a la educación cristiana. Pero estaban apareciendo muchos defensores de la instrucción laica, que intentaban además de sembrar discordias entre el nuevo alcalde, que cumplía con los preceptos legales, y el párroco que cumplía con los preceptos religiosos.

« ... que si la junta de instruccion primaria no ha tenido parte alguna en lo publicado en aquellas líneas, la ha tenido el Sr alcalde Constitucional, que como persona ilustrada, y amiga de cumplir en un todo con las disposiciones superiores, mandó librar á los maestros las cantidades presupuestadas en el año prócsimo pasado de 1860 para el material de las Escuelas dando de esta suerte una prueba de que no es estraño á la Educación primaria, base segura de la prosperidad del pueblo.

Así lo acreditan las cuentas municipales, y el ilustrado acuerdo del Ayuntamiento para conseguir la Escuela nocturna, aprobada ya por la Excelentísima Junta provincial de instrucción pública.

Llévese, pues, el Sr, Alcalde presidente toda la gloria que se merece por su celo y actividad, devolviéndole toda aquella parte que se le quito para repartirla, con la más buena intención del mundo, entre los demás individuos de la Junta, cumpliendo de esta suerte con el precepto de dar á cada uno lo que es suyo, y no exponerse á ser desmentido con justicia, evitando polémicas cuyos resultados no pueden ser muy satisfactorios ».
Detalle de fotografía (Fedac)
Pero el asunto no queda ahí, cuando el maestro de Caligrafía Manuel María Sabater enterado de que en San Bartolomé de Lanzarote quieren hacer un casino, sabedor de su calvario y de quien está detrás de algunas asociaciones lúdicas aparentes, envía un remitido a un periódico conejero, enjuiciando los ataques del Casino aruquense del Partido Nuevo contra la pública Escuela Primaria Nocturna, ampliando así la proyección geográfica del pleito, y dando más señas indirectamente de los apoyos del párroco, que crearon la segunda banda y vienen impulsando también la creación de la que sería conocida como Escuela de El Mirón, de iniciativa privada, cuando dice:

«Cuando la Educación con su precioso influjo haya generalizado las virtudes morales; cuando los hombres se hagan dignos del siglo que atraviesan, de este siglo que respira instrucción y adelantos entonces habrá llegado la hora de conocer perfectamente la utilidad del Casino; por que es evidente qué sus individuos inspirados por los efectos que producirá la Educación, tendrán la gloria de comprender en que consiste la felicidad de los pueblos, y se unirán con estrechos lazos á practicar lo que es bueno, justo y hermoso entre los hombres; y será por que la instrucción, nadie lo duda, es un poderoso dique qué contiene el impetu de la desmoralización origen de la ignorancia; por que ella es madre de paz, dé sosiego y de orden entre los ciudadanos, en fin, por que sin ella no hay virtudes y a generación naciente, que tanto grande y sublimé nos hace esperar, caminaria ciega á su ruina sin entender si era buena ó mala la senda que elogia».

No tiene desperdicio todo lo que se dice y lo que presuntamente se insinúa de la guerra abierta por el párroco con los políticos locales, que alinea a los vecinos en uno y otro bando. Y como el párroco era como era, también la emprendió con el maestro de la Escuela Nocturna.

Tanto conflicto quería trasladarse a la instrucción pública que se olvidaban otras preocupaciones también muy importantes para la Villa de Arucas, como la carretera de Las Palmas a Gáldar, a su paso por el municipio, con nubarrones en cuanto a su trazado definitivo, y otros pluviales que afectaban a su mal estado «El camino que conduce de la ciudad á Guía uniendo los pueblos de Tamaraceite, Tenoya y Arucas, en un trayecto de siete leguas, se halla hoy poco menos que intransitable. Nada nuevo decimos al dar esta noticia, á nuestros lectores, porque no es esta la vez primera que de ellos nos hemos ocupado. Las cuestas de Tenoya, Bañaderos y Silva presentan á cada paso puntos peligrosos de tránsito que se aumentan con los inviernos. La costa de Laíraga, que presenta un trozo de camino de dos leguas, casi á orillas del mar sobre un terreno llano y unido, se encuentra llena de hoyos y pantanos difíciles de salvar ni aun á caballo.

Los propietarios y labradores que lindan con esta parte del camino, cuando necesitan un poco de tierra hacen un hoyo en medio del mismo camino en el punto que mas les acomoda, y de allí la estraen sin cuidarse de cubrir la zanja con piedras. El agua sobrante del riego va así mismo al camino formando numerosas lagunas que mantienen constantemente el lodo en aquel punto para solaz de los pobres viajeros…».

Pero más nubarrones los traía el trazado definitivo. «Arucas, es una población de mucha importancia, y puede serlo todavía mucho más, si saben utilizar todos sus recursos naturales. (…) Sabido es, que existe un camino qué de Las Palmas conduce á Guia, atravesando si se quiere á Arucas, ó dejándolo á la izquierda. Este camino es el que, con el nombre de carretera del Norte se halla comprendido en plan general, aprobado por el gobierno, y cuyo estudio y construcción no se ha empezado todavía. (…) Nadie duda qué la carretera saldrá directamente de Las Palmas, y atravesando por Tamaraceite y Tenoya se dirigirá á Arucas, punto central de descansó; pero ya en este punto, las opiniones pueden dividirse. Creerán algunos que conviene seguir la antigua dirección, bajando á los Bañaderos y subiendo la cuesta de Silva …»

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